El Akuma de hoy. Es un maniático por la comida, al parecer en los tenedores libres lo vetaron por comer demasiado. Entonces para vengarse con su poder comenzó a convertir a quien se le cruce en una comida parlante.
Perturbador, cabe decir.
Algunos era una rosquilla. Otros unos Muffins, otros unos Waffles. La mayoría, eran postres, equivalente a la altura de la persona.
Chat Noir y Ladybug que miraban la escena sin poder creerlo se preguntaban mutuamente si el Akuma lo iba a comer. Aunque no creían que fuera caníbal y menos si la comida hablaba.
Después de que los héroes pudieran recuperarse de la sorpresa inicial causado por este peculiar Akuma. Sucedió que antes de que su Lady pudiera activar su Lucky Charm y Chat Noir pudiera protegerla. El Akuma la apunto con su tenedor (el objeto Akumatizado) y la convirtió en un Croissant.
Un delicioso y apetitoso Croissant. Y el gatito que la miraba no podía creer que el Akuma había unido las dos cosas que más amaba en una sola.
Y lo que parecía que iba a resultar maravilloso, la verdad es que era un tanto inquietante. No tenía brazos ni piernas pero milagrosamente se mantenía en pie. Sus aros estaban incrustados en la masa de hojaldre y el yo-yo estaba alrededor de su… ¿Cintura? ¿Dónde estaba su cintura? Y cabe aclarar que tenía sus hermosos ojos y boca.
Si, asustaba un poco.
Sin embargo para Chat Noir aún seguía siendo su Lady. La persona que amaba y que ahora encontraba deliciosa. Entretanto sus ojos brillaban y de su boca se caía un hilo de baba.
— ¡¿Que estas mirando?! —Exclamó Ladybug que si tuviera brazos ya lo hubiera cruzado en su pecho (También inexistente) — ¡Derrota al Akuma y devuelve todo a la normalidad!
— A tus ordenes, My Croissant.
Quedando estupefacta por como la había llamado. Al instante el felino se fue directamente hacia el Akuma para atacar, esquivar e intentar obtener el tenedor.
Sin embargo cuando lo estaba haciendo se percató de que una bandada de palomas comenzó a atacar a su Lady. Su Croissant. Sin perder ni un segundo más, se lanzó hacia donde estaban. Sin ponerse a pensar de que era alérgico a las plumas, pero hay que correr riesgos para salvar a la chica que te gusta o masa o como sea. Y él lo iba a hacer.
Lo bueno. La estaba salvando como lo haría un héroe.
Lo malo le estaba estornudando en la cara.
De todos modos, la salvo y por eso al rato el héroe estaba llevando al Croissant gigante en brazos (un sueño hecho realidad) con una sonrisa de oreja a oreja, quien al encontrar un lugar para esconderla. La puso ahí.
— Gracias —Dijo ella, antes de que el minino se marche a derrotar el Akuma. Mientras tanto se recuperaba del miedo que sintió al pensar que sería devorada y picoteada por pájaros.
Entretanto Chat Noir observaba los pequeños mordiscos que tenía en los bordes.
— No hay nada que agradecer —Levantando las manos y negando modestamente— No iba a dejar que te coman —Repuso seriamente— Y mucho menos, cuando yo soy el único que quiere comerte —Añadió guiñándole atrevidamente un ojo, para luego irse.
Sin notar que ante eso dicho la masa se carbonizo. Volviéndose negra en los costados como un Croissant que estuvo mucho tiempo en el horno.
Después de varios minutos. Chat Noir derroto al Akuma desintegrando el objeto como la mariposa. Las personas pudieron volver a la normalidad y en general no hubo incidentes mayores salvo por algunas personas convertidas en postres que fueron atacadas por animales hambrientos. Aunque solo conseguirían unos rasguños. Nada de mayor escala.
Y Ladybug volvió a ser su Lady. No su Croissant.
Chocaron sus puños y el felino la vio marcharse. Y a pesar de que ya no es un Croissant. Un dulce. Para Chat Noir aun sin hojaldre, ella, sigue siendo la más dulce.
Y el gatito ama lo dulce.
