Dragones
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K.- 1
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En una cafetería local, dos personas adultas conversaban: un hombre y una mujer.
—Caray… ¿por qué rechaza la oferta? Es un buen partido y se nota que le gusta que sepan lo inteligente que es— la mujer suspiró derrotada
—Bueno, Aiko-san… tal vez este cansado de todo eso— su compañero intentaba distraerla
—Lo dudo, Kousuke… Seto Kaiba no deja pasar oportunidades— tomó su bebida por completo —¡No me rendiré! ¡Conseguiremos que modele para nosotros, Kousuke!—
—Eso quiere decir que regresaremos a Kaiba Corp ¿verdad?—
—Por supuesto—
—Entiendo… Agendaré nuevamente la visita—
Resignado, el joven ayudante anotaba ese pendiente mientras su jefa comía su orden mucho antes pedida.
—¿Para cuándo lo…? Aiko-san, mira hacia la derecha—
—¿Qué pasa?—
Ella giró y vio a Seto Kaiba, el cual tomaba un café y tecleaba cosas en su laptop.
—¿Pero qué hace en un lugar como éste?— la mujer no disimuló su sorpresa
No es que la cafetería fuera mala o estuviera en zona conflictiva, lo que sucedía es que, dicho lugar, era sencillo; estaba ubicado en una zona céntrica, pero la fachada del café era sencilla y con costos accesibles, lejos de ser un lugar donde uno pensaría encontrar a importantes empresarios adinerados.
Ignorando que dos personas lo observaban, Kaiba estaba en su mundo financiero. Recién le había llevado su segunda taza de café cargado y con poca azúcar; observó la hora en su reloj y continuó tecleando.
—Aiko-san ¿cree que deberíamos acercarnos?—
—Estoy pensando en ello. En estos momentos él puede estar más relajado que en su empresa, lo cual nos puede favorecer—
Los dos periodistas debatían el acercarse al castaño cuando vieron que un chico rubio se les adelantó.
—¿Será un conocido?—
Aiko y Kousuke observaron la escena con atención. El rubio seguía de pie y hablaba algunas cosas con el castaño, que sonreía de forma burlesca y que se notaba irritaba al rubio, el cual jaló una de las sillas contiguas y se sentó frente a al castaño.
—¿Seto Kaiba tiene amigos?— se extrañó el joven fotógrafo
—Eso sería una primicia única, nadie le conoce alguna otra persona cercana en su vida a excepción de su hermano—
—Pues creo que ese chico rubio es un amigo—
—¿Estás seguro de eso, Kousuke?—
—Sí… cosa de hombres, Aiko-san—
—Si es cierto lo que dices…— ella vio detenidamente al rubio —incluso él nos puede ayudar— acto seguido ambos se dirigieron a la mesa donde se encontraba el dueño de Kaiba Corp.
El rubio que había llegado no era otro más que Joseph Wheeler, rival no reconocido de Seto Kaiba en el juego de cartas en su adolescencia. La cafetería donde se encontraban pertenecía a él y a su hermana Serenity, quienes la atendían personalmente.
Había sido difícil pero al fin Joey tenía algo que podía contar como suyo; el tiempo que estuvo trabajando guardó cuánto dinero pudo y con la ayuda de su hermana comenzaron un negocio. El rubio tenía experiencia atendiendo clientes y trabajar en la cocina, además de que le gustaba cocinar, mientras que Serenity estaba por finalizar sus estudios de Administración y ponía en práctica lo aprendido.
No llevaban ni un año pero el negocio parecía ir por buen camino.
Pocos años habían pasado desde que terminaron la preparatoria, ahora, tanto Seto como Joseph tenían 23 años, meses de diferencia solamente. Debido a ellos muy pocas veces volvieron a verse hasta que el castaño cayó en esa cafetería accidentalmente. Y el día de hoy estaba evitando a las personas que justamente se le estaban acercando.
