Disclaimer: Nurarihyon No Mago no me pertenece.
Capitulo 1
"Llegada de Hokkaido"
Una mañana común y corriente era la que se dejaba ver en la Ciudad de Ukiyoe, nada fuera de lo normal, pétalos de cerezo cayendo de los arboles, muchos estudiantes dirigiéndose hacia sus respectivos institutos; sí, lo que comúnmente uno veía el día de regreso a clases.
Un joven de ojos chocolate se dirigía con cansancio hacia el Instituto Superior Ukiyoe. Esos días siempre le eran pesados, como se había acostumbrado a despertarse un tanto más tarde en las vacaciones de invierno, era normal que sintiera tanto pesar por tener que levantarse a las siete de la mañana.
—Cielos, debí haberme dormido temprano como me dijo mamá…— pensó para sí mismo el joven de curioso cabello—.Realmente estoy muy cansado —susurró quitándose los anteojos y tallándose los ojos.
Tan distraído iba que no se fijó que alguien había salido de otra calle frente a él, por lo que inminentemente chocaron; ambos cayeron al suelo, dejando que todo lo que traían en la mochila se esparciese por la calle.
—Ay, eso me dolió —se quejó silenciosamente. Abrió los ojos y se dio cuenta de que sus lentes no estaban donde debían estar— ¡Oh no, mis anteojos! —pensó alarmado. Comenzó a buscar a su alrededor palpando la calle con su mano—, no los encuentro, no podré ver —comentó en voz alta, aunque más para sí que para otra persona.
— ¿Estás buscando esto? —preguntó una dulce voz. Él alzó su rostro y justó en ese momento sintió, casi enérgicamente, como los anteojos era colocados en el lugar indicado, lo que le permitió observar a la persona que lo había cuestionado.
Quedó en shock, era una joven muy linda. Era la primera vez que veía a una muchacha tan bonita como ella. La joven era de tez clara, ojos azul zafiro, larga melena negro azulada, con un extraño toque de color azul cielo. A pesar de que ella parecía de su edad no portaba uniforme, cosa que le extrañó un poco. Observó bien el atuendo que traía. El conjunto de la joven estaba conformado por un suéter blanco, por debajo de este traía puesto una blusa de color azul cielo; una falda azul marina que le llegaba un poco arriba de las rodillas, medias blanca y zapatos negros.
La muchacha se preocupó un poco, él no había dicho nada, se había quedado viendo a la nada por más de dos minutos. Lo miró confundida y preguntó:
—Oye, ¿estás bien? —le preguntó.
Ante esa pregunta el chico se sonrojó fuertemente. Muy velozmente se incorporó y recogió sus cosas junto con las de ella, después de todo él era un caballero.
— ¡S-sí, estoy bien! —exclamó terminando de recoger—; disculpa por haber chocado contigo —se disculpó aún con un leve sonrojo en sus mejillas.
—No te preocupes, le pasa a cualquiera —respondió ella con una sonrisa, lo que hizo que el pequeño sonrojo de él aumentara. Después miró el reloj que traía en su muñeca— ¡Oh, tengo que irme! — exclamó, hizo una pequeña reverencia en forma de agradecimiento y salió corriendo.
— ¡O-Oye! ¿Cuál es tú…? —no terminó de formular su pregunta ya que la chica se había alejado. Suspiró resignado—, lástima…
Minutos después, el chico de anteojos se encontraba sentado en su pupitre. Miraba hacía el patio sin mucho interés ya que en su cabeza solo se encontraba aquella chica que se encontró en el camino.
—Y no pude preguntarle su nombre…— pensó mientras volvía a suspirar.
— ¡Nura-kun! —en ese momento, el adolescente de ojos color chocolate salió de sus pensamientos al sentir una fuerte palmada en la espalda. Volteó inmediatamente y se encontró a sus amigos, quienes lo saludaron amigablemente. Les regresó el saludo y nuevamente sintió otra palmada en la espalda, que vino aún más fuerte.
— ¡Escuchen todos! —los llamó el chico mas alto de cabellos negros– ¡Acabo de recibir un mensaje de alguien que asegura haber visto un youkai en un edificio!
