Bella POV
Faltan casi dos semanas para mi cumpleaños número 18, se supone que debería ser una fecha muy importante en la vida de una adolescente, pero para mí no significa nada especial, solo un año más de vida, nada importante la verdad.
En este mes han sucedido acontecimientos que me han hecho sentir muy triste y confundida. Primero, mi abuela Marie murió hace una semana, me afecto y me sigue afectando su muerte, ella era como mi segunda madre, me enseño a cocinar y me leía cuentos para dormir, me levantaba cada vez que tropezaba y me decía que todo iba a estar bien, que tenía que ser fuerte ante cualquier circunstancia, no lo entendía hasta que fui creciendo ella me hizo ser fuerte ante cualquier situación por más difícil que sea. Me hacía llenar de valentía con sus palabras de aliento, cuando no podía leer correctamente una palabra o cuando había relámpagos y no podía dormir por el miedo.
Me siento culpable por no haberla ido a visitar más a menudo, desde que conocí a los Cullen toda mi vida giro en torno a ellos y siento que deje a las personas importantes de mi vida de lado.
Lo segundo que está ocurriendo en estas últimas semanas es más bien extraño que triste, Charlie, mi padre ha estado teniendo un comportamiento muy raro conmigo desde que mi murió mi abuela Marie. Me mira fijamente cuando piensa que no me doy cuenta, me mira de una manera muy extraña, como si de un momento a otro yo fuera a hacer una locura, la verdad es que me hace sentir muy incómoda.
Luego cuando me empieza a hablar se pone muy nervioso y me dice que tiene algo que contarme, pero luego decía que no era nada importante y que no me preocupara. Sé que me oculta algo y hare hasta lo imposible para descubrirlo.
Desde que murió mi abuela Marie, mi actitud y comportamiento han cambiado de una manera muy drástica, me siento más independiente y menos introvertida que antes, la sobreprotección que tiene Edward sobre mí me hostiga, el amor que siento por él ya no es el mismo, siento que solo me deslumbre por su belleza y por el secreto de que es un vampiro.
Sé que debería terminar con él, pero no lo quiero lastimar, sé que lo hare solo necesito un poco más de tiempo.
Tengo demasiada suerte de que Edward no pueda leer mis pensamientos, así puedo tener mis conflictos internos en paz. Ojala, Alice no pueda ver mi futuro necesito ser yo la que diga mis decisiones.
Estaba tan metida en mis pensamientos que me asuste cuando Edward habló.
—Bella, la comida se va a quemar—me advirtió Edward.
—Ahm si cierto—murmuré y luego añadí—. Estoy un poco distraída.
—¿Estas bien?— preguntó.
—Sí, solo estoy un poco distraída, ya sabes con los deberes y todo eso— respondí esperando que me crea.
—¿Estas segura?— preguntó de nuevo
Menos mal estaba dándole la espalda, así no pudo ver cuando rodé los ojos.
—Ya te dije que estoy bien, Edward—le dije secamente.
—De acuerdo—respondió un poco extrañado por mi actitud y luego preguntó—. ¿Qué piensas hacer por tu décimo octavo cumpleaños?
—Nada
—¿Nada?—inquirió
—Exacto—dije y luego pregunté—. ¿Por qué?
—Bella, es tu cumpleaños, es una fecha muy especial que tiene que ser celebrada—argumentó Edward
—Ok Edward, lo pensare y te diré que planeo hacer—dije para que me dejara de molestar con ese tema.
Seguí preparando la cena que consistía en barritas de pescado fritas con patatas y una ensalada fresca, cuando de pronto suena su teléfono.
—Ya me tengo que ir—dijo, entonces recordé que este fin de semana sería soleado y eso significaba que Edward y su familia irían a cazar.
—Ok, Edward—dije y luego añadí con un tono divertido—. Diviértanse.
