— Me robó el caramelo —Musitó estupefacta Marinette sin poder creer lo que Adrien hizo.
Ocasionando que tuviera la boca un poco abierta. Sorprendida e indignada teniendo rojas sus mejillas por lo que había hecho Adrien enfrente de sus amigos. Bueno, ellos no se habían dado cuenta porque estaban ocupados hablando.
Sin embargo eso no borraba el hecho de lo que había hecho. No era un niño para hacer algo así y mucho menos si había un bolsa llena de caramelos a su alrededor.
La razón de que hubiera tantas es que Alya había tenido el cumpleaños de sus hermanas y había quedado caramelos. Muchos caramelos. Demasiados para que le robara uno.
— ¿Quieres que te lo devuelva? —Le preguntó mientras al caramelo se lo pasaba por el otro costado de su boca. Marinette que veía ese movimiento de su lengua. Se sonrojo de un rojo más fuerte.
Después de todo Adrien no le robo el caramelo de su mano. Fue de su boca.
