¡VICTORIA! (grito de batalla XD)

Ejem, es que si supieran lo difícil que me fue publicar y terminar éste fic... Como sea, muchísimas gracias por haber entrado y espero de todo corazón que éste fic os agrade. Ésta historia nació en una muy aburrida clase de Patrimonio Universal en la U y se perfeccionó en clase de Matemática XD, En sus manos esta decidir si debo poner mas atención en clases y dejar de torturar lectores. es mi primer fic publicado, por favor no sean malos, (piedad, piedad)

Dedicatoria: A mi pequeño hermano, a ti si puedo torturarte si no dejas review, a Teru Mikami por tenerme paciencia cuando le dije que este fic saldría hace semanas atrás, a Kazuhiko por ser mi compañero de frikadas, Y especialmente a Raquel, a quien nunca en la vida tuve el placer de conocer y que escribió el primer fanfic que leí en la vida: "Everything". Ah! sí, tb va para todos los autores a los que pedí ayuda para publicar y no me la dieron, tenéis suerte de que no sea rencorosa...

Disclaimer: Ni Bleach ni XXXholic me pertenecen, al igual que sus personajes. No gano un céntimo al usarlos, pero gano autoestima XD.

Hitsuzen

Capitulo 1° La Tormenta Que Precede La Calma

La Guerra con Aizen había acabado.

Los espada y arrancar habían sido eliminados, y los traidores ejecutados en pleno campo de batalla. El hogyukoh había sido puesto bajo custodia de la soul society, y no existían bajas entre los 13 escuadrones. Los resultados eran espectacularmente satisfactorios para una guerra que se había mostrado tan amenazadora.

Pero nadie, ni en la soul society, ni en el mundo humano, se daba el lujo de celebrar.

--

Desde la pequeña habitación de Kurosaki Ichigo parecía que el rumor de la lluvia y el frío golpeaban con más fuerza que en plena calle. Acurrucada desde el armario, con la puerta abierta y la mirada bien fija, Rukia velaba el sueño de Ichigo. Habían pasado cinco días y él no despertaba, apenas si se movía, y a momentos parecía que dejaba de respirar. Y Rukia estaba ahí, día y noche, hora tras hora, sintiendo el corazón estrujándose en su pecho, una culpa justificada, y miedo por aquello que no podía olvidar.

Y mientras más permaneciera allí, aun cuando no quisiese, los recuerdos se hundían con mas fuerza y la envenenaban más. Pero no podía, no quería alejarse de su lado, era lo único que podía hacer. Permanecer a su lado a pesar de todo. Aunque estuviese conciente de que ello la estaba hiriendo de tal forma que no habría forma de cerrar la herida después.

"No importa" se repetía sin piedad para consigo misma " Yo no podré sufrir de la manera que él lo hizo ése día".

El sonido de la puerta abriéndose la sacó de sus pensamiento, Kurosaki Isshin la saludo con cortesía y ella respondió de la misma manera, después de ello ambos permanecieron en silencio, observando el rostro de engañosa tranquilidad que mantenía Ichigo.

Aún sin cambio alguno —

Cómo médico, Isshin sabía que si Ichigo no despertaba pronto, había pocas posibilidades de que lo hiciese mas tarde.

Cómo padre, la impotencia que sentía ante aquél diagnostico era demasiado pesada y le traía a la memoria a la esposa que no pudo ayudar.

"Vamos Ichigo, Si te vas ahora, Masaki no me lo perdonará nunca"

Y empezó con la rutina acostumbrada, Chekeó su pulso, el latido de su corazón, revisó las heridas, hizo cuanto pudo para no sentirse un completo inútil, pero la sensación no se quitaba, La vida de su hijo se le escapaba entre los dedos sin poder retenerla, ni como médico, ni como padre, ni siquiera como Shinigami.

Rukia observaba en silencio y sin moverse, sintiendo unas ganas tremendas de llorar y de pedirle perdón a su padre, que había perdido por completo su energía acostumbrada, pedirle perdón a las pobres de Yuzu y Karin, que sufrían en silencio y llorando a escondidas, Pedirle perdón a Inue, que estaba tan aterrada que no podía ni ver a Ichigo. Pedirles perdón a Chad, Ishida y Renji, que incluso con la ayuda de la capitana Unohana a penas si habían podido sanar sus heridas y que habían estado al borde de la muerte. Pedir perdón a Keigo, Mizuiro y Tatsuki, que apenas podían comprender lo que había pasado y que estaban preocupadísimos, Y jurarles a todos que si fuera una opción, cambiaria encantada su posición con la de Ichigo.

