Hola, aquí vengo con otra historia que me nació escribir, pensé hacerla calificación M pero mejor la mayoría de los capítulos no tendrán nada fuerte, así que sólo les avisaré que capítulos contienen escritura hardcore, jajaja.

Bien antes que nada, aquí presentaré brevemente, bueno técnicamente los nombraré y no a todos los miembros de la familia Sagae cuyos nombres fueron prestados por "damydark" de su historia "La Casa Sagae", que "¿por qué", pues porque me da pereza escribirles nuevos nombres, jajajaja, ya seriamente hablando porque me gustan esos nombres.

Ahora sí reciban a...

(Por un carajo, ¿por qué simpre me olvidó de poner esto?) Los personajes de Akuma no Riddle no me pertenecen lamentablemente pero disfruten la lectura.

Ahora sí reciban a ...

LIGA DE ARGONAUTAS

Nubarrones amenazaban con opacar completamente al sol y precipitar agua sobre el paisaje campestre por el cual transitaba un presuntuoso carruaje japonés tirado por dos esbeltos corceles color café arreados por un bushi con ropa ceremonial, iban a paso descansado, habían recorrido un largo trecho hasta aquel sitio rural, dentro viajaban cuatro mujeres, tres vestidas con kimonos lujosos, la más pequeña era una rubia de penetrantes ojos rojos, charlaba acaloradamente con una de cabello negro y resplandecientes ojos azules mientras la tercera, una pelirroja de luminosa mirada rosa trataba de mediar la situación; la cuarta pasajera usaba un atuendo de entrenamiento holgado, su pelo era azul al igual que sus ojos, permanecía en silencio tratando de ignorarlas.

-Tenemos un presupuesto, no puedes ir simplemente comprando todo lo que te atrae- reclama la mujer de cabello negro, no fruncía el ceño pero su voz severa transmitía con claridad su enojo.

La rubia levanta su puño y lo sacude con fuerza frente a ella -¿Y qué hay de esos lentes que compraste? Tú si puedes gastar el dinero en tus cosas, ¿por qué yo no?

-Eso estaba en el presupuesto- señala al apartar la mano de la rubia.

-Es tan injusto- chilla.

-Por favor, Nio, si nos gastamos el dinero no tendremos para comer- menciona la chica de cabello rojo al sujetar con suavidad el brazo de la rubia.

-Oh, bien- suspira, aparta la mirada, odiaba sentirse sermoneada, abre la ventana de cristal, observa como el carruaje pasa en medio de la sombra de las hileras de sauces que se encontraban en ese tramo del camino, saca más la cabeza y distingue el arco de bienvenida del pueblo.

-Con que aquí vive el "Akai Akuma"- pronuncia la peliazul, da un rápido vistazo al pueblo, casas tradicionales pequeñas, un molino de agua a dos cuadras hacia la izquierda de la entrada justo sobre el río que pasaba por el lugar, al fondo se distinguía una ostentosa residencia hogar del amo de la villa un samurái de alto rango al servicio del emperador, ese era su destino.

-Debe vivir ahí- dice Nio apoyando su peso en el marco -Seguro nos dan comida gratis ahí.

La pelinegro se coloca sus anteojos -Recuerda ser educada.

-Yo sé cómo hacerlo, Kouko- resopla la rubia.

-Se nota- bufa la peliazul mientras el carruaje se detenía frente a la casa.

-Ah, que mala Azuma.

El cochero les abre la puerta, de inmediato se encuentran en el exterior.

-Haru, ¿traes el panfleto?- inquiere Kouko.

-Sí- responde al tomar los pergaminos y bajar.

El alboroto atrae la atención del señor de la villa, este reconoce a las mujeres y sale a recibirlas junto con una comitiva de siervos.

-Bienvenidas- dice el hombre al reverenciar, ipso facto lo imitan sus sirvientes y las chicas -Es un placer tener a una representante de la nobleza de Edo en mi hogar- adula el sujeto, tenía su cabello amarrado en una cola de caballo lo cual era habitual entre los samuráis de las zonas rurales.

-Gracias por su recibimiento- profiere Haru con una gran sonrisa.

-Por favor, entren- ofrece con amabilidad.