— ¡Ya vas a empezar, Kyotsugu! —interrumpió la chica de cabellos rubios cruzándose de brazos—¡Cuántas veces hemos ido a ese tipos de cosas y no hemos visto ni un solo youkai!
—Les aseguro que esta vez será diferente —sonrió muy confiado –; mas si las chicas no quieren ir, no hay problema. Pero tú si vendrás, ¿verdad, Nura-kun? —volvió a darle una palmada en la espalda.
—A- Ah bueno yo…
—Muy bien jóvenes, tomen asiento — ordenó el profesor al entrar al aula, inmediatamente todos los alumnos regresaron a sus lugares—. Antes de empezar la clase, me gustaría presentarles a una nueva alumna —todos los alumnos empezaron a murmurar —, pasa por favor.
La puerta se abrió y entró una chica de ojos azules. Rikuo, quien no había prestado atención al profesor, regresó la mirada hacia la ventana, ignorando que alguien había entrado a salón.
—Mi nombre es Oikawa Tsurara —se presentó la nueva alumna—, es un placer conocerlos.
Rikuo se sorprendió, esa voz ya la había escuchado antes. Inmediatamente posó su mirada sobre la persona que había entrado hacía unos pocos segundos. Y ahí estaba ella, haciendo una pequeña reverencia con una sonrisa en su rostro. Sonrió, no podía creer que la había vuelto a ver.
Se empezaron a escuchar los murmullos que los alumnos hacían por todo el salón. "Que linda", "¿tendrá novio?" "¿Cuál es el número de tu celular?" "¿De dónde vienes?".
—Oikawa-san viene desde Hokkaido, tuvo que mudarse a nuestra ciudad debido al trabajo de sus padres —comentó el profesor—. Les pido que sean muy amables con ella.
— ¡Sí! — respondieron todos, especialmente los hombres.
—No puedo creer mi suerte —siguió pensando el joven Nura sin dejar de verla— Estudiará en el mismo colegio, y lo mejor de todo… ¡En mi misma clase!
—Esa chica parecer haber acaparado toda la atención, ¿no te parece, Rikuo-kun? —una suave voz se escuchó detrás de él.
El joven de anteojos salió del transe y volteó a ver a quien le había hablado. Se trataba de su amiga de la infancia: Ienaga Kana, una chica de cabellos y ojos cafés, actitud tranquila, muy estudiosa. Ella siempre había sido su amor platónico, había intentado declarársele varias veces pero… siempre terminaba arrepintiéndose de hacerlo.
—E-eso parece —respondió Rikuo un poco nervioso, no quería que su amiga se diera cuenta de que él igual había quedado pasmado ante la presencia de la nueva estudiante.
—Muy bien Oikawa-san —comenzó el profesor—, te sentarás a lado de Nura —finalizó el joven maestro—. Nura, levanta la mano —ordenó.
Rikuo se dio la vuelta y alzó la mano para que la joven pudiera localizarlo. Cuando Tsurara lo vió lo primero que se dejo ver en su rostro fue sorpresa, pero después esta se esfumó y sonrió. Se dirigió a su lugar evitando las preguntas continuas que estaba recibiendo por parte de sus compañeros mientras pasaba por el espacio entre las filas. El corazón de Rikuo no paraba de latir, algo que lo sorprendió un poco ya que jamás se había sentido así por ninguna chica, ni siquiera por Kana.
—Nos encontramos otra vez, Nura-kun —le dijo quedamente, dado a que la clase ya había empezado. El leve sonrojo ahora se había hecho en uno más grande.
—Ti-tienes razón, ¡que coincidencia! –exclamó por lo bajo mientras posaba su mano por detrás de su cabeza. Tsurara sonrió aún más ante la contestación.
Mientras tanto Kana, quien ignoraba el sonrojo de Rikuo al no poderlo ver bien, se quedó atónita ante lo que veía. ¿Se conocían? ¿Desde cuándo? ¿Por qué Rikuo no le había dicho nada? ¿No se supone que eran mejores amigos?
—Bueno, tampoco es como que conozco todo sobre Rikuo-kun —pensó para sí misma un instante con la mirada puesta en el pupitre. La alzó de nuevo, rápidamente vió cómo es que ambos habían comenzado una pequeña plática "secreta" a espaldas del profesor—. Aunque no sé por qué, pero me molesta verlo… con otra chica —pensó mientras los veía con los ojos entrecerrados.