Pero las cosas no eran tan fáciles, y aún cuando todos ellos le concedieran su perdón, no importa lo que sucediese, ella no se perdonaría a sí misma. Ella había sido el engranaje que había movido las ruedas del destino, un destino que había llevado a Ichigo a su destrucción. Sí sólo hubiese sido un poco más fuerte tiempo atrás, la noche que se conocieron, habría acabado con ése hollow y entonces todo habría terminado ahí, Sin necesidad de convertir humanos en Shinigamis, Ni tener que involucrarse en ése mundo...

Sin dar el paso para que esa "cosa", ése Hollow interior, existiera.

¿Rukia-chan?—

— ¿Sucede algo, Kurosaki-san?—

Isshin señaló con la mano el plato de comida sobre la mesa.

Rukia-chan, no has comido casi nada, sin mencionar que no saliste de esta habitación desde que trajeron a Ichigo. Si sigues así sólo terminaras enfermándote tu también —

Isshin la miraba con gesto paternal, conmovido por la unión de aquella chica y de su hijo. Rukia simplemente dejó escapar un

Suspiro.

Esta bien, solo quiero estar aquí si él despierta —

Ambos sabían que eso era algo muy difícil, pero Isshin no abrió la boca para explicar las posibilidades que seguramente ella

sabría de antemano.

Me temo que debo insistir, lo mejor será que vayas a dar una vuelta, a respirar aire puro. La lluvia se detuvo hace algunos minutos, así que no necesitarás el paraguas —

La sonrisa entristecida de Isshin terminó de convencerla. No había sentido en discutir, y aunque de mala gana, notando como

si su cuerpo pesase más que hace algunos días, se levantó, tomó su chaqueta y se despidió de Isshin, prometiendo que volvería pronto.

Al bajar las escaleras encontró a Yuzu y Karin ocupadas en diferentes actividades. En cuanto la vio, Yuzu saludó a Rukia y preguntó por su hermano, la desilusión se dibujó en su cara cuando Rukia negó con la cabeza, y volvió a lavar los platos con un nudo en la garganta. Karin no se molestó en voltear para ver a Rukia, simplemente la ignoró.

El frío de la tarde y el aroma a lluvia golpearon el rostro de Rukia mientras caminaba por las calles de Karakura, no tenía a dónde ir, y aunque pensó en ir a visitar a Orihime, desechó la idea por que le rompía el corazón tener que explicar la situación en la que estaba Ichigo.

Sin cambio alguno.

Y estuvo así durante un buen rato, sola, caminando sin darse cuenta por donde, sin importarle tampoco. No pasó mucho tiempo antes de que la lluvia volviese a caer rauda y fuerte sobre la ciudad, pero poco le importó empaparse de pies a cabeza. Un poco cansada de haber caminado durante tanto tiempo, se dejó caer en el asiento del columpio, sintiendo como las gotas de lluvia se estrellaban contra su cuerpo. Y en el peor de los momentos recordó como odiaba la lluvia, y recordó también a Kaien-dono, y sin fuerzas para poder contenerse por más tiempo, se hecho a llorar.

Lloró en silencio y completamente inmóvil, con la cabeza baja y el frío calándole los huesos. Tenía tanto miedo, y tanta tristeza, ella quería que Ichigo volviese a ser el de antes, que además tuviese la oportunidad de ser feliz, de que pueda disfrutar la vida como un chico normal de quince años.

"Quiero hacerme fuerte, para poder proteger a un montón de gente"

Esas habían sido sus palabras, las recordaba muy bien, sin embargo el recuerdo que de verdad le estaba carcomiendo por dentro era de la ultima mirada dirigida a ella, Aquellos ojos cafés cargados de horror, arrepentimiento y tristeza, que de a poco, mientras comprendía lo que sucedía a su alrededor, caían en la locura Una mirada que suplicaba perdón.

"Perdóname tu a mi, Ichigo, jamás debí de aparecer en tu vida"

Y la lluvia que seguía golpeando, bloqueando toda señal de esperanza.

Pero de repente, la lluvia dejó de golpearla. Confundida observó por encima de su cabeza y encontró un objeto familiar cubriéndola.

"¿Un paraguas?"

Lo siento, no intentaba molestarla —

Sí, un paraguas, que era sujetado por un muchacho como de quince años, alto, delgado, de piel muy blanca y cabello negro,

pero lo curioso en verdad de que aquel muchacho era el color, o mas bien los colores, de sus ojos, el izquierdo era de un café claro, casi dorado, el derecho de un azul muy profundo. Rukia le miró confundida, jamás lo había visto antes.

Podría resfriarse si permanece mas tiempo en la lluvia. Esta haciendo mucho frío. —

Rukia le dedicó una sonrisa triste, aún con lo extraño de sus ojos, se podía sentir que era un muchacho gentil sin doble

Intención. Además ella se encontraba demasiado agotada como para poder ofrecer resistencia de ningún tipo.

