Buenas a todos! Esta es la primera serie de fanfics que voy a escribir asi que espero hacerlo bien y que os guste :D

No dudéis en hacer criticas constructivas y recalcar lo mejor/peor que veáis.

Hasta que nos leamos!

Disclaimer: ninguno de los personajes de la saga AC me pertenecen, son propiedad de Ubisoft.

Aviso: Slash/pereja homosexual

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Estaba tumbado en la nieve, reduciendo su respiración lo máximo posible.

-Comunica al consejo de Nueva York que El Cazador ha muerto.

No sentía frio sin embargo. Pararse a pensar en el frio era una perdida de tiempo, y necesitaba estar listo.

-Señor, que hacemos con el cuerpo?

-De eso ya me ocupo yo, tu coge el caballo y dirígete lo mas rápido que puedas a Concord: desde allí envía la misiva de que este desgraciado a muerto.

El mercenario le arreó un puntapié al estomago del hombre tirado en el suelo. Este se retorció de dolor, aunque trato de ocultarlo y permanecer lo mas quieto posible.
"No es momento de sentir dolor. Respira muy bajo y nubla la mente, como te han enseñado".

Tenia los ojos abiertos, pero no se atrevió a moverlos por miedo a que se dieran cuenta de que seguía con vida, pero pudo oír como el segundo hombre se alejaba junto al sonido del galope de un caballo.

-Podrías haber sido uno de los nuestros...

"Este es el momento" se dijo Mark a si mismo.

-...unirte a nuestra causa...

Sabia que su hoja oculta estaba rota, así que pasó al plan B

-...convertirte en Templario.

Tras acabar la frase, Mark se flexionó sobre si mismo para alcanzar su bota, de la cual extrajo un corto aunque afilado puñal. Lo clavó en el talón del templario, haciendo que este cayera de rodillas al suelo perplejo. Se puso de espaldas a este mientras recuperaba el cuchillo y lo ponía en la garganta del mercenario.

-Nunca

Y dicho esto dibujo una fina linea en el cuello del hombre arrodillado, de la cual comenzó a emerger un liquido carmesí. El templario emitió un sonido ahogado, a medida que se desplomaba.

Mark se sentó en la nieve, pero al ver que estaba al lado de un cadáver, decidió apartarse un poco. Seria un asesino, pero la muerte no le era indiferente.

Se examinó el cuerpo en busca de heridas y las encontró en abundancia. Cortes leves en las piernas y brazos por haber corrido entre matorrales, mas profundos en los hombros y manos, y ya para rematar, una herida de bala a unos pocos centímetros del corazón.

"El precio a pagar por ser tan descuidado. La próxima vez te lo piensas mejor antes de atacar a cuatro hombres armados con fusiles con solo dos cuchillos y una hoja oculta... que por cierto esta rota..."

Durante el combate despachó a dos templarios con un cuchillo de cazador y su hoja oculta, pero el líder de la cuadrilla fue mas rápido y desenfundó una pistola. Mark no tuvo posibilidad contra eso y aprovechó un momento de duda para huir e improvisar otra forma de acabar con los dos restantes.

Mientras huía le dispararon justo debajo del corazón. El dolor lo hizo trastabillar y caerse al suelo de bruces. Se incorporó de nuevo con la hoja oculta desplegada para asestar un golpe mortal al mercenario que se acercaba, pero este ya conocía las tácticas que los Asesinos usaban para ese tipo de situaciones.

Esquivó el ataque del Asesino, aprovechando la sorpresa de este, utilizó la culata de su pistola para romper la hoja oculta.

Mark, de nuevo sorprendido por el templario, no esperó la patada ni el seguido de puñetazos que le encadenó su agresor. Pudo oir como varios huesos le crujían, sin poder hacer mucho mas que resistir y no caer inconsciente.

Finalmente el templario extrajo un cuchillo de debajo de su abrigo y lo clavó en el miso sitio donde le dio a Mark la bala.

El Asesino cayó al suelo del puro cansancio y dolor, mientras los dos templarios le daban por muerto.

"Tengo que estar mas prevenido la próxima vez. Aunque por otra parte ahora creerán que estoy muerto, lo cual me viene bien. Pero tengo que curarme las heridas o lo estaré de verdad. Y buscar a alguien que repare la hoja oculta, porque dudo que en la Hacienda Davenport quieran..."

Mark estuvo apunto de caer en un viejo y doloroso recuerdo, pero se obligó a ponerse de pie y empezar a andar hacia la espesura del bosque. Decidió volver por donde había venido, un campamento británico controlado por los Templarios como no. Eran el enemigo, pero los ingleses siempre se cobijaban cerca de aldeas civiles para saquear si necesitaban algo, o simplemente divertirse un rato.

Llegó tras 15 minutos de caminata a una aldea civil, sorteando el campamento británico para que no lo vieran.

Sabia que no era buena idea pedir ayuda a los habitantes, podían negarse a ayudarle e incluso delatar a los soldados. Ademas, sabia que no era fácil dar hospicio en aquellos tiempos, asi que decidió refugiarse en solitario en una iglesia que estaba en plena construcción.

