Un sabor extraño

La tensión era realmente grande y es que, después de todo, era la primera vez que iba a hacer algo así, y era demasiado obvio que su compañero tenía experiencia en la materia. Las manos del chino estaban sudorosas, gruesas gotas resbalaban por su frente y su cabello se alborotaba.

Mientras tanto, el ruso lo observaba con una pronunciada sonrisa en el rostro, las fuertes manos de aquel hombre de ojos violáceos recorrían todo el cuerpo de quien, a su lado parecía sólo un niño.

Una voz suave e inocente sonaba desde unos labios pálidos "No tengas miedo, vamos a hacerlo juntos".El alivio adornó el rostro del morocho y ya decidido tomó con ambas manos eso tan desconocido para él, abrió lentamente su boca y lo posó en ella, tembloroso. Lo saboreó todo, en unos segundos su rostro se tornó carmesí, sus ojos se entrecerraron y su cuerpo se aflojó... El vodka, definitivamente era más fuerte de lo que pensaba.