Los personajes de Boku no Hero no me pertenecen, los derechos reservados a su autor.
Au de fantasía.
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Crossfire
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Capitulo 1:
Cuando era pequeño, sus manos se alzaban soñando tocar las nubes, entender las estrellas y encontrar todo lo desconocido del basto mundo que estaba seguro se extendía más allá de las grandes montañas que rodeaban su hogar.
Era-es a palabras de su madre, un aventurero empedernido y un curioso nato.
Midoriya Izuku es hijo de un escriba del reino y una ex doncella del castillo real. Por lo tanto, ha tenido acceso a la educación desde muy joven, aprendiendo con certeza y dedicación el oficio de su padre, y nutriéndose del amor de su madre a diario, creciendo aun a su consideración con una visión limitada que desea expandir con el paso del tiempo.
La familia vive a las fueras del castillo (pero no tanto como el pueblo), su padre está a su lado cada fin de semana y regresa cada lunes sin falta a realizar su trabajo junto al rey, atestiguando y escribiendo los sucesos de su reinado, que es, sin lugar a dudas el más largo y próspero que se ha visto en el reino. O al menos eso dice su padre, quien es el heredero del puesto de la décima generación del reino.
Izuku tiene acceso a libros, a historias y leyendas, aprende a montar a caballo, un poco de esgrima y su madre le enseña a tejer, de jardinería y sobre la virtud de la bondad que jamás le debe faltar. Izuku desarrolla todo sin problemas, ama su entorno, a su familia y todo lo que lo rodea. Pero siempre ha existido algo en su corazón que le impide quedarse quieto.
Sus libros favoritos son aquellos que hablan de todo lo que se extiende más allá del valle, las historias y leyendas de Dragones y faunas desconocidas que está ansioso de atestiguar y descubrir. Es por eso, que cuando Midoriya cumple 15, decide por voluntad propia y bajo la autorización de su padre y madre, emprender el viaje de sus sueños.
—¿De verdad piensas hacerlo Midoriya? —Pregunta un joven de cabello bicolor. Se trata de Todoroki, quien es el único joven de la edad de Izuku y, por si fuera poco, el quinto príncipe del reino y futuro heredero al trono. Ambos arreglan el caballo del peliverde, colocan la silla, cepillan su cabello y acomodan las bolsas de piel llenas de provisiones para las siguientes semanas que la madre de Izuku a preparado.
Midoriya asegura la silla y suspira. Entiende la preocupación de Todoroki, la de su madre y su padre, pero es una decisión que ha tomado y no piensa poner marcha atrás—Solo es por un mes Todoroki —Izuku le regala una sonrisa, el de cabello bicolor dibuja una mueca de inconformidad.
—Es peligroso, el valle—intenta persuadirlo el más alto—Puedo organizar una comitiva, podemos explorar juntos, con guardias—Indica. Midoriya coloca una mano en el hombro del mayor. Entiende perfectamente que Todoroki tema por su vida, pero nada tendría sentido si aceptara su ayuda, no de esa forma.
—Sabes que aprecio eso, pero tú eres el heredero al trono—Izuku sube al caballo, Todoroki imita su gesto subiendo al propio—Y no puedo arriesgar a la persona para la que en un futuro trabajare ¿cierto? No quiero ser quien deje sobre la historia la muerte prematura de su Rey. Confía en mí, Todoroki.
—Midoriya—El de cabello bicolor le llama, el más bajo detiene el galopar de su caballo y observa el cielo y las montañas, donde se alza el gran valle que encierra grandes misterios que Midoriya quiere desenterrar. —Por favor…—Todoroki toma su muñeca, el de pecas clava su mirada en la ajena y lo que el de heterocromía vislumbra es la decisión inquebrantable de seguir sus sueños.
Todoroki envidia esa mirada y por eso mismo, la atesora tanto.
—Volveré…—Remarca el de rizos verdes. El contrario niega e Izuku observa como el miedo se apropia de esos ojos bicolor que siempre han mostrado indiferencia a muchas otras cosas. Midoriya se inclina y encamina la mano del más alto a su propia mejilla, le observa por minutos y siente la brisa golpear contra ambos.
Todoroki baja la cabeza un poco y en un delicado roce, cubre los labios del peliverde con los propios, mirándolo fijamente y esperando una respuesta que jamás llega —Promételo…
—Te lo prometo—Ambos se separan y Midoriya desvía la mirada, siente el rojo apoderarse de sus mejillas.
—Si no vuelves en un mes, iré a buscarte—dice el más alto. Midoriya asiente en silencio y toma la mano contraria. Ambos caballos caminan lado a lado hasta la entrada al bosque dónde el peliverde comenzara la aventura.
