Título: Lo que me gusta de Gokudera.

Fandom: Katekyo Hitman Reborn!

Personajes: Yamamoto Takeshi, Gokudera Hayato, Sawada Tsunayoshi y Reborn.

Género: General, Amistad, Romance entre líneas.

Rating: T

Advertencias: Shonen Ai. Un 8059 y leve insinuación de 5927.

Resumen: "Gokudera me gusta, sí. ¿Pero por qué? ¿Qué es lo que más me gusta de él? Eso es algo que yo, Yamamoto Takeshi espero poder contestarles, o moriré en el proceso. Lo juro".

Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece. Pertenece a la talentosa, Amano Akira, a la cual le agradezco infinitamente por traer a mi mundo tan bella y shipeable obra de arte.

10/04/11.

Capítulo 1- Su ceño fruncido y enojo.

¡Eh! Hoy parece que va a ser un bonito día. Es lo primero que pienso al salir de casa, y contemplar el cielo despejado.

¿Me pregunto si él ya se habrá ido?

Sonrío de sólo pensarlo, y mi buen humor fluctúa en un alto nivel.

Sin más tiempo que perder, me encamino hacia la escuela antes de que se me haga tarde. Sé que sólo son un par de minutos, unas cuantas cuadras, y quizá me encuentre con él. Se ha vuelto una rutina, ¿saben?

Ir a la escuela o volver de ella, en compañía de Gokudera y Tsuna. Eso me gusta, he de admitir. Pues el trayecto se vuelve más divertido y entretenido cuando voy con ellos.

¡Oh! Ahí va Gokudera. ¡Qué bien!

Apresuro el paso, llamándole en el proceso para que me escuche.

- ¡Eh, Gokudera!

El de cabellos plateados se detiene y se gira, frunciendo el ceño en cuanto me reconoce.

- ¡Tú! –me reclama en cuanto le doy alcance, tensando sus músculos por mi presencia. Está enojado.- ¿Por qué siempre me tengo que encontrar contigo, eh? ¡Es detestable! –y chaquea la lengua, mirando hacia otra parte.

- Haha. ¿Pero qué dices, Gokudera?

Me rió por sus palabras, logrando que su humor empeore... si eso es posible.

- ¡Maldición, deja de reírte! ¡No es gracioso! –me reclama, empuñando con fuerza su mano cuando me encara, y me toma del cuello de la chaqueta.

- Pero si es divertido... Haha.

- ¡Tú!

Sólo consigo que se enoje más.

- ¿G-Gokudera-kun…? ¿Yamamoto?

Aquella voz atrae nuestra atención. Es Tsuna y aquel bebé, unos metros más adelante en la intersección de la calle.

- ¡D-Décimo! –su agarre disminuye en cuestión de segundos, brillando con emoción y alegría sus ojos en cuanto me suelta y va con ellos.- ¡Buenos días, Décimo! ¡Reborn-san!

Les saluda enérgico, cambiado por completo su forma de ser y actuar. Eso es algo que… no entiendo de Gokudera, y creo que nunca lo haré. Hn. Tampoco me gusta.

- ¡Ciaossu!

Dice el bebé como saludo, seguido de Tsuna.

- Buenos días, Gokudera-kun... Yamamoto.

- Hola, Tsuna... bebé. –les saludo con una de mis sonrisas al darles alcance, intercambiado todos algunas palabras antes de retomar el camino hacia la escuela.

No hemos dado ni dos pasos, cuando Gokudera interviene al percatarse de cierto detalle.

- ¡Permítame llevar eso, Décimo!

Como de costumbre, se acomide con una sonrisa radiante a cargar con la bolsa que el castaño lleva. Posiblemente, el uniforme de Educación Física al ser Miércoles.

- ¿E-Eh? –Tsuna se sorprende ante la petición, y no sabe cómo actuar.- N-No es necesario, Gokudera-kun. Yo… puedo llevarla, no está pesada. –dice con una sonrisa nerviosa, ante la mirada expectante de su Guardián.

- ¡Insisto, Décimo! Por favor. –toma la bolsa de una de las agarraderas, y espera que el otro la suelte.

- P-Pero...

Haha. Esto se pone interesante.

Gokudera no descansará hasta que su "Décimo" (como él le dice) le deje llevar la bolsa, y a su vez, éste no se la soltará por nada del mundo. Es lo que en beisbol se conoce como bola muerta, así que mejor intervengo yo.

- Si gustas… yo puedo llevarla, Tsuna.

Como ninguno de los dos esperaba mi participación, tomo la bolsa muy fácilmente. Ahora ambos me miran confundidos, sin saber muy bien qué ha pasado.

- ¿Eh?

- ¿Cómo dices... idiota del beisbol?

Y como es de suponerse, Gokudera reacciona en cuestión de segundos, reclamándome de nuevo.

