Harry y yo…

Disclaimer: el mundo de Harry Potter pertenece enteramente a JK Rowling y Warner Bross. No obtengo beneficio económico alguno por este fic.

NdA: Esta semana es el aniversario de los atentados de Oslo, vale que es Noruega y Cho está en Finlandia y no tienen nada que ver, es como si estuviéramos hablando de Oporto y hubiera un atentado en Albacete, que si que nada que ver, aparte de ser vecinos; pero mientras escribía este fic no podía evitar pensar en toda esta tragedia. Así que mi más sincero pésame para todos los familiares y amigos de la victimas y a todo aquel que haya perdido a alguien en trágicas circunstancias

Perdón a todo aquella o aquel que empezara a leer este fic y que he ido dejando inconcluso durante tanto tiempo; este fic lo tenía muy olvidado y he empezado a limpiar mis tareas pendientes, así que cuando lo he reemprendido he ido cambiando algunos detalles, que no cambian la historia en sí misma.

Nota para las fans de Ginny: No odio a Ginny, pero el Epilogo me forzó a escribir esto, porque fue la amarga sensación que me dejo sobre este personaje. Por otro lado tened en cuenta que esta contado desde el punto de vista de Cho, eso no ayuda a que el personaje sea retratado como el ser vivo mas adorable del momento. Así que si decidís dejar un review os ruego que sean criticas constructivas o que me vengáis cargadas con muy buenos argumentos, si es un insultar por insultar recordad que seguramente habrá fics mas de vuestro gusto y que sería una pérdida de vuestro valioso tiempo mandarme esos mensajes de los que pasare muy olímpicamente


Harry y yo…

Cuando entro en la tienda de ropa para bebes, una de las muchas nuevas tiendas que se habían abierto en el reconstruido callejón Diagon, Cho se sorprendió de que esta estuviera tan llena.

Su lado Ravenclaw le hizo notar que estaba estadísticamente y sociológicamente comprobado que después de grandes catástrofes, como por ejemplo una guerra, se producía un notable incremento de la natalidad y que incluso se solían batir récords de índices de natalidad; su lado práctico, arrastro del brazo al lado Ravenclaw a las profundices de su mente y le dijo que dejara las estadísticas y la sociología para otro día y que fuera directa al grano si no quería que estallara una guerra en su propia casa dentro de siete horas. Mas valía que se diera prisa sí no quería encontrarse con una batalla campal cuando volviera a casa.

Afortunadamente una de las vendedoras no estaba atendiendo a nadie, solo recolocando artículos, así que se encamino hacia ella; en cuanto la dependienta la vio acercarse dejo lo que tenía entre manos y se dirigió hacia ella con su mejor sonrisa de "que le puedo vender" y cuando se sitúo frente a ella dijo:

- Buenas tardes ¿buscaba alguna cosa?

- Muy buenas tardes; en realidad venia a cambiar un regalo.

- ¿Tiene algún defecto? ¿Los hechizos de crecimiento y ajuste no funcionan adecuadamente? Poseemos un departamento de corte, confección y transfiguración para aquellos casos en los que nuestros productos necesiten un ajuste o una reparación, sin ningún coste o cargo adicional.

- Oh, no, no, vera, no es que tenga ningún defecto de fabricación, pero la verdad es que venía a cambiarlo por una prenda de abrigo. Se trata de un regalo, y no es de nuestro estilo – dijo sacando de la bolsa un trajecito de color rosa con lacitos amarillos y pechera de color verde.

- No hay ningún problema en cambiárselo por cualquier artículo, siempre y cuando aun conserve el ticket.- dijo la dependienta sin perder su sonrisa en ningún momento.

Cho se limito a asentir y saco el ticket del fondo de la bolsa y se lo mostró.

- Perfecto. Sí es tan amable de acompañarme por aquí. ¿Es una niña lo que tiene?

- Si, la semana pasada cumplió un año.

- Oh. Estoy segura que debe ser una ricura de niña.

A Cho no se le escapo el más que evidente peloteo que había tras esas palabras, pero ¿A qué madre no le gusta que hablen bien de sus bebes?

- La verdad es que sí; pero da muchísima guerra. Nunca me hubiera imaginado que con solo un año se pudiera tener un carácter tan fuerte.

