La vida puede convertirse en un competitivo campo de batalla si eres la menor de cinco hermanos, todos varones y tienes un padre perfeccionista que no se satisface con nada y que se pasa los 365 días del año pregonando a los 4 vientos los logros de sus cuatro perfectos hijos. Vivir bajo esa sombra no era nada agradable hasta que descubrí la forma de llenar el vacío de la indeferencia de mi padre… solo tenía que convertirme en la alumna perfecta.

Al principio no era conciente de ello, simplemente cumplía con mis tareas del mismo modo en que lo hicieron mis hermanos en su momento, y desde la preescolar recibí los halagos de los maestros y los comentarios aduladores de los padres de mis compañeros de clases, y por que negarlo, me hacía feliz oírlos.

Y entonces me tomé todo mas en serio, desde las clases de ciencias y matemáticas hasta las clases de arte… simplemente tenía que sobresalir en todo, esa se había convertido en la meta de mi vida. Sería la mejor en todo y a cambio recibiría reconocimiento y aprecio por parte de los demás (y porque no decirlo, también causaría envidia), creando así mi burbuja de perfección, mi propio paraíso de felicidad, a base de apariencias... porque como dicen algunos por ahí: "El león no es como lo pintan". Y así fue durante el período escolar y parte de la preparatoria, hasta que un día, llegó él y mi vida cambió para siempre…

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UNDER A SKY OF CHERRY BLOSSOMS

By Maryeli

1st Cherry Blossom: El Soneto de Ella

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La mañana más bella de agosto, el sol brillaba como nunca y en las calles de Tokyo aún se percibía el animado ambiente de los festivales de la época. Al menos así lo veía yo mientras hacía el camino hacia la preparatoria. Dicha total, pues ese día se llevaría a cabo el examen semestral de medio año y estaba más que segura que ocuparía el primer lugar como en los dos exámenes anteriores… aún no había nacido quien pudiera destronarme del primer lugar de la preparatoria Hokubei.

- "¿Por qué esa sonrisa tan llamativa?... Seguro que finalmente conseguiste novio"

- "¡Yoruichi-san!" – Estaba tan concentrada en mi cercano triunfo que no me di cuenta que ella cerca. Lo único que atiné fue hacer una reverencia.

- "Huh, por qué tanta seriedad".

- "Yo… solo quiero demostrarle mi respeto, Yoruichi-san" – Lo cierto es que Shiouin Yoruichi se había convertido en mi modelo a seguir porque a pesar de ser tan joven había ascendido al rango de capitán de la policía de la base sur de Tokyo, algún día quiero ser tan increíble como ella.

- "Espera, no vallas a salir con el rollo de que quieres ser como yo… Créeme, realmente no quieres ser como".

Yoruichi empezó a reír. La verdad no logré entender la razón.

- "Yoruic-"

- "¿No pensarás quedarte ahí toda la mañana? Zhuo me dijo que tenías un examen"

Repentinamente recordé que salí de casa con el tiempo exacto. Sucede que me puse a repasar los posibles temas para el examen y no medí bien el tiempo, así que me fui a dormir de madrugada.

- "¡Es cierto! Nos vemos Yoruichi-san".

- "Buena suerte, Soi Fon… ¡Y consigue un novio pronto!"

- "¡Los novios son un pérdida de tiempo! Salude a Zhuo de mi parte" – Fue lo último que le dije antes de echarme a correr. Si me daba prisa llegaría 5 minutos antes de que suene la campana. Lastimosamente a tres calles de la preparatoria había un cruce de tren y como siempre pasaba temprano por ahí no tenía idea de lo largo que era el maldito tren.

Rayos. Miré mi reloj por quincuagésima vez, solo me quedaban 2 minutos. Respiré hondo. Esta era una situación desesperada y ameritaba una medida desesperada. Apenas se vislumbró el final del tren salté la tranquera de seguridad y corrí como alma que lleva el diablo. Nunca en mi vida estudiantil había faltado a clases ni llegado tarde y hoy no sería la primera vez, claro que no. Cuando finalmente se asomó la preparatoria ante mis ojos vi con pánico como empezaban a cerrar las puertas, tomé un último aliento y trepé a través de ella (no por nada en mi familia se practicaba las artes marciales) y fui directo al área de casilleros para zapatos. Con la velocidad que llevaba estoy segura que nadie me reconoció.

Fue entonces cuando pasó, iba tan rápido que no me percaté de su presencia y terminé chocando contra él. Me preguntó algo así como: "¿Te lastimaste?", pero yo no tenía tiempo para conversaciones así que susurré un "No" mientras me levantaba y corría por el pasillo para llegar a tiempo al salón de clases. La campana sonó en esos momentos, estoy segura que él no me oyó, pero tampoco me importó solo deseaba llegar a tiempo.

Afortunadamente el maestro llegó con algo de retraso, así que pude recuperar el aliento mientras esperaba dentro del salón. Todos leían presurosos sus apuntes como si pudieran memorizarlo todo al último momento. Ingenuos. Desvié la mirada hacia el patio… los cerezos estaban deshojándose y parecía como si llovieran pétalos. Era curioso que los cerezos de la preparatoria fueran los últimos en deshojarse, yo misma me había tomado la molestia de visitar diversos lugares y para fines de Julio todos los cerezos dejaban de tener pétalos… menos los cerezos de la preparatoria Hokubei… eso era un misterio… y por alguna razón mientras contemplaba los pétalos de cerezo caer vino a mi mente la imagen del muchacho con él que tropecé al llegar… ahora que lo pienso nunca lo había visto.