- ¡Yo, como la Mano Derecha del Décimo que soy, debo de llevar sus cosas, no tú! ¡Suelta eso, Yamamoto!

- Gokudera... –trato de calmarle, pero ver su expresión (ceño fruncido y semblante desafiante) me limito simplemente a sonreírle porque... se ve adorable.

Me gusta esa parte de él.

- ¡Dije que lo sueltes! -insiste, mientras yo me rehuso.

- Lo siento. Haha. Pero no lo haré...

- ¿Es que acaso quieres morir? –me amenaza, y yo a lo lejos escucho las palabras de Tsuna.

Y es que mi atención está completamente centrada en Gokudera, por lo que no reparo en nada más.

- ¡C-Chicos, está bien! ¡No es necesario que...!

- Déjalos, Tsuna. –interviene Reborn, posándose en su hombro.- Deberías de estar feliz de ver que ambos se preocupan por el bienestar y la comodidad del Décimo Jefe Vongola.

- ¡Pero si yo no quiero ser el jefe, Reborn! –el castaño empieza a llorar de forma dramática ante la misma historia de todos los días.- ¡Te lo he dicho un millón de veces!

- Ya es suficiente, Tsuna inútil. Esa no es la actitud que un mafioso debe de mostrar.

- ¡Por eso te estoy diciendo que...!

- Es suficiente. –le interrumpe con una patada tras su espalda que lo hace besar el suelo, y quedarse ahí, gimoteando, porque Reborn nunca lo escucha.

Eso, más el hecho de que sus guardianes tampoco lo hacen. Todo el mundo pasa de él. No es justo.

Yo, desvío mi atención sólo algunos segundos, y veo a Tsuna llorando en el piso. El bebé está encima de él, y me mira con una pequeña pero extraña sonrisa. ¿Se habrá dado cuenta de que a mí...?

- ¡Te dije que la sueltes Yamamoto...! ¡Eh, ya es mía!

Oh, no. Mi distracción ha hecho que Gokudera se quede con la bolsa. Pero está bien. Ver esa expresión y "peleado" con él, ha valido la pena. Sonrío, pues no lo puedo evitar.

Ha sido un buen momento.

- ¡Décimo, la tengo! –Gokudera va con él, dándose cuenta apenas de su estado.- ¿S-Se encuentra bien? ¡Décimo!

- S-Sí. –Tsuna aún llora, y Hayato lo ayuda a ponerse de pie. Trata de animarlo.

¿Eh, Hayato? ¡Qué curioso! Es la primera vez que le digo de esa forma. Haha. Si me hubiera escuchado, estoy seguro de que Gokudera me hubiera golpeado por tomarme esa libertad de llamarlo por su nombre.

Aunque es un bonito nombre, debo de admitir.

- Ha sido un buen momento, ¿no?

El bebé de la casa de Tsuna se posa sobre mi hombro, observando la escena que su estudiante y el Huracán de Bombas mantienen más allá.

- Haha. –río como única respuesta, sin entender muy bien el significado de sus palabras.

Aunque, no sé por qué tengo la impresión que él sabe que a mí...

- ¡Tsuna! –le grita, bajándose de mi hombro y yendo con ellos.- ¿Qué estás haciendo? Van a llegar tarde. Deja ya de jugar.

- S-Sí. –asiente éste, tomando sus cosas y retomando el paso.

Yo los miro unos segundos más antes de seguirlos. Y una pregunta viene una y otra vez a mi mente.

¿Acaso el bebé sabe que... me gusta Gokudera? ¿Qué estoy enamorado de él desde hace meses y que, precisamente me gusta verlo enojado, con el ceño fruncido y gritándome infinidad de cosas mientras enfurece?

No, no es posible, ¿cierto? Aún es un bebé, él no sabe de este tipo de cosas.

Además, no soy tan evidente con mis sentimientos por él, ¿o sí?

Nah, quién sabe. Quizá debería de preguntárselo, sólo para salir de dudas.

Después de todo... él es el tutor de Tsuna, ¿no?

Continuará...


Bueno, como ya había dicho antes en mi otro fic, KHR! es de momento, mi obsesión :D

Estoy viendo el anime, y apenas voy en el capítulo 80 (ni la mitad, vamos. Pero miren lo emocionada y feliz que me tiene el fandom n-ñ). Sí, adoro tanto el Yaoi como el hetero; y principalmente me gusta el 8059, como el 5927 y más extrañamente el 1859; supongo que por eso Gokudera y Hibari son mis personajes favoritos :P

Soy un fangirl, y como tal, se me ocurre cada cosa, que ya luego lo verán ;3 Pues nada más de momento, pronto la continuación de este fic, donde Yamamoto nos dirá por qué le gusta Gokudera. Sin más por ahora, gracias por leer y comentar de antemano ;)