Lo leí en un manga

Hola de nuevo, como tan, espero que bien, bueno pues yo tuve un bloqueo y no pude seguir escribiendo jeje así que quise poner algo que no queme mis pocas neuronas ya que con toda la fiebre que tuve pues me quedaron pocas y mi otro fic realmente me hace pensar, ya que mis fics se escriben y se piensan al mismo tiempo.. así que no tengo ni la más mínima idea de que va a pasar con esa historia por unos días jeje y bueno la de Shaman King si tiene para donde ir… jejeje bueno les dejo esta para que se entretengan un rato, está linda y los personaje son lindos y tiernos y espero un lindo lemon en el tercer capítulo si es que llego al tercero por que es una historia corta.. bueno los dejo me dejan reviews no sean flojos ahh luego le digo como se llama la cosa y donde pueden verla y sabran que es lo que tiene Killua en sus manos jujuju.

Capitulo 1

Los pequeños errores de la vida.

La portada era muy llamativa, desde que lo vio en el aparador de la calle11 le llamó la atención; y es que ¿cómo es que vendían esas cosas y no se había dado cuenta?

Por las noches acostumbraba tenderse en la cama y ver el televisor hasta muy altas horas, pues solo hasta esas horas de la madrugada pasaba exactamente "aquello" que le entretenía. ¡Pero eso, era simplemente sorprendente! Los colores completamente nítidos, la imagen de la portada con las siluetas tan bien delineadas. Solo faltaba una cosa más; que el paquete incluyera un Sr. Chocorrobot; saciaría completamente su curiosidad y se encontrarse en el paraíso.

Killua ¡corre es tarde! – hablo animadamente Gon Freaks, sacando de su ensoñación a un chico de cabellos como la plata que veía embelesado algo en un aparador.

Si, ya voy… te alcanzo en unos segundos.- si, esa era su última oportunidad para comprarlo, era ahora o nunca.

Pero Killua se va ir el tren y Kurapika nos está esperando - el joven de cabellos castaños insistió un poco, notó como el mejor de sus amigos aun estaba estático.

Solo compro algo, te alcanzo en el tren.- dijo mientras en un instante saco unas lindas orejas de gato y una maquiavélica sonrisa al pensar ¿qué habría en aquella "cosa" censurada?

Está bien te espero ¿Qué quieres comprar? ¿comida?... todavía traigo un chocorrobot - resignado y con paciencia miro a su amigo un casado Gon, quien ya empezaba a preguntarse ¿Qué era lo que quería su amigo?

Nooo, tu sigue, te alcanzo luego- sacudió un poco su cabeza negando rápidamente el chico de azules ojos, pues si algo había logrado hasta ahora, casi cuatro años después de ser amigo de Gon, era haber mantenido en secreto esa extraña afición, o gusto tal vez, de ver todo aquel y sucio documental, mal sano que solían pasar a media noche. Todo aquello que tuviera inmersa la palabra "censura" o XXX, era material digno de ser visto por el Zoaldick. Y es que, un poco de cultura no le viene mal a nadie. Aun así ese conocimiento, que poco a poco fue adquirido con muchos años de esfuerzo, no lo dejaría a la luz pública. No dejara que su mejor amigo creyera que él era algún tipo de pervertido, por ser un aficionado a tan peculiar habito.

Está bien Killua, pero no tardes. – así que con una mirada dulce y un sonrisa que sabía solo le pertenecía a él, Gon siguió su camino hacia el tren. Y el entro a aquella tienda de revistas que tanto había visto, pero, que hasta ahora se había atrevido a entrar.

Era un sitio espacioso, había toda clase de revistas, las de cocina, las típicas revistas de adolecentes tontas, que buscan saber si su novio las engaña, o si su ropa combina, las revistas de chicos para mantener el cuerpo envidiable y saber las mil y un maneras de tener sexo ( y si había que admitirlo, el oji-azul estuvo tentado a hojearlas un poco pero su meta era otra cosa) un sin número de revistas para mujeres adultas, las de hombres maduros, la sección de estampitas y muy al fondo la rezagada sección de mangas y junto a estas el "tesoro". Una que otra mirada curiosa y la burla de una chica que acabo enseguida con la mirada asesina del Zoaldick se oyó, luego fue directo a pagar "aquello".

Es para mayores de edad- le dijo la chica que mascaba chicle y hacia una gran bomba.