- "Buenos días con todos" – Saludó el profesor Aikawa – "Siento el retraso, pero me entretuve un momento en la dirección, inesperadamente me informaron que había un nuevo estudiante en nuestra clase" – Se acercó a la puerta y la abrió – "Pasa".

Ni bien el nuevo estudiante puso un pie en el aula las chicas gritaron como si hubieran visto a un bishonen… preferí ignorarlas y seguir contemplando los bellos y marchitos pétalos caer.

- "Preséntate con tus compañeros".

- "Buenos días, mi nombre es Kuchiki Byakuya, mucho gusto".

Fue al oír su nombre que me vi obligaba a mirar quien era… los únicos Kuchiki de los que había oído hablar en Tokyo eran los dueños de los mas importantes bancos de la ciudad. "¿Qué hace el heredero de una de las más importantes familias de Japón en mi preparatoria?". Aquella pregunta que se formulaba en mi mente pasó a segundo plano apenas le vi… era… era el tipo con el que me había tropezado en la mañana.

- "Bueno, puedes sentarte en la parte posterior, hay tres lugares vacíos, elige el que agrade" – Le indicó el maestro Aikawa.

Todas las niñas lo seguían con la mirada, algunas incluso giraron la cabeza para no perderlo de vista. Yo preferí ignorarlo, había cosas más importantes. El maestro Kyoraku apareció en la puerta y le entregó los exámenes al maestro Aikawa. El aula quedó en silencio mientras el maestro repartía los exámenes.

- "El examen dura dos horas. Les sugiero marcar la cartilla de respuestas conforme avanzan, eviten hacerlo a última hora. Bien, pueden empezar".

Apenas y había escrito mi nombre cuando sucedió.

- "Disculpe, profesor Aikawa" – Se oyó claramente la voz del nuevo alumno – "Olvidó entregarme el examen"

El aula se llenó de rumores.

- "Silencio. Usted es un estudiante nuevo, no es necesario que rinda el examen, Kuchiki-san".

- "Me gustaría hacerlo, si no le molesta, Señor".

El maestro titubeó un momento.

- "Bien" – Y le alcanzó un examen – "Buena suerte a todos y ya dije que empiecen, les quedan 105 minutos".

No hubo más incidente durante el examen. Como era habitual, una vez concluido el examen, un grupo salió al patio a respirar algo de aire, otro permaneció inmóvil en sus lugares, aún en estado de shock y un tercer grupo se acercaba a mí, para consultar algunas de las respuestas del examen. Aunque ese día se formó un cuarto grupo, el de las chicas tontas que suspiraban mientras observaban al nuevo estudiante.

Cuando terminé de resolver todas las dudas de mis compañeros salí al patio, era media mañana así que tenía algo de hambre, involuntariamente vi que el nuevo compañero, el tal Kuchiki, se encontraba leyendo algo, seguro quería hacerse el intelectual, con esa cara de niño bonito dudo mucho que su cerebro sea más grande que el de una ostra. Sonreí pensando en lo fácil que había estado el examen (es un decir considerando que estudié durante semanas) y así transcurrió el resto del día.

No fue hasta la mañana siguiente en que mi vida dio un giro definitivo. Llegué temprano como usualmente lo hacía, y caminé sin prisa hacia el lugar en donde se publicaban los resultados. Como imaginé, estaba abarrotado de estudiantes, muchos de ellos curiosos pues era obvio que ninguno de ellos obtuvo un mejor puntaje que el mío, solo eran simples mortales. Me armé de paciencia y avancé perezosamente, no hay prisa además la victoria se saborea mejor despacio. El destino quiso que por el extremo opuesto el nuevo estudiante avanzara casi al mismo ritmo que yo, aunque yo llegué segundos antes, solo para observar la mayor tragedia de mi vida:

PRIMER LUGAR: KUCHIKI BYAKUYA

SEGUNDO LUGAR: SHAOLIN FON

Eso no podía estar pasando. Tal vez aún estaba en casa dormida y tenía una pesadilla. Si, eso debía ser. Era un mal sueño. No… era verdad. Y lo fue aún más cuando él llegó a mi lado y todos empezaron a felicitarle. Oprimí un puño con fuerza, dibujé una sonrisa fingida en mi rostro y giré hacia él:

- "Felicitaciones" – Fue lo único que pude articular.

- "Creo que solo tuve un poco de suerte" – Me respondió. Tal vez intentó decir algo más pero no lo escuché. Ahora su club de fans lo rodeaba y gritaba a viva voz que él era el mejor. Me fui de ahí humillada como nunca antes en mi vida, y con una sola idea rondando en mi cabeza: "Te odio Kuchiki Byakuya, desde ahora en adelante eres mi enemigo y no descansaré hasta aplastarte como le insecto que eres… lo juro o dejo de llamarme Soi Fon".

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¡Que tal fanreaders! (cara sonriente) estaba escuchando los OST de un dorama coreano que me gusta mucho (cara hipersonriente) y bueno, espero que este primer capitulo pique tu curiosidad y quieras leer el que sigue. Este no es un fic original del todo, estará basado en mis shoujos estudiantiles preferidos, aún así espero que les guste.

Besos

Maryeli

01 de Agosto de 2010

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2nd Cherry Blossom: El Soneto de El

La vida es una ironía cuando menos lo imaginas.

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