- Sí, los niños siempre son una fuente de sorpresas, ja, ja, ja.- siguió la vendedora con sus frases hechas y su sonrisa.- Bien, aquí en este perchero - dijo señalando un perchero de dos alturas,- tenemos las túnicas de invierno y en este otro los abriguitos, las botitas y zapatitos están justo al lado.

- Vaya, tienen mucho entre lo que elegir.

- Nos gusta tener género variado, de todos los estilos y para todos los gustos.- a Cho le sobresalto la sospecha de que, seguramente, en algún cursillo de técnicas de venta, al encargado le habrían enseñado la importancia de los eslóganes y había inculcado a conciencia esta formula mágica a sus trabajadores dando como resultado a una plantilla que seguramente podría competir en los mejores concursos de composición de Haikus.- Si me disculpa un momento iré a buscar jerséis y otras prendas de abrigos que le puedan interesar.

- Muy bien, muchas gracias.- dijo aliviada Cho, tanto servilismo le empezaba a picar en la piel.

También le impresiono lo rápido que se habían introducido las técnicas de venta muggles dentro del mundo mágico inglés, en la tienda de Madame Malkin la atención solía ser del tipo "Hola chata ¿vienes por lo de Gertrude?, te recomiendo este precioso vestido verde manzana, pero si no te convence pruébate el dorado; si ya sé que te has fijado en el rosa pálido del escote en la espalda y francamente eres de las pocas que lo podrían lucir dignamente y a las que yo permitiría que se lo pusieran, pero lo estoy reservando para tu amiga Marrietta, mientras toda la atención se centre en su espalda nadie prestara atención a su cara. Con la túnica lo tendremos más complicado, te tenía preparada una túnica blanca con ribetes dorados, pero Gertrude se la quedo, a pesar de que le dije que le hacia un culo enorme e insistí en que se llevara una túnica malva preciosa, pero se empeño en llevarse la blanca. En fin, ahora a todas las novias les da por casarse de blanco puro, por no sé que de la pureza de la novia, como si las parejas no estuvieran casadas antes del día de la boda…" y al final salías con lo que ella te había dicho que te llevaras y que en realidad era lo que exactamente estabas buscando.

El caso es que había mucho entre lo que elegir, cambiar el regalo de la tía abuela Feng le llevaría más tiempo del que había pensado.

Cuando solo llevaría tres o cuatro minutos mirando túnicas y abrigos escucho unos gritos procedentes de la entrada que le hicieron sacar la varita de manera automática y poniéndose en posición de defensa, pero no tardo en bajarla al comprobar que eran gritos de excitación y de alegría y no de terror, guardo la varita, sintiéndose avergonzada por su reacción; aunque hacia mucho que no estaba en Inglaterra, ya que solo tenía tiempo para visitas esporádicas, sucedió que en uno de sus reencuentros con las amigas en un Pub de un barrio mágico, un mortifago huido se inmolo haciendo estallar su cuerpo llevándose consigo a cuatro personas más, así que se autoconvenció de que mas que paranoica era precavida.

Intento volver a concentrarse en los abrigos pero el alboroto montado era imposible de ignorar, parecía como si Merlín resucitado estuviera en las mismísimas puertas de la tienda, así que se acerco para ver que motivaba todo aquel estallido de felicidad.

Al principio solo pudo ver que todos los clientes y vendedores de la tienda se habían concentrado en un único punto alrededor de algo o alguien y no paraban de lanzar exclamaciones de alegría y alborozo. En un momento dado la masa compacta se puso en movimiento, era prácticamente como si toda aquella masa humana estuviera realizando una danza al unísono.

No era muy complicado deducir que debía de haber entrado en la tienda alguien realmente importante e increíblemente famoso.

Ella estaba muy desconectada en cuanto a noticias frescas sobre el reino Unido, así que no estaba al tanto del famoseo en Londres, solo esperaba que fuera quien fuera no fuera "ella", porque con una cena familiar a la vista no estaba de humor para enfrontarla.

Pero ese no iba a ser su día de suerte.

Cuando la masa compacta de gente empezó a descomprimirse pudo observar que el centro de atención eran dos mujeres y una de ellas era ni más ni menos que Ginny Weasley.