El tiempo pasó muy lento para la mayoría de los estudiantes, pero sólo para uno en específico pasó volando. Rikuo se había pasado toda la clase pensando en otra cosa, o mejor dicho en alguien más. De vez en cuando volteaba a ver a su compañera de al lado de reojo, es que simplemente no podía evitarlo, había algo en ella que lo atraía mucho.
Finalmente las dos horas de clase pasaron.
—Bien chicos, eso ha sido todo por hoy —comentó el profesor—. Antes de que vayan a su descanso quisiera saber si alguien se ofrece para ser el guía de Oikawa-san durante la primera semana.
Nada más habiendo dicho eso, la mayoría de los chicos levantaron la mano. Todos parecían muy ansiosos por estar, aunque sea un poco, con la joven de mirada azul.
—Wow, todos alzaron la mano rápidamente… ¿no te parece Rikuo-kun? ¿Eh? —Kana se sorprendió ante lo que sus ojos veían, Nura Rikuo también tenía alzada la mano, por no decir que en realidad se encontraba parado para así poder llamar mucho más rápido la atención del profesor. Tsurara también se sorprendió ante esa acción, pero después soltó una pequeña risilla— Rikuo-Kun —pensó para sí la castaña.
El profesor también se sorprendió por lo que sus ojos veían. Por lo general ese grupo no era tan… participativo, dentro de lo que cabía. De igual manera se sorprendió de que el más callado y tranquilo de todos fuera el que más estuviera llamando la atención.
—Muy bien, decidido —pensó para sí el profesor antes de hablar—. Listo, el guía de Oikawa-san durante esta semana será Nura —ante esa decisión las quejas por parte de la mayoría de los chicos se hicieron presentes. Rikuo se alegró por esa decisión; las chicas estaban sorprendidas, era la primera vez que veían actuar así al joven de gafas, al menos con otra chica que no fuera Kana.
Y hablando de la reina de Roma, Ienaga Kana no podía entender por qué es que de pronto se sentía derrotada, con ganas de llorar. Ese no era el Rikuo-kun que ella conocía, siempre se comportaba distante con las chicas excepto con ella.
—De acuerdo muchachos, los veo mañana, que tengan un buen día —los estudiantes le respondieron de mala gana pero aún así él les sonrió.
Todos comenzaron a salir del aula para dirigirse hacia la cafetería, o hacia la azotea, para poder comer su almuerzo. Todos habían dejado el salón excepto Rikuo y sus amigos.
—Vaya, vaya Nura-kun—comenzó Kyotsugu —, el día de hoy has actuado un poco fuera de lo normal, ¿por qué será? –esa pregunta tomó por sorpresa a Rikuo, ¿tan distinto se había visto?
— ¿E-enserio? –preguntó avergonzado.
—Sí Rikuo-kun, hoy no actuaste como siempre — susurró Kana. El joven la vió un poco confundido por el extraño comportamiento que su amiga de la infancia estaba teniendo. Tsurara se sentía un poco incomoda ahí por lo que decidió hablar.
—Ah, creo que yo me retiro, sé dónde queda la cafetería así que… —comenzó ella pero el morocho la interrumpió.
—No, no te preocupes, yo te acompaño —respondió Rikuo rápidamente. Tsurara se sorprendió ante eso, pero después le dedico una sonrisa.
—No tienes por qué hacerlo, de hecho no necesito que alguien me guíe, pero si tu quieres hacerlo entonces no te detendré — le comentó antes de comenzar a alejarse de los amigos de Rikuo. El joven reaccionó después de unos segundos y comenzó a seguirla.
— ¡E-espera!-gritó el morocho intentando alcanzarla.
Todos estaban sorprendidos por el repentino cambio de actitud del Nura, en especial Kana, ver así a su amigo no le estaba gustando.
— ¿Por qué? ¿Por qué me siento así?, Rikuo-kun —pensó para sí.
—Es increíble ver a Nura-kun tan emocionado —comenzó a decir Torii Natsumi.
