¡Hola! Qué tal, ¿como están? ¿Como la trata la vida? Eh estado leyendo muchos fics últimamente y de ahí ha nacido esta idea, espero que sea de su agrado y que cualquier cosa no duden en decírmelo jaja igual algún erro en tiempo o letra porque a veces se me va la onda XD soy nueva en esto, así que ténganme piedad por favor :)

N/A: Todo está ambientado en la ciudad de Konoha y hay OoC en varios personajes. La historia puede ser un poco confusa al principio pero conforme vallamos avanzando se irán aclarando varias cosas. En dado caso de que la duda sea muy grande no olviden preguntar.

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen.

CAPÍTULO I : Koi No Yokan

¿De donde nace el amor?

Los árboles están empapados, los pájaros no vuelvan esta tarde. Se fija en una gota de lluvia que cae desde una hoja a otra hasta tocar el suelo, huele a tierra mojada. No siente su cuerpo, está entumecido por estar tanto tiempo bajo la lluvia.

El viento sopla y balancea los árboles, las calles están vacías. Probablemente sea el único en el parque, debería haber ido a casa pero últimamente duda sobre todo lo que tiene que hacer.

Camina sin rumbo en busca de algún lugar en el cual darse por rendido, necesita descansar y meditar sobre absolutamente todo. Siempre creyó que lo que sentía por Ino era amor, que no podía existir mejor complemento que ella tan escandalosa y hermosa para él. Porque es preciosa, con su larga cabellera rubia platinada hasta las piernas, sus facciones finas y sus ojos azul profundo llenos de vida, su piel de porcelana y sus medidas 90-60-90. La conoce desde que eran niños, con forme fueron creciendo el vínculo entre ellos se estrechó tanto que se volvieron unidos.

Incluso cuando su familia tuvo problemas económicos después de la muerte de su padre y todo el mundo le dio la espalda, ella siguió a su lado. Incluso convenció a Inoichi de darle una oportunidad y está al ser su preciada hija aceptó. Ella fue la única que creyó en él, la única que sin importar como la trate está ahí. Por eso formalizaron su noviazgo cuando tenían 21, desde entonces han platicado sobre boda pero nunca han llegado a nada pero no es porque ella no quiera, si no, porque quiere darle tiempo a que él decida cuándo es tiempo.

Se siente como un maldito bastardo.

Sonríe amargamente cuando es consciente de donde está, lanza una maldicion por lo bajo y golpea la pared de la casa. La puerta se abre y ahí está ella, Haruno Sakura, abre los ojos como plato y su boca forma una pequeña "o". Se ve tan tierna que casi olvida el dilema que se cierne sobre su mente.

-¡Uchiha-san!

Grita sorprendida y lo toma del brazo para hacerlo entrar. Lo lleva a la pequeña sala y corre apresurada a lo que debe ser el baño porque sale con un par de toallas que le ofrece, toma una de ellas y se sube al sillón más cercano para secarle el cabello. Es demasiado pequeña.

-Hn.

Le arrebata la toalla y ella frunce el ceño ligeramente, se encoge de hombros y sale caminado por uno pasillo. La televisión está apagada y hay unos cuantos libros abiertos en la mesita de centro, ella estaba estudiando. El lugar es cálido de un color arena, sonríe ligeramente, siempre tuvo la impresión de que su casa seria rosa totalmente por dentro. Que equivocado estaba, ella aparece de nuevo y le da ropa cuidadosamente doblada.

-Debes cambiarte, por ahí está mi habitación, prepararé algo de té.

Le señala el pasillo y después desaparece por una puertecita a lado de la barra, camina por el pasillo y la puerta del fondo es la única, entra con tranquilidad y cierra. La habitación es del mismo tono que la sala, su cama está perfectamente limpia y ordenada, no tiene ropa regada por ningún lado y los muebles tienen todo bien acomodado.

Una foto en una pequeña repisa en el rincón llama su atención, es una foto de ella con, probablemente, su madre. Es una mujer joven de cabello rubio corto y de ojos verdes jade como los de ella, Sakura tiene el cabello corto por los hombros y sonríe con una alegría que hasta ahora no ha visto, el fondo es la playa.

Ella nunca habla de su madre, incluso duda que alguna vez haya hablado de su vida, siempre es muy reservada con eso. Se cambia con la ropa que ella le ha dado, unos pans grises y una playera blanca y un par de calcetines, con la toalla termina de retirar el exceso de agua en su cabello y sale de regreso a la sala. Se acomoda en uno de los sillones individuales y saca su celular.

5 llamadas perdidas de Ino.

Ino:

¿Estas bien? Saliste muy extraño de tu oficina.

Llámame.

Lo bloquea de nuevo, soba sus cienes, no sabe qué explicación darle al respecto. Sakura aparece con una bandeja en las manos, viste unos pants vino demasiado pegados y una sudadera blanca como dos tallas más grande, su cabello rosa forma un moño mal hecho en su cabeza y no carga una gota de maquillaje como de costumbre.

