Título: Sísifo

Clasificación: T

Renuncia legal: Nada que reconozcan es mío, cero lucro.

Sumario: Durante la Batalla del Departamento de Misterios Hermione encuentra una profecía con su nombre y el de Tom Ryddle, minutos después, los relojes de arena en la Sala del Tiempo caen a su alrededor.

Pareja: Hermione Granger/Tom Ryddle.

Advertencia: Lo he dicho muchas veces en otras de mis historias pero no está de más repetirlo: no hay canon en mis fics, y éste no es la excepción; si quieren leer algo canon les recomiendo releerse los siete libros de la saga.

Advertencia II (si no leíste lo anterior, por favor lee esto, es de extrema importancia): Este fic está bajo amenaza de no ser continuado, estoy perfectamente consciente de que publicarlo es un grosería si es que no pienso terminarlo pero es importante para mi salud mental que estas diez hojas salgan al mundo virtual porque no me dejan trabajar en ninguno de mis otros fics, al subirlo espero dos posibles resultados: que la inspiración me asalte y me obligue a seguir escribiéndolo o que se esfume todo deseo de continuarlo, en cualquier caso, el verdadero fin es sacarlo de mi mente por un tiempo para poder trabajar en mis otros fics.

Importante: Las letras en cursiva del prólogo están tomadas del libro Harry Potter y la Orden del Fénix, pero no es plagio, lo juro, estoy citando, una técnica perfectamente aceptable en literatura de vanguardia, cosa que este fic está muy lejos de ser, pero el argumento sirve.

La historia comienza en el capítulo 35, cuando están en la sala de profecías.

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Sísifo

Los dioses habían condenado a Sísifo a rodar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.

Albert Camus, El mito de Sísifo

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Prólogo

De todas formas le habían dado a Harry una idea. El problema iba a ser decírselo a los demás.

- No me habéis dicho que tiene de especial esta profecía- dijo, tratando de ganar tiempo. Movió sus pies a un lado, buscando los de alguien más.

- No juegues con nosotros, Potter- le respondió Malfoy.

-No juego- dijo Harry, atendiendo a medias a la conversación y a medias su pie buscador. Y entonces encontró los dedos de alguien y los pisó. El sonido de ese alguien tomando aire de golpe le indicó que eran de Hermione.

Hermione ahogó un gritó de dolor cuando sintió el pie de Harry sobre el suyo.

- ¿Qué?- le preguntó la castaña esperando escuchar una buena respuesta pero Harry estaba demasiado interesado en lo que los mortífagos estaban diciendo así que tardó en responder y Hermione continuaba impacientándose.

'¿Romper las estanterías?' se preguntó Hermione cuando escuchó las instrucciones de su amigo, pero en seguida comprendió que eso les daría la oportunidad de huir, con disimulo volteó hacía los demás para darles la orden.

- Ron- susurró la castaña tratando de llamar la atención de su amigo pero el pelirrojo no hacía caso.

Hermione dio un pequeño paso hacía atrás y volteó a ver a Ron para darle la orden de Harry pero algo llamó su atención entre los estantes de profecías.

Resistiendo las ganas a de acercarse más al estante para comprobar lo que creía haber visto, Hermione le dio a Ron las instrucciones y se dispuso a esperar la señal de Harry.

- ¡Ya!-

Neville, Luna y Ginny destruyeron los estantes de la izquierda y Ron volteó a destruir los que se encontraban a sus espaldas, Hermione se acercó con rapidez a rescatar la profecía que había llamado su atención, la profecía en donde creía haber visto su nombre, después apuntó su varita a los estantes.

Las esferas de cristal cayeron al suelo y miles de voces proféticas se alzaron a la vez, si Hermione hubiera tenido forma de escuchar las voces una por una habría sacado tinta y pergamino, o tal vez no, en ese entonces todavía no creía en el destino ni en profecías, sólo hasta que fuera una víctima más se arrepentiría del haberle permitido a Harry tal estupidez.

Entre la confusión sobresalió la voz de Harry ordenándoles que corrieran y antes de que Hermione pudiera escoger una dirección sintió la mano de su amigo jalarla de su túnica, presurosa, la chica guardó su profecía en su túnica y siguió a Harry.

