¡Hi!

Está lloviendo donde vivo y bueno... me gusta la lluvia, así que me vino la inspiración y escribí este drabble xD

Es la primera vez que escribo algo relacionado con el mundo de Cazadores de Sombras así que ser benevolentes conmigo :D


Disclaimer: Todo lo reconocible de Cazadores de Sombras pertenece a Cassandra Clare. La trama de este drabble, por otra parte, es mía.


Editado el 18-12-2017.


-Días de lluvia-

Capítulo único.

Magnus adoraba la lluvia.

Todo de ella.

Lo fría que era y lo salvaje que podía caer a veces, destrozándolo todo a su paso, creando ríos de agua por las calles y carreteras, la facilidad que tenía de dejarte completamente empapado en cuestión de segundos, la manera en la que cambiaba todo el paisaje.

También adoraba cuando las gotas caían con suavidad, casi como el roce de una pluma al pasar por tu cuello, acariciándote la piel; como las gotas se resbalaban en un hipnótico baile por los cristales de las ventanas, tentándote a salir, tentándote a atraparla con tus manos.

Magnus adoraba la excusa que suponía un día de lluvia, esa sensación de que podías hacer lo que quisieras porque estaba lloviendo. Porque la lluvia te daba ganas de coger un buen libro y sentarte a leer mientras escuchabas la melodía que componían las gotas al caer.

Ragnor se reía de él cuando lo veía sonreír al sentir gotas de agua cayendo del cielo. Pero no le importaba. Porque la lluvia para él significaba libertad, limpieza y felicidad. Significaba liberación, porque si hay algo que le gustase a Magnus era pararse bajo la lluvia y sentir como todos sus males eran borrados con el agua.

Y ahí, viendo las gotas de lluvia resbalar por el cristal de su ventana, Magnus no podía ser más feliz. Porque al girar su cabeza se encontró los hermosos ojos azules de su nefilim estúpido mirando la lluvia caer, mientras que con sus manos sujetaba una taza de un humeante chocolate importado.

Sonrió radiante ante esta imagen y su sonrisa se ensanchó aún más cuando Alec se percató de que la mirada de su novio estaba sobre él, haciéndolo sonrojar furiosamente. Quitándole la taza de las manos y colocándola en el alfeizar, Magnus se abalanzó a por los labios del nefilim, quien lo recibió gustoso y se dejo llevar hacía la cama para perderse lo que quedaba de día entre las sábanas.

Oh, sí.

Magnus, definitivamente, amaba los días de lluvia.


¿Qué tal? ¿Bien? ¿Mal? ¿Fatal? ¿Increíble? ¿Horroroso? ¿Not bad?

Podéis dejarlo en los comentarios que nunca vienen mal y, por supuesto, añadir a favoritos.

Besos y abrazos,

AliciaBlackM.