—Buenas tardes, señor Kaiba— saludó la joven mujer al quedar al pie de la mesa, al verla, Seto no ocultó su molestia, Joey sólo observó —Disculpe la interrupción pero aprovechando esta rara oportunidad quiero hablarle de algo—
—Si no mal recuerdo les dije que no me interesaba— mantuvo la mirada fija en ambos reporteros y habló sin dudar —¿Acaso no entienden con palabras?—
—Oye, tranquilo, viejo, no creo que debas ser tan descortés— sin poder evitarlo Joey intervino, más que nada porque no quería problemas en su local.
—No es asunto tuyo, Wheeler—
—Eso crees ¿dónde piensas que estás? No es tu casa ni tu oficina— ante tal respuesta, Seto sólo chistó, los reporteros veían todo en silencio
—¿Podemos sentarnos con ustedes?— preguntó con cautela el fotógrafo, Joey accedió y Seto continuó con su tecleo en la laptop
—Bueno, nos presentamos, mi nombre es Aiko Yazawa y él es Kensuke Itami, ambos somos corresponsales del suplemento de moda del periódico local y lo que queremos es contar con su participación como nuestros modelos— sonrió tras decir sus intenciones.
—¿Sus modelos? ¿Quiénes?— preguntó el rubio
—Seto Kaiba y usted, caballero—
—¡ ¿Qué? !— el rubio no ocultó su sorpresa, Kaiba también se sorprendió y cesó su labor de escribir
—Debe estar bromeando. Entiendo que quiera a Kaiba de modelo, no lo comprendo pero lo entiendo ¿pero yo por qué? Yo no tengo nada que ver con las revistas—
—Comprendo su sorpresa ¿me puede decir su nombre?—
—Joseph Wheeler, pero me pueden decir Joey—
—Gracias, Joey, no siempre se tiene que ser conocedor de revistas para modelar. Nosotros lo que queremos es simplemente mostrar una fotografía fresca a nuestros lectores. No tenemos el plan de hacer pasarelas ni esas cosas del mundo de la moda, sólo que muestren la ropa de temporada de ciertas compañías de ropa que se anuncian en nuestro periódico—
—¿Sólo sentarse a que te tomen una foto y ya?— el rubio comenzaba a saborear la idea
—No te dejes engañar tan fácilmente, perro—
—Oh, no es un engaño, señor Kaiba, es tal y como Joey lo ha dicho— por ver primera Kousuke intervino —Nosotros les decimos que vengan al edificio de nuestra compañía cierto día, estando allí se les proporcionan las ropas a mostrar, se les toma la fotografía y listo. Sería una foto por mes, aunque no descartamos la opción de cambiar la localidad, ya sea en alguna casa, tienda o un parque, sería como el día a día de ustedes—
—¿Y por qué quieren a Wheeler? Eso no lo mencionaron cuando fueron a Kaiba Corp—
—Bueno… usted nos corrió antes de terminar de hablar— respondió el chico —y a Joey no lo conocíamos hasta hoy—
—Lo habíamos contemplado sólo a usted, cierto— intervino Aiko —pero hoy que conocemos al joven Wheeler, su sola presencia es fuerte y atrae… además, nuestros lectores se sentirán más identificados—
—¿Qué quiere decir con eso?— intervino el mencionado
—Sencillo— continuó la joven mujer —a la gente le agradará ver cómo viste el CEO de Kaiba Corp normalmente, será un deleite a la pupila, pero también les agradará ver cómo viste un chico que lleva una vida más normal, que puedo ver que no tiene mal estilo al vestir, es rebelde pero bien combinado— ante ese comentario, Joey sonrió agradecido.
Aiko se sentía confiada y a momentos saboreaba la victoria, Kousuke se dedicaba a observar el comportamiento de ambos chicos: el rubio estaba por aceptar mientras que el castaño no se veía muy convencido y no dejaba de observar a Joey con molestia, pareciendo que no le agradaba el rubio.