Miles de señales de alerta se encendieron en su cerebro; instándola a salir pitando, pero ya, de ahí, pero no podía, Cho se había quedado estática, cual estatua de sal, en el mismo punto y no podía dejar de mirar a aquella mujer, evidentemente embarazada, rodeada de una pequeña multitud que la observaba embelesada y con reverencia, había quien osaba pedir y obtenía el favor de posar su mano sobre su vientre y entonces lo hacía con devoción casi religiosa y ella no paraba de reír y de departir alegremente con cada uno de ellos, al mismo tiempo que daba vueltas sobre si misma para que todos la pudieran ver bien y poder encarar a cada uno de ellos, fue así como ambas mujeres entraron en contacto visual, ese fue el momento en el que Cho dio un respingo y se escondió detrás de los percheros de los abrigos.

Cho se maldijo mentalmente por su actitud tan infantil, ¡Por Merlín!, que ya tenía casi treinta años y era madre de una niña, no debería actuar así; afortunadamente en ese momento apareció la vendedora que la había atendido antes cargada con jerseicitos, pololos y otras prendas de abrigo con cara de "¿Cuándo ha llegado la Reina de Inglaterra? ¿Y por qué no he sido debidamente informada?"

Puso su carga en el mostrador de la zona de abrigos y murmuro un "disculpe, vuelvo enseguida" y se fue corriendo a formar parte de la multitud.

Cho aun seguía lívida pero intento calmarse.

Se dirigió al mostrador y se puso a buscar alguna prenda con la que hacer el cambio y largarse cuanto antes mejor, ninguno de los encuentros que había tenido con la, ahora, señora Potter habían terminado bien para ella y no quería ninguna escena delante de toda su pléyade de fans donde, inevitablemente, ella seria la que saldría perdiendo.

Mientras revisaba y apartaba prendas consiguió serenarse y empezar a pensar con más claridad y ordenar sus ideas.

Era absurdo temer a Ginny Potter, seguramente se limitaría a recorrer la tienda rodeada de sus seguidores, repartiría por aquí y por allá parte de su encanto y divinidad, compraría (o le regalarían) lo que fuera que hubiera ido a buscar y volvería a su castillo dorado, con fuentes de arco iris y ponis multicolor.

"¡Mierda! ¡Cho! ¡Cálmate! Deja de pensar así.- se dijo a ella misma.- No es bueno para ti seguir pensando en algo que ni siquiera te importa o que forme parte de tu vida. Y ella tampoco vendrá a atacarte, también habrá madurado lo suficiente como para comprender que no vas tras su marido."

Siguió revolviendo el montón de ropa, pero su tren de pensamientos seguía su curso, imparable.

"Además, está embarazada, motivo de más para dejar de comportarse como dos adolescentes estupidas. Eso explica porque no la han convocado para el mundial de Quiditch, mejor, así no tendré que…"

- ¡¿Cho?

"No, por favor, esto no me puede estar pasando a mí."

- ¿Cho? ¿Cho Chang? ¿De verdad eres tú?

"Vale, es mejor dejarse de chiquilladas". Así que se giro al mismo tiempo que ponía su sonrisa mas falsa.

- Hola Ginny, ¿Qué tal estas?

- Pues ya ves. – Dijo mostrando una gran sonrisa al mismo tiempo que acariciaba su barriga con jactancia – ya te puedes imaginar lo felices que estamos Harry y yo.

- Si, debéis estar muy contentos. Felicidades.

- Hola Cho, ¿Cómo te va todo?

La que acababa de hablar era Hermione – solo Merlín sabe porque – Weasley, que también estaba embarazada y, basándose en su propia experiencia, Cho llego a la conclusión de que su estado era mucho más avanzado que el de su pelirroja compañera, pero no lo parecía a primera vista porque llevaba ropa más amplia y discreta y, sobre todo, hacia menos ostentación de su estado que su menuda amiga.

- Hola Hermione.- Respondió Cho – Bien, la verdad es que muy bien. Y enhorabuena, también debéis estar muy contentos.

- Si, muy contentos, muchas gracias. – Contesto – Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vimos.

- ¡Oh, sí! La verdad es que ha pasado mucho tiempo. – Dijo Ginny - ¿Sigues viviendo en Islandia?

- Finlandia, es en Finlandia donde vivo.

