No es un adiós...

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"Ven, Wilkilén, siéntate a mi lado - le había dicho Vieja Kush -. Voy a contarte de una que, a partir de esta noche, será mi hermana y compañera eterna. No te asustes cuando escuches su nombre, ni la culpes por hacer lo que es necesario. ¿Conoces a alguien a quien le agrade comer manzanas que pendan años y años de los árboles? Tampoco lo conozco yo. Y dime, ¿cómo nacerían manzanas nuevas si las que ya cumplieron con lo suyo no dejaran sitio en las ramas? ¿Podríamos tú y yo ser viejas al mismo tiempo? ¿Quién le enseñaría a quién? La hermana Muerte carga con una tarea que todos comprenden pero pocos perdonan. Sin ella, los hombres no mirarían al cielo en las noches claras. Tampoco cantarían. Sin ella, no existirían ni el suspiro ni el deseo. Sin ella nadie en este mundo se ocuparía de ser feliz."

Liliana Bodoc, La Saga de los Confines: los Días de la Sombra

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El mundo ha cambiado. Siempre cambia, tanto para bien como para mal. El universo y sus leyes son un sistema dinámico, siempre renovándose, siempre reconstruyéndose. Algunos seres fueron hechos para sobrevivir a los siglos, mientras que otros… los van saltando de vida en vida, de muerte en muerte.

No era muy usual ver tantos gorriones agrupados en un solo sitio; lo acostumbrado era que hubiera pequeños grupos ubicados en las inmediaciones de algunas casas. Pareciera como si estuvieran esperando algo de la cabaña en el límite del Bosque Everfree. Los demás animales se mantenían a respetuosa distancia de ellos, porque el aura que desprendían así lo demandaba. Cuando alguien tenía que pasar por donde se encontraban los gorriones, éstos se apartaban sin bullicio, siempre generando inquietud con su presencia tan paciente. Y es que ciertamente habían tenido que ser pacientes.

Frente al castillo de Ponyville, la brisa se arremolinó en la calma estrellada de la noche. Luces como fuegos fatuos bailaron en ella cual hojas secas en el viento otoñal, formando un remolino al que se sumó algo de polvo venido de un lugar desconocido. Un extraño ser fue formado de esta manera: tenía rasgos de poni, pero no se podía decir a ciencia cierta que fuese uno, dado su aspecto demacrado y sus ojos grises, casi blancos, que resaltaban en el rostro huesudo. De hecho sus pupilas no eran visibles a simple vista.

Las casas dormían a su alrededor, pero en la puerta del castillo de la no tan reciente princesa coronada, una figura aguardaba en la penumbra. Al dar unos pasos hacia adelante, la tenue luz de la luna iluminó sus colores violáceos.

"Vamos" dijo el cadavérico ser, y la alicornio lo siguió obedientemente. Aún estaba algo… pues, un poco… confundida por la visita de aquel ser la noche anterior, pero ella comprendía bien el motivo que lo había traído allí, no una sino varias veces. Y hasta ese momento, ella aún no sabía la inevitable verdad que aprendería aquella noche, al igual que el amigo al que tenía que… ayudar, de alguna forma.

Caminaron por la soledad del pueblo, ese Ponyville que ya quedaba distante del que la princesa lavanda había conocido al llegar por primera vez. Pero seguía siendo bonito y afable, y los ponis que lo habitaban, las generaciones que engendraron las anteriores, mantenían las buenas costumbres, ese buen carácter del pueblo.

—Sé que tienes muchas preguntas para hacerme, pero no tengo tiempo de responderlas — dijo de repente la criatura, y Twilight se estremeció.

—¿Cómo…?

—Es algo muy obvio. Sabes de dónde vengo y a quién represento, ¿quién no tendría curiosidad de preguntar?

—Oh… es cierto — admitió la poni color lavanda.

La conversación se apagó, dejando al silencio como única compañía de los caminantes hasta la cabaña al límite del Everfree. Los gorriones alzaron vuelo trazando círculos delante de ellos al llegar, y volvieron a posarse tranquilamente en las ramas de los árboles. Sin mediar palabra, Twilight fue hasta la puerta y golpeó tres veces, tal como lo había convenido con el enviado de los espíritus, porque si golpeaba él, lo más seguro era que no le abrirían. Por los postigos cerrados se colaba algo de luz, así que alguien tenía que estar despierto.

—¿Quién vive? — preguntó una voz desde adentro.

—Soy yo, Twilight.

—…

—Está bien, no hay nada que temer.

—No te abriré, sé que no estás sola. No permitiré que se la lleven.

Twilight suspiró. Si no fuera por el encantamiento que custodiaba la puerta de la casa de su amiga, ya habría entrado hacía mucho.

—Pero tienes que dejarla partir, ha pasado mucho tiempo.

—¡Es mi única amiga!

Siguió otro silencio, mientras la alicornio miraba con impotencia la madera hechizada. El poni venido del mundo más allá, el "guía", se adelantó para intervenir.

—¿Hasta cuándo prolongarás su sufrimiento, Discord? Sólo estás haciendo que su vida se marchite más y más. Su cuerpo no puede ya contener a su alma. Y para cualquier criatura, retener su alma en un cuerpo marchito es uno de los peores castigos que puede haber. — su voz podría haber hecho temblar a todas las bestias del bosque, en cambio los gorriones permanecían impasibles, y Twilight intentaba imitarlos lo mejor que pudo — No te conviene obligarme a que use todas mis fuerzas para entrar a esta casa. Debes abandonar esta locura, o pagarías un precio demasiado alto.

