Estúpido Moje por Angie Friki Balck
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece sino Rumiko Takahashi
Fic para la Unión Oficial del foro La aldea entre las hojas.
Para: Mary Alice Friki-Bielinski
Dedicatoria: Tía Alice, se que no llevamos mucho tiempo de conocernos, pero te he tomado un cariño especial, y te siento como una verdadera Tía. Espero que te guste este pequeño Drabble de Miroku y Sango. Te quiero mucho.
Me encontraba montada sobre Kirara lanzando mi Hiraikotsu. Estábamos luchando contra un monstruo de Naraku. Soy Sango, mis amigos Inuyasha y Kagome tenían inmovilizado al monstruo, el Monje-pervertido Miroku, absorbía al enemigo, me grito que lanzara mi arma a su cola, ya que estaba envenenada, así que lo hice. Minutos después que lo tocara, hubo una gran explosión, sentí como caía y como todo se volvía negro, lo último que recuerdo es oír a alguien gritar mi nombre.
O/O/O/O/O/O/O/O/O/O/O/O
Desperté exaltada, al momento sentí una punzada de dolor aguda en la espalda, sentía como si mil cuchillos se me encajaran al mismo tiempo en mi piel. Después de haberme acostumbrado un poco al dolor, distinguí que me encontraba en alguna especie de cueva, estaba oscuro, pero aun así me sentía muy cómoda allí. Podía oír mi propia respiración, me sentía débil y cansada, muy cansada; pero esa no debía ser mi preocupación, lo debían ser mis amigos, así que como pude me puse de pie y seguí la única luz la cual —según yo— me llevaría a la salida.
Me sorprendió bastante encontrarme un lago cristalino, arboles de frutas, un césped verde y, que a simple vista se veía muy cómodo. Me deshice de mis zapatos para sentirlo, —como pensé— era bastante cómodo. Aunque me pregunto, ¿Quién me habrá llevado a ese lugar? Escuche un ruido detrás de mí, saque un cuchillo detrás de mí Kimono y me voltee, para encontrarme con unos ojos cafés muy conocidos para mí. Sin pensarlo mucho me abalance sobre el encerrándolo en un abrazo, al menos había sobrevivido y estaba conmigo. ¿Conmigo? Lo empuje bruscamente, me sorprendí a mí misma por lo que había hecho.
— ¿Es-está bien?—conseguí decir tartamudeando. ¿Tartamudeando? Que me pasaba.
— ¡Claro Sanguito!—me dijo en su tono habitual, lo cual me tranquilizo un poco, aunque luego se oyó en ese tranquilo lugar, una sonora bofetada, él muy idiota se había sobrepasado conmigo, de nuevo—Al parecer ya te encuentras mejor—se sobo la mejilla.
Y tenía razón, al parecer haberme levantado y respirado aire fresco me había hecho bien, pero aún me dolía un poco. Lo recorrí con la mirada mientras él se distraía con una mariposa; su traje de monje estaba hecho jirones, tenía rasguños por todo el brazo izquierdo y su coleta que siempre llevaba, ya no estaba, podía verle el cabello negro alborotado, se le veía muy bien ¿Bien? Me reproché a mí misma por mis pensamientos, mis amigos deberían estar en peligro, y yo pensando en un Monje pervertido.
— ¿Y los chicos? —pregunte, temiendo que la respuesta, no fuera la que esperaba.
Su cara se ensombreció, mi corazón empezó a palpitar muy fuerte, sentí como un nudo se formaba en mi garganta.
—Ellos —hizo una pausa para mirarme a los ojos—Están discutiendo en una cabaña —mi Hiraikotsu le pego en la cabeza, él idiota se rascaba la cabeza mientras pedía disculpas. Me senté cerca del lago escondiendo mi rostro acalorado entre mis piernas.
Estúpido Monje.
