Cuando quieras volver a casa
Prólogo: Hazme saber
So she don't, instead she calls me up with a head full of filth, yes I know, I'll never acquiesce anything I'm thinking… but let me know when I'm needed home– Catfish and The Bottlemen, Kathleen.
Realmente es lo mejor.
Era el único pensamiento que tenía en su cabeza cuando se encaminó con dirección a la puerta de entrada de la que hasta esa noche sería su casa, dio un vistazo rápido para ver si había dejado todo en orden para su larga ausencia (y eso si es que alguna vez decidía volver), dándose a sí mismo un gesto de aprobación.
Y pensar que solo tenía 13 años se dijo con autosuficiencia.
Marchó cargando su maleta, un taxi lo esperaría a las afueras del vecindario; con destino al aeropuerto de Tokio y no pretendía perder más tiempo del necesario.
Realmente es lo mejor.
Era la frase que se repetía en su cabeza mientras sacaba su maleta con parsimonia absoluta, no era muy grande dado que no pretendía llevar mucho consigo. Solo quería dejar el pasado atrás y eso incluía a muchos de sus objetos personales.
Dio una última mirada a su casa, paso frente a la chimenea observando ahí una foto en la que estaba junto a dos de sus mejores amigos y a su tío Kakashi, un viejo amigo de los padres de todos y su profesor de Karate cuando eran más pequeños.
Por un momento se vio tentado a retirar la foto y llevársela con él, pero sabía que si lo hacía el pasado volvería a encontrarlo.
Y él ya no quería eso.
Por un momento se vio tentado a retirar la foto y llevársela con él, pero sabía que si lo hacía el pasado volvería a encontrarlo. Y él ya no quería eso.
Salió de ahí sin darse tiempo para cerrar la puerta correctamente, cosa que no notó en ese momento (ni incluso más tarde); dado que estaba más atentó a la presencia que parecía esconderse tras del roble.
-No deberías estar aquí - dijo en voz alta, con el tono más autoritario que pudo usar - vamos, ya te vi, vuelve a tu casa.
Lentamente, una chica de cabellos rosa vestida sólo con un pijama de nubes grande se mueve tras del árbol, lanzando un suspiro fuerte.
-¿Es en serio Sasuke? - preguntó enfadada - ¿Realmente te ibas a largar así?
El silencio se apoderó de ambos chicos, la situación era por demás incómoda, ahí estaba ella con su pijama y ahí estaba él con su maleta.
Ninguno de los dos sabía exactamente qué decir.
-Sakura esto no es tu asunto - dijo él
- ¿Cómo sabias que era hoy?
-No hay que ser adivino - dijo ella - además, recuerda que vivo a tu lado, ¿Creías que tanto jaleo me iba a pasar desapercibido? Tal vez al despistado de Naruto, pero a mi simplemente no.
- Da igual - dijo él - Ve a tu casa, es tarde, deberías estar durmiendo no aquí en medio de la calle, si tus padres te descubr-
-Mis padres no pintan nada aquí - interrumpió ella
-Pues tú tampoco.
-No te puedes ir así - fue lo único capaz de responderle.
-Repito por última vez Sakura - dijo él - No es tu asunto.
-Sasuke ¿Acaso te vas así? ¿Sin despedirte de nadie?
-No hagas esto más difícil - pidió él - Además, un taxi esta fuera de aquí esperándome, así que debo irme ya.
Fijo su mirada al frente, dispuesto a ignorar a la chica que por un momento pareció quedarse quieta y sin saber qué hacer, pero al otro estaba corriendo con dirección a él, intentando llamar su atención.
-Por favor no te vayas - le pidió - Piénsalo mejor Sasuke, huir de esto no te servirá de nada.
Él no respondió nada y siguió caminando hacia delante, con ella siguiéndole los pasos.
-Sasuke yo... por favor solo no te vayas, no me dejes aquí.
Se detuvieron frente a una banca, donde ella solía sentarse a leer durante las tardes, mientras él y sus otros amigos correteaban por otros lados y ella les daba una mirada reprobatoria, acompañada de un suspiro y de la expresión cansada de "niños".
-Si te quedas, te prometo que estaré siempre contigo, siempre a tu lado, podrás cenar en mi casa todos los días, sabes que a mis padres no les molestará, incluso estarían encantados; podríamos salir a leer los fines de semana o a entrenar juntos luego, te juro que si te quedas convencería a Naruto para que deje de ser tan imbécil, yo-
-Deja de ser tan fastidiosa - le cortó su monólogo de mala manera el chico - realmente eras la persona más pesada que conozco, simplemente eres desesperante.
-Sasuke tú...
-Haruno no tengo tiempo para lloriqueos, ¿Querías verme antes de que me vaya? Pues ya lo hiciste, ahora déjame en paz.
Pareció quedarse congelada en su sitio con la mirada fija al suelo y la expresión pérdida, sin animarse a seguirlo y Sasuke pensó que por fin se había librado de su molestia compañía y el así podría retomar su marcha.
-Sasuke yo te quiero - soltó intempestivamente la muchacha, mientras la voz parecía rompérsele - por favor... yo te am-
-Sencillamente eres fastidiosa - dijo él volteando levemente, impidiéndole terminar su confesión - aun así... gracias Sakura.
Fijo la salida fuera de Konoha, mientras la veía caer encima de la banca, aparentemente sin ninguna fuerza para decir algo más, realmente aquello era lo mejor.
Pero entonces la imagen de la salida de Konoha empezó a hacerse borrosa frente a él y todo a su alrededor empezó a desaparecer, fue en ese momento, en el cual despertó intempestivamente de su sueño.
