Bueno, este es mi nuevo fanfic, un crossover de Frozen y Regular Show. Me gusta mucho esta segunda, y una amiga me preguntó si era posible un crossover con Frozen, y yo me dijie "¿Y por que no?"

Como siempre destacar que los personajes no me pertencen; todos los de Regular Show son de J.G Qintel ; todos los de Frozen son propiedad de Walt Disney.

Como siempre, espero que les guste.


Dos empleados de un parque, un arrendajo azul llamado Mordecai y un mapache marrón llamado Rigby se levantaban para su jornada laboral.

"¡Vamos, levántate Rigby! ¡No seas vago!" exclamaba el arrendajo aquella mañana "Benson nos largará si volvemos a llegar tarde"

"¡Ay! ¡Mi estómago!" se quejaba el mapache.

Mordecai no le creía, sabía que Rigby era tan vago que era capaz de encontrar cualquier excusa con tal de no tener que currar, daba igual lo rara que esta fuera.

"¡Tío!" volvió a regañarlo Mordecai "¡Deja ya de hacer el tonto!"

"Te juro que es verdad…"

El mapache tenía muy mala cara, así que su amigo comenzó a tomarlo en serio.

"No tienes buena pinta… ¡Te dije que no comieras tanta pizza en la fiesta de anoche!"

"Lo sé, pero me pirra la de cuatro quesos"

Mordecai puso los ojos en blanco, y luego corrió para decirle a Benson que les diese el día libre para poder llevar a Rigby al médico.

Sin embargo, su jefe no estaba por la labor.

"¿De verdad quieres que me crea que Rigby está enfermo? ¡Como si no fuese nada nuevo que finja para escaquearse del trabajo!"

"Pero Benson, dice la verdad, deberías verlo… ¡Tiene una pinta horrible!"

"¡No, Mordecai! ¿No conoces ese cuento del pastorcillo y los lobos?"

"Pero…"

"¡Ni una palabra más! ¡Como no estéis los dos aquí en cinco minutos con una actitud laboral correcta estáis despedidos!"

Mordecai no tenía ni idea de cómo iba salir de aquella situación tan comprometedora en la que él mismo se había metido. Por suerte para él, el hijo del encargado del parque, Pops pasaba por allí y acudió en su ayuda.

"¡Benson! No es correcto dudar de la palabra de los amigos"

"Pero Pops, Rigby es capaz de cortarse una pierna con tal de no trabajar"

"Puede, pero Mordecai es nuestro amigo, y si él dice que Rigby está enfermo es que lo está"

El gesto de confianza de Pops dejó impresionado a Mordecai, no se esperaba que el cabezudo tuviese tanta confianza en él.

"Avisaré a Skips, él podrá ayudar a Rigby"

Skips era un yeti de cientos de años de edad que sabía de casi todo, y eso incluía medicina. Recientemente, su hija había visitado el parque, para desgracia de Mordecai y Rigby.

El yeti acudió inmediatamente a la llamada e inspeccionó al mapache de arriba abajo.

"Sí, ya lo he visto antes" dijo Skips "Empacho de pizzas de mala calidad. Tenéis que dejar de comprar esas marcas tan cutres"

"No es culpa nuestra, es culpa de Benson por no subirnos el sueldo" se justificó Mordecai.

"Tal vez si trabajaseis más, par de holgazanes" replicó Benson, pero Pops le pidió que se calmara.

"¿Qué podemos hacer para ayudarle, Skips?" preguntó el cabezudo "¿Tal vez vomitando…?"

"¡No! ¡Esas pizzas podrían destrozarle el estómago, lo mejor es que le haga uno de mis hechizos!"

"¿Otra vez con eso?" preguntó el arrendajo inseguro.

"¡Es la única manera!"

Skips había sido tajante a la hora de dar solución al problema, así que Mordecai, Pops y Benson prepararon lo necesario para ayudar al yeti con el hechizo.

Tenían varias lámparas en una extraña figura rodeando a Rigby, aunque el mapache se quejaba de que le cegaban y le daban calor.

Skips por su parte, llevaba unos misteriosos polvos en una bolsa y un libro lleno de extraños e incomprensibles símbolos.

"Bien, poneos cada uno en una esquina y ni se os ocurra mover una de las lámparas, entonces haría un hechizo incorrecto y las cosas se podrían poner muy mal" les indicó el yeti, a lo que todos asintieron.

El ritual comenzó, y el yeti cogió un puñado de aquellos polvos y comenzó a echarlos encima del mapache mientras recitaba palabras en un lenguaje extraño y escalofriante.

El estar allí tumbado, con las lámparas cegándolo y dándole calor, así como sentir los polvos y las palabras del yeti hicieron que Rigby se pusiese muy nervioso e intentase levantarse, los otros lo agarraron, pues se suponía que no se podía mover hasta que el ritual hubiese terminado. Tal fue el grado de nerviosismo del mapache que en un momento propinó un golpe a Mordecai en el estómago que hizo que el arrendajo retrocediese y estrellase una de las lámparas.

"¡NO!" gritó Skips al verlo "¿¡Que habéis hecho!? ¿¡No os dais cuenta de que me habéis hecho hacer el hechizo incorrecto?!"

"¿Y qué hechizo has hecho?"

"Uno de tele transportación, y como tú has roto la lámpara te afectará a ti"

"¿¡Qué?!"

