Hola todos! Esta fic que les traigo ahora no es mia XDD sin embargo obtuve el permiso del autor para traducirla o.0 *felicidad* en fin! Esta fic la amé con mi vida! Es demasiado genialosa y realmente les recomiendo que la lean! La estoy traduciendo del inglés pues sé que varias personas no lo hablan.. o si lo hablan les da pereza o no les gusta.., asi q m sentí en la obligación moral d traducirlo! XDD porfavor léanlo y dejen muchos reviews! Si?

Abajo dejo la info del autor original para que vean q esto no es plagio XDD

Y aquí va~


Feliciano no sabía que más que hacer. No podía acaso este furioso oficial ver que él obviamente no hablaba alemán? Feliciano lo intentó de nuevo, ondeando su pequeña bandera blanca más rápidamente. Siempre la cargaba para ocasiones como esta, pero hoy parecía no estar dando resultado.

"No entiendo lo que dices! Kein Deitch! Realmente me gustaría responderte pero no tengo n la menor idea de lo que estás diciendo! Sprechen sie Italienisch? Spanisch sprechen?"

Eso tampoco pareció funcionar. El alemán sólo gritó más fuerte. Feliciano se encogió ante el ataque verbal y trató de hacerse aún más pequeño. Esto era completamente injusto! Todo lo que él quería era caminar a la tienda del pueblo y comprar harina, pero había sido detenido a medio camino por este ruidoso soldado alemán quien parecía furioso sobre algo y quien no dejaría de gritarle en ese idioma desconocido. Feliciano ya estaba acostumbrado a ver a los alemanes andar por todo el pueblo, pero nunca antes le había sucedido algo como esto. Estaba aterrado.

"Lo siento!" gritó Feliciano al borde de las lágrimas mientras el alemán gritaba cada vez más fuerte, alzando su voz a un volumen casi ensordecedor. "No sé lo que quie…." El corazón de Feliciano se detuvo en ese preciso momento en que el alemán desfundó su arma. Le pareció ver como si toda la gente rodeándolos se voltearan a verlos. El alemán lentamente levantó el arma, apuntando directamente a la cabeza del aterrado italiano. Feliciano sólo pudo cerrar los ojos, esperando el impacto. Pero no llegó. En vez de eso, alcanzó a oír una nueva voz en alemán, con mucho cuidado se atrevió a abrir un ojo y ver qué pasaba.

El nuevo alemán era alto, fuerte, y rubio. Discutía con el primer alemán, bastante alterado, y sujetaba firmemente su brazo. Parecía como si hubiera aparecido de la nada. Feliciano observaba, con los ojos más que abiertos, como el segundo alemán hablaba unas cuantas palabras más con el primero antes de liberar al soldado. Haciendo que este se marchara.

Feliciano bajó su bandera, respiró profundo, y esperó a ver qué sucedería ahora. Tras mirarlo, el oficial comenzó a hablar en alemán, pero paro pronto y preguntó, "No creo que hables español, o si?"

Feliciano se sintió lleno de alivio y exhaló. "Ah, gracias al cielo! Sí, hablo español! Ese soldado de hace poco seguía gritándome y yo no sabía lo que quería, y lo peor era que él estaba realmente molesto y era muy ruidoso y daba mucho miedo y muchas gracias por detenerlo, y acaso vas a arrestarme?"

El alemán lo miró algo confundido, mareado "Pues, de nada, y, tranquilo, no voy a arrestarte"

"Ah, qué felicidad!" Feliciano sonrió y el oficial hizo una pausa antes de continuar.

"Lamento su comportamiento. Lo que él quería era ver tus documentos".

"Ah, con que eso era…." Dijo Feliciano mientras sacaba sus papeles de su bolsillo posterior "Los tengo justo aquí, yo…."

"No….no es necesario" El alemán levantó sus manos en signo de que se detuviera "Todo está bien, en serio. Tú…. Tú estás bien?"

Feliciano sonrió de nuevo. Este era sin duda el soldado alemán más agradable que hubiera conocido, aún si luciera bastante serio y no sonriera. "Estoy bien, gracias."

El alemán sólo asintió. "No fue nada" dijo de nuevo. Feliciano esperó a que dijera algo más, pero el alemán no continuó, solo lo miró detenidamente. Era casi como si el alemán estuviera mirando a través de él. Sus ojos era la cosa más azul que Feliciano hubiera visto.

"Así que…" dijo al fin Feliciano, sintiéndose casi como si estuviera rompiendo un embrujo " Puedo continuar a la tienda ahora? Porque se suponía que debía comprar harina, pero ya es tarde y no quiero que mi abuelo se preocupe…"

El alemán parpadeó algunas veces antes de entender la situación "Por favor" dijo mientras hacía un ademán para que Feliciano continuara.

"Muchas gracias, agradable soldado alemán!" Feliciano corrió a su lado, siguiendo la estrecha vía que lo llevaba al pueblo. Después de unos cuantos pasos, y sin saber muy bien por qué, se dio media vuelta, sólo para encontrar al soldado alemán mirándolo aún, pero él rápido retiró la mirada.

