¡Olóo de nuevo! Iniciando un nuevo fic. Éste será de 16 capítulos y quizá un epílogo, dependiendo cómo vea la historia... Pero ésta vez, no escribí un Dramione. Éste es un fic de Draco Malfoy y…Sí, así como dice la descripción, Astoria Greengrass.
"¿¡Qué! ¿¡Por qué hiciste eso,Marie!" D:
Tranquilos, aquí va mi explicación: Nunca entendí por qué Rowling no puso a nuestro amado Draco con Hermione. ¡Era una pareja obvia! Sin embargo, encontré una razón: el mejor amigo del protagonista, ése tal Ronald ¬¬ no podía quedarse solo. ¡Ooh, hubiera sido una crueldad! ¬¬ …Y abusando del carácter generoso de Granger, pues…
Sin embargo…¿Quién diablos era ésa Astoria? Jamás la había mencionado ¬¬ Eso la hacía aún más desagradable para mí. Así que decidí tomar cartas en el asunto, y crear una Astoria que explicara porqué Rowling la había puesto como pareja de Draco. Para lograr todo esto, en ést fic hay varios puntos a considerar:
- En ésta historia, se tomará en cuenta que Astoria Greengrass es solamente un año menor que su hermana.
- Varios personajes recursan el último año ya sea porque faltaron a él (como Hermione, sólo que aquí todo el trío de oro repite) o porque reprobaron varios ÉXTASIS (en caso de Dafne Greengrass, que yo necesitaba que se quedara en el mismo año que su hermana) o porque tuvieron un año muy irregular (en caso de Neville Longbottom)
- Esto es un fanfic post-guerra, es decir después de la guerra de Hogwarts, por lo cual no afecto nada más en la historia oficial aparte de lo mencionado antes. Lo único que hago aquí es crear una historia intentando explicar de dónde diablos brotó Astoria Greengrass en la vida de Draco Malfoy, y sobre todo, darle una personalidad que realmente le quede para explicar cómo llegó a ser su esposa.
- Las frases en paréntesis son los pensamientos de Astoria.
Y mi disclaimer obligado: daría mi alma por que todo lo relacionado con HP fuera mío, pero no, no lo es. Es de Rowling. Lo único que me pertenece de ésto son las situaciones que se manejan, y el hermanito adorable de Cormac xD ...es todo. :3
Disfrútenlo!
Capítulo 1: Cuestión de enfoque
- Con permiso…con permiso… ¡Quítate! – gruñí a un Hufflepuff de primero que me estorbaba en mi camino.
Corrí por los pasillos para lograr llegar a tiempo a la clase. McGonagall no me perdonaría llegar tarde de nuevo, por más encantadora sonrisa que le dedicara al entrar. Apenas pude frenar para evitar golpear a un chico de Ravenclaw que estaba parado justo en la puerta. Volteó a verme al escuchar el ruido de mis zapatos en el piso.
- Con permiso…-le dije, temiendo haberlo tacleado.
- No te apures –me sonrió mientras me detenía la puerta para que pasara- la profesora aún no llega.
Suspiré aliviada y se me escapó una sonrisa de triunfo, que el chico confundió.
-Vaya, una slytherin que sabe sonreírle a alguien que no es de su casa…¿cómo te llamas?
Lo observé rápidamente antes de responderle: alto, cabello ondulado de un castaño claro que hacía juego con sus ojos miel. Una sonrisa cálida, hoyuelos en las mejillas y, la mejor parte: un Ravenclaw. Siempre tuve predilección por ellos. Se me hacían extremadamente sexies pues eran más inteligentes que los hombres promedio. Los hombres inteligentes eran mi primer punto débil.
- Greengrass. Astoria Greengrass.
- Aaah…la hermana menor de Dafne. ¿No se supone que tu hermana iba un año delante de nosotros?
- Así es, pero la torpe repitió año junto con Zabini porque reprobaron la mayoría de sus ÉXTASIS. ¿Y tú eres…?
- Alexander McLaggen. Soy hermano menor de Cormac Mc Laggen, ¿lo conoces?
- (cómo olvidarlo…) Humm…si, si lo ubico. Nunca lo traté mucho, pero si lo recuerdo.
- Mala suerte lo de Zabini y tu hermana…¿Fueron muy malas sus notas?
- Humm…Zabini los reprobó porque faltó mucho en el año. Mi hermana los reprobó porque es una tonta.
Durante la charla nos habíamos sentado en nuestros lugares de la clase. Me alegró ver que se sentaba en la banca de al lado. Al ser apenas la segunda clase del último año, era obvio que no me había dado cuenta bien quién estaba al lado mío.
Justo en ese momento llegó Dafne.
- ¡Astoria! ¡pensé que ya no llegaba a la clase! – exclamó mientras se sentaba a mi lado –las escaleras siempre me han costado un trabajo que…-fijó su mirada en Alexander, el cual le dedicó una sonrisa amable.
- Hola.
- Humm…hola- desvió su mirada de él y la clavó significativamente en mí.
No pude responderle nada pues en ese momento llegó McGonagall e iniciamos la clase.
- Bueno, pues…espero verte por ahí, ¿de acuerdo?
- Claro- le contesté, dedicándole una de mis sonrisas que guardaba para los hombres. Noté el brillo en su mirada- nos vemos luego.
Salí del salón más que contenta: ese Alexander era un chico digno de estudiarse más de cerca.
-¿Quién diablos era ese Ravenclaw con el que platicabas, coqueta?- me interrogó Dafne cuando me alcanzó en el pasillo.
