Etto...esta es la primera historia que subo en toda mi vida...y honestamente no se como hacer esto pero bueno, aquí vamos, espero que les guste¡
Al escuchar aquello, Akise simplemente cerró los ojos y sonrió con diversión, sorprendiendo a todos a su alrededor.
-¡Hahaha! ¿Es una broma? Yukkiteru-kun nunca diría algo así de extraño, seguramente no comprendieron lo que dijo, ¿no es así? -Kousaka y Hinata se miraron entre si con preocupación.
No era posible que el Akise que conocían estuviese razonando de esa forma.
-¡Escúchanos, Akise! No hay manera de que malinterpretáramos lo que dijo. ¡Te estoy diciendo que Yukkiteru va a-
-Ya, entonces seguramente Yukkiteru-kun estaba bromeando. -Akise interrumpió bruscamente a Kousaka, su mirada era tan fría que los tres compañeros retrocedieron un par de pasos hacia atrás. Mao se oculto tras Hinata y Kousaka lo miro con rabia.
-A-akise... -Hinata fue la primera en comprender la situación en la que se encontraban. -De acuerdo, si no nos crees, estas en tu derecho, pero sera mejor que le preguntes a Amano. Se encuentra en su casa y su madre llegara en unos tres días.
El semblante de Akise se relajo por completo, y les mostro a todos su sonrisa de siempre.
-Sí, a decir verdad, me dirigía hacia allí. Entonces, los veré mañana, Hinata, Kousaka y Mao.
. . .
Más tarde en la casa de los Amano.
Yukkiteru Amano de catorce años de edad se encontraba sentado en el borde de su cama revisando un viejo álbum de fotos de su familia.
La verdad, se encontraba rebosante de alegría. Desde que Akise había detenido el atentado terrorista de Uryuu Minene y mandado a Yunochi Gasai a la correccional por el asesinato a sus padres, todo marchaba sobre ruedas. Sobre todo ahora que sus padres se habian reconciliado.
Bueno, ni hablar. Tenia que seguir empacando, la mudanza seria en unos días y necesitaba terminar de guardar sus cosas en todas esas cajas.
Escucho el timbre de la entrada y se asomo por la ventana de su alcoba. Grata fue su sorpresa al ver a Akise-kun saludándolo desde la entrada. Correspondía alegre al saludo y se apresuro a abrirle la puerta. Casi se cae en varios escalones debido a la velocidad a la que iba.
Y al abrir finalmente la puerta, Akise se encontraba con su confiada sonrisa, casi opacada por la alegría de Yukkiteru.
-¡Akise-kun! Me alegra que estés aquí. -Yukki sonrió y Aru deseo para sus adentros poder responderle con un: ¡Sí, Yukkiteru-kun, tenia muchas ganas de verte desde hace semanas¡. Pero sólo le respondió con un:
-Sí, Yukkiteru-kun me alegra que estés bien.
-Y todo gracias a tu ayuda, aun no se como pagarte por todo lo que has hecho por mi. -Yukki se sonrojo un poco, poniendo la mano tras su nuca, intentando disimular su timidez.
Akise tubo que gritar internamente por lo lindo de la escena.
-Así que, Yukkiteru-kun, me han dicho que estas bromeando mucho últimamente. -Yukki dejo de tocarse la nuca para mirarlo un poco desconcertado.
-¿Bromeando? -Akise cerro lo ojos y le asintió con alegría.
-Sí, diciendo cosas como que te mudaras a Okayama y esas cosas. Hahaha, en verdad me hiciste pasar un buen rato allá. -Akise sigue riendo bajito y coloco su mano en el hombro de Yukkiteru.
-Akise-kun, eso no es una broma. En verdad me voy. -El albino paró de reír inmediatamente y apretó el agarre del hombro de Yukki.
-Pero, ahora no hay ninguna amenaza, Minene fue ejecutada y Gasai-san no saldrá de la cárcel probablemente hasta que cumpla setenta y cinco. Yo te protegí, ya no existe ninguna amenaza para Yukkiteru-kun aquí. -El menor miro bastante confundido a Akise.
-Akise-kun, me has protegido, en verdad, pero, Yunno y Minene no son las únicas amenazas que existen. Podría ser cualquier cosa, desde un ladrón hasta una enfermedad, no podrás protegerme de todo. Y aunque seria grandioso, -Se sonrojó. -no puedo quedarme contigo siempre.
Y con esas cinco palabras, el mundo de Akise se vino abajo.
NO PUEDO QUEDARME CONTIGO SIEMPRE.
"Y ¿Por qué no, Yukkiteru-kun?"
Akise se quedo callado, el brillo de sus ojos se extinguió por completo y su mirada se perdió en algún punto no fijo de la cara de Yukki.
-A-akise-kun, ¿esta todo bien? -El menor se preocupo en extremo, era la primera vez que veia al joven detective en ese estado de shock, ¿tanto le había afectado la mudanza? -¿Necesitas que llame a alguien?
Akise giro lentamente sus ojos para encontrarlos con los de Yukki.
-Yukkiteru-kun...-Dijo como percatándose de su presencia. -Esta todo bien, pero debo volver a casa...ahora.
-S-si... -El albino ni se molestó en despedirse, sólo se dio la media vuelta y comenzó a caminar por el lugar del cual había llegado. Pero antes de eso, una pregunta cruzo por su cabeza.
"¿Yukkiteru-kun se sentiría solo en Okayama?"
"¡Claro que sí!"
Y él era su mejor amigo, ¿no? Entonces debía ayudarlo, por supuesto.
Entonces necesitaba tener una charla muy larga con sus padres.
