De repente estaba ahí, acostada en la cama, había tenido un gran descanso, había dormido bien, mi cuerpo estaba confortable, había descansado de tal manera que mi cuerpo lo agradecía a gran escala, quería dormir más, me revolotee entre las cobijas al escuchar gritos en la casa.
Rosa, rosa despierta, el maestro desea verte – una joven esbelta, un poco más alta que yo, su rostro lleno de pecas, ojos de tamaño promedio y cafés, cabello castaño claro corto, aquella voz era mi prima Jaky.
¡eh! – no comprendía nada.
Me levante perezosa, me vi al espejo sin arreglarme, tenía el cabello hasta los hombros y aquel típico copete recto, era de un castaño tan oscuro que tendía a verse negro y a veces podía verse café, mis ojos cafés de un tamaño promedio, estatura baja, complexión normal, piel blanca, efectivamente era yo, mi prima no me dio tiempo de arreglarme, estaba toda desarreglada como cualquier mujer normal al despertar.
No sabía a donde me llevaban, realmente poco importaba, eran mi familia, mis mejores amigos, no creía que algo malo desearan que pasara, pero me era extraño aquella casa, desde el momento en que desperté, aquel cuarto no era el mío, por ello me había visto al espejo para comprobar si era yo o estaba en otro cuerpo, pero efectivamente era yo misma.
¿Dónde estamos? – replique perezosa.
En tu casa – contesto un joven alto, de piel blanca, ojos pequeños y cafés, cabello castaño claro al igual que mi prima, esbelto, quien hablaba era mi mejor amigo.
¿Mi casa?- aquella duda me llego en lo más profundo de mi ser.
La casa era grande y nos dirigíamos al patio trasero, me llevaron aquel hermoso jardín personal y nos dirigimos al bosque, dentro de él seguimos un camino, nos llevó a un lugar sin árboles, lleno de pequeñas cabañas, parecía un lugar de entrenamiento militar o por lo menos eso yo pensaba.
Por fin, pensé que ya no te vería – replico un joven alto de cabello negro, sus ojos grandes y rasgados, una voz masculina pero agradable, labios perfectos, se podría decir que era demasiado atractivo.
¿Quién eres tú? – pregunte extrañada al ver tan extraño hombre.
Soy yo Takeru – dijo con desgane al ver que no le reconocía.
¿Takeru? – aquello era para mí misma.
¿No le acuerdas? – dijo mi prima – pensé que no era problema lo que te paso, pero olvidar al maestro – sonaba sorprendida.
Talvez recuerda todo antes de conocer al maestro – contesto Johnny.
No sé de qué hablan, ni siquiera sé que hago aquí – disponía a retirarme.
Toma – me dio una funda, con ella venia dentro una espada – tenemos trabajo, somos un equipo, no podemos separarnos – dijo algo triste.
No comprendo – me encogí de hombro tomando el arma – yo – vi que era una espada de verdad – no matare a nadie – tire dicha espada.
Pero prima es importante, tu decidiste hacerlo por el bien del mundo – sonaba insistente.
Debes hacerlo – me regaño mi amigo.
Pero – fui interrumpida.
El trabajo de hoy depende si el mundo se hunde o sigue adelante – aquellas palabras de Takeru me dejaron helada.
Está bien – suspire tras tomar la decisión y agarrar dicha espada que para mí era poco conocida.
¿Qué tenemos que hacer maestro? – mi prima le miro atenta.
Al parecer cierta organización ha creado un nuevo albergue para personas desamparadas, pero aquellas personas que recogen de la calle, algunas desaparecen, otras continúan en el albergue por pura fachada, pero no se sabe que están tramando – afirmo seriamente.
Posible experimenten con ellos – contesto Johnny.
El hecho no es solo eso, es decir, el dinero para dicho albergue es conseguido por trabajo ilegal, el que apoya dicha organización al parecer es el jefe de la Yakuza – termino por decir Takeru.
¿por ahora que tenemos que hacer? – Jaky pregunto ante la situación tensa.
Si podemos salvar a las personas, es lo más importante, pero debemos tener información sobre ellos, debemos desenmascarar dicha organización, saben que este equipo fue hecho para quitar toda organización negativa para el mundo –respondió aquel joven desconocido para mí.
Realmente no entiendo nada – fui hacia el – lo siento, no podré ayudarte – le entregue la espada.
Pero Rosa, eres necesaria, debemos estar todos juntos en ello – me tomo del brazo.
Pero no comprendo nada, no sé qué pinto yo aquí – conteste alterada.
Creo que ese golpe también afecto a tu carácter, si no se puede hacer más, entonces no me eres necesaria – se notaba la dureza que deseaba poner en sus palabras – puedes quedarte en casa si lo deseas, pero esa no es la Rosa que yo conozco, tal vez al principio no entendía bien, pero con tal de ayudar a las personas hacia cualquier cosas, inclusive beber – fue interrumpido por Johnny.
Tiene razón el maestro, has cambiando – replico mi mejor amigo.
¿Y ustedes que saben? Es decir, yo no entiendo nada, no sé qué hacía aquí, solo recuerdo que salíamos juntos Jaky y tu Johnny, pero nada más, como amigos, que cuidaba de mis hijo, es decir, de mis mascotas, no comprendo nada, no sé qué pinto yo aquí, no conozco a este hombre y mucho menos es lo que hacía con el – estaba enojada – lo siento pero no sería mejor que no estorbase – mis lágrimas se avecinaban ante la tensión en mi cabeza.
Tu nunca estorbas – respondió Takeru – es decir, cada uno es esencial, pero es tu decisión venir con nosotros, si lo deseas toma – me dio un papel con dicha dirección del albergue – además todavía no vamos a ir hacia allá, posible sigamos aquí ideando el plan para entrar – replico aquel joven misterioso.
Te acompaño Rosa, seguro no sabes llegar – rio un poco mi prima para alivianar la tensión que había en el ambiente.
Llegamos a casa, me llevo a mi habitación, Jaky , mi prima se despidió de mi por la urgencia de aquel trabajo dado, ni tiempo dio de hablar, además de lo tensa que estaba, sabía bien quien era yo, sabía bien mi pasado, lo único que no reconocía era lo que se supone debía estar viviendo, no conocía aquel hombre extraño que era nuestro supuesto maestro, no entendía la situación, no sabía cuál era mi misión ni mi razón de ser en estos momentos, el dolor de la cabeza estaba creciendo, decidí acostarme a dormir apretando aquel papel en mi mano.