Todoroki le roba otro sutil beso antes de la despedida y le entrega un paquete envuelto en piel que le indica no abrir hasta que llegue a la entrada del valle.
Midoriya se coloca la capucha, alza las riendas de su caballo y tras dos pequeños golpes de los tobillos, el equino se aleja galopando, internándose a pocos minutos en el bosque que oculta el camino al valle de los Dragones.
Todoroki siente su corazón oprimirse y decide confiar en los ojos esmeraldas que han cautivado su corazón. Su corcel galopa con fuerza a la dirección contraria a la que Izuku ha tomado, confiando ciegamente en que Midoriya cumplirá su promesa.
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La primera noche para Midoriya es inolvidable. Luego de más de seis horas baja finalmente de su caballo. Se estaciona cerca de un lago, donde coloca al corcel, lo alimenta con varias zanahorias y manzanas y enciende una pequeña fogata para posteriormente sacar algo de queso y pan para merendar.
La noche es tranquila y la fogata le da la suficiente luz para sentirse seguro y lejos de cualquier peligro. Cerca del lago, construye un pequeño refugio donde pasara la noche, uno que le permite observar las estrellas y el cielo que tanto ama.
Izuku sabe que ha dejado su cómoda vida atrás, pero su madre y su padre le han apoyado y el no desistirá de sus sueños y tampoco está dispuesto a perder la vida en la cruzada que está a punto de vivir. Esa no es una opción, pero sabe que grandes peligros le aguardan.
La voz de Todoroki y su promesa lo acompañaran siempre, en cada noche en vela y en cada encuentro y peligro que se cruce en su camino.
Midoriya se extiende en su cama improvisada, suspira y entonces recuerda fugazmente los labios de Todoroki sobre los propios.
—Si el rey nos hubiese descubierto, estaríamos muertos, o más bien yo sería el único incinerado aquí—ríe para sí mismo. Su voz no tiene eco y el sonido de la noche envuelve sus sentidos. Sus brazos cubren sus ojos y se permite llorar en silencio, permitiéndose extrañar a su madre, a su padre y a Todoroki.
La soledad lo abruma.
Pero es su sueño y para eso deben existir sacrificios.
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La primera semana pasa y Midoriya se encuentra cada vez más cerca de la entrada, lo que no espera, es una tormenta eléctrica que lo orilla a refugiarse en una cueva a plena tarde. En ese tiempo le ha pasado de todo, pero también ha descubierto un montón de cosas nuevas que lo hacen pensar que cada infortunio ha valido la pena.
Saca sus botas y las pone a secar, mientras alista su pluma, tinta y papel para tomar notas de varias plantas que ha descubierto pueden ser consumidas por humanos y que no se encuentran cerca del reino.
El sonido de la lluvia caer le reconforta y la luz que se cuela por los árboles logran crear pequeñas refracciones que crean arcoíris fugaces.
—No creo poder ver este tipo de cosas en casa—susurra. Está última semana se la ha pasado hablando solo o con su caballo, el cual solo responde con pequeños sonidos que Midoriya interpreta como respuestas.
La tormenta sigue por los siguientes días, pero Midoriya tiene que continuar, pero tras los pronósticos el camino se vuelve aún más problemático, lo suficiente para hacerlo perder más de medio día de trayecto.
Un relámpago cae a su lado, su caballo se espanta y lo tira al suelo. Todo se oscurece por varios minutos hasta que la claridad retorna a su mirada y se da cuenta que está cubierto de lodo y junto a él, el cuerpo de otro ser humano se encuentra en las mismas o peores condiciones que él.
El cuerpo se mueve y Midoriya retrocede espantado hasta que su espalda pega con un árbol.
—¡¿está vivo?!—Su voz se alza y se cubre la boca, no hay nadie que le responda. Se queda observando el cuerpo, el cual no se vuelve a mover por los próximos diez minutos.
Cuando el agua cede Midoriya se desliza con cuidado, camina entre el barro húmedo y con las fuerzas que le da su cuerpo, orilla al desconocido a una amplia cueva donde lo coloca sobre tierra seca y lo desviste. Sus manos tratan de limpiar su cara llena de barro, pero es inútil, ya que las propias se encuentran en peor estado, pero al menos confirma que sigue respirando.
Ambos están completamente empapados y sucios. Izuku Suspira, llama a su caballo y este acude rápidamente. Toma de su maleta un pedazo de manta limpia y la moja, se saca la ropa y procede a hacer exactamente lo mismo con el desconocido. Frota la manta sobre su rostro, sacando la suciedad.