Abrió los ojos y se acomodó al borde de su cama, sin entender muy bien que había pasado, aunque no era muy difícil de decirlo, había soñado con la noche en que se había marchado de Konoha.
Otra vez.
Por al menos cuarta noche esta semana.
Y siendo esta apenas la primera semana del mes.
Esta pesadilla tenía para largo.
Se sirvió agua con cuidado, sabía de porque el sueño le estaba persiguiendo justo en aquel momento; si, éste era uno de sus sueños más recurrentes desde que abandonado el vecindario donde creció, pero no entiende de porque siempre lo pone tan tenso recordarlo.
Habían pasado casi 4 años desde ese momento, se había mudado fuera del país con su tío Orochimaru, para así, estar más lejos del lugar donde tan feliz había sido y donde más había sufrido también.
-Debe ser porque estoy a punto de volver - susurró para sí mismo - es eso definitivamente.
Porque eso era lo que pasaba, Orochimaru le había avisado, que tendría negocios que arreglar en Japón y que lo mejor sería que ambos volviesen a la casa que había sido de los padres de Sasuke, ahí él podría hacer su último año de instituto y luego prepararse para su ingreso a la universidad.
Aunque en un inicio se había negado en redondo, la curiosidad había podido más con él, no sabía realmente nada de sus viejos amigos, había decidido perder todo contacto con ellos en el momento en que decidió abandonar Konoha y luego no se había preocupado en tratar de mantener contacto con ellos, en ese momento, aquello era lo único que necesitaba.
Aquella era su última noche en Hong Kong, donde se había quedado durante los últimos 4 años, alejado de todo y de todos; no tenía ni un solo amigo que extrañar y eso de cierta manera le sentaba bien, no quería sentirse de nuevo como cuando dejo Konoha.
"Por favor no te vayas"
Desecha la idea tan pronto como llega a su mente, pero no puede hacer mucho cuando esa es la mayor fuente de sus pesadillas, aquella molestia de cabello rosa que le había pedido hasta el último momento que se quede con ella, claro que de nada le sirvió; es decir él ya había decidido lo que haría tras la muerte de sus padres hace casi 5 años.
Tenía 12 años cuando todo ocurrió, hasta antes de eso su vida era lo que él podría catalogar de "perfecta" una familia que lo quería, amigos y rivales en la escuela; cosas propias de un niño pequeño, pero todo cambio cuando aquel accidente de auto ocurrió.
Su hermano mayor, Itachi Uchiha, iba conduciendo y quedo gravemente herido, sus padres murieron en el acto y el salió ileso por alguna extraña razón, aunque decir eso sería mentir.
Bien dicen que las peores cicatrices se llevan en el alma.
Luego de eso, paso a depender básicamente de la familia de sus tíos y de Kakashi Hatake, su viejo maestro de karate y además amigo de sus padres, pero nada de lo que hicieran podía apartar el dolor que la muerte de sus padres había causado al muchacho.
Lo peor había sido cuando Itachi se recuperó y decidió desentenderse completamente de su pequeño hermano, con excusas bastante tontas del tipo de ser aún muy joven para intentar cuidarlo o de que aún tenía que estudiar.
Sasuke sabía que en realidad, su hermano no podría soportar estar en la misma habitación que él tras lo que había pasado; no sabía si por algún sentimiento de culpa, o porque simplemente era cierto cuando decía que odiaba a su familia.
Por ello, cuando su tío Orochimaru le ofreció salir de Japón con él no se lo tuvo que pensar dos veces, aquello era sencillamente lo mejor.
O al menos eso pensaba él.
Comunicarle a Kakashi su decisión fue lo más sencillo, su maestro intento disuadirlo, pero de nada sirvió, además su familia tenía más autoridad sobre él en aquel momento y en el fondo, sabía que nada de lo que él dijera lo disuadiría.
Lo que no contó él es que cierta chica se enterará de todo e intentase ella misma convencerle de lo contario.
Claro que no sirvió de nada, su decisión ya había sido tomada.
Nada de eso le importo al momento de irse, no le debería importar ahora…
Pero ahora estaba por volver, sabiendo que no había dejado el viejo vecindario de Konoha en los mejores términos, no hacía más que preguntarse qué pasaría en el momento en que volviera a su vieja casa y aunque no quisiera admitirlo le aterraba llegar y no encontrar ni rastro de lo que había dejado atrás.
Se dejó caer en su cama con pesadez, intentando dormir un poco, sintiendo la necesidad extrema de mantenerse en calma, había pasado mucho tiempo, era obvio que las cosas habían cambiado.
Ahora solo quedaba ver si es que era para bien.
OOooooOOOOOoooooOOOOOoooo
Nunca pensó que eso le podría pasar a él.
Llegar a aquel lugar que durante años había sido su hogar y no tener a nadie para recibirlo; aunque claro no es que le importe mucho, pero sigue teniendo esa situación seguía siendo incómoda, por otro lado no había avisado a nadie sobre su regreso, ni siquiera a Kakashi aunque estaba seguro que Orochimaru ya lo debía haber puesto a buen recaudo.
Aquel día iniciaba el año escolar y está seguro que todos sus viejos amigos deben estar en el instituto justo ahora, perfecto para hacer su entrada al vecindario sin que nadie le cause sobresalto.
-¡Oh por todos los cielos! ¡Sasuke Uchiha eres tú! – un ruido seco de varias bolsas de mercado cayéndose, al mismo tiempo que le exclamación sorprendida se hizo esperar.
Error, aquí en Konoha nada se puede hacer en silencio.
Volteo lentamente para ver a la autora del grito y no pude evitar sonreír de lado, frente a él se encontraba Kushina Uzumaki, la madre del que alguna vez fue su mejor amigo, con expresión confundida y llena de sorpresa, que parecía contenerse por no lanzarse en su encima a abrazarlo.