- ¡Ay! - dijo dándose una pequeña palmada en la frente al mismo tiempo que hacia un mohín – pero que cabeza la mía – y mientras lo decía miro un poco de reojo a la pequeña multitud que las envolvía, indicándoles que ese era el momento más adecuado para reír, cosa que estos hicieron, Cho llego incluso a escuchar un par de "pero que graciosa es", varios "es tan simpática" y muchos desmayados "es adorable", "es la persona más encantadora que conozco", ante esto Cho añadió una nota mental "sin comentarios" y lo poco que se respetaban las conversaciones privadas.- ¡Ay! Siempre me confundo.

"Si claro, como si te importara una mierda donde vivo, mientras sea fuera de Gran Bretaña y bien lejos de tu marido."

- ¿Te quedaras mucho tiempo? – Inquirió Hermione.

- No, solo un par de semanas, ya os imaginareis, visita familiar.

- Que bien, que bueno que puedas encontrar tiempo para volver al hogar. – Dijo Ginny- Y que considerado por tu parte el tener un detalle con ellos. ¿Has venido a buscar un regalo para el hijo de un familiar?

- En realidad he venido a cambiar un regalo.

Ginny se la quedo mirando con cara de "aquí hay algo que yo no entiendo" que fue pasando progresivamente a un mirada de "no me jodas".

Pero la reacción de Hermione fue muy diferente.

- ¡Oh!... entonces… eso significa… ¡Vaya! Pero qué maravilla, creo que nosotras también tenemos que darte la enhorabuena. Felicidades. ¿Qué edad tiene?

- Ya cumplió el año la semana pasada.

- Seguro que ya está dando guerra.

- La verdad es que si…

- ¡Vaya! Sí que es una sorpresa. ¡En verdad! Ni siquiera sabíamos que te habías casado.- Soltó Ginny.

A Cho no le hizo mucha gracia el tono que había usado, pero decidió ignorar el comentario y mirando solo a Hermione contestó:

- Me case hará unos dos años, aunque fue más por las familias que por nosotros, que ya llevábamos dos años y medio viviendo juntos.

- Vaya os llevo tiempo el decidiros a ser padres.- dijo Ginny con una enorme sonrisa.

Lo único que pudo pensar Cho fue "esta niña es imbécil"

- Bueno.- ese "bueno" era algo que difería mucho del "pero ¿por qué cojones me tengo que justificar frente a ti?" que tenía en la punta de la lengua pidiendo pista para salir.- La verdad es que queríamos disfrutar de unos años de vida en pareja antes de tener hijos.

- ¡Oh! Bueno Harry y yo teníamos claro que queríamos formar una familia. Así que no paso mucho desde que nos casamos al nacimiento de James.- dijo añadiendo una risita picara.- La verdad es que los niños son la alegría de la casa.- se produjo un largo silencio, es bastante difícil añadir algo detrás de una aseveración como esa, a no ser que sean toda una serie de risas autocomplacientes.

- Y…, entonces, ¿es niña o niño?- esa era Hermione en un intento desesperado por realizar una reanimación cardiovascular a una conversación que en opinión de Cho sería mejor dejar morir y permitirle salir de ahí, pero ya, aunque eso significara conservar aquel horrendo traje.

- Es una niña. Se llama Tarja Chun (1).- Especifico Cho, con la esperanza de que aquel fuera el tiro de gracia de la conversación y la dejaran marchar, la verdad es que no consideraba que ninguna de esas dos fuera amiga suya y considero que la conversación de cordialidad entre viejas conocidas debería finalizar ahí.

- ¡Oh! ¡Pero qué nombre más original!- Dijo Ginny usando la misma frase y tono de enunciación que usaría cualquiera frente a unos padres que anuncian que han decidido bautizar a su hija con el nombre de Angustias del Gran Dolor.

A Cho, nuevamente, le dio la sensación de que se le exigía una explicación.

- A mí siempre me gusto Chun, significa primavera en chino, y Lars quería homenajear a uno de sus grupos de música preferidos; el orden de los nombres lo elegimos tirando una moneda al aire.

