Declaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.
Advertencia: Drabble (¿eso es una advertencia?).
Resumen: Kushina creía que Minato y ella eran compatibles. Como dos piezas de puzle que encajan a la perfección cuando están juntas.
Compatibles
Kushina no sabía muchas cosas y desconocía otras tantas. Pero no era tonta.
Ella nunca fue la típica niña lista e inteligente que devoraba libros de texto como si fueran platos de apetitoso ramen y se jactaba luego de sus conocimientos, aprovechando cualquier oportunidad para demostrar delante de sus compañeros que ella era una sabelotodo. Nop, ya había una Mikoto Uchiha en clase, no era necesario otra, gracias.
Tampoco podía presumir de ser una chica femenina, dulce y frágil. Ella era más parecida a un hombre que a otra cosa, un hombre con largo cabello pelirrojo y voz chillona. Kushina no era dócil, tenía un temperamento de mil demonios y fácilmente irritable, y quizás esa misma personalidad la hacía vulnerable como kunoichi por ser demasiado explosiva y sentimental.
Sip, Kushina no era perfecta, y pese a eso, tenía a Minato.
Minato era todo lo contrario a ella, como la cara de la otra moneda. Fácil de tratar, alcanzando un grado de inocencia increíble para ser alumno de Jiraiya, amable e inteligente. Era ese tipo de hombre astuto que seguía las normas, creía en las leyes y luchaba por la justicia. Ágil y mortal en batalla, silencioso en su vida cotidiana y sonriente con sus seres queridos.
Y sin embargo, pese a ser ambos tan diferentes, Kushina creía que eran compatibles. Como dos piezas de puzle que encajan a la perfección cuando están juntas, necesitándose mutuamente la una a la otra, pero que por separado no tienen función, no sirven para nada. Porque Minato completaba la vida de Kushina y Kushina la de Minato. Él era el punto estable en su vida, el que le daba paz cuando ardía en llamas y el que le daba fuerzas cuando estaba acabada. Ella era la tormenta y la dinamita, la energía de cada mañana y la que tiraba de él cuando no podía más.
– ¡Kushina, ya estoy en casa! –gritó Minato cerrando la puerta de su casa.
Kushina sonrió alegre ante la llegada de su marido, acarició su vientre abultado con gesto maternal y se incorporó suavemente de la mecedora, estirando sus músculos entumecidos.
–Vamos a saludar a papá, Naruto.
Sí, Kushina y Minato eran como dos caras de una misma moneda, dos piezas de puzle o dos polos opuestos, ellos se atraían el uno al otro, se necesitaban, no había Kushina sin Minato y Minato sin Kushina, porque ellos dos eran compatibles.
En mi mente quedaba más bonito, lo juro T.T pero al final resultó medio tonto y no sé ahora me dio por los drabbles o me enrollo como una persiana o soy escueta...(?) xD Quería escribir algo de estos dos después de tanto tiempo sin aportar nada para esta pareja, ni aportar nada en el grupo de Irresistiblemente Naranja (lo siento chicas T.T) y prácticamente no escribir mucho sobre Naruto and company…ains, no me odien xD