- ¿Lindo, no? Se llama Alexander. Es el hermano menor de Cormac McLaggen.
- Buen ejemplar- reconoció Dafne- y sobre todo, tiene un parecido a…
- Ya lo sé. No tienes que hacérmelo notar – le contesté cortante mientras entrábamos a la sala común de Slytherin.
Desde primero hasta cuarto había tenido una relación bastante…singular con Oliver Wood, el guardián de Gryffindor. Nadie en Slytherin creía que lo había hecho por amor, a decir verdad, ni siquiera yo estaba segura. Me encantaba, era inteligente y además, tenía sus…talentos. Sin embargo, cuando él terminó su educación mágica en Hogwarts, terminamos.
Y Alexander se parecía un poco a él, al único Gryffindor y al único chico que había logrado atraer realmente mi atención.
El suspiro de Dafne me sacó de mis pensamientos.
- ¿Acaso no es guapo?- me preguntó, con la mirada fija en los confines de la sala común.
Seguí su mirada hasta un chico rubio inclinado en un libro. Sus ojos de un gris hielo leían atentamente. Sentí náuseas.
- No. Es horrible.
- ¡Claro que no! – reclamó Dafne - eso dices porque te cae mal. Pero sabes que es terriblemente sexy e irresistible y…
- Ya, ya. Capto lo que me quieres decir – murmuré mientras volvía mi atención a mi tarea de pociones que acababa de comenzar - Pero no sé qué le ves de especial. Además, es promiscuo, estúpido y ególatra.
- Vamos, no es estúpido. Es uno de los mejores de cualquier clase, después de esa sangresucia de Granger…
- Dafne, no uses esa palabra – la reprendí – es muy ofensiva, y aunque Granger no es santa de mi devoción, yo pienso que la sangre…
- "No tiene nada que ver con la capacidad mágica" – canturreó mi hermana – lo sé, lo sé. Diario me lo repites.
- Pues parece que no escuchas.
- Calla. Regresando al tema, quizá Malfoy sea algo promiscuo, pero tú no tienes derecho a juzgarlo por eso…
Giré los ojos: ciertamente no le había sido totalmente fiel a Oliver, pero de eso ya había pasado tiempo. Además, sólo ella y yo sabíamos. Oliver nunca se enteró, y el chico con quien había estado…no se acordaba de eso.
- Sólo engañas si la persona se entera- le dije, encogiéndome de hombros – pero no estábamos hablando de mí. Estábamos hablando de ése, al cual yo no le veo mayor gracia que los ojos grises.
- Entonces explícame porque todas estamos así…así…bueno, tú entiendes…por él.
- Pues…-volteé a verlo una vez más. Sus ojos grises seguían las líneas del libro y sus labios leían sin emitir un sonido. Me fijé en sus labios: carnosos pero finos, equilibrados – seguramente por lo bueno que es en la cama, según las que han pasado por ella.
- Afortunadas…- murmuró Dafne, clavando su mirada en él-…lo que yo daría por pasar una sola noche con él.
- ¿Quieres revolcarte con ése? – le pregunté divertida
- Bueno, es obvio ¿no? - me miró
- Si lo logras algún día, me dirás como estuvo, ¿cierto?
Dafne soltó una carcajada.
- Y tú también me contarás todo si te aprovechas de Alex, ¿de acuerdo?
- Hecho – le dije con una sonrisa, y entonces volteé a ver al rubio y grité - ¡Hey, Malfoy!
Dafne me miró con horror.
- ¿¡Qué estás haciendo! - masculló, apretando los dientes.
- Intentando enterarme al fin de primera mano que tan bueno es el creidito ese. Ahora cállate y déjame manejar esto…¡Malfoy,te estoy hablandoooo!
- Pero…Pero… - mi hermana se comenzaba a poner roja.
Draco Malfoy desvió de mala gana su mirada del libro y me miró.
- ¿Qué quieres, Greengrass?
- Yo no quiero nada contigo– le dije divertida – pero mi hermana sí.
Sentí el golpe de Dafne en mi costilla. Malfoy clavó su mirada en Dafne y luego en mí.
- ¿Ah sí? ¿Y qué quiere?
Dafne soltó un gemido por lo bajo mientras se tapaba la cara con su libro. Yo reí.
- Bueno, dice que quiere pasar una noche contigo, pero no me especificó haciendo qué.
Dafne lo miró sobre el libro, totalmente sonrojada. La mirada de Draco cambió súbitamente del aburrimiento mortal a la lujuria desenfrenada.
- ¿Es cierto eso, Dafne?
Dafne pasó su mirada de él a mí y de nuevo a él.
- Yo eehh…pues…
Malfoy rió mientras cerraba el libro y se levantaba del sillón. Atravesó la sala común con ese caminar que le distinguía, ese caminar orgulloso e insoportable que me hizo despreciarlo desde la primera vez que lo ví. Arrugué la nariz, desdeñosa.
Se sentó al lado de Dafne y le acomodó el cabello atrás de la oreja. Dafne soltó una risita tonta.
- Excelente. – solté mientras me levantaba – creo que iré a dar una vuelta por ahí. Hagan lo que hagan, no lo hagan en mi cama. Y si lo hacen, no la ensucien.- y con una sonrisa salí de la sala común de nuevo, dejando a los tórtolos solos.
Viéndome sin nada qué hacer, y libre de mi hermana, caminé hacia la biblioteca. Seguramente el hermanito de McLaggen estaría ahí.
Sonreí.