Cosa que hizo un par de segundos después.
-Sra. Kushina – intentó hablar el muchacho, pero si había algo que distinguía a Kushina de absolutamente todas las demás personas con las que Sasuke había tratado en su vida era precisamente la fuerza de sus abrazos. Una vez iniciados, era muy difícil zafarse de ellos.
-¿Dónde has estado? - preguntó acusadoramente - Un día solo nos despertamos y Kakashi nos dijo que te habías marchado con Orochimaru, a mi Naruto casi le dio un paro cardíaco y Sakura... ni hablar de ella, estaba tan triste...
-Estuve en Hong Kong - respondió a la primera parte de la pregunta, ignorando la parte que hablaba de sus amigos.
-Esa condenada isla - dijo Kushina - No puedo creer que estés aquí, ¿Te piensas quedar a almorzar o algo? Sabes que en mi casa las puertas siempre estarán abiertas.
-He venido a quedarme - respondió simplemente - aunque el almuerzo no suena mal.
La Sra. Uzumaki sonrió de lado, este chico no cambiaba, siempre respondiendo lo necesario, nada más.
-¿Quedarte Sasuke? - preguntó esperanzada - ¿Vivirás aquí de nuevo?
El joven asintió.
-Los negocios de la familia nos han hecho volver aquí, mi tío se quedó en la oficina y me mando antes aquí, para arreglar la casa – explicó.
-Tu casa debe estar bien - dijo Kushina - el servicio de limpieza venía una vez al mes, así que no es lío ¿Y tus maletas?
-Orochimaru las traerá - respondió - Supongo que llegan junto a las suyas en unas horas.
-Perfecto - dijo ella recogiendo sus bolsas de, suelo - Ahora... debo ir a hacer el almuerzo, a los chicos les dará tanto gusto verte, bueno primero tal vez te quieran matar por irte como te fuiste pero estarán muy contentos realmente, recuerda que te espera para almorzar no se te ocurra faltar.
Y dicho eso desapareció de su vista, así de rápido como había aparecido.
Su pequeña charla con ella parecía querer demostrarle que nada había cambiado, por lo que camino en dirección a su casa, no sin antes echarle un vistazo a la vieja banca donde solía leer Sakura.
Parte de él había esperado que ella lo espere ahí, sentada esperándole para darle la bienvenida, aunque sabía que aquel pensamiento era bastante infantil porque ella estaría en el instituto seguramente y cuando vuelva probablemente vaya a su casa ignorando el hecho de que él éste ahí.
-Mira lo que trajeron los caminos de la vida - escucho una voz perezosa tras de él que lo hizo voltear inmediatamente.
No puedo reprimir una sonrisa de lado, de la nada y encima de una de las ramas del roble de la casa de Sakura estaba parado su viejo maestro de artes marciales frente a él, con la particular máscara que escondía más de la mitad de su rostro.
-Llegas tarde - dijo por su parte Sasuke - Llegue hace unos 20 minutos Kakashi, de no ser por La Sra. Uzumaki, habría tenido una bienvenida bastante solitaria.
El hombre parecía mostrar una expresión divertida, pero eso es algo Sasuke nunca podría adivinar debido a la máscara que llevaba, escondiendo parte de su rostro.
-Mi querido muchacho, Orochimaru me llamo ayer en la noche apenas - se excusó - además el parque en la mañana es tranquilo, no están todos los chicos ruidosos del vecindario y es el único momento del día en que se puede disfrutar.
-Lamento turbar tu paz - dijo - pero no tengo la llave de la casa y supuse que tal vez tú me podrías ayudar con eso.
Kakashi Hatake sólo asintió, invitándole a seguirlo.
Su estómago bullía y sabía que nada tenía que ver con el hambre, más bien la sensación de náuseas se había empezado a apoderar de él, pero hizo su máximo esfuerzo por no demostrarlo.
-Si has visto a Kushina, supongo que ella ya te dijo que la vienen a arreglar una vez al mes - explicó - se pasaron hace un par de días, así que supongo que debe estar limpia, al año que te marchaste de aquí, se quitaron casi los retratos de las paredes junto a los adornos y se pusieron en cajas para evitar su deterioro, supongo que será tu decisión volverlos a sacar.
-No creo que lo haga. - respondió el chico - ¿Hay ropa de cama?
-Todo en los armarios, se recomendó desarmar la camas pero yo creía que sería muy problemático, así que siguen ahí, solo falta tenderlas.
Se detuvieron frente a una gran puerta de roble, la vivienda azul parecía no haber sentido el paso del tiempo, estaba ahí como si tan solo se hubiese ido ayer.
Kakashi se adelantó dos pasos para abrir la misma para luego darle paso a Sasuke.
-Sigue como antes si lo notas, solo qu-
-Vacía - interrumpió el muchacho - está muy vacía.
-Los muebles fueron puestos en un solo extremo para evitar la acumulación de polvo, el servicio vendrá a arreglarlos más tarde, ya los llame.
Instintivamente dirigió su mirada hacia encima de la chimenea en busca del viejo retrato de su equipo de Karate, pero no vio más que la encimera vacía, lo que hizo suponer que seguramente estaría en las cajas tal y como Kakashi le había dicho.
-¿Eso es todo? - preguntó.
-No exactamente - respondió - mañana empiezas en el instituto, supongo que recuerdas como llegar o en todo casa, sabes que Naruto siempre estará a disposición para hacerte de guía.
-Creo que paso de eso – dijo – ni siquiera sé si ellos intentaran hablarme.
