Mi amado Hijikata-san

Hakodate, Junio de 1869. La guerra ha concluido, los enemigos finalmente han caído ante las tropas del Shinsengumi. Mas de los miembros de este valeroso equipo…solo quedo yo, Chizuru. La primavera ha llegado ya y quizás en todo su majestuoso esplendor. Me encuentro sola admirando la belleza que desprenden las hojas de cerezo cayendo elegantemente y mezclándose traviesas con el viento sepulcral que ahora hace bailar mis cabellos.

Estoy sola…muriendo entre lágrimas, acurrucando con fidelidad y amor el cuerpo de mi amado, quien ha caído después de la inminente victoria. Puedo imaginarme su sonrisa cálida y tierna, sus ojos violetas mirándome con dulzura diciendo mi nombre con solo una mirada.

Hijikata-san ha muerto. Ya no abre sus ojos. Tengo miedo. Lo perdí.

Acaricio su rostro aún con aquella tibieza que me enamoraba, sus labios aún estaban cálidos y no dudé ni un segundo en besarlos. Es un beso sin respuesta, un amor que ya no puede ser correspondido, porque aquella otra parte de mi ser me ha sido arrebatada. Mis lágrimas han comenzado a bañar sus mejillas, quizás se incomode, quizás se despierte y me diga "¡Chizuru, no me dejas dormir!" o "Chizuru, eres una llorona". Si, quiero que abra sus ojos, quiero que me regañe, que me trate como a una niña, que me proteja, que me diga que me ama.

Por favor, Hijikata-san, abre tus ojos, dime que todo esto es una simple broma, dime que estás a mi lado, que no has muerto, que no me has dejado sola.

"Chizuru…"

Levanté mi rostro hacia aquella dulce voz. Era él, me sonreía, con aquella ternura que solo podía encontrar en Hijikata-san…Sentí mi cuerpo tan ligero al pararme y le abracé… ¡era real! Lloré en su pecho, recriminándole y maldiciéndole, mientras él solo se dedicaba a mirarme y acariciarme con dulzura.

"Hijikata-san, te amo…¡tanto!"

Sentí el roce de sus labios y yo me dejé llevar por su pasión. Aquel rocío cristalino ya no descendía de mis ojos, aquella ternura había disipado mi dolor, mi angustia, mis deseos de darle fin a todo. Quise observarlo, la vista era maravillosa, el ocaso se hacía presente y contrastaba con su hermosa mirada. Luego acarició mi mejilla y me soltó suavemente, extendió su mano hacia mí.

"Es hora de irnos, Chizuru. Vámonos juntos"

Él estaba allí, con ese uniforme que le lucía, mirándome tiernamente, ofreciéndome su mano. ¿Adónde me llevaría si aceptaba su mano?

"¿Adónde me vas a llevar?"

Sonrió. Me abrazó y dijo algo en mi oído. Comencé a sollozar.

"Los demás nos están esperando"

Miré temerosa hacia atrás…El cuerpo de Hijikata-san estaba tendido en el suelo y encima de él estaba yo, haciéndole de escudo, resguardándolo entre mis brazos, inmóvil, con rastros de lágrimas.

Yo…había muerto.

Miré hacia delante y con seguridad tomé su mano. Él la apretó fuerte y, ambos, caminamos muy lejos de aquel cerezo en flor, nos íbamos hacia aquella desconocida eternidad, en donde todos aquellos valientes amigos que ofrecieron su vida nos esperaban. Hijikata-san y yo estábamos juntos.

"Ya…no habrán más peleas ¿verdad?"

Hijikata-san volvió a sonreirme.

"No. Esta vez nos vamos a la eternidad a ser felices, Chizuru"

Sonreí emocionada, entre lágrimas y me aferré fuertemente a su brazo de caballero. Caminábamos enamorados y felices rumbo a la eternidad, en donde la muerte no existe ni tampoco las guerras, una eternidad sin lágrimas, sin separaciones, sin enemigos, una eternidad junto a mi amado Hijikata Toshizou.

OWARI

N/a: Si ustedes quieren mi opinión, yo no creo que Hijikata haya muerto, es solo que el final nos dejó en suspenso, eso es todo…¡Espero que nos aclaren esto y no nos dejen con esta tristeza que ahoga el alma!

Besos y reviews!

Namida no Megami