Gracias, pero tu también te estas empapando —

No se preocupe, usted parece necesitar cobijo mucho más que yo —

Una sonrisa amable se extendió por los labios del muchacho, que le ofreció una pañuelo de tela. Sin saber muy bien lo que hacía, Rukia tomo el pañuelo y se secó el rostro con él, y sintió como una agradable sensación recorría su cuerpo por la tibieza que aun conservaba.

Sé que talvez no debería entrometerme, pero, por favor, ¿hay algo en que yo pueda ayudarla? —

Rukia soltó una risa contenida a medias, ése muchacho era demasiado gentil como para ser real.

No, muchas gracias, pero la verdad no creo que halla nadie que pueda ayudarme, ya lo intenté todo —

Pues, si me lo permite, yo talvez conozca a alguien que pueda ayudarla —

La Morena le miró, un poco curiosa, un poco rendida. El muchacho entendió que tenía que expresarse mejor.

verá... yo trabajo en una tienda... no es una tienda muy común... en sí lo que se vende en ella es... es... más que nada podemos cumplir... deseos —

En cuanto terminó de hablar, el joven temió que ella lo tratase de loco y se marchase, o que le gritase. Lo que el muchacho

de ojos raros no sabía es que estaba hablando con alguien que no conocía del todo bien el límite de los actos humanos, y que para esa muchacha la idea no parecía toda una locura.

¿Deseos? ¿Realmente pueden cumplir mi deseo? ¿Aunque fuera realmente difícil que se haga realidad? —

Rukia preguntaba con sinceridad, y el muchacho lo supo de inmediato, aunque le parecía raro que alguien le creyese tan

Rápido.

Pues sí, he visto resolver deseos difíciles. Sin embargo no soy yo con quien debe hablar, —

Rápidamente el muchacho sacó de su bolsillo un pequeño papel arrugado y tratando de alisarlo un poco, lo puso en manos

de Rukia.

Esta un poco lejos, es mas o menos dos viajes en tren, pero si usted de verdad tiene un deseo, estoy seguro que podrá encontrarla —

Rukia observó el papel sobre sus manos, creyendo aún que en algún momento despertaría y se encontraría en el armario,

con el mismo paisaje sombrío y sin esperanza

Puede que realmente suene un poco raro lo que le estoy diciendo, pero si realmente ya lo ha intentado todo, no perdería nada intentándolo —

Y él de nuevo le sonrió, y de inmediato Rukia sintió que podía creerle. Él le tendió el paraguas esperando que ella lo tomara.

No se preocupe, de todas formas ya estoy empapada —

También estoy empapado de todas formas, además estoy seguro de que podrá devolvérmelo pronto —

Rukia siguió con la mirada al muchacho mientras éste se alejaba. Y era curioso, la lluvia no había dejado de caer con la

misma fuerza, ni el frío había desaparecido, ni Ichigo había despertado, pero había algo nuevo en el ambiente, como un aroma a dulce, que era en cierta forma cálido, reconfortante.

Era ya de noche cuando Rukia volvió a la casa de los Kurosaki , Yuzu e Isshin le dieron la bienvenida. Cuando llegó a la

habitación de Ichigo encontró a Karin al pie de su cama, la saludó, pero ella salió de la habitación apenas Rukia dio un paso dentro. Aquella sensación de algo que se rompía dentro de ella se hacía cada vez un poco mas fuerte, pero esta vez, fue atenuada por la presencia del paraguas en sus manos.

El rostro de Ichigo seguía con aquella expresión serena y falta de toda vida, Pero esta vez Rukia no se dejaría caer, ésta

vez había esperanza y juró mientras existiera una oportunidad, por mas pequeña o ridícula que esta pudiese ser, ella daría lo mejor de sí por ver cumplido su deseo:

Que Ichigo pudiese ser feliz de nuevo. El precio hacía mucho que había dejado de importar.

Suavemente quitó un mechón de cabello naranja que caía sobre sus ojos. Cerró las cortinas de la ventana, para evitar ver el

cielo gris tormenta, y se acomodó en el armario para dormir.

Buenas noches Ichigo, descansa, por que te prometo que volverás a ser el mismo de antes, aunque tenga que tragarme mil " Enana" de ahora en adelante —

Continúa en el capitulo dos...

¿Qué tal?, ¿he picado un poquito su curiosidad o debería poner atención en clases?.

Para aquellos que no hayan visto XXXholic "Hitsuzen" es una palabra que Yuuko-san, a quien conocerán ene el próximo capitulo, repite con frecuencia, Algunas fansub la traducen como "destino", otros como "lo inevitable", dejo que ustedes decidan y que de pasito me dejen un review para convencerme de que esta idea no es una total perdida de palabras.

Bye-be!!