El silencio se instaló entre esos dos, no sabían que decirse precisamente. Sasuke nunca había sido una persona muy comunicativa y Kakashi lo sabía, el mismo había sido igual cuando tenía su edad y entendía más o menos los que él podría estar pensando.
-¿No quieres saber que paso en cuanto te fuiste? - preguntó su maestro - Aunque claro, supongo que nunca lo preguntarías.
El chico bufó pero no podía negar que se había preguntado eso en más de una ocasión, así que sólo se quedó callado, como una invitación para que el continuará su relato, si Kakashi seguía leyéndolo tan bien como antes, entendería que buscaba con ese silencio.
-A la mañana siguiente encontramos a Sakura sentada en el banco blanco cerca de la salida durante la mañana, luego fui junto con Naruto y Shikamaru para buscarte y ver si sabías algo sobre lo que le pudo haber pasado a ella y en ese momento lo entendimos, tú ya te habías marchado; todo fue un caos en ese momento, Naruto monto el escándalo del siglo, Ino lloraba como si hubiese perdido su jardín de flores, Shikamaru estaba perplejo... nadie entendía lo que había pasado realmente - se detuvo un momento y prosiguió - Sakura no hablo durante un par de horas y cuando finalmente lo hizo se echó a llorar y a decir cosas que no entendíamos.
-Ella intento impedir que me marchase - explicó Sasuke.
-Lo sé - respondió - ella misma me lo dijo cuándo todo volvió a la calma, en un inicio estaba muy molesta contigo, pero creo que el tiempo sano su dolor.
-¿Están todos en el instituto? - preguntó.
-A esta hora si - respondió - empiezan a llegar a partir de las 5 de la tarde, dependiendo de sus actividades ahí, aunque por ser el primer día, probablemente salgan más temprano.
Sasuke asintió levemente, mientras subían las escaleras con dirección a la que antes había sido su habitación, todo estaba como lo habían dejado excepto porque había removido las viejas consolas de videojuegos y los retratos en las paredes.
Hogar dulce hogar, pensó Sasuke amargamente.
El regreso a su casa no había sido como lo había esperado, es más, podría jurar que si le diesen la oportunidad de irse de nuevo ahora la tomaría, aquello no parecía su casa era un edificio vacío y sin vida; salvo por el encuentro con Kushina Uzumaki nada parecía guardar un real sentido de las cosas
-¿Dónde almorzaras? - preguntó él.
-Kushina Uzumaki me ha invitado a su casa, lo que me vendrá bien, ya que Orochimaru no llegará hasta la noche.
-Te iba a invitar, pero veo que se me adelantaron - dijo - Minato también estará feliz de verte.
-Supongo.
-¿Qué tienes Sasuke? Deberías estar más animado, por fin has vuelto a casa.
-Está ya no era mi casa desde hace 4 años y en estos momentos se me hace más ajena que nunca - dijo secamente el muchacho – además yo-
-Sasuke, está siempre será tu casa y lo sabes - interrumpió su maestro bruscamente, como adivinando el tren de sus pensamientos - Pero recuerda que un hogar no lo hace un edificio o un vecindario, lo hacen las personas, ahora te dejo para que te instales hay ropa de cama en los armarios, creo que te haría bien dormir un poco
Lidiar con Sasuke nunca había sido sencillo pensó Kakashi mientras abandonaba la casa, dado que el chico siempre había sido bastante orgulloso y terco; pero en el fondo él podía sentir todo el dolor y la soledad que el muchacho había vivido y sabía que tenía que apoyarlo pese a todo.
Al fin y al cabo se lo prometió a sus padres, y sobre todo se lo prometió a Obito. Salió de ahí dispuesto a darle al muchacho un espacio para que se instale y piense mejor todo lo que está haciendo ahora.
Por su parte Sasuke se tumbó en la cama sin tender, intentando encontrar algún signo de que aquella fue la casa donde paso sus momentos más felices, sin éxito alguno quedándose dormido tras algunos pocos minutos de estar ahí.
Cuando Sasuke abrió los ojos horas más tarde, supo que se había olvidado de algo y cuando sintió el rugir de su estómago supo precisamente de que se trataba.
Almuerzo en casa de los Uzumaki.
Guiado más por su hambre que por su cerebro, se puso de pie y salió corriendo con dirección a su patio trasero, donde estaba la puerta del jardín que unía su casa con la de sus vecinos. Esperaba realmente que esa puerta siguiese ahí.
Por suerte así fue, por un momento se sintió como un niño de nuevo, cuando corría hacia la casa de su mejor amigo dispuesto a jugar videojuegos o a los ninjas con él; cuando todo era fácil y su máxima preocupación era decidir que espada le tocaría escoger a él.
¿Cómo su vida pudo cambiar tanto? Se preguntó y el recuerdo de una luz brillante, un ruido ensordecedor y los gritos de toda su familia no se hicieron esperar. Aún recordaba con suma claridad ese accidente, es algo que jamás podría dejar ir.
Sacudió su cabeza y toco la puerta de la cocina de los Uzumaki, que fue abierta de inmediato por Kushina que parecía estar más animada que de costumbre, unos metros más allá se encontraba Minato Uzumaki, sonriéndole amablemente invitándolo a pasar.
-Te dije que ha crecido muchísimo – dijo Kushina una vez que todos estaban sentados en la mesa - ¿No lo crees Minato?
-Efectivamente – hablo el padre de Naruto – Podría jurar que incluso está más alto que Naruto y Shikamaru ¡Incluso que Sai!
-¿Sai? – preguntó el muchacho confundido.
-Se mudó hace un par de años – explicó Kushina – lo conocerás más tarde supongo.
-¿Quién se mudó de aquí entonces? – preguntó él.
