-Toc toc- sabía que era él. No debió haberlo llamado, pero es que no soportó la noticia en que salía como era besado por unas de sus bailarinas, la cual ya no contaba en el grupo de baile o eso esperaba. Tampoco es que llevaran una relación estable, ni menos de compromiso por parte de los dos, solo eran dos personas errantes que se conocieron en un hotel errante cuando él estaba de paso por Japón.

-toc toc toc toc- los golpes eran más fuertes, tenía miedo, no quien para pedirle fidelidad. Él era famoso a nivel mundial, ella nada, solo una periodista de paso por todo el mundo asiático. Se sobresaltó al escuchar su dulce voz de jovenzuelo matizada por la impaciencia.

-SÉ QUE ESTÁS AHÍ, JULIET – volvió a golpear – TAMBIÉN SÉ QUE VISTE LA NOTICIA, POR ALGO ME LLAMASTE. ABREME-

Sabía que si no le abría ahora, nunca más lo tendría cerca de su cuerpo, corrió.

Ahí estaba, totalmente desordenado con unos pantalones de tela negra y un poleron con gorro que dejaba un poco expuesto su pecho. Su cabello mojado por la lluvia que azotaba los ventanales del departamento, lo hacían verse travieso. Recordó como era su aroma, gimió mentalmente.

La miró inquisitivo, lo observó tratando de aparentar que no pasaba nada. Aclarándose el nudo de mariposas que trataba de liberarse en sus cuerdas vocales, habló:

-Solo apetecía verte Junsu – mierda,le dijo Junsu cuando solo lo nombraba Xiah de cariño -

Se hizo a un lado para que entrara.

-Entonces ¿Por qué ya no soy tu Xiah? – su cuerpo a pesar de ser muy delgado comparado con lo occidental abarcaba la mayoría del pasillo que llevaba al living –

-¿Te llamas Junsu? o hasta en eso me mentiste – cerró los ojos para no ver como la vena de su cuello se engrosaba por la rabia contenida, siguió hablando atropelladamente - ¿TODO ESTO FUE PASAJERO? RESPONDEME – se alejó de él, solo quería besarlo hasta romperle su hermosa cara para que nadie, ni sus fans, lo amarán como ella lo amaba. Cierto, lo amaba –

Este respiro en un jadeo.

-Nunca dije que había algo aquí, ni menos una relación – otro jadeo – llegaste con tu cabello alborotado, tus hojas esparcidas por todo tu auto, tus lentes de descanso rallados de tanto golpe que les diste, con tu ropa mal planchada, tu horario alimenticio que consistía en comer cuando podías algo del Mc Donalds, tu vida sedentaria – jadeo – pero me enamoraste simplemente. Oh Dios, como te amo – la alcanza por el brazo –

El beso llegó de lleno a los labios de la muchacha, solo atinaba acerca su cuerpo contra el suyo, necesitaba sentir esas palabras, las quería marcadas en su cuerpo por toda su vida. No le importaba compartirlo con todas esas chicas que lo amaban, sabía que tenía su corazón entre sus manos. Las manos de Junsu la tocaban por todas partes, especialmente en su trasero, alzándola hacia el de un tirón. Jadeo al tocarle el pelo, el cual había pasado por tantos tonos hasta quedar con el cabello castaño oscuro, ahora que lo recordaba por ella, ya que lo había molestado por ser tan metrosexual con su cuerpo.

Ya nada tenía valor, solo el amor que tenía por parte de Junsu, de ella y sus cuerpos unidos por siempre.