Capítulo 1: Steve y Sam
Connor Ángel Galway y Catelyn "Kate" Darla Galway eran mellizos hijos de dos vampiros. Cosa que era imposible y se consideraba no uno sino dos milagros.
Darla, su madre, se había sacrificado para que ellos dos pudieran vivir. Ángel, su padre, tenía tanto miedo pero alegría a la vez cuando los tuvo a los dos en sus brazos.
Los primeros meses de vida, los bebés eran miembros del equipo de Ángel.
Hasta que de repente, se enteraron los adultos que Ángel había estado consumiendo accidentalmente sangre de sus hijos para que los matará o algo por el estilo. Varios estaban seguros que los culpables eran Wolfram & Hart.
Entonces, todo estaba relativamente bien (o cerca por lo menos), cuando Wesley se llevo a los mellizos "a pasar la noche" a su casa. Pero no se los llevaba por una noche ni siquiera por un día, se los llevaba para siempre. Ya que había leído una profesía donde decía que "el padre matará al hijo (o hijos)" y quería poner a los mellizos milagros a salvo.
Justine le corto la garganta a Wesley y secuestro a los bebés.
Ángel no llego a tiempo y Justine acompañada de Daniel Holtz, se llevo a sus hijos en un acto de venganza disfrazado de justicia.
Pasaron los años y Ángel estaba casi agotado de buscar a sus hijos.
Mientras tanto, Holtz y Justine habían críado a los mellizos en un rancho en Utah, alejados de todo. Dónde nadie los encontraría nunca. Pero nunca les mintieron acerca de sus verdaderos padres. Sin embargo, Steven "Steve" Franklin Thomas Holtz y Samantha "Sam" Francine Thalia Holtz se habían dejado consumir casi por completo por el odio hacía Angelus, su supuesto padre biológico.
Ahora los mellizos tenían 16 años, una mente brillante y un cuerpo robusto. Sus padres adoptivos siempre les recordaban cuanto los amaban y lo orgullosos que se sentían de los dos. Claro que también solían disciplinarlos, nunca eran demasiado severos ni dejaban marcas permanentes o los hacían sentirse humillados o maltratados, pero les dejaban las cosas en claro. Al fin y al cabo, eran dos típicos adolescentes rebeldes.
Entonces, de golpe, luego de muchas noches de insomnio hablando en susurros, les propusieron a sus padres viajar a Los Ángeles en vacaciones de verano. A pesar de que no les agradaba la idea, llegaron a un acuerdo. Irían un mes y medio a Los Ángeles y luego volverían a Utah.
Steve y Sam estaban más felices que nunca. Pero sus padres no tanto, sabían que el día había llegado…el día en que sus queridos hijos iban a querer saber más sobre su padre biológico, Ángel.
Y así comenzo la gran aventura…