-Lamentamos mucho tener que rechazar su oferta, Maito-sama- dice Kouko, esto confunde y ofende al hombre.

Kouko toma un panfleto y dice -No tenemos tiempo, Meichi-dono nos envió a reclutar personal para circunvalar el globo en una misión de investigación para el emperador- entrega la hoja, la mirada del hombre se suaviza al leer y apreciar el sello del emperador.

-Por supuesto, tengo excelentes samuráis bajo mi mando, si me acompañan a las barracas podrán elegir a uno- menciona con alegría, que fueran a su pueblo buscando un guerrero significaba que tenían en alta estima la habilidad de su casa.

-No será necesario- proclama Azuma -Buscamos a "Akai Akuma".

El hombre se impresiona por un segundo, recupera su serenidad y comenta -Espero que no se dejen llevar por rumores, es una gran persona, muy confiable y capaz, quizás no tenga mi sangre pero es mi familia- enrolla la hoja -Es difícil que se aleje de su granja y familia pero les indicaré el camino a su casa.

-Sería de mucha ayuda, gracias- dice Haru juntando las manos con alegría.

El hombre camina hasta detrás del carruaje y señala un camino hacia el sur del lugar -Sigan este camino recto, cuando lleguen a la desviación tomen a la derecha, siguen el camino hasta que den con una entrada, continúan dos minutos por ella y habrá una granja modesta con cultivos de arroz detrás y un criadero de cerdos a la derecha, si llegan al templo del pueblo se pasaron, regresen hasta el puente y doscientos metros después se toparán con la entrada.

-Ha sido de gran ayuda, muchas gracias- dice Kouko al despedirse con una reverencia, el hombre responde del mismo modo y nuevamente lo secundan su gente y el resto de las chicas.

La diligencia no tuvo problema en seguir las instrucciones y llegar al lugar, un extenso campo de arroz blanco listo para la cosecha se apreciaba tras la casa de un solo piso, tenía un corredor exterior cubierto por un tejado de cuatro aguas, se notaba un jardín zen en medio de la casa, una cerca pequeña que protegía las hortalizas sembradas en el patio delantero impedía el paso del carruaje, se estacionaron y bajaron, el cielo se oscurecía cada vez más por la inminente tempestad y la llegada de la noche, de pronto un montón de cabezas pequeñas se asomaron por todos los rincones de la casa, una niña de cinco años descalza y sucia corretea hacia ellas.

-¿Hola, está tu padre en casa?- inquiere Nio con una dulce sonrisa, la niña niega con la cabeza -¿Hay alguien con quien podamos hablar?

-¡Onee-sama!- grita de improviso asustando a la rubia.

-Vaya, tiene buenos pulmones- dice al limpiarse el oído.

-Soy Yuki- dice la niña con una sonrisa coqueta -Tengo cinco años, ¿cuántos tienes tú?- inquiere con sus brazos tras la espalda.

-Dieciocho- responde la rubia muy alegre.

-Me gusta tu cabello, eres linda- dice con timidez.

-Ouh, que linda- suspira Nio enternecida -Ves Azuma ella si sabe apreciar las cosas lindas- la peliazul sólo rodó los ojos y sacudió la cabeza.

De la casa sale una joven mujer de bellos rasgos faciales, pelo café y un color avellana en sus ojos, un vestido recatado un tanto desgastado y decolorado la cubría, al verlas se apresuró en recibirlas, en cuanto llegó dio unas palmadas en la espalda de la niña y este regresó velozmente al interior.

-Buenas tardes- dice al reverenciar -¿Puedo ayudarlas con algo?

-Nos gustaría hablar con quien está a cargo- señala Azuma evitando el contacto visual.

El rostro de la chica palideció, apretó su delantal y muy nerviosa dijo -Si es por el pago los caballos le ruego que nos espere una semana...el arroz está listo...sólo debemos cosechar...

Haru levanta ambas manos para detenerla -Tranquila, no somos cobradores, venimos por órdenes de Meichi-sama para ofrecer un empleo a su esposo.

-¿A Haruki?- dice la mujer -No, no es mi esposo...

-¿Entonces?- pregunta Nio.

-Bueno...