Aquello fue lo último que Mordecai pudo decir antes de que un extraño vórtice apareciese de la nada y se lo tragara, no sin antes intentar en vano tratar de agarrarse a las manos de sus amigos.

"Más te vale que Mordecai vuelva" le dijo Benson a Rigby "Porque si no estás despedido"

Mordecai sentía que se le iba la cabeza mientras viajaba a toda velocidad por aquel vórtice. No sabía dónde iba, todo se veía a máxima velocidad, pero le pareció ver un montón de pantallas con gente extraña dentro, aunque había ratos que perdía la vista pero la volvía a recuperar al cabo de otro. Así, hasta que, de pronto la velocidad disminuyó y cayó del vórtice. Se oyó un golpe y Mordecai se vio de pronto en la nieve.

"¿Pero qué…?"

Cuando levantó la vista solo había un bosque nevado. Comenzó a preguntarse dónde estaba y como iba a volver, pero algo le hizo ponerse en guardia, unos lobos corrían hacia él. Rápidamente, el arrendajo se puso de pie y comenzó a huir de ellos, pero tropezó y los depredadores estaban cada vez más cerca… sin embargo cuando creyó que era su fin, una ventisca golpeó a aquellas bestias espantándolas.

Todavía con el corazón palpitante, Mordecai se giró a comprobar de donde había surgido tan extraño y oportuno fenómeno… pero solo vio a una mujer.

Aquella desconocida tenía el pelo rubio, los ojos azules y vestía un brillante y precioso vestido azul.

Mordecai se puso de pie para darle las gracias por su ayuda, pero ella retrocedió y parecía preparada para atacarle.

"¿Quién eres tú? ¡Quédate donde estás, criatura!"

Entonces Mordecai se acordó del accidente del vórtice, probablemente donde se encontraba no debía haber nadie como él…

"No voy a hacerte daño, solo quiero saber dónde estoy"

La mujer continuaba desconfiando de él, pero al menos parecía más dispuesta a escuchar.

"Estás en Arandelle… ¿Quién pregunta?"

"Mi nombre es Mordecai"

"Un nombre muy curioso. Es extranjero, ¿Verdad?"

El arrendajo sabía que no era conveniente hablar del asunto del vórtice por si ella lo tomaba por loco y se asustaba.

"Así es" se limitó a responder.

Ella simplemente le dio la espalda.

"Disculpa, pero ahora me pillas en muy mal momento, tengo algo importante entre manos. Lo único que te recomiendo es no ir a la ciudad, la gente no está acostumbrada a ver… cosas raras; por aquí cerca hay una tienda de un hombre que vende cosas, quizá puedas preguntarle a él… lo que sea por lo que estés aquí"

Y dicho esto se fue corriendo sin darle oportunidad a Mordecai de responder nada.

Había algo de esa muchacha que al arrendajo le llamó la atención, que ella pese al frío parecía cómoda llevando tan solo un vestido azul, y además… ¿Cómo podía caminar tan fácilmente por aquél páramo helado? Hablando de frío, él no llevaba abrigo con el frío que hacía y notaba como sus plumas comenzaban a helarse… lo mejor sería hacer caso al consejo que aquella mujer le había dado e ir a la tienda a ver si vendían abrigos.

Mordecai se abrió paso en aquel denso paisaje helado, hasta que por fin vio una casa que supuso era la tienda y estaba en lo cierto.

"¡Bienvenido a la tienda!" le saludó el hombre amablemente "¿En qué puedo ayudarte?"

"¿Tiene abrigos?"

"¿Qué si tengo? ¡De todas clases, abrigos de bisonte, de morsa, de cuero, de plumón!"

"¡Eh!"

"Usted perdone, no había reparado en su aspecto"

Mordecai se decidió por uno de algodón que le costó todo el sueldo de un mes, desde luego la mujer no le había mencionado que los precios eran tan escandalosamente caros.

"¿Cómo encontró usted mi tienda?"

"Me lo dijo una mujer con el pelo rubio…"

"¿Y un vestido azul?"

"Sí, ¿Cómo lo sabe?"

"Aquella mujer es la Reina Elsa de Arendele, hace unos meses ella y su hermana vivieron una gran aventura, lo de la congelación, los enanos que hacen magia y todo eso"

"¿Magia?" pensó Mordacai "¡Eso es!"

Si la magia le había llevado allí tal vez podría sacarlo, así que ya abrigado salió a buscar a la reina… pero no la encontró.

Mordecai maldijo entre dientes, no quería quedarse allí, atrapado para siempre, tenía que encontrarla como fuese… pero ella le había advertido que no fuese a la ciudad, pero advertido no significaba que se lo hubiese prohibido…

El arrendajo pues decidió hacer caso omiso de las palabras de la reina, y se dirigió a Arendele, sin embargo un obstáculo le esperaba por el camino, lobos.

Los carnívoros llevaban tiempo sin comida por culpa del frío, y Mordecai les parecía suculento, por lo que lo persiguieron con intención de darle caza y alimentarse.

Él corrió todo lo que pudo, pero para su desdicha y debido a que la densidad de la nieve que cubría el suelo, de nuevo tropezó y los lobos cada vez estaban más y más cerca…


Bueno, hasta aquí el primer capítulo. Aunque no puedo asegurarlo intentaré actualizarlo semanalmente.

¿Se salvará Mordecai de los lobos? Sigan leyendo para saberlo.