¡Hola a todos! Me llamo Natalia y soy la nueva jaja. Ésta es mi primera historia y espero que os guste. La estoy escribiendo con todo mi amor :)P
Esta historia sigue siendo de piratas, no es un universo alternativo. Sólo tiene alguna cosas cambiadas como por ejemplo: Nami no forma parte de la tripulación y Vivi es la lista navegante (tenía que poner a alguien ocupando ese puesto xD). Sale también Hancock, pero aquí no es esa enorme mujer jaja es de estatura normal como Nami. Kokoyashi es un reino de Grand Line.
Bueno creo que ya está todo, si tenéis alguna duda yo os la responderé encantada ^^
ACLARACIONES:
- Cursiva-- pasado
- Negrita- diálogo
Todos los derechos de One Piece son de su autor Eiichiro Oda.
LA REINA
CAPÍTULO 1
Entraron en la camarote de las chicas. Cerraron la puerta sin dejar de besarse, sin dejar de abrazarse y de tocar todo lo que pudieran de la piel del otro. No se oía nada más que jadeos, suspiros y gemidos apagados en la boca del otro. La ropa iba cayendo al suelo y pronto ya no hubo más que quitar. Ya sólo eran piel desnuda.
Tropezaron con la cama y la chica quedó atrapada con el cuerpo del capitán encima.
-Luffy…- gimió la joven cuando éste empezó a besarle por el cuello.
- ¿Es normal que el corazón me vaya tan rápido?- le susurró en el oído mientras le cogía la mano para ponérsela en el pecho, a la altura de sus latidos. Aguantando su peso con el otro brazo, con el codo apoyado en la cama, para no aplastarla - ¿Es normal que tenga ganas de comerte?
La chica le buscó la mirada y le cogió el sombrero de paja que tenía en la espalda colgado del cuello para quitárselo y colocarlo encima de la mesita de noche. Todo sin dejar de mirarle a esos ojos negros que hacía tiempo ya la habían atrapado y que ahora no la dejaban ni respirar.
- Si ..- movió su mano haciendo que la soltase para acariciar su torso. Aunque parecía delgado podía notar sus fuertes músculos bajo sus yemas- porque yo siento lo mismo.
El moreno le acarició la cintura y acercó su rostro al de ella, quedando las bocas separadas por milímetros- Si quieres que me pare dímelo ahora…- subió la mano hasta uno de sus pechos- …porque luego no seré capaz.
Ella le pasó los brazos por el cuello- No pares.
Acortaron la distancia, besándose salvajemente, mordiéndose los labios…
-Nami…
De golpe abrió los ojos, respirando con la boca abierta, cogiendo todo el aire que le faltaba.
- Joder-. Se pasó las manos por la cara. Se destapó de la fina sábana que la cubría. -He vuelto a soñar con él.
Nami se sentó en la cama sintiendo pequeños temblores por todo su cuerpo y aún escuchando el susurro de su nombre en el oído.
No era la primera vez que soñaba con Luffy. No era la primera vez que soñaba con aquél recuerdo. El recuerdo de una sola noche, entre dos inexpertos que se dejaron llevar por la pasión. Para ella era imposible de olvidar.
Suspiró y se levantó de la gran cama donde ahora dormía, caminó por la gran habitación que ahora era la suya y abrió el balcón que daba a unos preciosos jardines. Era primavera y hacía un tiempo estupendo. Estaba todo verde y lleno de flores de distintos y llamativos colores.
Si todo seguía como hasta ahora, muy pronto, todo esto podría ser suyo.
Respiró hondo, cerró los ojos y dejó que el viento de la mañana meciese su cabello largo y de un naranja brillante por la luz del sol. Su cuerpo se tranquilizó.
Unos suaves golpes se oyeron en la puerta.
- Señorita Nami. ¿Puedo pasar?- dijo una voz fina.
La pelinaranja se dirigió a la puerta para abrirla. Le sonrió a la guapa chica morena que traía ropa colgada de uno de sus brazos.
- Siempre me preguntas si puedes pasar, Hancock. Tienes mi permiso aunque esté dormida-. Cerró la puerta cuando la sirvienta pasó - Confío en ti y sé que no me harás nada malo.
Nami le guiñó un ojo y no pudo evitar reírse ante el rostro enrojecido de vergüenza que puso en ese momento la morena.