—Es verdad, pensaba que le gustaba mucho Kana —siguió la rubia del grupo —, pero creo que me equivoqué— el corazón de Kana comenzó a latir con mucha más fuerza después de escuchar eso.
—Bueno no es de extrañarse que Nura-kun haya sido cautivado por Oikawa-san, la chica es bellísima —expresó Kyotsugu mientras encendía su laptop.
Todos parecían estar de acuerdo en eso, excepto la chica de cabello corto. Comenzó a perderse en sus pensamientos. Pronto posó su mirada sobre la puerta por donde Rikuo y Tsurara habían salido. ¿Qué era lo que sentía ella por Rikuo? ¿Era nada más un compañero de clases? ¿Un conocido? ¿Un amigo? No, era algo diferente, algo mucho más fuerte y parecía ser que lo había estado sintiendo desde hacía muchísimo tiempo, pero no le había dado gran importancia hasta ahora.
—Tengo que averiguar qué relación tiene Rikuo-kun con Oikawa-san —pensó para sí— Ah, enseguida vengo, voy al baño —le dijo a sus amigos, quienes asintieron levemente.
Salió corriendo del aula. Mientras ella se dirigía hacia la cafetería, Rikuo y Tsurara iban saliendo de ella ya con algo para almorzar. Se dirigieron hacia el patio para poder platicar un poco mejor.
—Sí que me has dejado boquiabierto —comenzó el chico—, no pensé que fueras a estar en mi escuela y menos en mi misma clase —le dijo con una sonrisa la cual la chica regresó.
—Yo supe que iríamos a la misma escuela desde que te vi, pero no me imaginé que estaríamos en la misma clase — dijo ella mientras comenzaba a comer un poco de su almuerzo.
—Supongo que lo dices por el uniforme —comentó él riendo un poco, la chica asintió. Tsurara se quedó viendo por un instante a los chicos que jugaban futbol en el patio. Rikuo hacía eso pero con ella, su mirada se había posado sobre su compañera y se le hacía imposible dejar de mirarla. Era increíble, comenzaba a sentirse de la misma forma que con Kana; pero eso era imposible, apenas y la conocía.
¿Sería acaso eso a lo que le llaman… amor a primera vista?
Rikuo sacudió un poco la cabeza para quitarse el pensamiento de la mente. Era cierto que empezaba a sentir algo parecido por Tsurara a cuando estaba con Kana, ¿pero era exactamentelo mismo? Kana le gustaba desde hacía mucho, podría decirse que desde pequeños pues son amigos de la infancia, pero nunca se detuvo a pensar si de verdad era algo tan serio. Con Tsurara si sentía nervioso a su lado y sabía que había algo distinto, lo cual no sabía identificar.
— ¿En qué tanto piensas? —la voz de la chica lo sacó de sus pensamientos.
— ¡A-Ah y-yo…! — Se sobresaltó y empezó a tartamudear —, seguramente no conoces la cuidad y estaba pensando en darte un recorrido —lo había dicho sin pensar y antes de que pudiera retractarse de sus palabras, la chica aceptó con gusto.
—Me encantaría —respondió animada. Desde hacía algunos días que quería conocer la ciudad en la que, de ahora en adelante, viviría pero no había tenido la oportunidad.
— ¿E-enserio?
— ¡Sí! —respondió— Desde hace días que he querido salir y darle un recorrido a la ciudad, pero como no la conozco a grandes rasgos tengo miedo de perderme y no saber llegar a casa —confesó avergonzada, lo que causo que sus mejillas se tiñeran de un leve rojo carmesí.
Rikuo había sido cautivado por su compañera nuevamente, es que sencillamente era imposible no embobarse ante tanta belleza y ternura. Su corazón volvió a latir con rapidez, sus mejillas también adoptaron ese leve rojo carmesí.
De pronto cayó en cuenta, había conseguido una cita con la nueva estudiante sin siquiera planearlo. No podía creer la suerte que estaba teniendo, su día fue de peor a mejor. Primero, sintió mucha pesadez, le era difícil mantenerse despierto. Después chocó con alguien, provocando que ambos cayeran y que perdiera de vista sus lentes. Hasta ese punto todo estaba saliéndole mal, difícil. No fue hasta que escuchó su melodiosa voz, apreció su linda apariencia, gracias a que le devolvió sus gafas, y notó su alegre actitud que todo comenzó a salir mejor.
