Prólogo:

"La ingenuidad no es para siempre, y eso es lo que te voy a enseñar, humana."

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Se recostó con molestia en el viejo roble, tratando de tranquilizar su ánimo.
La paciencia que trataba de recuperar era nula, cada día la perdía más y más. Era obligada a madurar, a "aprender" de la vida, a recibir lecciones por cada cosa que pasase. Y eso es lo que justamente a él le divertía.

La miraba de forma silenciosa, mientras que ella era todo un huracán. Sí, sufría para aprender, las lecciones eran muy fuertes y por más que lo negara; estaba agradecida. Porque muy en el fondo aprendía, mejoraba y se hacía valer por si misma. Aunque, eso no decía que le agradaba su profesor, y mucho menos si éste es un demonio que detesta con toda su alma a los humanos.

¿Cómo llegó a tales extremos? Esa era la misma pregunta que se repetía antes de estallar. No, no sabía, y nunca se imaginó que pasaría tal cosa. La diferencia en lo creíble y increíble habían perdido el sentido. ¿Quién diría que un demonio ayudaría a un ser que consideraba inferior? Y para plantearnos mejor:

¿Quién diría que el gran Sesshomaru le daría lecciones de la vida y en especial a ella, a una estúpida humana?

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Notas de autora:

Ah ora si que me fregué, no sé cómo demonios se me ocurrió esto x.x

Pero aún así, pienso seguirla a lo que salga. Espero que al menos os haya intrigado :)