Azuma la interrumpe -No es necesario que nos cuente- cruza los brazos y mira el lugar -¿Dondé se encuentra?

-Fue al campo a traer leña antes de que llueva.

El sonido de herraduras golpeando el suelo se hacen presentes, divisan dos caballos cargando leña y a sus jinetes, al frente iba un joven de cabello negro seguido por alguien que usaba un gran sombrero, se apreciaba un cabello rojo saliendo con timidez por debajo.

-Aquí está- dice la mujer con alegría al abrir la puerta de la cerca.

El joven se baja de su montura y ofrece una rápida reverencia, toma su atado de leña, se lo pone al hombro y corre a la cocina, el otro jinete también se baja.

-Haruki, estas damas quieren hablar contigo- profiere al besar con ternura la mejilla de quien arribó.

-Así es- dice Kouko al ofrecer una reverencia, aquel personaje devuelve el saludo una por una.

-¿De qué se trata?- una voz femenina sale de la garganta del recién llegado, la cara de sorpresa de las mujeres fue evidente con la reputación que "Akai Akuma" tenía apostaban a que era hombre, su impresión aumentó cuando se quitó el sombrero y pudieron observar a una simpática mujer dueña de un largo cabello rojo.

-¿Eres Haruki Sagae el "Akai Akuma"?- indaga Nio casi muda.

-Sí, así me llaman- sonríe con entusiasmo -Pasen, pronto lloverá lo discutiremos dentro- indica al entregarle el sombrero a la mujer castaña -Fuyuka, preciosa, prepara un té para nuestras invitadas por favor.

-Por supuesto, onee-chan- se apresura hacia la cocina.

Haruki se coloca la madera al hombro -¡Hayaka! ¡Guarda los caballos!

-¿Por qué yo?- reclama una niña de doce años.

-Saburo debe alimentar a los cerdos, así que apresúrate niña traviesa- dice con una sonrisa que parecía nunca desaparecer de su rostro -Sigan por aquí por favor estaré con ustedes en un minuto- extiende su brazo señalando el camino que Fuyuka tomó.

Entra en la cocina, una mesa baja y larga decoraba el centro a su alrededor se apreciaban cojines limpios y claros con pocas hilachas saliéndose, era obvio que ya tenían su tiempo pero así mismo alguien tenía el tiempo para mantenerlos presentables, una cocineta a gas de cuatro quemadores era lo más novedoso de la estancia, seguido por un horno de leña y un estante para la comida, cuatro encimeras acompañaban a la cocineta, una tenía un lavabo mientras las demás guardaban los utensilios en su interior y sin menospreciar nada una bombilla eléctrica colgaba en medio de la habitación y seguramente en todas las demás.

Fuyuka enciende una hornilla y coloca una tetera de hojalata con agua a hervir, en un momento regresa Haruki, se sienta junto a Haru y llena de energía exclama -¿Qué trae a un grupo tan atractivo como ustedes por mi humilde hogar?

-Ay, Haruki deja de ser tan coqueta- recrimina Fuyuka al colocar tazas para las invitadas.

-Lo siento, linda- dice sin perder la sonrisa.

Azuma analiza a la mujer, iban a ser compañeras y precisaba conocer su perfil, era una mujer alta para los estándares locales, su contextura física era difícil de percibir con la ropa holgada que usaba, pero verla cargar la leña sin esfuerzo le indicó que era fuerte, y por su vida de campesina debería estar esbelta, en su mente era una candidata perfecta, su único defecto era el incesante buen humor que poseía y su falta de etiqueta, lo último no era muy problemático pero contaba para ella.

-Señorita Sagae- musita Kouko -Meichi-sama nos ha enviado a ofrecerle un trabajo.

-La familia de Edo, ¿eh?- pasa la vista por las chicas -Todo depende del tipo de trabajo- responde al rascarse la barbilla.

-Necesitamos sus servicios como guardaespaldas para una misión de investigación para el emperador- indica Kouko.

-Suena interesante, pero me siento desventajada en esta situación, podrían decirme sus nombres y explicarme mejor el empleo- su rostro se tornó desconfiado y un atisbo de incomodidad surgió en su tono.

-Por supuesto- exclama Kouko -Mi nombre es Kaminaga Kouko, contadora y administradora de la casa de Edo.