"No tengo mucho para apañarme las heridas, pero es mejor que dejarlas como están..."

Siempre llevaba hilo y aguja en el forro interior de su chaqueta, ya fuera para coserse heridas, estrangular enemigos, o aplicar veneno a la punta de la aguja.

Se suturó la herida lo mejor que pudo, y poco a poco cayó dormido debido al cansancio y la perdida de sangre, acurrucándose en una esquina.

Con los primero rayos de luz Mark fue despertándose sintiendo el punzante dolor de una herida de bala y cuchillo combinada. Por supuesto también le dolían los músculos y huesos de la paliza y las caídas que había sufrido, pero nada comparable a la herida de bala.

Fue incorporándose, tratando de mantener el equilibrio y no caer al suelo. Estaba realmente mareado.

"Debí perder mucha sangre, apenas puedo mantenerme de pie... quizás tenga fiebre, no desinfecté la herida, quizás..."

-No te veo en condiciones de andar

Mark se giró de repente asustado. No esperaba que hubiera nadie en una iglesia en construcción. Ademas el siempre notaba la presencia de las personas antes de lo que notasen a el.

Miró en todas las direcciones, pero no se encontró con la voz que le había hablado.

-Aqui arriba

Un hombre con una capucha cubriéndole la cara estaba sentado en una viga de madera del techo. Sus ropajes eran blancos, con una cinta roja atada a la cintura. Sin duda era un Asesino.

-Has venido a por mi?

-Yo?

-Quien sino?

-Crees que he venido a matarte? Entonces no habrías despertado.

-También podrías llevarme de vuelta a la Hacienda por la fuerza.

El Asesino le miró extrañado. Mark le preguntó de nuevo.

-No sabes quien soy?

-Tu cara no me suena, y tu rostro no esta dibujado junto a la lista de agentes Templarios. Porque querría entonces llevarte de vuelta a la Hacienda?

No sabia quien era... eso significaba que, poco a poco Achilles le estaba perdonando o que a los nuevos adeptos no les contaban la historia de Mark, el prófugo de la Hermandad.

-Esto.. por nada, es simplemente que Achilles me mandó hace ya un tiempo a una misión en la Frontera y aun no le he mandado ninguna misiva. Pensaba que... no se, quizás había enviado a alguien a mi directamente para saber como iba mi misión

El Asesino negó con la cabeza. Entonces dio un salto y cayó gracilmente al suelo, a pocos metros de Mark.

-He venido aquí porque me han ordenado que inspeccionase el área. Un informador me comunicó que vio a alguien vestido de negro colándose en la iglesia, dejando tras de si un rastro de sangre.

"Mierda, como eres tan estúpido Mark? Debería de haberme asegurado de no dejar rastro alguno antes de meterme aquí dentro. Ahora podría estar o arrestado o muerto."

-Creías que era un ladrón?

-Creía que eras un Templario herido. Ropas negras, herida bien cosida, ningún vecino te vio ni oyó... no mandan a nadie a reconocer el terreno por un simple ladrón.

-Bueno, pues ya has cumplido. Ahora si no te importa, me voy, tengo un largo camino hasta...

Trató de incorporarse de nuevo, pero el dolor de la herida y la cabeza le hicieron desistir. El encapuchado se acercó para auxiliarlo. Le retuvo en el suelo apoyando su mano en el hombro de Mark.

Este soltó un quejido.

-Perdón, no esperaba que... perdóname soy torpe para estas cosas...

El Asesino apartó su mano rápidamente, por miedo a causarle mas daño a Mark.

-No te asustes, estoy bien.

Mark sonrió y buscó posar la mirada en los ojos del Asesino, pero la capucha le impidió llegar a estos.

-Podrías quitarte la capucha, aquí no hay nadie a quien intimidar.

-Solo si me dejas ayudarte, entonces te diré todo lo que quieras saber sobre mi.

-Y si no?

-Volveré por donde he venido y rezaré para que lo consigas por ti mismo. Y no, no le contaría a nadie que te he visto por aquí, ni siquiera al Maestro Achilles.

-No es justo chantajear a un hombre herido.

Desde detrás de la capucha observó a Mark. Podía ver la fatiga que acarreaba estar alejado de toda la Hermandad en sus ojos verdes. Podía ver las heridas causadas por sus enemigos en su rostro. Pero incluso detrás de esa capucha pudo ver como todo ese dolor no le transformó en un monstruo como a la mayoría de Hermanos.

No sabia por que, pero mirar fijamente a ese hombre a los ojos le producía mariposas en el estomago...

Mark comenzó a cerrar los ojos sin poder remediarlo, el mareo y cansancio le estaban devolviendo a un sueño profundo

-Antes de caer inconsciente... acepto tu ayuda...

Y soltó una sonrisa discreta, aun queriendo buscar los ojos en el rostro del encapuchado.

Después todo se volvió negro.