Escuche que se levantaba de la silla en la que estaba sentado y se acercaba a mí, puso sus manos en mi cintura y yo instintivamente me di la vuelta. Cuando estuvimos cara a cara el levantado mi barbilla y me beso suavemente los labios, yo correspondí pero cuando quise profundizarlo el beso se apartó de mí, como siempre. Eso me frustraba mucho, no podíamos ser una pareja normal y eso me hizo dar cuenta que de verdad no era feliz con él.
—Te amo, Bella—susurro contra mis labios.
—Yo igual—le respondí sin sentirlo.
Sé que se dio cuenta de que algo estaba mal cuando le respondí solo eso, pero no pudo decir algo porque en ese momento se escuchó la patrulla de Charlie estacionándose en la entrada de la casa.
—Nos vemos en dos días—le apure.
Lo vi agarrar su chaqueta, dirigirse a la puerta y cuando abrió la puerta se encontró con Charlie, lo saludo educadamente y Charlie le respondió serio como siempre. Escuche cerrarse la puerta y luego el sonido sus pertenencias puestas en el pequeño armario junto a la puerta.
—Hola papá—le saludé y luego pregunté—¿Cómo estás?
—Hola Bells—respondió y luego añadió—Bien gracias, ¿Y tú?
—Todo bien, papá, te serviré la cena—le respondí y luego me dirigí a la cocina a servirle la comida.
En la mayor parte de la cena estaba pensando como terminar con Edward sin lastimarlo y creo que Charlie se dio cuenta lo distraída que estaba.
—¿Estas bien, Bells? —pregunto demasiado preocupado.
—Sí, papá—le respondí y luego comenté—Solo estoy pensando como terminar con Edward.
Charlie y yo nos sorprendimos pero por motivos diferentes, él porque pensó que yo estoy enamoradísima de Edward o al menos eso pienso, y yo porque nunca pensé abrirme de esa manera con Charlie. Estoy cambiando demasiado y eso me causa distintas sensaciones.
—¿Por qué, Bella? —preguntó y luego casi gritó—¿Te hizo algo malo?
—No, papá, no me hizo nada malo te lo juro—le respondí y luego añadí—Siento que desde la muerte de la abuela Marie he cambiado mucho y me he dado cuenta de muchas cosas. Y la verdad ya no siento lo mismo por Edward.
—¿Desde la muerte de mi madre? —preguntó nervioso y preocupado.
Eso me pareció extraño, me imagine que Charlie se pondría feliz de que yo quiera terminar mi relación con Edward, no preocuparse de que yo haya cambiado desde la muerte de mi abuela, a mi parecer es algo normal, la pérdida de un ser querido te cambia por completo. Su actitud me parece demasiado rara.
—Papá, ¿Estas bien? —le pregunte y luego añadí otra pregunta—¿Por qué estás tan nervioso?
—No pasa nada, Bells, solo me sorprendiste—me dijo y yo supe que estaba mintiendo, porque no me miraba a los ojos.
—Ok papá—le respondí no muy convencida y luego dije—. Ya voy a dormir, voy a dejar los platos en la cocina ya mañana los lavo temprano.
—No te preocupes yo los lavo, me voy a quedar un poco más despierto tengo algunas cosas que hacer—me dijo Charlie.
—Ok papá, gracias, hasta mañana—me despedí y luego le dije—. No te desveles mucho.
—Hasta mañana, hija—se despidió
Subí las escaleras, me dirigí a mi habitación, tome mi pijama y todo lo necesario para ir a tomar una ducha. Después de ducharme y cambiarme estaba cepillándome los dientes, cuando me puse a pensar en mi vida antes de mudarme a Forks, recordé a mi mejor amiga a la que deje de recordar desde que me mude. Katherine, la chica que me salvo la vida y la que me enseño a disfrutarla, con ella tuve mi pequeñísima etapa rebelde y fue la etapa que más disfrute de mi vida. Pensar en ella me puso triste, ella se tuvo que ir nunca supe sus razones solo se fue y no volvió.
