Notas Iniciales: No quería comenzar ahora esta tabla, pero mi sentido de la rectitud me dice que tengo que cumplir con eso de publicar lo que escribo en correcto orden cronológico. Y para poder publicar los dos símbolos que ya están a la espera, tengo que publicar esto. Evidentemente, me falta práctica (mucha práctica) en escribir sobre Draco, pero precisamente por eso tomé este claim: para aceitarme. El título quiere decir algo similar a "No dos veces lo mismo", y hace referencia a la costumbre romana de que no se podía juzgar a nadie dos veces por el mismo crimen. Draco ya es juzgado en los libros, especialmente por Harry. Yo no voy a juzgarlo y, dentro de lo posible, voy a tratar de reivindicarlo. Que les guste.

Non bis idem

Frase 2: Status quo

"No violarás el orden establecido"

"No violarás el orden establecido."

Este era el "mandamiento" preferido de Lucius Malfoy. Podían pensarse que "los sangre limpia son una raza superior" (o su variante de "los sangre sucia no merecen llamarse brujas y magos") era el que más utilizaba y por ende debía ser su favorito, pero la verdad era que él lo entendía como una deducción lógica del primero.

Draco había crecido escuchándolo y a los dieciséis años se suponía que debía ser un paladín invencible de la causa. Sin embargo, a veces el rubio creía que su padre se lo había repetido tantas veces en la cuna, que se lo había grabado en el subconsciente. Porque el pensamiento esta ahí, existía, latía en él como un segundo corazón, pero no lo sentía.

Por supuesto, nunca se lo había dicho a nadie. Tenía un orgullo y una reputación que mantener, y no solo los suyos, sino principalmente los de su familia. De todos modos, a veces Draco se preguntaba si su padre era estúpido o ciego (o ambas cosas). No era posible que, trabajando en el Ministerio, no se hubiera encontrado nunca con un hijo de Muggles o un mestizo que fuera excepcional, mágicamente hablando. Le hubiera encantado presentarle a Hermione Granger.

Porque eso era lo peor de todo el asunto. La falsa postura social que debía mantener frente al mundo. Creaba una burbuja a su alrededor, lo aislaba de muchas cosas.

Oh, no es que Draco quisiera ser amigo de Potter: lo consideraba un estúpido con complejo de héroe (Y, si lo hubiera querido, que este hubiera tenido abuelos muggles sería la última de una larga lista de cosas que se lo impedirían. O de Ronald Weasley. O incluso de Neville Longbottom.

Pero las mujeres eran harina de otro costal. ¡Oh, las mujeres! Draco hubiese dado gustoso unos cuantos años de vida por poder relacionarse con ellas (no con todas de la misma manera).

Primero, hubiese sido increíble contar con la inteligencia, el talento y la inventiva de Granger. Con ella, uno siempre podía estar seguro: siempre había una respuesta, siempre había una solución.

Pero Hermione era una sangre sucia. ¡Hija de dentistas! Que espanto. Descartada.

Segundo, Draco se moría de ganas de estrechar a Ginevra Weasley contra una pared y besarla hasta que la pelirroja gritara basta. No es que fuera solo sensual y atractiva, era divertida y picante. Había algo de llamarada en ella, y no era su cabello.

Pero Ginny pertenecía a una larga estirpe de tradicionales traidores a la sangre. Su abuela era una Black, pero de las Black deshonradas. Imposible. Descartada.

Y por último, pero no por eso menos importante, Lunática Lovegood. La rubia lo fascinaba hasta el delirio, pero no del modo lascivo en que lo hacia Ginny. Draco sentía latir en su interior un sexto sentido que le decía que ella era la mujer indicada par él. Que sería la única capaz de hacerlo inmensamente feliz. Que podía enseñarle lo que había más allá del horizonte, para que pudieran descubrirlo juntos. Ella, en su demencia; ella, en su locura; ella, tan exacta como dos y dos son tres; ella, que podía ver más allá(1) Draco creía adivinar mil y un cosas en el sentimiento (porque ella siempre decía lo que pensaba, pero nunca lo que sentía) de Luna, y le hubiera gustado profundizar más en ellas, pero…

Lunática Lovegood pertenecía a otra familia de traidores a la sangre, que durante generaciones solo había sabido dar miembros esquizofrénicos y con delirios de habilidades paranormales. Su padre pondría el grito en el cielo. Descartada.

En sus cada vez más frecuentes noches de insomnio, a Draco se le pasaba por la cabeza cada vez más a menudo la idea de escribirle una larga carta a Hermione, besar a Ginny hasta perder la conciencia y pedirle a Luna que se fugar con él.

Pero el chip que le habían insertado casi desde su nacimiento, su orgullo de Slytherin y la misión que lo ataba al Señor Tenebroso eran más fuertes. Draco Malfoy jamás rompería el status quo. Se necesitan agallas para ello, y el dolor por los deseos y los sueños frustrados se las había robado todas.

(1)"El tuerto y los ciegos" – Sui Generis. Canción de Luna por excelencia. "Desnuda de frío/y hermosa como ayer./ Tan exacta como/ dos y dos son tres (…) La mediocridad /para algunos es normal/ la locura es/ poder ver más allá…"

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Estrella