Un mortífago tomó a Harry por el hombro y Hermione lo hechizó, el chico continuó corriendo y Hermione iba detrás de Neville gritándole que corriera más rápido, al cruzar la puerta en donde los esperaba Harry, Hermione la selló con un hechizo, sólo entonces se dieron cuenta de que habían perdido a la mitad de sus amigos, escucharon acercarse a los mortífagos y los tres chicos se ocultaron debajo de una mesas. Podían ver el final de las túnicas de dos mortífagos acercándose, sus pies moviéndose rápidos.

Hermione escuchó a Harry hechizar a uno de los mortífagos y se movió con sigilo tratando de buscar un buen lugar para hacer lo mismo, de repente escuchó una palabra que le paró el corazón un segundo:

-Avada…

Pero antes de que el mortífago pudiera terminar su maldición, Harry lo tumbó al suelo y Neville apuntó con su varita para desarmar al hombre pero su hechizo falló y tanto la varita del mortífago como la de Harry salieron volando hasta la puerta de la sala en donde habían estado.

Hermione aprovechó la confusión para levantarse del suelo y corrió rumbo a Harry para quitarle al mortífago de encima, fue entonces cuando escuchó el grito de Neville:

- ¡Sal del camino, Harry!

Hermione volteó a decirle que tuviera cuidado pero Neville ya había lanzado su hechizo.

-¡DESMAIUS!

Hermione observó cómo el rayo de luz roja fallaba su objetivo y se iba a estrellar en un armario lleno de relojes de arena de distintos tamaños, no estaba segura de qué eran exactamente, algunos parecían giratiempos pero los otros parecían diseños complicados, cuando el armario cayó al suelo todos los relojes se rompieron y la arena se dispersó hasta los pies de Hermione, de repente el armario volvió a su lugar vertical e inmediatamente cayó al suelo otra vez dispersando aún más los vidrios y la arena en la dirección de Hermione.

La castaña no hizo caso del desastre que Neville había causado y siguió corriendo detrás de Harry y el mortífago sin importarle que estuviera pisando aún más la arena que había salido de los relojes.

- ¡DESMAIUS!- gritó Hermione en dirección del mortífago que estaba peleando contra Harrry.

La castaña todavía tuvo de tiempo de ver cómo el hombre caía al suelo antes de que la arena y el vidrio que estaba pisando comenzara a levantar ondas de magia a su alrededor.

Hermione dio un paso para intentar reunirse con Harry pero no pudo moverse, la magia de los relojes continuó aumentando y la castaña sintió que estaba viajando en un traslador, la arena de los relojes comenzó a levantarse en una nube de tierra y Hermione tuvo que cerrar sus ojos para protegerlos, sintió que un torbellino se formaba en su interior y se tambaleó en su lugar hasta chocar contra el armario de relojes y caer al suelo.

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El fuerte ruido de una ventana que se rompe rezumbó por todo el Departamento de Misterios llamando la atención de los inefables que se encontraban en turno.

Octavius Rookwood y Jasper Smith se encontraban trabajando en la Sala del Tiempo por lo que fueron los primeros en llegar a investigar la fuente del ruido.

- Cinco siglos de trabajo, destruidos- comentó Octavius con desidia al ver que el armario en donde guardaban todos los modelos que varias generaciones de inefables habían ido creando para viajar en el tiempo ahora estaba hecho trizas.

- ¿Qué pasó?- preguntaron a una voz los nuevos inefables que habían llegado a ver el alboroto.

- ¿Quién es?

- ¿Qué hace aquí esa niña?

Jasper y Octavius se acercaron a la forma inerte de la chica castaña que había aparecido de la nada.

- ¡Ennervate!- exclamó Octavius señalando con su varita el rostro de la chica.

Hermione despertó con confusión y miedo, miró alrededor con ojos espantados e intentó levantarse.

- ¡Hey, niña! ¡Cálmate!- ordenó Octavius con severidad.

La castaña se quedó en su lugar pero en sus ojos aún había miedo.

- ¿Quién eres?- preguntó Jasper Smith viendo a la extraña a los ojos.

Hermione abrió la boca para contestar pero inmediatamente la cerró y la desesperación apareció en sus ojos.

- No sé.

Jasper suspiró con cansancio.

Octavius maldijo en voz alta.

Hermione se aferró a su varita.