Y lo soy, creí que ya no tendría problemas con eso, pero al parecer sigo pareciendo un chico, por eso sigo cargando con mi credencial –dijo suspirando, si, había que admitirlo aun parecía un chiquillo de 16 años. la chica lo miro escéptica pero al ver exactamente lo que se llevaba le sonrió

Te lo regalo, no se le puedo vencer a un menor, que te aproveche – le giño un poco el ojo izquierdo y luego noto al claro sonrojo del albino. Salió de la tienda más abochornado de lo que jamás estuvo. No era la primera vez que compraba algo así, pero si la primera vez que le hacían pasar tal vergüenza.

Con la susodicha cosa en sus manos corrió y corrió hasta llegar casi derrapando al lugar donde el tren ya estaba punto de partir, donde Gon lo esperaba ya tranquilo al ver la estrepitosa entrada del chico de cabellos como la plata.

Te tardaste, ¡que tanto hacías Killua! – dijo Gon aparentaba un falso enojo, mientras ya tranquilos ambos chicos fueron caminado a su camarote en el tren- tenía tiempo que no viajábamos en primera clase usando las licencias de cazador

Si, ya quiero llegar y tomar algo muy frío – resoplo un poco mientras guardaba un poco su nuevo objeto, abrieron la cabina de su camarote, pero para su sorpresa de los amplios asientos para dos personas solo había uno.

Después de tanto tiempo veremos a Kurapika y a Leorio – dijo Gon alegre mientras acomodaba las cosas y con la mirada le dio a entender a su amigo que compararían el asiento.

No es para tanto, apenas tiene unos años que no los vemos- se sentó al lado de Gon sintiendo la calidez de sus cuerpos. Mientras pudo ver como Gon se removió un poco y un extraño color carmesí cubrió sus mejillas cosa que intrigo un poco al Zoaldick pero en esos momentos solo tenía algo en cabeza, ver aquella cosa.

Si pero Leorio al fin será medico, y prometí que lo vería cuando fuera un doctor, es para celebrar. – Gon un tanto intranquilo movió un poco sus dedos mientras aspiraba un poco el aroma que se desprendía de su amigo, chocolate… sin duda el aroma de Killua.

Si como digas Gon ¿no vas descansar? Porque no te duermes un rato- le dijo el ojiazul a su amigo al verlo intranquilo, después de todo Gon tenía que dormir, y así el tendría unas horas para ver eso

No tengo sueño – dijo el otro, se trato de levantar pero Killua lo detuvo y le sonrió al tiempo que lo acercaba un poco más a él.

Si quieres te puedes recargar en mi para descanses y duermas- le dijo mientras en un movimiento osado jaló a Gon hacía él y lo poso la cabeza de Gon en sus piernas, mientras Gon seguía mitad sentado en el sofá y mitad en las piernas de Killua, Gon estaba anonadado ante tal cercanía pero se dejo caer.

Gracias Killua- Dijo antes de que sintiera su corazón palpitar con fuerza y se sintiera tan deliciosamente bien en el cuerpo de su amigo. – intentare dormir

Si descansa, te hará bien… - en una amplia sonrisa que mostro Killua a su mejor amigo, lo atrajo hacia él y lo acerco más mientras pensaba en leer el contenido de aquel objeto que esperaba ser abierto.

Aquel extraño objeto Tenía un protector de plástico y desprendía el aroma del papel y la tinta nuevos y el notorio letrero de 18+, no entendía bien a bien de que se trataba, pero si tenía un letrero tan grande y en la portada con la palabra hard.

Gon descansaba en su piernas, tenía sus dos manos juntas entrelazadas que descansaban relajadas en junto a su cara, su respiración que estaba al principio un tanto agitada, ahora sonaba tranquila y completamente relajada, es que ¿acaso ya se habrá dormido Gon? Se pregunto Killua al sentir que su amigo ya no se movía.

Gon, soy tan feliz – dijo mientras contemplaba el objeto en sus manos, pero no esperaba que le contestaran.

Y yo también Killua… soy muy feliz contigo – estoico por la contestación inesperada, rió nervioso el Zoaldick, al no entender el significado verdadero detrás de las palabras de más pequeño, mientras este se fue quedando poco a poco dormido.

Respirando un hondo y tratando de olvidar un poco lo que dijo antes Gon, quito con cuidado el plástico y noto un pequeño inconveniente… "eso no era lo que él estaba buscando" al quitar el letrero 18+ encontró que su preciada revista… no era la que esperaba… la que estaba del lado del aparador tenía una chica en frente y esta ¡No¡ , igual tenía ese letrero… pero no era lo mismo… era una portada cuatro chicos, dos parecían más grandes y en medio dos más jóvenes en una portada amarilla, no había conseguido la revista edición especial con fotos 3D y había adquirido al parecer una revista para chicas… pero qué más daba ya lo tenía en sus manos y bueno … alto contenido sexual… no se desprecia.