-Nadie - respondió - usaron la vieja casa de los Nohara que por fin fue vendida.
Sasuke abrió los ojos sorprendido, esa casa había pasado deshabitada los últimos 15 años según creía, debido a todas las leyendas que circulaban sobre el fantasma de una chica vagando ahí. O al menos eso creía cuando era un niño.
-Kakashi montó en cólera en ese momento - se río Minato - Creo que el pretendía comprar la casa y alguien se le adelanto.
-¿Por qué no fue comprada antes? - preguntó él.
-Cláusulas del testamento de la familia Nohara - contestó Minato - Sólo un Nohara podía venderlo y pues bueno... ya no quedaba ninguno vivo.
Sasuke es una persona observadora, por tanto no pasó por alto el tono triste de las palabras del Sr. Namikaze y la manera en la que Kushina apretó su mano, como para darle ánimo.
-La cláusula fue cerrada hace un par de años - continuó - era tonto seguirla debido a la situación y cuando se hizo la lista de compradores ya estaba ahí como por arte de magia y los Higurashi obtuvieron la vivienda.
Y es así como la historia de fantasmas que creía cuando era un niño se desvaneció completamente.
-¿Y cuéntanos Sasuke? - preguntó Kushina mientras se metía un rollo tempura a la boca - ¿Qué tal la vida en Hong Kong?
-Menos controlada que en otras partes de la región - explicó Sasuke- bastante parecida aquí creo.
Mientras intercambiaba palabras con Minato acerca de comercio internacional y cosas así, Sasuke no pudo evitar darle un vistazo al comedor de la casa, parecía tener el mismo aspecto de años atrás, solo que con algo más de color, o eso le parecía a él. Tal vez solo sea la vitalidad que parecía emanar las dos personas sentadas junto a él.
-¿Y no has dejado nadie a quien extrañar? ¿Ninguna novia o algo parecido? – Interrumpió Kushina justo cuando hablaban de tipo de cambio de las monedas.
Sasuke casi se atragantó con su comida en ese momento, no es normal que la madre tu viejo mejor amigo te pregunto esa clase de cosas ¿O acaso lo era? Había estado bastante alejado del término "amigo" en lo últimos años como para saber algo así.
-No – se apresuró a contestar – la verdad es que no hice muchos amigos ahí, me pasaba la mayor parte del día en mi casa o entrenando artes marciales.
Kushina Uzumaki asintió con gesto de aprobación, ante la atónita mirada de su esposo, que seguía preguntándose qué demonios pasaba por la cabeza de su mujer para preguntarle algo así al muchacho, ¿Qué acaso no veía que lo podía espantar?
-Mejor, aún están muy pequeños para pensar en esa clase de cosas – dijo – si todos los niños fueran como tú…
-Kushina – advirtió su esposo – no creo que sea la clase de cosas apropiadas para comentarle cuando acaba de llegar.
-Tonterías – negó ella – ustedes solo hablaban de cosas casi sin relevancia a la hora de la comida, se supone que las familias y los amigos hablamos de nosotros, no sobre si el precio del Yen se ha elevado más últimamente.
Minato ofreció una mirada de disculpa a Sasuke mientras miraba con expresión divertida a su esposa, Kushina siempre había sido así, no sabía cuándo frenar la lengua.
Después de todo aquello era parte de su encanto.
-No hay problema – respondió Sasuke a la mirada de disculpa de Minato.
-¿Iras al mismo instituto de siempre? – preguntó el rubio.
-Así es – respondió - mañana me incorporó al mismo.
-¡Eso significa que te graduaras con mi Naruto! – gritó emocionada Kushina.
-Si es que se gradúa – añadió Minato con la mirada al cielo – Si no fuera por Shikamaru o por Sakura… el año pasado no la contaba.
Kushina le miró de malas maneras, no le gustaba que hablase así de su propio hijo.
-¡Es culpa de la niña Hyuga! – Acusó - ¡Ella lo distrae!
-Kushina… - el mismo tono de advertencia de hace rato – Hinata es en definitiva lo mejor que le ha pasado a Naruto, es la única que puede manejar ese temperamento.
-¡Pero es tan callada! – Observó ella – Siento que pierdo todas mis energías de solo verla saludarme.
-Naruto la eligió a ella por sobre todas las demás por algo – contestó su esposo – es una muy buena chica y la conocemos desde niña, eso basta para mí, tú deberías ir haciéndote la idea.
-¿Acaso Naruto está saliendo con Hinata Hyuga? – preguntó Sasuke que parecía estar recién saliendo de la sorpresa, a lo que Minato asintió sonriendo y Kushina solo volteó la cabeza.
-Es algo nuevo – explicó – apenas un par de semanas, pero como verás alguien esta celosa…
-¡No lo estoy! – Le interrumpió ella - No tendría por qué estarlo, es decir soy su madre y ninguna chica tendría que ser más importante que yo.
-Creo que ella la seguiría criticando aún si fuera Miss Japón – dijo Minato – además Kushina, te recuerdo que hace menos de tres semanas me decías lo linda y agradable que era ella.
-Eso era antes de saber que pretendía estar con mi niño – objetó ella – Porque es un niño aún, solo tiene 17 años ¿No crees Sasuke? ¿No crees que está aún muy niño? Desearía que mi Naruto sea como tú, sin chicas a la vista.
-Y dice que no está celosa – repitió Minato.
-Voy por el postre – se paró enfadada de la mesa la pelirroja.
-No fue la peor, cuando Yoshino Nara se enteró que Shikamaru y Temari salían… el pobre casi no vuelve a ver la luz del sol – contó riéndose.
-Las madres suelen ser algo más sobreprotectoras.