—Por favor, Discord. — suplicó Twilight — No lo hagas más difícil de lo que ya es…

—Vaya, se supone que estarías de mi lado, Twilight — replicó la voz del draconequus —, ¿tú también quieres que Fluttershy se vaya?

—¡No es eso…! Es… que es inevitable. Yo también quisiera que ella se quedara con nosotros, pero no así… apenas puede ver, oír, o incluso pararse. Tienes que entender… ella está sufriendo mucho. ¿No crees que le dolería ver lo que estás haciendo? Llevas demasiado tiempo aislado, empedernido en impedir que… que… — Twilight no pudo continuar, no podía decir lo que quería decir.

—Hagas lo que hagas, no podrás evitar su destino. Pero sí puedes hacer algo favorable por el tuyo…

—En este momento, no me importa mucho mi destino…

—Un designio egoísta va a acabar contigo, draconequus. Hazme caso, o sobre ti caerá la furia de los grandes inmortales.

—…

Unos prolongados minutos duró la meditación del señor del caos, hasta que éste finalmente quitó el sello mágico de la puerta, y ésta se abrió muy lentamente, revelando el estado de la casa que por muchos años fuera la morada de Fluttershy, portadora del Elemento de la Bondad. Todo se veía distinto dentro por influencia de la magia de Discord, quien esperaba allí en la sala, cruzado de patas, y mirando a ambos con sus blancas cejas fruncidas.

—Tú no, Twilight.

Antes de que la alicornio abriera la boca para protestar, el guía la detuvo con un gesto. Le dirigió una mirada como diciendo "Ve a hacer los preparativos, yo me encargo". Y por mucho que la princesa de la amistad hubiese querido quedarse, comprendía que no debía contradecir al guía de las almas, de modo que asintió con la cabeza y se fue volando.

—Quisiera negociar — dijo Discord cuando estuvieron dentro de la sala.

—No, las almas no son negociables.

Ambos seres se miraron fijamente, generando cierta tensión en el ambiente. Evidentemente, para el guía de las almas sería difícil lograr un acuerdo con el Señor del Caos, pero cumpliría su objetivo, costara lo que costara. Desde que la bondadosa pegaso enfermara, desde que comenzara el tiempo de su hora señalada, Discord se había empedernido en no permitir al enviado de la Muerte la entrada a la casa de Fluttershy, haciendo uso de una magia que iba más allá de lo que él podía hacer. Dos, cuatro, seis… esa era la séptima vez que el espíritu cruzaba la barrera del Érebo para acompañar al alma de la yegua a su morada, y sería la última vez, ya que estaba facultado por los Inmortales para usar los poderes prohibidos en caso de que no quedara otro recurso. Pero eso raras veces ocurría.

—Entiendo que dejarla marchar es duro para ti. He visto ese sentimiento millones de veces en los mortales.

—Pero yo no soy un ser mortal. Fluttershy ha sido mi única gran amiga en centurias, no voy a abandonarla. Sí, estarán Twilight, Starlight y todos los demás, pero no es lo mismo que con ella.

—Tú sabías desde el principio que ella no viviría para siempre, aunque entiendo que al principio el inicio de tu amistad con la pegaso no fue completamente voluntario. Sin embargo, no hay forma de retenerla más tiempo en esta tierra. Por lo menos… no por ahora.

—¿No por ahora? — preguntó Discord, sorprendido — ¿Qué quiere decir eso de "no por ahora"?

—Verás, probablemente hay mucho que no sabes de los secretos de la vida y la muerte. Tus poderes se mueven en la ambivalencia del bien y del mal, y desde el momento de tu creación, tu esencia siempre fue dinámica pero concreta, una esencia caótica pero extrañamente estable. Y eso no pasa con todos los seres, por eso existe una cierta diferencia entre almas y espíritus, las almas son más volátiles respecto de los espíritus, los cuales tienen más probabilidades de permanecer en una forma incorpórea, y aún así influir sobre el medio.

—Hmmmm — Discord se pudo a pensar — entonces, si tú eres un espíritu, no posees un cuerpo, pero puedes de todas formas actuar sobre las cosas.

—No con la misma libertad que tú. Mi función, al igual que la de los demás psicopompos, es la de guiar a las almas a los portales del mundo espiritual, una vez que se ha cumplido el ciclo de éstas en el cuerpo que encarnaron. No tenemos ningún poder sobre la materia física.

—¿Psicopompos, eh? ¿Y a qué vienen todos esos pajarracos de allá afuera?

—Son algo así como vigilantes.

—Vigilantes de la muerte… oye, dime una cosa, eso que decías de la volatilidad de las almas y sus ciclos, creo haber oído algo sobre eso, ¿cómo se llamaba…?

—Reencarnación. Por eso, es absurdo que intentes mantener a Fluttershy con vida, su alma ya cumplió su ciclo, y debe volver al Érebo hasta que sea momento de encarnar nuevamente.

Se confirmaba entonces la sospecha del draconequus acerca de la reencarnación, algo que quizá Celestia le había comentado hacía unos años. Bajo esa nueva perspectiva, se le ocurrió una idea para conservar a su mejor amiga sin interferir con la tarea del psicopompo. De modo que le hizo una seña, y lo condujo a la habitación de la anciana pegaso.

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Bueno, después de un tiempo sin publicar nada, por fin estoy de vacaciones como para ponerme un poco al día. Hace mucho tiempo que tuve la idea de este fic, y decidí publicar este primer capítulo para ver cómo es recibida la historia, la cual será muy breve, no tendrá más de dos o tres capítulos. Pensaba publicarla como one-shot, pero creo que se haría muy largo de leer.

Comenten qué les pareció el capítulo, y si les interesa que siga esta historia.

Nos leemos pronto.