goodbye naivety
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.drabble.
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"Sólo un 90% en serio."
Una parte de sí mismo nunca había querido creerlo: que "él" pudiera hacerlo de esa manera, que al final de todo, de aquellos años, de ser su sombra y su compañía y de contemplarlo y abrigarlo y regresarle la lucidez en sus peores momentos, ingenuamente había creído- no, estúpidamente había creído que de esa relación (Una relación de "negocios", pensó sardónico) había surgido algo, algo más…
Menos… frágil.
El destino de ser devorado por su demonio siempre le había parecido un futuro lejano que había aceptado producto a la desesperación de su alma. ¿Qué importaba más que su venganza? Después de lograda esta, morir no sería algo difícil. Se había rendido a la condena que le llevaba el té todas las mañanas.
La venganza, el deseo de su alma de continuar como la linterna en las garras de un pseudo-mayordomo que recorre el sombrío camino sembrado de cráneos; eso era lo que le mantenía vivo.
Su fortaleza, su capacidad para negarse a cualquier tipo de felicidad o vulnerabilidad permanente, de siempre luchar incluso cuando todo parece perdido. Esa fuerza-
Si la perdía, moriría.
No, porque tras morir el alma sobrevivía en el cielo o el infierno.
Simplemente, desaparecería.
Sin poder lograr aquello que no era ni por sus padres, ni por Madam Red, ni por las tumbas que había dejado a su paso.
Si se volvía blando, Sebastian lo devoraría. Sin pensarlo dos veces. Sin ninguna consideración.
Sin rastro de humanidad.
Porque, es lógico que si la comida empieza a pudrirse debe consumirse cuanto antes, ¿verdad?
Ha. Una risa amarga.
Tan amarga.
¿No había sido eso siempre algo obvio? Pero lo había negado, se había hecho el ciego y había tenido fe: como el niño que no quería y se negaba a ser.
Que tremendamente triste e irónico. Qué tonto de su parte pensar que él hacía algo más que cuidar de su próxima cena.
