Terapia muggle en Lucius Malfoy
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling.
Este fic participa del minireto de noviembre de "La Copa de las Casas 2014-15" del Foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Personaje: Lucius Malfoy.
Antes de comenzar a hablar sobre mis frustraciones habituales, diré que muchos estarán extrañados de encontrarse con un aristócrata Malfoy como yo en esta página de internet y más si es la primera vez que se encuentran con mi columna. En mi defensa voy a decir que es una nueva terapia que mi psicóloga muggle me está haciendo probar.
¿Una psicóloga muggle? Si ya sé que deben de estarse preguntando cómo es posible que un noble mortífago de mi posición haber llegado hasta tal punto, pero créanme que tener la Marca Tenebrosa es estresante en cierto punto. Lo único que siempre escuché son las órdenes de mi amo diciendo:
—Lucius tráeme mi lima de uñas para que Colagusano pueda terminarme de hacer la pedicura.
Y lo peor no es tener que ser el elfo doméstico del Señor Tenebroso, porque siempre me recompensa con una pedicura gratis y un lavado de cabello con hidromasaje incluido. Lo peor es tener que ayudar a Colagusano es a quitarle los cayos de los pies a Nagini.
Nuevamente sé lo que van a decir, que una serpiente no tiene pies y créanme cuando les digo que estoy completamente de acuerdo con ustedes, pero hay que armarse de valor para decírselo a mi amo.
Volviendo a la terapia que mi psicóloga muggle; ella piensa que descargar mis penas y frustraciones a través de internet. Y aunque no lo puedan creer es una terapia que me está dando muchos resultados, me relaja por completo. Imagínense que mi hijo Draco me confesó el otro día que es gay.
¡Mi único hijo gay!
No es que me moleste realmente, siempre y cuando cumpla con sus deberes y traiga al mundo un digno heredero del imperio Malfoy. Su homosexualidad no es realmente lo que me molesta, sino que está enamorado nada más ni nada menos que de Potter. ¡De Harry Potter!
Admito que en mi juventud me masturbé un par de veces pensando en su padre pero son detalles insignificantes del pasado que no voy a mencionar.
Es todo por hoy queridos lectores.
Y como siempre digo: yo soy el mejor quejándome.
