Capítulo I: Realidad
Cuando la maestra agua logro inmovilizar a Azula corrió hacia Zuko, el camino parecía eterno y su corazón sin paraba de latir - Por Dios estaba en el suelo tendido por su culpa, como podía bajar la guardia en medio de una pelea de esa manera tan absurda , solo ese pensamiento recorría su mente, al final, logro llegar a su lado y se arrodillo ante él.
- ¡Zuko! Responderme, por favor -decía mientras lo colocaba en su piernas y tomaba un poco de agua para sanarlo.
-Estoy bien, descuida con una sonrisa gentil- No soy tan débil ¿Sabes ?.
-Lo se, pero que sí tienes así de herido es culpa mía, creí que tú habías ... -Sin poder terminar la frase comenzó a llorar y se llevo las manos a la cara ahogándose en sollozos- Sabes que no podría seguir si no eres estas a mi lado - Y se ganó así el para besarlo apasionadamente, el acto que sorprendió al principio y el que tardó poco en reaccionar y corresponder el beso apasionadamente.
Mientras que los pasos se escuchaban hacia ellos, a la maestra agua no le quedo más remedio que alejarse de su amado.
- ¿Principie se encuentra bien? -Pregunto uno de los soldados alejando a Katara.
-Su alteza ¿Que haremos con la princesa Azula?
-Llévenla su habitación -Sentencio con voz calmada y mirándola con lastima- Y llamen al médico familiar Azula también se encuentra herida, necesita atención médica.
-¡Zuko! Estas hablando en serio, ella trata de matarte, y tu vas a curar sus heridas ¿Estas loco? -Grito a todo pulmón la mesta agua furiosa- Por favor, ese golpe es afecto la cabeza, severamente tu juicio.
-Katara sabe muy bien que es mi hermana y merece el mismo trato que yo .. - No logro terminar la frase porque se desmayo pero Katara logro abrazarlo para que no cayera al suelo.
-Rápido por favor, hay que llevarlo a su habitación -Suplico con evidente desesperación.
Ya había transcurrido un día desde que Zuko venció a Azula, la maestra agua se encontraba en la habitación del joven príncipe agotada puesto que la noche anterior se encargo de atendiendo sus heridas.
Definitivamente no se apartaría de él, al menos hasta que mejorará.
-Señorita Katara, creo que debería ir a descansar -Dijo uno de los guardias.
-Muchas gracias por su preocupación pero estoy bien -Contesto la oji azul con pesades.
-Como guste señorita, pero espero que al menos no se niegue a probar la deliciosa comida de la Nación del Fuego.
-Claro que no Zuko siempre... perdón el príncipe Zuko siempre me hablaba de lo deliciosa que era la comida de su Nación - Mientras sostenía uno de los platos con carne azada- Espero despierte pronto su gente le espera con emoción.
-Eso no es nada señorita, es fuerte, ya verá y sus cuidados le han caído muy bien, pero debo retirarme por el momento, si necesita algo dígamelo.
-Si, espera por favor podrías decirme como se encuentra Azula.
-La princesa ya a despertado, pero tuvieron que cederla de lo contrario resultaría muy peligrosa, con su permiso -Abriendo la puerta y retirándose de la habitación real.
Una vez que se vio sola en la habitación, no pudo evitar acercarse a él, verlo tan indefenso y apacible, que sus manos tomaron vida y comenzaron a acariciarlo, acercarse a sus labios jugando a rosarlos, titubeando hasta que se atrevió a robarle un beso dulce, tierno como si fuera el primero.
-Sabes que besar a una persona inconsciente es de pésima educación -Reprocho el príncipe mientras acariciaba el rostro de su maestra agua- Te ves pésima -Entre risas.
-Que mal agradecido eres principito -Haciéndole muecas cual niña pequeña- Claro que me veo mal te cuide toda la noche...
Pero se vio abruptamente interrumpida, ya que el joven heredero de la Nación del fuego la jalo hacia su cama, para tenerla más cerca.
-Ahora que te veo mejor me doy cuenta mi grave error, eres perfecta - Acurrucandola a su lado.
-Zuko, yo .. solo estaba jugando -Pero la interrumpieron unos cálidos labios y ella le correspondió olvidando por un segundo donde estaban- Te amo pero sabes que esto es incorrecto y ..
-Shh -Poniendo su dedo indice sobre la boca de su amada- Dejamelo a mi, yo sabre como protegerte.
-Sabes que no solo se trata de nosotros, esta Aang y Mai, no podemos fingir que ..
-Crees que no lo se mi hermosa flor -Acercándola más a su cuerpo para poder embriagarse de su aroma característico a jazmín, vaya que extrañaba tenerla así de cerca, ahora no había duda lo amaba a él, si estaba bien o mal, no le interesaba, se limito a disfrutar del contacto.
Pero repentinamente se escucho el ruido de la puerta y algunas voces acercándose a la recamara real.
Ambos amantes se reincorporaron y voltearon a ver sin saber cómo reaccionar.