Era casi la única sirvienta que le caía bien. Con las otras evitaba tener trato a toda costa, ya que no pensaban de ella precisamente cosas buenas dada su posición actual. 'Busca fortunas' era lo más leve que había escuchado por ahí.
- ¿Son vestidos nuevos?- preguntó cuando dejó de reír.
- mm..sí, se los ha comprado el príncipe para que hoy estrene uno-. Fue caminando hasta la cama, donde estiró los dos vestidos uno al lado del otro.
- Son preciosos.
Eran dos vestidos de día. Uno era de color melocotón clarito, liso con escote en V. El otro era de color crema, con una cinta dorada en la cintura. Los dos eran de manga corta y con una falda por encima de las rodillas.
- Como hoy es un día especial, se tiene que poner más guapa aún.
Se volvió a reír- Gracias Hancock, eres un encanto. Me pondré éste, el de color crema.
- ¿Está nerviosa?
Nami la miró a los ojos por esa pregunta tan repentina, pero enseguida supo a que se refería.
- No, no estoy nerviosa. Estoy contenta porqué voy a volverlos a ver. Y por lo que hemos visto en los periódicos ahora son más. Tres más creo.
- Sí, son tres más. Pero señorita, yo no le preguntaba por eso.
- Ya sé porqué me lo preguntabas. La respuesta sigue siendo no-. Fue hacia la cómoda para coger la ropa interior- Los mugiwara salvaron a este reino de las manos de Arlong. Sabemos que vienen porque uno de los guerreros del reino se encontró con ellos en una isla y le dijeron que en dos semanas estaban aquí.
- ¿Y si no vienen?
Cerró el cajón despacio y se quedó ahí parada un rato. Pensando en la posibilidad de que no viniesen. Hancock iba a decirle algo cuando la pelinaranja habló.
- Pues si no vienen no pasa nada. Después de todo, ahora son la tripulación del rey de los piratas, tienen cosas más importantes que hacer- cogió lo que necesitaba- Me voy a duchar.
La morena la vio meterse en el baño y cerrar la puerta sin dar ningún portazo. Ella sabía todo lo que pasó hace tres años entre el capitán y Nami. Ésta se lo contó. Pero desde aquella vez nunca habían vuelto a hablar del tema.
Ahora Nami era la novia del príncipe Matthew. Del futuro rey de Cocoyashi.
En uno de los muchos balcones de palacio, había un hombre mirando al mar con unos prismáticos. Era un hombre joven, alto, de constitución fuerte, tez morena y de cabello castaño claro.
- Buenos días Matt.
El chico se volteó y sonrió cuando vio a Nami acercarse con uno de los vestidos que él mismo le había comprado. Se le ceñía a la cintura marcando su silueta y el escote cuadrado dejaba apreciar sus atributos femeninos. Llevaba el cabello suelto, con dos mechones, uno de cada lado, sujetos detrás con una pequeña pinza blanca.
- Buenos días, mi amor. Estás preciosa-. Se acercó a ella y le dio un beso en los labios.
- Gracias cariño, pero todo se debe a este vestido.
Matt le acarició la mejilla con ternura - No creo que todo sea por eso. Lo sabré yo, que sé que cuerpo hay debajo.
Nami le pasó los brazos por el cuello y le miró a sus ojos azules con actitud juguetona- ¿Y porqué no dormimos juntos siempre? Así lo podrías ver todas las noches.
El joven sonrió de lado y la apretó contra él rodeando su cintura con los brazos.
-Me encantaría, pero sabes que no debemos. Bastante con que mi padre te haya dejado quedarte aquí en palacio.
Ella se le quedó mirando y le acarició el cabello de la nuca- Ya lo sé.
Juntaron sus labios y se besaron. Primero con pequeños roces y poco a poco, sin prisas, subía la intensidad. Se querían y se deseaban.
Sin embargo, un ruido a lo lejos los hizo separarse y acercarse al balcón. Desde ahí se podía ver uno de los puertos, que es de donde provenía el eco de la gente gritando. Matt cogió los prismáticos y miró hacia el mar.
- ¡Son ellos! ¡Están aquí! Mira Nami-. Emocionado le pasó el objeto para que también lo viese y se fue a avisar a todo el mundo.