Tengo su número, pero no sé si seguirá con ese número de teléfono, tal vez debería intentarlo, llamarla y escuchar su voz, que me aconseje que debo hacer, necesito el apoyo de Kath.
Nunca le llame después de que ella se fuera, porque justo después me mude a Forks y me obsesione tanto con los Cullen que deje mi vida de lado, tal vez ya es hora de que tome las riendas de mi vida otra vez.
Levante mi vista al espejo y me asuste tanto cuando vi el iris de mis ojos de color celeste, cerré los ojos fuertemente y me dije a mi misma que solo era mi imaginación, que solo era un juego de mi mente. Volví ha abrir mis ojos, mire el reflejo y vi mis ojos del mismo color chocolate de siempre.
Debo estar teniendo alucinaciones me dije.
Termine de asearme, deje mis cosas en mi habitación, estuve recostada un buen rato en mi cama cuando me dio un poco de sed. Entonces decidí bajar a la cocina a beber un vaso de agua, estaba bajando las escaleras y me di cuenta que las luces del living estaban encendidas, no le tome importancia porque seguro Charlie estaría ocupado con algunas cosas, me dirigí directo a la cocina, me serví un vaso de agua y bebí.
—Renee, ya es hora de que Bella sepa la verdad—hablo fuerte Charlie y después agrego—; los cambios están comenzando y quieras o no le diré la verdad a Bella
Me quede estática, y se me vinieron a la mente muchas situaciones diferentes; me arme de valor y me dirigí al living.
—¿De qué verdad hablas, papá? —le inquirí
Se giró alarmado.
—Be..Bella—tartamudeo nervioso
—¿Qué pasa, papá? —pregunte y luego añadí—; ¿Qué me están ocultando?
Suspiró entrecortadamente y cortó la llamada.
—Sentémonos un momento—pidió Charlie.
Le segui y nos sentamos frente a frente.
—Bella, solo quiero que sepas que yo te amo, eres mi hija y eso no cambiara nunca—comenzó mirándome fijamente a los ojos y sonrojándose un poco.
Lo mire atentamente, sin interrumpirlo.
—La verdad que te hemos estado ocultando todos estos años, es que no eres nuestra hija—confesó.
Me quede congelada, no podía ser cierto me dije, no podía pensar con claridad y poco a poco los ojos se me iban empañando de lágrimas.
—¿Qué?—susurré derramando lágrimas.
—Bella, sé que debimos decírtelo hace mucho tiempo, pero no teníamos el valor de hacerlo—dijo triste.
Intento cogerme la mano, pero yo la aparte rápidamente.
—¿Y por qué esperaron hasta ahora?—le exigí.
—Porque murió mi madre y todo lo que habíamos estado ocultando por años, se fue destruyendo—respondió.
—¿Qué tiene que ver con todo esto la muerte de mi abuela?—le pregunte confundida.
Tomó aire lentamente y luego comenzó.
—Tienes que creer, lo que te voy a decir a ahora es algo muy complicado y tal vez suene algo muy extraño, pero es la verdad—me respondió y luego dijo—. La verdad es que tu abuela Marie era una bruja, todas las mujeres Swan provienen de un linaje muy antiguo de brujas, tu madre era mi hermana, ella conoció a un vampiro original llamado Niklaus Mikaelson se enamoraron pero él tuvo que dejarla, no sé cuáles fueron sus razones para dejar a mi hermana, pero semanas después ella se dio cuenta de que estaba embarazada, era algo imposible nadie podía entenderlo, pero ella aseguraba que el bebe que estaba esperando era de Niklaus.
Tomó un respiro y continúo.
—Sé que te sientes engañada, pero solo lo hicimos para protegerte—aseguró.
—¿Y qué paso con mi… madre? —pregunte no muy segura y luego agregue—¿Está muerta?