—Entonces, ¿qué opina joven Wheeler, le interesa la oferta?—
—Jajaja, sólo Joey, no tienen que ser tan formales conmigo y sobre aceptar pues…—
—Deberías, guapo, que el mundo conozca tu atractivo— intervino una joven mujer, la cual Joey reconoció al instante
—¡Mai!— se levantó de su lugar —¡Cuánto tiempo!—
—Hola. Qué gusto que me recibas tan feliz— no era secreto que ella coqueteaba mucho con Joey y al verla, Seto frunció más su ceño, ella lo notó —Hola, Kaiba… veo que sigues como siempre—
—Señorita Valentine— la reportera se sorprendió al verla llegar
—Oh, Aiko-san ¿Qué la trae por aquí?—
—¿Conoces a estos jóvenes?— preguntó directamente la mujer
—Sí, somos amigos… bueno, Kaiba es conocido, diría él— el mencionado la vio con enojo, ella le restó importancia
—¡Eso es aún mejor!— Aiko se alegró —Joey, Mai Valentine forma parte de nuestros modelos, ella puede decirte cómo trabajamos—
—¿Tú modelas, Mai?— Wheeler no ocultó su sorpresa, sabía que Mai era atractiva pero no sabía a qué se dedicaba en sí
—Así es, llevo un año donde mismo que Aiko-san y Kousuke-san ¿te están ofreciendo modelar?— ella veía a Joey y a Aiko continuamente para después reparar en Seto —¿También Kaiba? Eso sería el premio mayor para la empresa— nuevamente el castaño se molestó, ella lo ignoró
—Mai, hola… aquí tienen— Serenity se acercó a la mesa donde su hermano estaba y les dejó unas bebidas, llevaba rato viendo la escena y se dio cuenta de que iban para largo —cortesía de la casa ¿Mai, lo de siempre para ti?—
—Gracias, linda… pero esta vez una limonada estaría bien—
—En seguida la traigo—
Mai acercó una silla y se sentó junto al rubio, Seto estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba.
—¿Es que no piensan irse pronto? Tengo cosas importantes que hacer—
—Oh, Seto, si no vas a aceptar la oferta puedes irte tú, Joey está por aceptar y trabajar conmigo—
—¿Vas a aceptar eso, Wheeler? Creí que con este negocio y tus estudios tenías suficiente para estar ocupado—
—Sólo será en temporadas, Kaiba, no creo que sea tan difícil de manejar—
—Bien dicho, guapo— Mai abrazó a Joey efusiva —me encantará trabajar contigo—
El rubio sonrió apenado, Mai era hermosa y durante alguna época de su vida ella le gustó, pero ahora todo era diferente, ahora sólo la quería casi como a una hermana más. Entre tanto, Mai disfrutaba abrazar a Joey, tanto por estima como por diversión; quería mucho al rubio, no sabía porque pero desde que lo conoció le atrajo en sobremanera. No era feo y su personalidad era encantadora, era imposible no quererlo o encariñarse con él, era como un perrito.
Y cuando pensó en eso, de reojo vio a Kaiba, sabía que el castaño así llamaba al rubio y se encontró con una mirada llena de… ¿odio? Hacia su persona; en un principio ella no le dio importancia pero no dejó de darse cuenta cómo la veía el castaño y eso la hizo pensar.
—De acuerdo, Joey…— comentó Kousuke— nos retiramos por hoy, la campaña comienza a finales de este mes, por tanto, piénsalo con calma esta semana. Te dejo nuestra tarjeta y nos dices tu respuesta—
El rubio leyó la tarjeta con atención, el castaño no perdía detalle de lo que veía y oía hasta que Kousuke le llamó.
—Joven Kaiba, también le dejo nuestra tarjeta, espero que, al menos, nos dé el beneficio de la duda—
El empresario no tomó la tarjeta, sólo la observó en la mesa, en silencio.
—Llámenos a más tardar el viernes de esta semana para decirnos su respuesta— Aiko sonrió confiada, pero nerviosa por dentro, poco después se retiraron agradeciendo que los escucharan
—Son buenas personas— comentó Joey sonriendo —me cayeron bien—
—Si todo se tratara de quien te cae bien o mal, la vida sería sencilla, perro— le increpó Kaiba
—Cierto, de haber sabido eso no te habría hablado antaño— contraatacó el rubio
—Ladra lo que quieras… no me importa— se cruzó de brazos
Estando en la entrada del local, Aiko y Kousuke los observaban.