-Hashiri Nio, asistente y traductora personal de Meichi-sama, mucho gusto- dice la rubia con una divertida sonrisa gatuna.

-Ichinose Haru, sobrina de Meichi-sama, soy escritora y poetiza- menciona con una agradable sonrisa y un dulce tono de voz.

-Azuma Tokaku, debes conocerme- expresa con seriedad al mirarla directamente deseaba escuchar lo que pensaba de ella.

-No, jamás he escuchado tu nombre- menciona con libertad, Azuma queda anonadada, ella del clan Azuma ya conocida como "Buru Ryu" por sus proezas contra grandes maestros y que aquella samurái pueblerina no la conociera le resultaba inconcebible -Pero he escuchado del "Buru Ryu" de los Azuma, si me lo dices de esa forma supondré que eres tú, pero siendo sincera todos ustedes son iguales, ¿se casan entre hermanos o qué?

-Maldita...- exclama la peliazul al levantarse con furia, Haru la sostiene antes de que se inicie un pleito.

Haruki levanta las manos en posición defensiva -Perdón, perdón, fue una broma mal hecha- se escusa juntando las manos -Mis sinceras disculpas- Tokaku pareció alivianarse y retomó su lugar.

-No sé porqué te enojas, Azuma, tus padres son hermanos- señala la rubia muy divertida.

Azuma aprieta los ojos y las manos -No me gusta que hablen de forma despectiva sobre ello- explica respirando con fuerza para calmarse.

-Terminemos con esto- profiere Kouko -Ahora estamos bien, continuemos con la negociación- dice al entregarle un pergamino a la pelirroja -Viajaremos por el océano Pacífico hasta América, conseguiremos especias y estudiaremos la geografía y costumbres del lugar, luego continuaremos hasta circunvalar el globo haciendo lo mismo en cada lugar que visitemos- explica.

Sagae lee el papel el viaje estaba planeado para tener una duración aproximada de tres años, inclusive debían arribar en Rusia.

-No, gracias, tres años es demasiado tiempo lejos de casa y aquí me necesitan más- menciona con serenidad, en realidad era hogareña y detestaba alejarse de las personas que amaba.

Fuyuka servía el té mientras el silencio de ambas partes tensaba la atmósfera.

-Escuche, señorita Sagae- pronuncia Kouko -Sus cuentas pendientes con el Emperador están en números rojos y al parecer tiene otros acreedores, le ofrecemos una oportunidad para saldar sus cuentas y ser acreedora de una suma importante de dinero.

-No necesito su ayuda, mi campo está listo, cosecharemos y pagaremos al emperador y mis acreedores, pero en serio aprecio su oferta- responde con educación, las mujeres atónitas no sabían que decir, nunca esperaron ser rechazadas, siempre recibían respuestas afirmativas cuando iban en nombre de Meichi Yuri o el emperador, en su aturdimiento cae la lluvia -Saburo, guarda los caballos de nuestras invitadas y pídele al bushi que entre- ordena girando la cabeza hacia la puerta que estaba cerrada.

-En seguida, Onee-san- escuchan como respuesta.

-Hoy se quedarán a dormir aquí- ofrece la pelirroja.

Nio antes que ninguna abre la boca -Se lo agradecemos mucho, Sagae-san- impidiendo una réplica por parte de las otras.

-Estupendo, Fuyuka, lleva a Hana y Misuki, preparen los futones para nuestras huéspedes- pide con énfasis.

Fuyuka deposita la tetera en la mesa y se retira con una reverencia; al abrir la puerta para cumplir su cometido se encuentra con el bushi al cual también ofrece una reverencia, él responde de la misma forma y Fuyuka se marcha; el samurái caminaba con elegancia y disciplina, hombros atrás, mirada en alto y pecho inflado, quizás demasiado inflado sus placas pectorales parecían apretar y estar por reventar, todo eso junto a su porte, más alto que la mayoría de habitantes del Imperio del Sol Naciente daba la impresión de ser un guerrero de élite, quien estuviera en la armadura saluda y se sienta junto a Azuma en frente de Haruki.