Ella agradeció internamente que se fuera porque su corazón empezó a latir demasiado rápido en sólo un segundo y le temblaban las manos. Respiró hondo para intentar tranquilizarse y, antes de mirar, tragó saliva.
Vio de cerca aquél barco, totalmente diferente al que ella recordaba. Éste era muchísimo más grande. Pero el dibujo de la vela y las banderas eran indiscutibles. Eran ellos.
- ¡ISLA A LA VISTA!- se oyó la voz de Zoro por los altavoces.
Todos, que estaban en el comedor, salieron hacia la cubierta emocionados.
- ¡El Reino de Cocoyashi!- gritó Vivi, la navegante del barco.
- Tengo ganas de ver a Nami- dijo Chopper emocionado.
- Nos van a recibir como héroes que somos, así que iros preparando- comentó a todos Usopp mientras se arreglaba los pantalones. Robin se rió por lo bajo al ver que el tirador empezaba a hacer poses de cómo iba a saludar a la gente.
- Os recibirán como héroes a vosotros porqué a nosotros no nos conocen- se cruzó de brazos Franky.
- Alomejor se asustan de mí yohoho- el esqueleto se abrió la cabeza.
- Seguramente que sí - le respondió Zoro que acababa de bajar del puesto de vigilancia.
- Voy a ver a mi Nami-swannn ~ ~ Voy a ver a mi Nami-swann - iba cantando y bailando el cocinero con corazones alrededor suyo.
- Mira que eres idiota- le insultó el espadachín.
- ¡Repíteme eso cabeza de lechuga!
- ¿Nos presentarás a nosotros?- le preguntó la morena a Chopper.
- Claro que sí. Todos te caerán muy bien. Y también el rey y Matt, su hijo.
- ¡Que eres un idiota! ¿Te lo digo más fuerte?
- Gracias, gracias, ya sabéis que el capitán Ussop es el mejor.
Alejado de ellos, estaba el capitán. Sentado en su asiento, encima del león. Viendo como a lo lejos esa isla se iba haciendo poco a poco más grande.
Se sentía raro. Había pasado mucho tiempo desde que estuvieron ahí por última vez. Y habían pasado muchas cosas. Él ahora era el Rey de los piratas. Su sueño se cumplió. Y su tripulación cumplieron los suyos.
Pero no había día que no se acordara de ella, de lo que pasó en esa isla, aquella noche en su antiguo barco.
Estaba deseando volver a verla.
FLASHBACK
HACE TRES AÑOS...
Todo el país estaba en el puerto, gritando de alegría. Querían despedir a sus salvadores, que después de varios días de fiesta, ya tenían que marchar hacia su siguiente destino.
Nami estaba en primera fila, delante del gentío. Ahora todos la conocían por haber sido la persona que salió en busca de ayuda y que había encontrado a estos buenos piratas, pasando con ellos casi dos meses de travesía, para llevarlos hasta aquí.
El capitán se subió en lo alto de un poste de madera y gritó:
-¡Algún día volveremos y yo ya seré el Rey de los piratas!
Estalló un enorme grito y se podía escuchar como la gente cantaba el nombre del hombre de goma.
- Vamos Luffy, tenemos que irnos. Chicos, soltad las amarras y leven el ancla. Preparad la vela mayor- ordenó Vivi.
- ¡SÍ!- gritaron todos, poniéndose a trabajar.
Luffy saltó hacia el barco, cayendo de pie en la cubierta. Se volteó y vió por última vez a la chica de cabello corto y naranja que destacaba entre la gente que seguía despidiéndose feliz.
Sólo la veía a ella y ella sólo le miraba a él. No se dijeron nada, ni se despidieron con la mano. Aunque antes de ser incapaz de poder ver bien el rostro de la joven, pudo apreciar una sonrisa.
- Nos volveremos a ver… Nami.
CONTINUARÁ...
¡Acabó el primer capítulo! ¿Qué os ha parecido? Vaya con Nami, normal que no pueda quitarse esa noche de la cabeza jaja ¿Quién podría?
Bueno lectores, (yo también soy una lectora porqué aquí hay historias muy buenas :) ) mandadme un review si os ha gustado ^^
Pronto tendré el capítulo 2! ¿Que pasará cuando se vean? Tachán Tachán xD
Muchas gracias! muaaa
