El la amaba más que a su propia vida. Con suavidad acaricio aquellos mechones rosas alborotados por la almohada, contemplo en silencio y con cierta fascinación a la chica que dormía plácidamente a su lado.
Los suaves rayos de sol que se filtraban por un pequeño hueco dieron en directamente en la pequeña espalda blanca, por la cual sus dedos trazaron formas sin sentido alguno.
Si, la peli rosa sin duda alguna era carente de curvas, no tenía ni la mejor figura, ni mucho menos, el mejor carácter (especialmente cuando se trataba de Naruto), pero tenía una sonrisa capaz de iluminar por completo su vida, aunque él no lo admitiera en voz alta, la amaba de sobre manera, con cada partícula de su ser.
Sacudió levemente a la embarazada de siete meses y cuando despertó le dijo con voz soñolienta y una sonrisa en los labios "te amo". Oh si, la amaba con locura y haría lo que fuera por cuidar aquella sonrisa.
