Inesperado

Si alguien le hubiera avisado lo que pasaría ese día, jamás se lo hubiese creído.

No era escéptico pero la historia que comenzaría superaba cualquier cosa que hubiera pasado anteriormente; o por lo menos para él seria así.

Por esos días Haruhi estaba emocionada con una colección de revistas de avistamientos OVNI que había encontrado en un bazar y había planeado un fin de semana en las montañas para toda la brigada. Su plan era tener un contacto extraterrestre del tercer tipo.

Como siempre dio órdenes a diestra y siniestra, Asahina y Koizumi permanecerían en el campamento mientras Kyon y Yuki daban una vuelta por los alrededores buscando algún indicio de visita extraterrestre y ella dormiría placidamente dentro de la tienda pues debía estar radiante para conocer a los viajeros galácticos.

Koizumi y Asahina despidieron a Kyon y a Yuki, se acomodaron frente a la fogata y esperaron.

El cielo estaba totalmente cubierto de nubes y pese a esto Haruhi continuo con el plan, Kyon miraba a Nagato de vez en cuando para no perderla de vista y conforme más se alejaban del campamento, mas negras se volvían las nubes.

Cuando estaban en el punto de retorno, una tempestuosa lluvia comenzó a caer y los empapo de pies a cabeza antes de que encontraran algún lugar para resguardarse.

Encontraron una cueva y se refugiaron en ella, no era muy grande pero por lo menos ambos cabían dentro. Se quitaron los suéteres mojados y permanecieron en silencio por un buen rato.

A Kyon le pareció extraño que Yuki no hubiera sacado un libro para ponerse a leer, la miro detenidamente y se dio cuenta de que estaba temblando. Se saco el suéter que llevaba y se lo puso sobre los hombros.

Ella lo miro y con un pestañeo le agradeció el gesto. Él dibujo una sonrisa a medias y fijo su mirada en la lluvia que seguía cayendo con fuerza.

El silencio entre ambos no era incomodo, se habían acostumbrado a comunicarse en silencio y ahora se daban cuenta de que todo aquello conllevaba algo mas.

De pronto sus miradas se cruzaron y en cuestión de segundos pudieron sentir la respiración del otro muy cerca. Ella era hermosa a su manera y la necesidad de tocarla fue cegada cuando su mano alcanzo el rostro de aquel ángel. Nagato se estremeció y no pudo ocultarlo, él sonrió para si y luego la atrajo hasta probar sus labios.

No fue algo apasionado como en las películas y no duro mucho pero para ambos estuvo lleno de un sentimiento bastante conocido y desconocido a la vez, aquello había sido algo inesperado para los dos y los cambiaria por completo pues aunque quisieran había alguien a quien proteger.

Kyon realizó la rutina matutina sin cambio alguno, recorrió el mismo camino a la escuela sin notar que esta vez fue menos pesado, tomo clases como todos los días y permaneció en el salón de la brigada más tiempo del que debía. Cuando llegó a casa hizo sus deberes sin quejas y fue a dormir pensando en lo que siempre le decía Koizumi; algo que halagaría a cualquiera pero esta vez no era así.

Dio una vuelta más en el futon y mirando el techo volvió a repetirse que aquello no debía pasar, lo malo era que ya había pasado y no podía dar marcha atrás.

El recuerdo permanecía en su mente y el revuelo en su estomago le hizo saber que nada había cambiado. Dibujo una pequeña sonrisa en sus labios y bloqueo toda entrada a esa información pues estaba segura de que si la Entidad obtenía aquel recuerdo, su futuro en la Tierra desaparecería por completo.

Un apartamento vació, muchas horas de silencio, un secreto compartido y la certeza de que todo aquello terminaría eran ahora su pan de cada día.

Su vida brillaba de manera distinta ahora pero al fin al del día la verdad lo encaraba y le decía que nunca podría estar con ella.