- ¡Oh! Vaya, pero que gracioso. Harry y yo no lo tuvimos tan complicado a la hora de elegir los nombres de los niños. El mayor se llama James Sirius, en honor a su padre y su padrino, dos grandes héroes de guerra, el mediano se llama Albus Severus, en honor a los magos más grandes y valientes del siglo pasado, además Harry y yo teníamos muy presente que la guerra había dejado muchas heridas abiertas y queríamos recordar a la gente la necesidad de luchar todos juntos por la libertad y la verdad, frente al terror y la dictadura, independientemente del origen o de la forma de luchar de cada cual, esos hombres son un ejemplo a seguir y Harry y yo queríamos que la gente recordara la gran lección que nos dejaron ambos.

Cho se quedo muda frente a este absurdo discurso lanzado de carrerilla, aunque lo que más le sorprendió fue que Ginny soltó toda aquella parrafada prácticamente sin respirar y con una expresión en el rostro de absoluta devoción y convicción de que no había verdad mayor que la que acababa de pronunciar ni sacrifico más grande que dos padres podían hacer que condenar a un niño a cargar con semejante carta de presentación como nombre.

Ginny tomo el mutismo de Cho como una invitación a continuar.

- No sabemos el sexo del que viene.- dijo con una sonrisa.- Y la verdad es que no queremos saberlo, pero Harry y yo hemos decidido que si es niño se llamara Remus Alastor y si es niña se llamara Lily Luna.

- Otro homenaje en carne viva a las páginas de historia y del heroísmo.- contesto Cho en voz baja, aun alucinando.

- ¿Disculpa?

- No, no he dicho nada.

El rostro de Cho era de autentico estupor y asombro, pero el de Hermione era el de alguien que no sabe donde esconderse, así que hizo lo primero que se le ocurrió para intentar huir, complicar aún más la conversación.

- ¿Cuándo te reincorporaras a tu trabajo?

- ¿Cómo? Oh, disculpa, ya he vuelto al trabajo, hace cinco meses que volví a entrenar con el equipo y pude jugar en la segunda mitad de la Liga, mi equipo quedo tercero, pero el entrenador de la selección finlandesa me ha convocado para jugar en los mundiales que se celebran el año que viene. ¿Participaras de alguna manera en este mundial, Ginny?- Dijo mirándola y rogando que dejara de hablar de niños convertidos en monumentos en carne viva a héroes caídos.

- Oh, no, yo deje el Quidditch en cuanto me quede embarazada de James. Pero, entonces, ¿Cómo cuidas de tu niña? ¿Cómo puedes abandonarla siendo tan pequeña?

A Cho le dieron unas ganas tremendas de abofetear aquel rostro sonriente y autocomplaciente que trataba por todos las formas del mundo de ponerla incomoda.

- La niña está perfectamente atendida, no te preocupes, prácticamente vivo pegada a un trasladador y mi marido puede y ha decidido trabajar en casa.

- Vaya que suerte. Ahora que me acuerdo, oí decir que tu marido es un muggle, ¿no es así?- dijo Ginny con un poco de retintín y petulancia, el que alguien usaría para decir "¿No has podido engañar a nadie mejor? Yo gano", Cho asintió en silencio y preparada a saltar sobre el cuello de esa imbécil si se atrevía a insinuar cualquier cosa mala sobre su marido, además ¿no se suponía que había habido una guerra en las que ellas tres lucharon para terminar con todas esas absurdas consideraciones de muggles, sangresucias y sangrepuras?- La verdad es que Harry y yo decidimos que lo más importante era la educación de los niños y que lo más adecuado para ellos era que yo me quedara en casa cuidando de los niños, Harry no tiene hermanos y la familia con la que se crío no se puede considerar un ejemplo de cómo criar niños, en cambio yo soy de familia numerosa,- "si pero eres la hermana pequeña" pensó Cho "dudo mucho que cambiaras algún pañal o que cuidaras de alguno de tus hermanos como si fuera un niño pequeño"- así que Harry y yo acordamos que lo más indicado era que yo cuidara de los niños; además Harry es ahora el Jefe de Aurors más joven de la historia.- dijo hinchándose de orgullo.- Cambiar pañales no le habría ayudado en nada en su prometedora carrera, ja, ja, ja.

- Si, no me cabe la mayor duda.- dijo Cho tragando duro, y sintiendo un enorme peso en el estomago.