-¿Desea un poco de té?- inquiere Sagae, como respuesta recibe un asentir del bushi, se levanta y busca una taza limpia en la trastera, regresa a la mesa y sirve el té, mientras lo hace reconoce un símbolo en la armadura de su invitado, el kanji para sangre dibujado en la mano derecha -Viene del clan, "Chi" de Kyoto, ¿verdad?- indaga, recibiendo el mismo asentimiento -Lo sabía, su símbolo está en su hombro y el mango de sus katanas, es un placer tener a un bushi proveniente del clan más experimentado en el uso de espadas- menciona muy contenta al sentarse.

-No, el placer es todo mío, "Akai Akuma"- dice el bushi, Sagae escucha un tono suave, agradable y elegante además de "¿Femenino?", el samurái se despoja de su máscara y casco para que Sagae descubriera un rostro atractivo de mujer adornado por un cabello con tono rojo más oscuro que el suyo.

-Ya decía yo que tus pectorales eran demasiado grandes- musita agradablemente sorprendida.

-¿Uh?, gracias- pronuncia -Soy Namatame Chitaru, espadachín de cuarto dan- informa con una sagaz sonrisa.

Las chicas cenaron junto a Haruki y Fuyuka, tras ello se fueron a la habitación que les prepararon, una vez ahí discutieron sobre la interacción de esas dos hermanas durante la comida, les pareció confusa e inapropiada, Sagae no paró de decirle frases con doble sentido y arrimarse para robarle un beso, si no fueran mujeres y hermanas se hubieran hecho una idea obscena y habrían acertado.

Haruki con una bata verde mal amarrada se tiende sobre un futon para dos personas, Fuyuka ingresa a la habitación que era de las dos con una toalla envuelta en su cabeza y una bata blanca cubriendo su pudor, se quita la toalla húmeda.

-Tú si que sabes aprovechar la lluvia- ríe la pelirroja.

-Baka- gruñe la castaña arrojándole la toalla sobre la cara -Debías aceptar, necesitamos ese dinero- reprocha haciendo un mohín con su boca.

-No te alteres, cariño, el arroz se venderá y tendremos cubiertas nuestras deudas hasta la próxima primavera- profiere confiada, se coloca la toalla tras el cuello la humedad de la tela era refrescante para ella.

Fuyuka se acuesta junto a Haruki, se tapa con la cobija y le da la espalda en silencio, un ligero sollozo provenir de ella.

Haruki confundida y un poco angustiada por el comportamiento tan distante de Fuyuka la toca suavemente en el hombro -¿Qué tienes?

-Todo es mi culpa- gimotea la chica mientras se limpiaba las lágrimas -Si no me hubieras conocido no tendrías que pasar por esto.

-No digas eso, ustedes son lo mejor que me ha pasado, los amo, especialmente a tí- se arrima a ella y la abraza con fuerza.

-Sin nosotros tu vida estaría llena de lujos como mereces- solloza apretando la mano de la pelirroja.

-No quiero lujos, te quiero a ti- susurra sobre el oído de Fuyuka provocando que ésta se sonrojara.

-Podías haberte casado con el hijo de Maito-sama como propuso ¡Pero no!- clama al intentar zafarse de los brazos que la apresaban -Conociste una huérfana con ocho hermanos y por compasión te desposaste con ella- gruñe furiosa -Y sólo he traído angustias a tu vida, tus padres te rechazaron por mi causa y te despojaron de bienes y herencias, inclusive de tu apellido- lagrimea sin embargo ya no se sacudía para liberarse.

-No, Fuyuka, no fue compasión, desde que te vi supe que debía estar contigo- musita acariciando los brazos -Creeme que si pudiera viajar en el tiempo haría las cosas de la misma manera, te amo y no hay nada en este mundo que lo pueda cambiar- coloca un beso delicado en la mejilla.

Fuyuka gira su cuerpo para ver de frente a la pelirroja, una sonrisa cálida la esperaba y un par de labios que se abalanzaron sobre los suyos -Onee-chan.

-No me digas así cuando estamos por hacer esto- la mano de la pelirroja encuentra un camino blando y sin oposición por la parte interna de la pierna de la castaña.

-No es justo, sabes que no puedo negártelo, soy tu mujer- jadea, el roce suave elevaba su temperatura.