Feliciano decidió que ese era su día de suerte. Pues después del incidente con los soldados alemanes, él logró encontrar suficiente harina en la tienda, así como manzanas e inclusive una fundita de azúcar, las cual había sido prácticamente imposible de encontrar desde el inicio de la guerra.

Feliciano corrió alegremente fuera del pueblo, dirigiéndose a la estrecha y polvorienta carretera que lo llevaba a la pequeña finca donde vivía su familia. El sol de las 6 de la tarde bañaba la calle, los árboles y los amplios campos en un cálido brillo naranja, y Feliciano tarareaba alegremente mientras mecía la canasta de comprar a su lado.

Él amaba el campo en días como estos. Él podía prácticamente olvidar por completo la constante presencia alemana en el pueblo, prácticamente no oír los ecos de las bombas explotando en las montañas, prácticamente sus ojos pasaban por alto el tanque deshecho y quemado a un lado de la vía. Era casi pacifico. Mientras caminaba, Feliciano se preguntaba que había hecho al oficial alemán detener a aquel soldado de dispararle. Feliciano no tenía nada en contra de los alemanes, nunca se metía con ellos, trataba desesperadamente de evitarlos, pero su abuelo y hermano siempre le decía lo horrible, malvados y asquerosos que los alemanes eran. Ese oficial, sin embargo, no le había parecido horrible ni malvado. Para nada. Por el contrario Feliciano se preguntaba si alguna vez lo volvería a ver. Aunque eso no debería preocuparle, desde luego. No debería importarle. Entonces por qué demonios seguía pensando en eso?

Feliciano atravesó el portal que lo llevaba hacía su casa y fue inmediatamente recibido por el sonido de risas y cantos. Sonrió y fue corriendo hasta adentrarse en ella. Al entrar fue felicitado por una aclamante multitud que aplaudía. Lovino se encontraba en una mesa al centro de la reunión, tocando la guitarra y animando al público con una entusiasta y conmovedora canción revolucionaria. Feliciano rió…. Lovino debía estar realmente ebrio. La habitación no era muy grande. Y parecía aún más pequeña cuando estaba llena de revolucionarios celebrantes. El abuelo Roma atravesó la habitación y tomó la canasta de Feliciano, reemplazándola por una botella de vino y abrazándolo. "Bienvenido de vuelta, Feliciano! Oh, conseguiste manzanas y azúcar? Buen chico!"

"Abuelo, qué sucede?" preguntó Feliciano, preguntándose que era lo que estarían celebrando aquella tarde.

"Hoy es un buen día para una Italia libre!"

Feliciano sabía lo que eso significaba. Lo había oído ya muchas veces. "Cuál fue el premio de hoy?"

"Un barco lleno de municiones que venía de las montañas" Roma se dio media vuelta y exclamó a la multitud "Esas son balas que los alemanes no dispararán!"

La habitación se llenó de aplauso y vítores una vez más. Feliciano aplaudió con ellos, aunque esta vez su corazón no lo acompañaba del todo. "Habían muchos de ustedes? Están todos bien?"

"Las bajas fueron solo para los alemanes hoy" Roma alzó la botella que sostenía Feliciano y tomó un gran sorbo antes de continuar "Tres conductores, siete guardias. Tu Viejo abuelo se encargó de tres de ellos sin ninguna ayuda!"

"Bien hecho, abuelo!" Feliciano tomó también un sorbo de vino y trató de pensar a través de la ruidosa multitud de revolucionarios que hablaba y cantaba y celebraba. Él no solía pensar al respecto de aquello. Su abuelo decía que el único buen alemán es un alemán muerto. Pero la mente de Feliciano no pudo evitar imaginar como aquellos soldados que habían sido asesinados podían haber sido como aquel alemán que él había conocido en el camino hoy. Era extraño… su abuelo le había dicha un montón de veces sobre los saldados que había asesinado y Feliciano nunca se había detenido a pensar al respecto. Pero ahora ese alemán a quien le habían enseñado a odiar tenía un rostro.

"Así que bebe, Feli, Y celebremos otra victoria para La Resistenza!"

Los ruidosos y excitados miembros de la resistencia aclamaron de nuevo. Feliciano los conocía a todos ellos…. Pueblerinos y granjeros quienes se oponían a la presencia militar en Italia y que habían unido fuerzas para luchar en su contra. Por lo general se reunían en la villa de la familia Vargas o en alguna pequeña cantina del pueblo, usualmente para planear el próximo movimiento o celebrar una victoria. Ellos eran La Resistenza…. La resistencia italiana… y por lo tanto estaban entre los más buscados de Italia. Detener sus suministros, bombear carros y tanques, conseguir importante información táctica; La Resistenza trabajaba incansablemente para sabotear los esfuerzos de la milicia alemana en Italia. Y cuando celebraban, lo hacían con la misma pasión y dedicación.