La chica es hermosa, lo reconoce.

Con su metro sesenta y algo, su piel blanca como la nieve, sus facciones delicadas y sus ojos verdes como los jades y un extraño cabello de color rosa que le da un toque exótico a su persona. Es delgada con un buen trasero y unas bonitas piernas y lo que sigue, su cintura es pequeña y está seguro de que sus pechos son del tamaño exacto de sus manos. Se siente un maldito pervertido por pensar eso.

Pero cada día qué pasa ella se mete más en su mente.

-Toma- le extiende una pequeña taza.- No tiene azúcar.

La toma asiente en modo de agradecimiento, ella vierte dos trozos de azuzar a su taza y revuelve un poco, bebe el contenido y sonríe contenta por el resultado. Entonces lo mira con curiosidad.

-¿Estas bien?- se atreve a preguntar.- ¿Sucedió algo con mi trabajo?

Niega con la cabeza y de pronto se siente molesto de que ella no sepa porque está ahí. Ella suspira aliviada y se recarga en el respaldo del sofá acomodándose más.

-¿Que sucedió con tu madre?

La sorpresa y el dolor invaden sus facciones, lo mira ofendida quizá por meterse en asuntos que no le conciernen. Quizá si ella le hiciera la misma pregunta igual se sentiría ofendido y la mandaría al demonio. Pero ella suspira y cierra los ojos.

-Murió cuando yo tenia 12.

No piensa decirle más y lo sabe porque el silencio es incómodo.

-¿Porque estás aquí?- abre los ojos y lo observa con tranquilidad.- El cielo se está cayendo y aún así estás aquí. ¿Puedo saber a qué se debe?

-Estaba cerca del lugar.- miente.- me quede sin gasolina.

-Ino va a matarte si sabe que estás aquí.

Sonríe más para ella que para el, quizá está imaginando el momento. Se levanta de su lugar y pase de largo de ella para ir a la ventana del fondo, la lluvia sigue con toda su fuerza. ¿A quien quiere engañar? Está ahí por ella porque su cuerpo la necesita tanto como su mente, es como si estuvieran conectados. Desde el momento en que sus miradas se cruzaron en su empresa supo que ella sería un problema, es la chica de las copias que va de aquí para haya y que normalmente es invisible pero en este caso no lo es, ella tiene la atención de todos incluyéndolo a él.

Ella se coloca a su lado y suspira.

Se gira hacia él y lo mira con esos ojos aguados, sus ojos le muestran una extraña mezcla de sentimientos que no logra comprender. Maldita sea, es un maldito bastardo, es una niña. Tan solo tiene 19 años y lo confunde tanto.

Le da un ligero golpe en la frente mientras sonríe ligeramente, su toque es cálido.

-Si sigues arrugando tanto la frente se te quedará así.

-Hn es parte de crecer Sakura.- se mantiene serio.- ya no soy un adolescente lleno de juventud.

Ella ríe divertida, su suave risa cantarina es agradable. Es la primera vez que la ve expresarse libremente.

-Solo tienes ¿27?

-Estoy cerca de los 28- explica.- Soy increíblemente guapo y me mantengo en forma pero inevitablemente el tiempo me hará viejo.

-Aunque te vuelvas viejo seguirás increíblemente guapo.- un ligero sonrojo adorna sus mejillas.- está en tus genes.

-Así que me consideras guapo.- una sonrisa arrogante se forma en sus labios, no es tan indiferente para ella.- Hmmp.

-Yo no... no quise...

Intenta huir dando la vuelta abruptamente, sus pies se enredan y la caída parece segura de no ser por sus buenos reflejos, logra sujetarla de la cintura a tiempo. Ella abre los ojos como platos y enrojece hasta la médula, realmente encantadora. Sus respiraciones son aceleradas y chocan con la suya, el aroma a menta lo embriaga, no puede dejar de ver esos ojos jade. Es tan fácil perderse en ellos.

A la mierda su autocontrol.

Inconscientemente cierra los ojos al sentir sus labios sobre los de ella, comienza el movimiento suave que ella corresponde. El beso es torpe al principio pero logra guiarla para que mejore, muerde un poco su labio inferior haciendo que abra la boca, adentra su lengua profundizando el beso. Ella solo se dejó hacer, enredo sus manos en su cuello jugueteando con sus cabellos.

Sus labios sabían tan deliciosos como pensó, todo en ella es exquisito.

Se separan para tomar aire y sus respiraciones es lo único que se escucha, ella abre los ojos lentamente para darse cuenta de lo que ha hecho. Abre los ojos asustada y se suelta de su agarre cayendo violentamente al suelo, viéndola tan indefensa se da cuenta del error que ha cometido, decir que se siente miserable es poco.

Chasquea la lengua molesto y camina apresurado a la salida, toma sus cosas en el proceso y sale sin decir nada, se dejo llevar por el deseo que siente hacia ella, el remordimiento comienza apoderarse de él.