Lo abrió pero su sorpresa fue tal al ver que desde la primera página parecía interesante, solo que un pequeño detalle llamo su atención. ¿Dónde estaba la chica? ¡Eran dos chicos! Y los que se veían más jóvenes… y no se veía nada mal.

Segunda hoja… ¡los espiaban los más grandes! Y aun así se veía interesante, así que sin darse cuenta, examino aquel extraño objeto que tenía en sus manos revisándolo con mucho cuidado, ¡claro ahora todo tenía sentido! Los más pequeños se amaban, siendo así no había problema y hasta cierto punto era mucho más "tierno y sensible" que las otras cosas que había visto antes.

Siendo chicos se entendían mejor. Toda su vida había sido una farsa, él siempre creyendo que estas situaciones solo se podían dar entre el sexo opuesto, y ahora se venia enterando de esto… ¡ohh! ¿Por qué la vida había sido tan injusta con él y nunca antes se pudo dar cuenta que existía aquella cosa llamada yaoi? donde los chicos se veían tan felices… es que acaso no era merecedor de dicho placer; justo cuando cambio de hoja… y llego a una parte de la historia donde una de los mayores estaba por convencer y separar a los más jóvenes y uno de ellos decía algo así como "soy feliz contigo" mientras realizaban dichos placeres mundanos, fue que Killua recordó las palabras de su amigo, la posición en que estaban y sobre todo recordó todas aquellas sutiles insinuaciones que Gon le hacía… después de todo el amor sí podía darse entre dos chicos y no se había percatado, pero sobre todo, estaba en una posición comprometedora y él como la fresa mañana.

Si ahora lo entendía todo… la verdad del mundo ya era suya.

Killua ¿qué hora es? – tallándose un poco los ojos volteo Gon a ver a su amigo mientras aun seguía recargado entre sus piernas, con las mejillas sonrojadas y una dulce sonrisa pero sobre todo en un movimiento descuidado miro a Killua, rozando sin querer esa parte sensible en la entrepierna de su amigo, que hasta ahora había permanecido tranquila.

Hummm – respondo más en un gemido, que en una respuesta, al sentir dicho placer en aquel efímero roce, mientras apretaba fuertemente los puños y traba de reprenderse mentalmente por la clase de pensamientos pecaminosos que ahora tenía con Gon al verlo entre sus piernas.

¿estás bien Killua? - fue lo último que dijo el chico de ojos cafés cuando sintió como fue precipitadamente arrojado por el más grande.

Lo siento Gon tengo que ir al baño- y una vez más en se día Killua Zoaldick tuvo que salir corriendo totalmente abochornado ya que aquella parte de su cuerpo al igual que Gon habían despertado en un muy mal momento.

No tardes Killua, Ahhh me dolió – sobándose un poco se quejó Gon mientras se sentó una vez más y miro un reloj ya habían pasado 3 horas, no tardarían mucho en llegar. Se puso de pié y entre sus cosas busco algo de comer pues ya era las 4 de la tarde y no había comido nada desde muy temprano, pero lo único que encontró era el último sr. Chocorrobot que Gon le había guardado a Killua. Se quedo pensando un poco entre comérselo o no, y es que cualquier cosa que fuera valiosa para Killua, también lo era para Gon, desde hace mucho se había dado cuenta lo valioso que era su amigo y que ya no lo veía como un simple amigo. Después de meditar un poco concluyó que no será tan malo comer solo la mitad del chocolate lo puso en su boca para comer un pedacito.

Escucho el ruido de la puerta y fue a abrirla mientras Killua de igual forma se proponía abrir; sin darse cuenta de lo que exactamente paso, chocaron y en un ágil movimiento Killua tomó a Gon de la cintura para que no cayeran, mientras que el más pequeño alzó un poco su rostro y en roce mal dado, ambos chocaron sus labios.

Con el dulce sabor del chocolate, Gon sin pensarlo, sedujo a su amigo; aquel aroma que se desprendía , el pequeño y untable chocolate derretido, que aun permanecía en sus labios, logró que sin ningún perjuicio Killua tomara de los hombros a su amigo y se acercara más para que ese pequeño roce se convirtiera un beso profundo donde en pequeñas lengüetadas Killua quitaba el chocolate hasta que Gon casi por inercia fue abriendo sus labios, su corazón latía con fuerza, aquella persona que tanto quería, estaba besándolo hasta que algo o más bien alguien hablo.

Continuara…