-Si en realidad no quieres hacerlo, dímelo, nunca te he obligado a nada, ni siquiera en la noche de nuestra boda- continúa con las caricias y besos mientras frotaba su cuerpo contra ella.

Haruki abre las piernas de Fuyuka y se arrodilla en medio, desata su bata y la deja caer por su espalda, sólo Fuyuka conocía en detalle el cuerpo de la pelirroja, una figura esbelta, abdomen plano, brazos definidos y piernas fuertes, el busto en conjunto con las caderas y la cintura daban el toque femenino a esa mujer tan hermosa; Haruki se inclina y abre la prenda que cubría a su amada sin despojarla por completo de ella, se toma unos segundos para apreciarla, un busto ligeramente más grande que el suyo, una piel blanca y tersa, cintura fina, caderas poco prominentes pero hermosamente talladas a su figura y unas piernas que gracias a su estatura lucían más gruesas de lo que realmente eran

-Eres hermosa,Fuyuka- murmulla con su boca sobre el busto de la chica, con su lengua recorre de un pezón al otro estremeciéndola, continúa hasta llegar al cuello y frotar sus pechos contra los de la castaña.

-¡Aaah! ¡Haruki!- grita con lujuria.

Inesperadamente la puerta de la habitación se abre -¡¿De qué trata está obscenidad?!- espeta Tokaku llena de indignación, su rostro adquirió una deformación de ira y desprecio.

Hatuki rápidamente cubre a su amante con las cobijas, se amarra su bata y con ímpetu se levanta a encarar a tan descortés invitada -¡¿Cómo te atreves a violar la privacidad de mi aposento?!- grita con la misma intensidad que la peliazul, pero esta no retrocedió ni un milímetro -Te ofrecí posada con buena intención y te atreves a llamarme obscena, ¡inconcebible!.

-Tú acto, es inconcebible, es contra natura que dos mujeres forniquen- gruñe cerrando un puño frente a la pelirroja.

-No eres quien para criticar mi inclinación sexual, "producto incestuoso"- un terrible golpe bajo, por suerte para todas Haru y Kouko llegaron a sujetar a Azuma mientras Fuyuka se aferró del brazo de la pelirroja para tranquilizarla.

Desde una colina cercana, río abajo, Nio empapada con la lluvia observaba con una sonrisa cínica la escena, la tenue luz a la distancia diferenciaba claramente la silueta de las chicas y su vocabulario corporal.

-Jejeje, que comience la magia- carcajea la rubia, se recoge las mangas, descubriendo tatuajes rojos, levanta los brazos y la mirada hacia las nubes, sus tatuajes brillan con un tétrico tono rojizo y clama con algarabía -"datsepmet airuf ut ataseD" "datsepmet airuf ut ataseD" "datsepmet airuf ut ataseD"- los relámpagos aumentan y la lluvia arrecia con toda su furia mientras una sonrisa filosa nacía en el rostro de la rubia.

Haruki y Tokaku seguían lanzándose epítetos groseros cuando Chitaru aparece muy angustiada -El río se desborda, las cosechas corren peligro.

La pelirroja inmediatamente olvidó su enojo, la angustia era notable, nunca imaginaron que aquella mujer tan enérgica pudiera asustarse de tal modo.

-¡Saburo! ¡Misuki! ¡Hayaka!- clama la pelirroja mientras corría hacia sus herramientas, en el camino encuentra a Saburo ya apresurándose al campo con una lampa entre las manos.

-¡Onee-san! ¡El arroz!- grita el joven al pasar a lado de ella.

Hayaka muy atenta salió primera del cuarto -¡Onee-sama!

Haruki toma un azadón y lo arroja cerca de la chica -¡Ayuda a tu hermano!- ordena, ella toma la herramienta y ciegamente va hacia el pantano detrás de su casa.

Misuki algo adormilada aparece -¿Qué pasa?- una pala es colocada en sus manos, esta comprende de inmediato y sale disparada hacia el arroz.