Por lo que puede ver su rostro es fino, pero a pesar de eso, hay un gesto feroz que no desaparece de sus facciones incluso inconsciente. Midoriya procede a limpiar de igual forma la mayoría de su cuerpo, encontrando varias cicatrices y un tatuaje curioso en el brazo derecho que recuerda fugazmente a ver visto en uno de los tantos libros que alguna vez leyó.
Intuye, luego de la limpieza, que el desconocido es joven, de cabello rubio y por su apariencia puede ser que se trate del miembro de alguna de las pocas tribus que han sobrevivido en el valle, si es que claro, aún queda una.
Según su información y los libros del reino, todo humano a desaparecido de estas tierras ya que son inhabitables debido los peligros, bestias y dragones que se supone existen, pero había tres excepciones para explicar la presencia de ese chico rubio ahí:
Uno: Es realmente parte de una tribu desconocida.
Dos: Es un viajero como él.
Tres: es un exiliado que ha cometido algún delito grave.
Esperaba que se tratara de cualquier opción menos de la última ¿Qué haría el contra un brujo, asesino o maleante? Izuku niega y trata de no pensar en el peor escenario, suspira y se sienta mientras enciende una fogata para calentar ambos cuerpos, porque no le queda opción y porque, aunque se niegue aceptarlo, sin importar de quien se tratare la persona inconsciente a su lado, la bondad y la ayuda al prójimo es una de sus virtudes que tiene más arraigadas.
Las horas pasan y el desconocido no responde, los ojos de Midoriya luchan por un poco de descanso y sus ropas aun no logran secarse del todo para poder continuar su viaje. Está cansado y quiere dormir.
En sus próximos tres parpadeos, todo pasa absolutamente rápido.
En el primero piensa que los ojos rojos y afilados que lo observan son un sueño. En el segundo sigue pensando que el azote contra la pared sigue siendo parte de esa extraña ilusión y en el tercero donde un cuchillo de hueso es puesto en su yugular y los ojos rojos lo miran destellando furia, se da cuenta que nada es falso y que la sangre tibia resbalando por su cuello es real. Tanto que por un momento se paraliza.
—¡¿Dónde está?! —La voz del rubio es apenas entendible. Midoriya reacciona y tiembla. Como respuesta es nuevamente golpeado contra la pared.
—"¿Dónde está qué?"—Piensa desesperado, No entiende nada y el chico dueño de esos ojos rojos, parece sediento de respuestas que él no tiene en sus manos. Trata de pensar con rapidez, pero no encuentra una acción coherente o lógica para salir de esa situación.
El contrario gruñe ante la falta de respuestas y encaja un poco más su cuchillo en la piel contraria, Izuku jadea y de una patada lo aleja un poco.
Un nuevo gruñido sale de la boca contraria y se lanza nuevamente al peliverde. Izuku reacciona como puede y se agacha, huyendo al otro lado de la cueva donde el contrario le persigue.
—¡Te salve! —grita el peliverde desesperado, observando como las gotas de sangre que resbalan por su cuerpo terminan en el piso. El rubio chasquea los dientes y camina de nuevo hacia el de pecas, quien siente que el piso se mueve por la falta de sangre y el cansancio que ya lo embriagaba. —Yo…No…—Recibe un fuerte golpe en el estómago, justo antes de sentir el negro apoderarse de sus ojos y caer el piso, perdiendo la conciencia.
Continuara.
Notas del autor: Saben hace menos de dos días estaba diciendo que no escribiría katsuDeku y era muy en serio, pero ya tenía bosquejado un Au de fantasía y luego surgió este así que hice una pequeña combinación de ambos, detalles mínimos para complementar la historia, está historia tendrá KatsuDeku principalmente pero también TodoDeku para que no les espante (¿?) juro que tratare de actualizar seguido al menos terminarlo en estos tres meses que le quedan al anime. Espero saber que les ha parecido y si les parece interesante está idea.
Recuerden que para estar al pendiente de la actualización de este como Hilos o cualquiera de mis escritos síganme.
Las quiere y aprecia Shinobu Rei y recuerden que todo comentario y voto, es una motivación al autor para seguir escribiendo.
¿Saben quién es el rubio salvaje que apareció? Ja… XD Les juro que en mi mente pasan cosas demasiado graciosas con este Katsuki, pero espero que no se me salga la comedía aquí. Como dato interesante soy una fiel seguidora de los Dragones y por lo tanto la historia tendrá demasiado de estos ;D
ahora sí, hasta la próxima y disculpen de antemano los horrores ortográficos.