—No está muerta, la verdad es algo muy difícil de explicar. Ella uso un hechizo para quedar en una especie de coma—dijo—. Muchos de los enemigos de tu padre, se enteraron de que ella era una debilidad para él e hicieron hasta lo imposible para hacerle daño. Pero ellos nunca se enteraron de que estaba embarazada y ella fingió su muerte. Hizo que todos creyeran que Rene estuvo embarazada y que tú eras nuestra hija. Tienes que entender que todo eso lo hizo para protegerte, no quería que vivieras toda tu vida huyendo de los enemigos de tu verdadero padre.
—¿Y por qué todo cambio desde que murió mi abuela? —inquirí confundida.
—Como te había explicado antes, las mujeres de la familia Swan son brujas—dijo y luego confesó—. Mi madre hizo un hechizo en ti para que te parecieras a Renee y a mí, inhabilito tus poderes y cambio un poco tu personalidad para que pases desapercibida.
Quede muda ante esa confesión y empecé a negar con la cabeza.
—Todo esto no tiene sentido—susurré.
Todo quedo en silencio, solo se escuchaba el sonido de nuestras respiraciones la mía más irregular. Vi que se levantaba de su asiento y se dirigía a mi lado, para después abrazarme fuertemente, quise rechazarlo pero necesitaba esa sensación de protección, de que todo iba a estar bien. Finalmente me eche a llorar y le devolví el abrazo.
Me sobo suevamente la espalda en un intento de apaciguar mi llanto, pero yo no podía para de llorar y pensar que toda mi vida era una maldita mentira. Nos separamos lentamente y él acarició mi cabello tiernamente, como cuando era niña.
—Perdónanos, Bella—pidió tristemente.
Yo suspire lentamente tratando de ordenas mis pensamientos.
—No tengo nada de que perdonarlos, sé que lo hicieron pensando en lo mejor para mí— asegure luego añadí—. Pero necesito algo de tiempo para aclarar mis pensamientos.
El asintió, me dio un beso en la cabeza y regreso a su asiento.
—¿Tienes alguna pregunta que hacerme? —preguntó Charlie.
—Si— respondí y luego pregunte—¿Dónde está mi verdadera madre?, ¿Cómo puedo despertarla de ese coma?
—Ella está en esta casa, en el sótano para ser más exactos—admitió y luego agrego— Hay un hechizo para despertarla, pero vas a necesitar la sangre de tu padre biológico.
—¿Sótano? —pregunte confundida—. No sabía que en esta casa hubiera un sótano.
—Obviamente está escondido—añadió divertido.
Bufé avergonzada.
—Quiero verla, por favor—pedí.
—De acuerdo—acepto y se levantó de su asiento—. Sígueme.
Lo seguí hasta la cocina, vi como movía el refrigerador y detrás de el se encontraba una puerta. Abrió la puerta, bajo las escaleras y lo seguí adentrándome al oscuro sótano. Encendió las luces y pude ver un ataúd de caoba en el centro de la habitación, nos acercamos a el y Charlie abrió la tapa. Dentro pude ver a una mujer, se parecía mucho a mí, parecía estar como dormida, me parecía muy irreal todo esto. Esa mujer que no pasaba de los 25 años era mi verdadera madre y sacrifico su vida para que yo esté segura. Todo esto era demasiado para mí.
Sentí que todo a mí alrededor daba vueltas y después caí en la inconsciencia.
Holaaaa chicas!!!!!
No me maten, lo se han pasado muchos años pero sentía que lo que escribía no valía la pena. Así que reescribí todo y cambie muchas cosas del fic.
Espero les guste este nuevo comienzo, no se cada cuanto actualizare pero intentare que sea lo más pronto posible. Pondré todo de mi parte en este nuevo comienzo.
Espero sigan aquí para mis locas ideas, les quierooooo.
Besos, Beth