Sagae con un pico va al campo seguida por Fuyuka con otro azadón, los cinco comienzan con el arduo labor de abrir y expandir canaletas para desviar el agua y no perder la preciosa cosecha; cada segundo que pasaba el torrente que caía del cielo sólo aumentaba logrando que todos los intentos desesperados de la familia Sagae fueran en vano; un brazo de río se desborda, entrando en el sector pantanoso donde tenían el grano blanco, el agua enlodada arrastra todo, árboles, arbustos, arroz y...

-¡Salgan!- grita alguien en la oscuridad; Haruki al percatarse del desborde gracias al grito entra en pánico, la voz, aunque suave era varonil, ya sabía quién fue embestido por el agua.

-¡Fuyuka saca a todas de aquí!- ordena de inmediato y la castaña así lo hace salvando a sus dos hermanas; Haruki instintivamente salta a la corriente, no sabía dónde estaba su hijo-hermano pero lo encontraría corriente abajo o arriba por sobre las nubes -¡Saburo!- clama buscando una respuesta para seguir la voz, la basura acarreada por el río le rasgaba la piel y la asquerosa agua entraba en su boca, unos segundos tormentosos transcurren hasta que casi como un sueño escucha una débil respuesta.

-¡Haruki!

La pelirroja escucha el llamado más cerca, sus ojos dorados adaptados a la oscuridad divisan al joven Saburo aferrado contra una columna del puente; Haruki se deja llevar por el agua con los pies al frente, logra llegar hasta la columna.

-Haruki...no resisto- dice el joven apretando con fuerza la columna, la presión del agua era devastadora.

-Debemos...seguir río abajo y acercarnos...a la orilla...ven no vayas a soltarme- indica estirando, Saburo mira a los ojos de la mujer que se encargó de ayudar y amar a él y sus hermanos cuando nadie más les prestó atención, sabía que sus palabras no carecían de fundamento, Haruki no hacía nada si no estaba segura, él no dudaría en hacerle caso, así que asiente con decisión, se aferran de la mano y se dejan llevar por la corriente.

Se golpearon contra los troncos que flotaban y tragaban agua que escupían de inmediato mientras se esforzaban por mantener la cabeza fuera del agua, casi al borde del colapso la pelirroja se agarra de una raíz descubierta por el agua, al sujetarla notó que no era lo que pensaba, era una soga, alguien tira de la soga y lentamente los saca, al salir Haruki ve a Nio tirando de una soga atada entre dos árboles a modo de polea se notaba que se la rubia también estaba por ceder, Sagae logra salir con su hermano todavía sujetándole la mano.

-Todo está bien...todo está bien- susurra la pelirroja, abrazando al chico contra su pecho -Todo bien.

-Gracias, Onee-san- solloza Saburo, asustado y medio ahogado, los brazos de Haruki eran reconfortantes.

La lluvia seguía sin amainar, la pelirroja recuperando su sentido dirige su cabeza río arriba hacia su campo pero solo logra ver el esfuerzo de varios meses de su familia ser llevado por la ira de la naturaleza, su pecho le late descontrolado, el corazón se entumece en agobiante impotencia, todos sus planes se fueron y su oportunidad para saldar sus cuentas y mejorar la vida de su familia como ellos merecían, todo acabado.

-Nuestra oferta sigue en pie, señorita Sagae- musita Nio mirando en la misma dirección que la pelirroja.

Sagae desolada y agotada sólo inclina la cabeza y cierra los ojos con un fuerte suspiro.

-Perfecto- dice la rubia mientras una sonrisa siniestra se forjaba en sus labios y la lluvia disminuía.

Bien, denme su opinión, me esforcé por escribirlo y eso que mañana tengo exámenes, XD, (debo ponerme a estudiar :'( no he leído nada), saludos, abrazos y besos desde Ecuador. ¡Larga vida al Yuri!

NOTA: No, no tiene nada que ver con "Jasón y los argonautas".

Oh, y por ahora no emparejo a nadie, las parejas se formarán mientras escribo.

Cierto, cierto, déjenme avisarles que voy por la mitad del capítulo final de LDM y empezaré a escribir la otra parte la siguiente semana sí y sólo sí, llego a los noventa reviews, "¿por qué?" Bien pues creo que lo merezco, XD, no importa a qué capítulo ni lo que diga, sea crítica severa o una exhortación, todo sirve, ahora sí, bye, bye.