—Vaya día, todo está saliendo de maravilla, es tan perfecto que no puedo creer que esté despierto —pensó para sí mismo con una sonrisa. Se levantó rápidamente lo que captó la atención de Tsurara, quien lo observó confundida.
— ¿Nura-kun?
—Muy bien Oikawa-san, será mejor que el domingo entrante te pongas algo muy cómodo porque no descansaremos hasta que hayas visto lo mejor de la Ciudad de Ukiyoe —fue lo que comentó Rikuo mientras a la joven que aún lo veía un poco sorprendida.
La muchacha se había sorprendido por el cambio de actitud que estaba mostrando el joven de gafas, pero después le contagió ese ánimo y ella igualmente se levantó.
—Perfecto Nura-kun, es una cita entonces — expresó Tsurara mientras alzaba la mano a su compañero, el cual sin dudarlo mucho tomó.
—Sí — respondió animadamente.
Mientras que ellos planeaban lo que harían el domingo, Kana seguía buscándolos. Ya había ido a la azotea incluso y no los había encontrado.
—Cielos, ¿cómo es posible que no los encuentre? La escuela no es tan grande —susurró para sí misma.
Se dirigió hacia el primer nivel de la escuela y caminó sin rumbo. Tan perdida estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que había llegado al patio. Varios compañeros le habían dirigido la palabra pero ella no los había escuchado. Parecía imposible sacarla de donde sea que estuviese en ese momento. No fue sino hasta que uno de los muchachos que jugaba futbol gritó "GOL" que fue sacada de su propio mundo.
— ¿Eh? ¿C-cómo, cuándo…? —preguntó al aire. Estaba sorprendida, no se había dado cuenta a qué hora había llegado al patio de la escuela.
Y antes de que pudiera decidirse en que otro lado buscar, la campana empezó a sonar marcando el final del receso. La castaña suspiró resignada y no tuvo más remedio que regresar al salón. Se sentó en su lugar un poco decepcionada, momentos después la nueva alumna y su amigo de la infancia entraron al aula conversando alegremente.
— ¿De qué estarán hablando? —se preguntó mentalmente mientras observaba como cada uno tomaba su respectivo pupitre.
Cuando el profesor entró las pláticas terminaron y todos prestaron atención al frente. Kana, aunque por más curiosa que estaba, decidió dejar el tema a un lado por un momento y prestar atención en clase.
No hasta que escuchó al joven Nura murmurar.
—No puedo esperar a que se domingo.
Continuara…
N/A Suki90: Bueno, bueno, aquí traigo una nueva historia, pero esta vez siendo apoyada por mi queridísima amiga br0kenztar. ¡Yay, esta es la primera historia que sube ToriYume! He de decir que ella escribió muchísimo, casi no me dejó aportar nada, condenada máquina de escribir.
br0kenztar: En mi defensa debo decir que... bueno, la verdad no tengo nada que decir. En realidad siento un poco de sarcasmo en tus palabras Suki, siendo yo la que se dedicó a leer no a escribir.
Suki: O sea, quería que los lectores se impresionaran con tu excelentísima redacción e idea y vienes a tirarme el teatro, no sí... está muy bien. En fin, pronto subiré el nuevo capítulo de "Nurarihyon: Una Nueva Era", espérenlo con ansia.
br0ken: ¡No podemos decir mentiras! — suspiro— Ahora, una pequeña aclaración: El texto en itálicas es el pensamiento del personaje.
Suki: Así es — sonríe— . Total, les prometo que no tardaremos en subir el siguiente capítulo, en donde br0ken promete esforzarse —sonrisa maquiavélica.
br0ken: —miedo y huye por su vida.
Suki: —suspira — En fin. Le quiero agradecer a mi Beta-Reader FEY por ayudarme con este capítulo. ¡Sí, todavía tengo errores con el uso de los guiones…! —suspira— No estoy acostumbrada al guión largo, por eso comento esos errores; ¡pero les prometo que iré mejorando! —toda animada— Ahora sí, ¡nos vemos!