-¿Algo? Lo de ellas ralla con la locura – dijo él.
-¡Te escuche! - dijo Kushina haciendo acto de presencia.
-Yo también te amo – respondió Minato.
Una sensación agradable se extendía por el pecho de Sasuke, nunca lo admitiría pero había extrañado las locuras de la familia Namikaze-Uzumaki, su hogar siempre había sido tranquilo, pero en cuanto cruzaba la cerca del jardín... Era como entrar a un lugar nuevo, cuando era pequeño creía que era algo desesperante pero ahora sabe que simplemente es la vitalidad que parece acompañarles.
A veces se preguntaba qué hacía Minato rodeado de los dos torbellinos que eran su esposa y su hijo.
-Sasuke debes quedarte hasta que llegue Naruto - indicó Kushina - por Kami que el pobre se morirá de un infarto.
El muchacho asintió levemente, pensando en cuál sería la reacción de su viejo amigo al verlo ahí.
Miro hacía el reloj de la sala de estar y supo que ya no faltaba mucho para averiguarlo.
-¿A qué hora llega hoy? – preguntó.
-No tendrán actividades de sus clubes – apuntó Kushina – así que posiblemente en una hora Naruto y los demás chicos estarán llegando aquí.
Los demás… pensó Sasuke con cierta reticencia, desde que había llegado solo le había dedicado algunos pensamientos a los que fueron sus amigos más cercanos; Naruto y Sakura, dejando de lado a los otros chicos con los que también compartió los mejores momentos de su infancia.
-Hablando de eso, creo que Naruto mencionó algo de ir a la casa de Gaara antes de venir aquí – recordó Minato.
-No, hoy definitivamente no – dijo Kushina con decisión – le llame a la hora del almuerzo, diciéndole que debía venir a casa directamente, que tenía una sorpresa para él.
-Y vaya sorpresa – dijo Sasuke con una sonrisa ladeada.
Se ofreció a ayudar a Kushina con el servicio, cosa que la mujer acepto de buena gana, mientras que Minato anunciaba que debía volver al trabajo y que volvería en la noche. Sasuke prefirió ver hacia otro lado antes de ver la cariñosa despedida de los padres de su amigo, ahora sentía nostalgia, recordaba perfectamente ver esa clase de escenas entre sus padres a diario.
El tiempo avanzaba lentamente para el muchacho, la sensación de extrañeza estaba comenzando a invadirle en todo el cuerpo, sobre todo cuando Kushina anunció que se retiraba a hacer unas compras de último momento (Aunque a Sasuke le parecía que más bien iba a dar la noticia por el vecindario de que él estaba de vuelta) indicándole que esperara a Naruto.
-Seguro que llega en un par de minutos – dijo ella como excusa – ahora seguro que Mebuki me está esperando, no me va a creer cuando le diga que estas aquí, digo para hacer las compras.
Y dicho eso salió de la casa.
Sasuke se quedó en la sala de estar mirando las fotografías que se exhibían ahí sintiéndose en ese momento más ajeno que nunca a aquel lugar, parecían puestas en orden cronológico e incluso había varías de él, pero llegaba un punto en el cual dejaba de aparecer, como si hubiese dejado un vacío que no era posible de llenar.
Miraba las fotos con atención, en ellas aparecían todos sus compañeros reconocía a Shikamaru, Lee (esas cejas son únicas aquí y en la china) y a Ino en varías, Hinata que aparentemente se había dejado crecer el cabello, Shino y Kiba seguido de un perro gigantesco que seguramente era aquel cachorro que adoptó poco antes de que él se marchara de la aldea, Neji y Tenten compitiendo en otra y finalmente a ella.
Ahí estaba Sakura con sonrisas radiantes y su cabello rosa, se sorprendió un poco al ver que no se lo había dejado crecer, sino que lo mantenía encima de sus hombros (No es qué fuera muy minucioso viendo sus fotos, simplemente era más que obvio) pero lo que más llamaba la atención era su mirada, tan brillante como el la recordaba y no ese par de ojos rotos por el llanto que fue lo último que el vio antes de marcharse de la aldea.
-¡Estoy en casa! - escuchó un grito proveniente de la parte de adelante de la casa. - ¿Qué no hay nadie acaso?
Se tensó un poco al reconocer la voz, no es como si hubiese cambiado mucho tampoco, tal vez ahora estaba más gruesa, pero seguía teniendo cierto tono infantil que le permitía reconocerla.
-¡Mamá! - la voz estaba cada vez más cerca - Esto no es divertido, ¿Qué no hay ramen aca-
Sasuke se encontraba de espaldas, aun viendo la pared cuando sintió la presencia tras de él, volteo lentamente esperando no causar mucha impresión en su viejo amigo.
Naruto por su parte estaba a punto de morir de un paro cardíaco tal y como su madre presagió momentos atrás, había entrado a su casa para hallar en ella a un muchacho de espaldas, que parecía ver con mucho interés las fotografías de la pared, extrañamente algo en él se le hacía conocido y cuando volteó supo de quien se trataba.
Se quedaron así, mirándose frente a frente como intentando reconocerse, los ojos del rubio parecían querer salirse de sus órbitas gritando al mismo tiempo mil preguntas mudas, que urgían por ser contestadas.
-Teme - dijo casi en un susurro - ¿Teme eres tú acaso?
-Hmpf - murmuró Sasuke - ¿A quién esperabas entonces? Y no me llames teme, dobe.
-Teme - se repitió a sí mismo - estas aquí, has regresado ¿Realmente eres tú?
-No, soy un fantasma que viene a vengarse de las cosas estúpidas que sueles decir - respondió con cierto tono de fastidio - definitivamente sigues siendo todo un dobe.