Lovino terminó el coro de la canción y bajando de la mesa abrazó a Feliciano con un brazo "Hey Feli!" Feliciano estaba en lo cierto… Lovino estaba definitivamente borracho. Él solo era así de alegre y extrovertido después de unos cuantos tragos y una victoria concreta.

"No estuviste involucrado en la operación de hoy, cierto?" preguntó Feliciano de repente muy preocupado. Ya era suficientemente malo que su abuelo siempre se pusiera en tanto riesgo y peligro cada vez. Así que él definitivamente no quería tener que preocuparse por su hermano también.

Lovino entornó los ojos "Ya quisiera" el italiano mayor se giró hacia donde se encontraba Roma "Cuando vas a dejarme Ir contigo en una verdadera misión, abuelo? Estoy harto de solo poner estúpidas bombas en los autos. Quiero ver un poco más de acción!" Roma solo rió y lo abrazó con un brazo.

"Sabes que no me gusta ver a mis amados nietos en peligro", dijo Roma abrazando tanto a Lovino como a Feliciano.

Feliciano rió. Su abuelo no necesitaba preocuparse por él. Feliciano era el primero en admitir que él siempre trataba de mantenerse lo más alejado de los peligros. Es decir, él sí contribuía al movimiento… por lo general consiguiendo información de los pueblerinos sobre lo que hacían los alemanes en el área. Feliciano de hecho estaba agradecido de que su abuelo Roma tratará de mantenerlo a salvo, pero a veces lo molestaba sentirse tratado como si aún fuera un niño pequeño. Lovino, sin embargo, estaba desesperado por salir y meterse lo más que le fuera posible en la acción, aun así el abuelo continuaba diciéndoles que el propósito de la Resistencia era pasar lo más inadvertidos posible, y que enfrentar verdaderos conflictos era inusual.

"Te prometo que será la próxima vez, sí Lovino?" dijo Roma sonriente mientras despeinaba el cabello de su bieto.

"Siempre dices lo mismo…." Murmuró Lovino enfadado, alejando la mano de Roma.

Roma rió una vez más y le arrebató la guitarra de las manos a Lovino "Alegrate, Lovi! Celebra y canta con nosotros!" Roma entonó la guitarra. Se dio media vuelta, mirando a la habitación y empezó a tocar una melodía que fue inmediatamente reconocida. El público aplaudió y vitoreó en reconocimiento, y cantaron aquella canción que ahora era tan familiar para ellos.

*"Una mattina mi son svegliato,

O bella, ciao! Bella, ciao! Bella, ciao, ciao, ciao!

Una mattina mi son svegliato,

e ho trovato l'invasor."

Todos los revolucionarios se unieron al canto, Lovino, borracho y animado como estaba, pareció olvidar su enojo en segundos y empezó a bailar con una de las señoritas. Feliciano no pudo evitar ser contagiado por la multitud y dejarse llevar, Tomó de la botella de vino y se unió con los demás . Saludo y felicitó a varias personas con entusiasmo cada vez que alguien se le acercaba. Rió y celebró y escuchó historias de victorias, y junto con todos aclamo al abuelo Roma para que tocara aquella canción una vez más. Bailó y celebró y cantó hasta el último verso, el cual todos cantaron tan alto que Feliciano estaba prácticamente seguro de que sería escuchado hasta en el pueblo.

**"È questo il fiore del partigiano,

o bella, ciao! Bella, ciao! Bella, ciao, ciao, ciao!

È questo il fiore del partigiano,

morto per la libertà!"

Esa misma noche Feliciano cayó rendido, exhausto, lleno y feliz en su cama, y trató de conciliar el sueño a pesar de los ronquidos que venían de la cama de Lovino a lado de la de él. Había pasado toda la noche comiendo, bebiendo, hablando y cantando canciones de la libertad italiana con la resistencia local. Pero mientras cerraba sus ojos y tranquilamente se disponía a dormir, la última imagen que abandonó su cabeza fue la de ese rubio oficial alemán de ojos azules, siendo iluminado en medió de la tarde y mirándolo tranquilamente con esos ojos, los más azules que él hubiera visto.


Esta es la letra de la canción "Bella, ciao" cantada en la seguda Guerra mundial

*Una mañana desperté,

Oh bella, chao! Bella, chao! Bella, chao, chao, chao!

Una mañana desperté

Y encontré al invasor.

** Esta es la flor del partidista

Oh bella, chao! Bella, chao! Bella, chao, chao, chao!

Esta es la flor del partidista

Que murió por libertad.


Como les decía, el autor original de esta fic es George deValier ((.net/u/2348750/George_deValier ))

Aqui el link a la historia original: .net/s/6565449/1/Auf_Wiedersehen_Sweetheart

Gracias a todos por leer y al autor por dejarme traducir XDD

THANK YOU VERY MUCH FOR LETTING ME TRANSLATE THIS!

Como siempre sus reviews hacen mi dia n.n

Continuare posteando pronto

Ja~