Miro a Weasley y vio que esta tenía el rostro rojo de quien se siente terriblemente afrentada por la actitud de un ser querido, pero por si esta decidía volver en auxilio de su amiga Cho se le adelanto, ya se sentía lo suficientemente insultada y abochornada para lo que quedaba de semana.

- Bueno, chicas que tengáis suerte con lo que buscáis, me esperan en casa. Hasta la vista. Adiós.- dijo cogiendo del perchero la primera túnica que le llamo la atención y saliendo en dirección a la caja, sin darles tiempo a una réplica a ninguna de las dos.


Tuvo que esperar un buen rato hasta que una de las cajeras hizo el enorme sacrificio de alejarse de la atracción de las dos heroínas de guerra para cobrarle. Cuando salió de la tienda la sangre aun le seguía ardiendo, decido dar un paseo largo antes de ir a casa con el objetivo de tranquilizarse y no llevar su mal humor a casa. Sabía que tenía bastante mal genio y sería injusto que lo pagaran Lars o Chun, o permitirse alterarse durante la cena familiar.

Y el problema era que no sabía porque razón exacta estaba tan cabreada.

Ni Ginny Potter ni Hermione Weasley le caían realmente bien.

Sobre la segunda aun le seguía pareciendo innombrable lo que le hizo a su amiga Marrieta, desfigurarle el rostro a una niña asustada era el equivalente muggle a ir a partirle las piernas a alguien por no cumplir una promesa, a parte si esa sabelotodo hubiese permitido que la ayudaran o si hubiera pedido consejo ella misma le habría informado de la existencia de formas mucho más civilizadas de impedir que nadie traicione un secreto que afecta a la seguridad de mucha gente, y muchísimo más eficaces, hechizos que impiden revelar el secreto o que cuando lo intentas revelar al enemigo bajo cualquier tipo de coacción, incluido el veritaserum, solo puedes hablar de forma incoherente, si Granger se hubiera dejado aconsejar, el secreto nunca se habría revelado, nadie habría muerto en el ministerio y su amiga no habría tenido que sufrir un rostro desfigurado ni tener que someterse a diversas intervenciones medicas costosísimas y dolorosas para conseguir un rostro medianamente normal. Su postura de sabelotodo era insufrible, pero peor aun era su reconocida manía de insistir en decirle a todo el mundo como tenía que vivir su vida y como se tenía que comportar.

Respecto a la primera eran tantas cosas las que le desagradaban de ella que no sabía ni por dónde empezar, y no, por mucho que la gente creyera, o incluso la propia Ginny estuviera obsesionada por ello, no era Harry Potter una de esas cosas, aunque la verdad, para ser alguien que se había pasado toda la vida diciendo que era un chico normal, que quería una vida normal y que todo aquello de ser el elegido, el chico-que-vivió, el centro de atención de todo el mundo le disgustaba tremendamente, Cho tenía aquel discurso grabado a fuego en la memoria, fue lo que más le repitió él durante el poco tiempo que salieron juntos, no se lo había pensado dos veces a la hora de casarse con su fan numero uno; y eso da mucho que pensar.

Pero el caso era que Ginny Potter era una de las dos mujeres que más habían influido en lo que era su vida.

Sera continuado


Chun significa primavera, Tarja es el nombre de la cantante original del grupo de symphonic metal y power metal de origen finlandés: Nightwish, he cambiado el grupo y el primer nombre de la hija de Cho (antes era Donna Chung, y el primer nombre venia del grupo the Donnas grupo americano formado íntegramente por mujeres) porque considero que el nombre de Tarja tiene más significado para el marido de Cho, Lars; aparte de indicarnos que es un gran fan de la música rock-metal. Nightwish se caracteriza, o se caracterizaba cuando actuaba Tarja Turnen con ellos, no he escuchado nada con las dos nuevas cantantes, por una sorprendente voz de soprano lirica, por potentes y melódicos riffs de guitarra, las atmosferas evocadas por su organista y el uso de sintetizadores, su imponente batería y un claro sonido de bajo.

No soy experta en música, ni nada que se le parezca aquí os dejo el link con una de sus canciones más conocidas. La cover de la canción de Gary Moore: Over the Hills and Far Away: (luego le quitáis los espacios)

www. Youtube. com watch? v=o8gXz DLNWl8 &feature