-No me trates de tonto - rugió el muchacho de repente, que parecía recién salido del shock.
-Tsk, sigues siendo todo un Usuratonkachi - sentenció Sasuke.
-¡TEME SI ERES TÚ! - chilló el rubio emocionado en ese momento, abalanzándose sobre su amigo, que parecía querer escapar en ese momento.
-¡Naruto sal de mi encima! - gritó - No respiro.
-Teme... - lloriqueaba el muchacho sin hacerles mucho caso - sigues siendo un negado para los momentos emotivos.
-Naruto... - dijo a modo de advertencia Sasuke.
-Sasuke teme... - por su parte Naruto parecía no entender la advertencia - cuando los demás se enteren... ¡Cuando todos los chicos se enteren se van a morir! ¡Y yo te vi primero!
Hasta aquel momento Sasuke no se había puesto a pensar con exactitud qué pasaría cuando vea a sus amigos, y si Naruto había reaccionado así... realmente no estaba muy seguro de ver las reacciones de los demás.
El rubio por fin lo soltó, mientras se limpiaba unas lágrimas de la mejilla, mientras se ponía a murmurar toda clase de cosas.
Lo único que Sasuke entendió en medio de eso fue "irte así sin más", "esa maldita mañana de abril", " sin una nota", " casa vacía", "Ella con aspecto de haber visto al espíritu del Samurái Chang" que parecían no formar alguna frase coherente.
Se sentaron en el mueble, sin decir mucho, Naruto no parecía muy dispuesto a preguntar cosas, lo que en cierta manera era un alivio para Sasuke, solo se puso a parlotear como si los 4 años que no hubiese estado ahí hubiesen sido no más que un suspiro.
De cierta manera era el tipo de reacción que esperaba de él. Se puso a contarle algunas cosas de los chicos del vecindario y por supuesto de su relación con la chica Hyuga.
-Ya te digo Teme - dijo él - Hinata es lo mejor que me ha podido pasar, ¡Y siempre estuvo enamorada de mí! ¿Qué hice yo para merecer algo tan bueno como eso?
Sasuke bufó, tal vez nunca hablo demasiado con Hinata, pero no era un secreto que ella moría por el hiperactivo rubio y era algo que todos lo sabían, bueno todos menos claro el chico en cuestión que siempre había sido bastante despistado.
Fue entonces cuando sintieron la puerta de adelante abrirse y aun tropel de personas entrar, como si de un batallón se tratara.
Ante Sasuke y Naruto se encontraba un variopinto número de adolescentes, a lo que Naruto sonrió y Sasuke simplemente se tensó, reconocía a esos chicos de las fotografías, eran sus viejos amigos.
Las noticias sí que volaban en Konoha.
-Así qué es cierto - hablo un chico, que Sasuke reconoció como Kiba, a su costado estaba Shino con sus gafas oscuras y aspecto imperturbable - Uchiha ha vuelto a Konoha.
-¡Sasuke! - una emocionada rubia salió de atrás de los chicos dispuesta a ir a abrazarlo, pero fue detenida por un chico algo subido de peso.
-¡Choji! - se quejó la chica.
-Ino, ¿No crees que primero nos debe un número de explicaciones? - preguntó el chico, al mismo tiempo que un chico de cabello negro que no conocía se le acercaba a la rubia para llevarla a su lado.
-No creo deberle explicaciones a nadie – respondió el chico por su parte – aun así, creo que es un gusto verlos a todos… o a casi todos aquí.
Sasuke nunca lo admitiría, pero de inmediato vio al tropel de personas entrar, la primera persona que había deseado ver era la única que no estaba ahí y por más que se paró para ver si estaba tras de los demás chicos, no la encontró.
-No te gastes Uchiha - escucho de repente a Shikamaru - ella se ha quedado en el instituto un rato más, así que no vendrá hasta un rato, dudo mucho que incluso sepa que estas aquí.
-¿Ella quién? - preguntó Rock Lee, con sospecha y sus cejotas formando un ceño fruncido.
-¿Quién más? - se metió alguien que reconoció como Neji Hyuga - Haruno.
-El teme aún no ha preguntado por ella - grito Naruto, que estaba de la mano con Hinata - siguen siendo un negado para esto de los reencuentros.
-No la estaba buscando - mintió Sasuke algo avergonzado - No me había acordado se ella hasta que la mencionaron.
-Lo que digas - dijo Tenten con burla - No estoy segura si le hará gracia verte ahora que lo pienso...
-¿Podríamos preguntarle algo interesante ahora sí? - interrumpió Ino - Y así puedo ir a darle un abrazo.
-Cierto - interrumpió Naruto - llevamos un rato aquí y no, e has dicho nada de dónde has estado o que has hecho con tu vida.
-Es porque mientras estaba aquí no dejabas de hablar de tu novia - se excusó Sasuke - es más, creo que ni siquiera me preguntaste que hacía en tu casa vacía.
Los demás chicos suspiraron con cansancio, Naruto podía ser muy despistado si se lo proponía.
-Así qué... - interrumpió Shikamaru - empecemos por cuestiones básicas ¿Uchiha dónde demonios has estado todo este tiempo?
-Hong Kong - respondió simplemente - me fui con mi tío Orochimaru ahí.
-¿Qué acaso no había línea fija? - preguntó acusadoramente Kiba de repente - ¿Internet o algo? ¿Una llamada a Japón te iba a matar acaso?
-Yo...
-¿Por qué no llamaste aunque sea una vez? - ahora era Naruto el que hablaba - digo, te fuiste sin dar ninguna explicación a nadie y solo Sakura te vio antes de eso.