—Creo que el chico rubio aceptará— comentó la mujer —lo vi interesado—
—Sí y es más probable si la señorita Mai lo convence. Al saber que una amiga ya conoce el trabajo, verá que no lo queremos engañar—
—Así es pero ¿sabes? Si Seto Kaiba aceptara… sería más que perfecto, Kousuke. No sé porque pero si ellos dos están juntos en una fotografía, sería un éxito total—
—¿Se lo dice su instinto de mujer, Aiko-san?—
—En parte sí, el resto…. Es imaginación libre— y sonrió de forma astuta.
Se retiraron del lugar mientras que Kaiba intentaba retomar su captura de datos en su laptop, Mai y Joey conversaban sobre la oferta de trabajo.
—Deberías aceptar, cariño— ella tomaba de su bebida y procuraba no perder detalle de las reacciones del empresario, como la que acababa de tener al oír la forma en que llamó al rubio, pues lo vio tensar sus dedos —sé que esta cafetería es buena y tiene futuro y es algo que Serenity y tú cuidan mucho pero ¿no te gustaría hacer algo más… sólo por ti? Considéralo como una actividad extra—
—Pero Mai, eso del modelaje…—
—No es tanto como modelar, no irás a pasarelas, desfiles o esa clase de cosas… sólo mostrarás las nuevas ropas de temporada. El periódico tiene contrato con algunas tiendas de ropa, modistas y diseñadores, ellos hacen las ropas y el periódico busca el personal que se la ponga, toman unas fotos y listo, no se hace más. Por eso digo que lo puedes considerar como un extra—
—Y eso es un extra ¿en qué se supone que trabajas, Mai Valentine?— intervino Kaiba con desdén —¿o tú si eres modelo?—
—No niego que eso me gustaría, Kaiba— la rubia sabía que podía jugar el mismo juego que el castaño —pero por el momento me centro en mi especialidad—
—¿Y cuál se supone que es?—
—Soy abogada… aunque no lo crean— respondió un tanto ofendida al notar cuan incrédulos la veían ambos chicos
—¿Lo dices en serio?— no pudo evitar la pregunta el rubio
—Por supuesto, Joseph. Sé que no es fácil creerlo pero es la verdad—
—Vaya que eso sí es una sorpresa— ironizó el castaño —no lo pareces—
—Lo sé… hay cosas que uno no parece ser… y resulta serlo— escudriñó a Seto con la mirada, el susodicho se percató de eso y de la sonrisa landina de la chica pero no dijo nada, se mantuvo firme y fingió ignorar el comentario.
Joey los observaba, sentía tensión en el ambiente y no se le ocurría forma alguna de suavizarlo.
—Ya… bueno, que quede eso en pasado ¿no?—
—Sólo porque tú lo pides guapo— ella se levantó y besó a Joey en la mejilla, el rubio se sonrojó, su amiga siempre encontraba formas de sorprenderlo —en verdad espero y aceptes la oferta, me encantaría trabajar contigo. Nos vemos— caminó unos cuantos pasos y se detuvo unos momentos —Oh, cierto, nos vemos Kaiba— sonrió con superioridad y se fue a pagar lo consumido.
El castaño no dijo nada pero sí pensó que quería a esa rubia lejos de Joey en breve y que tenía que hacer algo al respecto, volteó a ver al rubio y lo encontró contemplando detenidamente la tarjeta que le dieron.
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Hola! Muy buenas tardes, noches o días según sea el caso =)
Pues aquí estoy de nueva cuenta con otra historia de SetoxJoey, les digo, no puedo olvidarme de este par y pues… algo se me ocurrió para ellos y en eso estamos, jeje.
He aquí el comienzo de esta historia y en él he incluido a dos personajes propios (Aiko y Kousuke), no son tan importantes en esta historia pero si saldrán varias veces, así como otros dos que ya tienen forma.
Bueno, me retiro por hoy, espero nos leamos pronto en la siguiente entrega n.n
Saludos y que estén bien!
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