Título: Vida

Personaje: Harry Potter, Draco Malfoy

Rating: PG

Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia

Resumen: Después de un accidente la vida de Draco cambia totalmente, pero sabe que siempre tendrá a Harry a su lado.

Vida

Hacía ya tres años del accidente, tres años del accidente en el que habían muerto sus padres y en el que había perdido la visión.

Aún lo recordaba como si fuera ayer, el sonido de dos carros estrellándose, el dolor en su cabeza, ver a sus padres cubiertos de sangre y luego todo negro. Lo siguiente fue despertar en el hospital. No veía nada, tenía los ojos tapados, aún cuando se quitó la venda seguía sin ver nada. Tuvo mucho miedo, pero sintió una mano a su lado, una mano que oprimía la suya. Sabía a quién pertenecía, a su novio, a Harry Potter.

Él le contó lo que había pasado, le contó del accidente, abrazándolo, besándolo, consolándolo. Draco lloró, lloró como nunca en su vida. Y gritó, pataleó, maldijo, eso no era posible. Nada de eso era posible. Harry siempre estuvo ahí para apoyarlo. Y aún cuando era invidente, Harry nunca se apartó de él.

Aún estaban juntos, Draco lo amaba y esperaba que nunca jamás se fuese de su lado. Y aunque ya se había acostumbrado a su ceguera (había aprendido a usar sus otros sentidos), él era su fuerza.

Harry, ¡oh como deseaba volver a ver su rostro! Lo que más extrañaba era esa mirada verde. Esa mirada que lo cautivó desde la primera vez que lo vio de nuevo después de 7 años de haber estado en el colegio, de constantes peleas y detenciones. Esmeralda y plata cruzándose de nuevo después de tanto tiempo, los mismo pares de ojos, diferentes experiencias vividas. Cuando pensaba en eso, Draco creía que era la vida la que le hacía esa jugada por haber sido tan cruel con Harry en la escuela. A pesar de eso ahí estaba, a su lado. Harry verdaderamente era un héroe o un santo. Sonrió tristemente, recordó que le decía "San Potter".

Bueno, la vida no era mala. Tenía una hermosa casa, un ahora amante esposo Harry Potter que lo adoraba hasta la médula y lo consentía en todo, estaban bien de salud y no tenían problemas económicos. Extrañaba a sus padres, sí, pero en esos tres años el dolor había disminuido, Harry lo había ayudado. Todo en su vida estaba bien, a Draco en ocasiones simplemente le apetecía recordar la vida con problemas que solía tener, compararla con la de ahora y ver lo feliz y afortunado que era.

Sintió unos fuertes brazos rodearle por detrás. Era el aroma de Harry.

–¿Me estás dibujando a mí otra vez? –dijo en su oído, Draco sintió escalofríos y una ola de deseo se extendió por su cuerpo.

–Ya ves, me encanta dibujarte. Siento que así no te voy a olvidar. El próximo será un desnudo.

–Draco, de verdad que eres un genio en esto. No me ves, sólo usas tus recuerdos y aún así el dibujo es perfecto –dijo Harry sorprendido, jamás dejaría de maravillarse de él–. En cuanto a lo del desnudo, ¿quieres sentir mi cuerpo? –pasó las manos de Draco por su pecho, agarró su barbilla y lo besó. Draco gimió dentro del beso mientras sus manos recorrían el pecho de Harry.

Ya conocía su cuerpo de memoria, pero nunca se cansaría de estar con Harry–. Uhm, vamos dentro –Harry lo cargó en sus brazos, al estilo matrimonial y entraron a la casa sin haber separado sus labios.

En el patio, estaba el caballete con el retrato de Harry Potter dibujado, él cual era exactamente igual al original. Lo que más destacaba era su mirada verde esmeralda, dibujada por una invidente pero brillante y hermosa gris plata.