Todo esto es injusto para Ino

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La cabeza parece que va a explotarle de la jaqueca que se carga la última semana, no sabe si es por estrés o porque la culpa no lo deja libre. Ha estado evitando a Ino lo más que puede, no tiene la cara para verla de frente, solo se comunica con ella por mensajes. Pero tarde o temprano ella irá a buscarlo y entonces no sabe con qué cosa se la quitará de encima, del mismo modo Sakura también lo evita.

Apenas lo ve sale huyendo del lugar y se maldice por sentir una extraña sensación de vacío y culpa por hacerla alejarse, estaba acostumbrado a que sus ojos hicieran contacto todas las mañanas y ella le sonriera amable para después seguir con su camino. Ahora casi siempre parece asustada cuando lo ve, solo sonríe cuando él no está cerca y eso es frustrante.

-Karin, quiero a Haruno en mi oficina ahora.

-Si señor.

Soba sus cienes en busca de alivio, tiene que ponerle fin ahora a toda la situación que él mismo causó. Pasan unos segundos cuando escucha el llamado vacilante a la puerta, el le entra con la vista en cualquier punto que no sea él. Avanza con paso temeroso y se queda de pie al otro lado de su escritorio.

-Haurno.

-Uchiha-san no tiene que explicarme nada- se apresura a decir.- aquello fue un malentendido y si le preocupa que pueda decir algo...

-¿Y que si no fue un malentendido?- pregunta de manera fría, ella se queda muda y por primera vez lo ve a los ojos de forma sorprendida.- ¿habría algún problema con eso?

Se levanta de su cómoda silla y avanza hacia ella como un león asechando a su presa, tenía como fin disculparse por lo ocurrido pero cuando ella comenzó a hablar de un "malentendido" lo enfureció. Pretendía hacer que nada había pasado cuando claramente había sentido sus emociones en ese beso, algo dentro suyo lo movió para que ella no lo hiciera a un lado.

Era un maldito bastardo.

Ella retrocedió hasta llegar a la pared, colocó su mano derecha impidiéndole huir. Se agachó lo suficiente para dejar su rostro a la altura de ella. Su suave olor a cerezos lo inundó haciéndolo olvidar el dolor de cabeza.

-Yo... usted...- tragó grueso antes de hablar de nuevo.- ... usted tiene novia.

-¿Crees que no lo he pensado?- murmura mientras esconde su rostro en el hueco del cuello de ella.- maldita sea Sakura, me estas enloqueciendo.

Se queda de piedra, no sabe como reaccionar y el tampoco con la confección que no esperaba hacer. Ella hace que deje de pensar con claridad, se aleja de ella y le da la espalda, no puede seguir castigándolos a los dos.

-Solo vete.

-Eres muy egoísta Uchiha-san.

Se sorprende al sentir como ella la abraza por la espalda.

-Silenciosamente me pides que sea tu amante- murmura.- quieres que me conforme con las migajas del amor incondicional que le brindas a Ino porque le debes tanto que no quieres dejarla.

El corazón le late fuerte y cada palabra que ella suelta no puede estar menos alejada de la realidad, por segunda vez en su vida siente tristeza por el horrible ser que es. Sakura solo tiene 19, debería dejarla y alejarse para que ella pueda seguir con su vida, tener novios o cuando encuentre al indicado casarse pero la sola idea lo enfurece.

-Ella ha estado conmigo en los momentos más difíciles.- murmura.- No puedo dejarla.

-Pero si puedes engañarla.- dice irónicamente.- ¿Acaso eso no es peor?

-Hmmp.

Se aparta de su lado y lo rodea llegando a su escritorio, toma una libreta de notas y comienza a anotar algo, su mirada ha cambiado de nuevo. Sus ojos jade muestran determinación con una mezcla de dolor, arranca la nota y se la entrega.

-Tengamos una cita.

Le sonríe inocentemente y sale con tranquilidad de su oficina, revisa el papel y una estupida sonrisa aparece en su rostro al ver el número de ella anotado. Es una maldita locura, ella a aceptado estar con el, una cita no es nada si con ello asegura que la tendrá como tantas veces a soñado. Ella realmente lo tiene loco, lo suficiente como para pensar en salir con ella como si fuera un estudiante de preparatoria cuando ni con Ino tuvo una en sus tiempos.

Con Ino solo fueron fiestas alocadas de fraternidad o de ricos como acostumbran en su círculo social o los bailes de gala por algún cumpleaños o festejo. Sale de sus pensamientos cuando la puerta de su oficina se abre nuevamente dejando ver a la rubia que últimamente no ocupa sus pensamientos.

Arruga el papel en su mano y lo guarda en el bolsillo de su pantalón, ella parece molesta, no sonríe como de costumbre pero lo más preocupante es que por primera vez...

No siente nada al verla, ni siquiera remordimientos.