-Era algo que tenía que hacer - dijo. - No creo que sea algo que ustedes logren entender.
-Si tan sólo abrieras la boca para decir más de tres palabras, tal vez lo hubiésemos entendido - intervino Ino de repente, luciendo bastante ofendida.
- Ino - advirtió el chico de cabello negro ahí presente - No crea que él tenga muchas ganas de hablar de eso.
-Hmpf - asintió - estas en lo correcto...
-Sai - se presentó - Sai Higurashi.
-Sasuke Uchiha - dijo como respuesta.
-Lo sé - respondió - prueba estar con Naruto por 5 minutos y que no te mencione.
-¡Esa es Sakura! - se quejó el aludido.
-No mientas Naruto - interrumpió Shikamaru, para luego añadir sonriendo - todos sabemos de tu debilidad por tu amiga, así que yo que tu Hinata me tomaría con precauciones.
-Naruto... que quiere decir eso - hablo ella con tono de voz bajísimo.
-No le hagas caso Hina, créelo, solo esta celoso porque Temari no le trata ni la mitad de bien que tú a mí – respondió - además, repito es Sakura la que hablaba del teme.
-Todas las mujeres son unas problemáticas - rebatió Shikamaru - y te recuerdo que para Sakura, Uchiha aquí presente es casi un tema tabú desde hace mucho tiempo.
-Pero… - intentó hablar Naruto.
-Nada - le calló Kiba - Uzumaki eres el que más habla de Sasuke aquí, creo que le tenías un altar incluso.
Sasuke no hacía nada más que ver como sus viejos amigos discutían, la cabeza le había empezado a doler, en Hong Kong solía pasar sus tardes sólo, leyendo, entrenando o haciendo cualquier cosa.
No estaba acostumbrado a tanto ruido.
El reencuentro con estos chicos había sido divertido, pero seguía sintiéndose incompleto de alguna manera u otra, ver tantas caras familiares le había mareado pero seguía extrañando cierta cara, ciertos gestos y expresiones, que parecía no vería hasta mañana.
Les contó algo de su vida en Hong Kong, su escuela ahí, lo que hacía (o más bien no hacia), de su relación con su tío, de lo que se había acostumbrado a estar en silencio y por ello tanto alboroto empezó a marearlo.
Al rato, empezó otro interrogatorio de temas más superfluos por parte de Ino, que si mal no recuerda él solía tener un encaprichamiento infantil con él, pero que ahora no parecía más que una gran preocupación y mucho cariño.
-La frentona morirá cuando sepa que te vi antes que ella - mencionó Ino riéndose.
-¿Y qué se quedó haciendo por cierto? - preguntó Choji.
-Es la presidenta del consejo estudiantil genio - le recordó Ino - recuerda que tuvo que aceptar el puesto cuando el vago de Shikamaru se negó.
-Todo eso es muy problemático - apunto el muchacho - todos sabemos que ella hará mucho mejor trabajo que yo, además le iría bien tener referencias de ese tipo si realmente quiere estudiar medicina.
Fue entonces cuando un ruido atronador se escuchó de la puerta de la cocina, acompañado de pasos veloces y gritos que aparentemente todos reconocían.
-¡NARUTO TE JURÓ QUE SI TE HAS ATRAGANTADO CON EL RAMEN DE NUEVO TENDRÁS QUE LLAMAR A SUIGETSU PARA QUE TE HAGA UN RCP POR QUÉ YO SENCILLAMENTE NO PIENSO HACERLO OTRA VEZ!
Sasuke parpadeó un par de veces, al tiempo que veía como todos sus amigos se removían hasta estirar sus cuellos con dirección al pasillo de la cocina, de donde parecía venir todo el alboroto.
No había que ser un genio para adivinar de quien se trataba.
Por otro lado, ella no parecía notarlo aún, pero Sasuke ya se había dado tiempo de observarla de arriba abajo, llevaba aún puesto el uniforme de colegio y parecía haber venido corriendo desde su casa, dado que sus mejillas estaban teñidas de un rojo intenso, no había crecido más que unos cuantos centímetros desde la última vez que se habían visto y apostaba que le sacaba más de una cabeza de altura.
-¿Qué hacen todos ustedes aquí? – La chica que entraba señalaba a toda la gente, que comenzaba a abrirse paso, para que ella viese quien estaba ahí - ¿Acaso son voluntarios para ayudar a Narut-
Se detuvo bruscamente al cambiar la dirección de su mirada, sus ojos se abrieron de manera evidente y retrocedió un par de pasos.
-Sa-ku-ra – pronunció su nombre, silaba por silaba, como para dejar en claro que realmente se estaba refiriendo a ella y esto no era alguna clase de broma.
Ella empezó a acercarse a pasos lentos y dudosos deteniéndose finalmente a pocos metros de él.
-Tú – fue lo único capaz de decirle, antes de ver como sus ojos se inundaban de lágrimas que nadie podría decir si eran de alegría o de frustración. – estás aquí…
Sasuke solo sonrió al tiempo que le ofrecía una mano a modo de saludo.
Finalmente había vuelto a casa.
Disclaimer: Si yo fuera Kishimoto el SasuSaku sería canon desde hace mucho tiempo, la canción a la que hago mención arriba es "Kathleen" de Catfish and the Bottlemen que tampoco me pertenece. (Que pobre soy u.u)
N/A:: ¡Hola! Pues... está es una historia que se me ocurrió a mitad de mi parcial de Historia (Lo caprichoso de mi imaginación siempre se me ocurren ideas en medio de mis exámenes) Espero que les guste, si es así díganmelo mediante un review. La historia será actualizada los días Lunes a partir de ahora. Eso es todo.
Besos.
