Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.

Banda de apertura.

Vacaciones de verano, un calor insoportable, ocho y diez de la noche. La gente regresaba de la playa, la piscina publicitaria cerraba sus puertas, al igual que las tiendas; los empleados de las estaciones de servicio cambiaban sus turnos, e ingresaban los del turno de noche, el centro encendía sus farolas y la gente salía para caminar bajo ese caluroso atardecer, terminar sus compras de última hora o ir a cenar a un restaurante; mientras que los adolescentes se alistaban para ir a la discoteca o a un pool nocturno. En fin, eran vacaciones, adiós escuela, adiós al odioso empleo que te mantiene, sólo playa, chicas en bikinis pequeños, chicos luciendo sus músculos portando sólo un traje de baño, y la diversión familiar.

En un lugar más alejado al centro, una casa de dos plantas justo en la mitad de cuadra, con paredes amarillas y puerta de madera, se encontraba con mucho ajetreo. Una de las ventanas de la segunda planta contaba con la luz encendida, y las voces de unas muchachas lograban salirse.

-¡Vamos, vamos, enciende el televisor!- gritaba Haruno Sakura arrojándose al puff justo enfrente del aparato nombrado. Cabello corto y de un exótico color rosa, con ojos del mismo color que el jade, piel blanca, cuerpo pequeño y la edad de diecisiete años. Inteligente, amigable, pero de un carácter del demonio si la colmabas. Su lugar es el parque y ama leer por horas.

-¡Si, el programa está a punto de empezar!- chillaba Yamanaka Ino sentándose en el suelo con su espalda apoyada con el borde de la cama.. Cabello rubio, ojos de un color celeste, un tanto bronceada, diecisiete años y cuerpo de infarto. Astuta, bromista y optimista. Su lugar favorito es la playa y su hobbie es comprar ropa.

-¡Rápido, no puedo perderme el programa!- vociferaba Yamamoto Matsuri. Pelo castaño hasta por los hombros, piel clara, ojos negros como la noche, cuerpo diminuto. Risueña, escandalosa, miedosa, aunque se esfuerza por superarse día a día. Le encanta estar en la granja de su tío y cabalgar en su yegua, Rin.

-Ya la enciendo- habló Hyuuga Hinata. Cabello negro azulado hasta antes de la cintura, ojos opalinos, piel blanca como la nieve, piernas extremadamente largas, cuerpo demasiado voluptuoso y, al igual que sus amigas, diecisiete años. Dulce, cariñosa, tímida, pero sabe defenderse cuando la situación requiere. Le encantaba ir al lago y componer canciones al ritmo de su guitarra acústica.

Ellas tenían un grupo musical, pequeño y para nada reconocido, tocaban por su misma diversión. Matsuri era la baterista, tenía mucha energía y sus amigas se asombraron bastante cuando ella les demostró su talento con la batería. Sakura era la bajista, siempre le gustó este instrumento casi silencioso, además de corista. Ino, en el piano o violín; de pequeña sus padres le inculcaron la música clásica, además de tocar estos dos instrumentos, era corista. Hinata era la voz principal, además de tocar la guitarra eléctrica y acústica. Aprendió de pequeña, junto a su primo lejano que le enseñaba en su infancia.

El griterío y la emoción se debía a un programa de televisión transmitido en todos los lugares del país: Teen Star; el programa de las celebridades adolescentes donde cada semana traían a un nuevo invitado, el cual podía ser cantante, actor, banda musical, entre muchos otros más. En esta ocasión, se presentaría una banda muy famosa en el mundo adolescente: Team 7!. Conformada por cuatro chicos, que, según la mitad de la población femenina del país, creía que eran realmente sexys.

Hinata tomó el control remoto y encendió la televisión, sintonizó el canal justo antes de que empezara el programa.

-¡Shh, silencio que inició!- gritó Ino haciendo un ademán con la mano para que guardaran silencio.

La música del programa inició para luego dar la voz de la conductora: -¡Bienvenidos chicas y chicos a un nuevo programa de Teen Stars!- se escuchaba el aplauso del público dentro del estudio. –¡Hoy les traemos a un grupo musical que ha estado marcando tendencia estos últimos meses! ¡No solo por sus fabulosas canciones que lograron tocar el corazón de muchas fans, sino porque han empezado un nuevo proyecto que al final del programa daremos a conocer!- otra vez los aplausos. –¡Son guapos, son jóvenes y tienen un talento único, por favor, con un fuerte aplauso, recibamos a Team 7!

-¡Kyaa!- gritaron las cuatro chicas dentro de la habitación de Hinata.

En la pantalla aparecían cuatro chicos realmente guapos. Dos de ellos alzaron sus manos y lanzaron besos a la cámara. Procedieron a darle un beso en la mejilla a la presentadora para sentarse en el gran sofá donde entraban cómodamente los cuatro.

-Son tan candentes- suspiró Ino abanicándose con una mano.

-Y que lo digas, son realmente sexys- se relamió los labios Matsuri en broma.

-Shh, silencio que van a empezar la entrevista- demandó Sakura, haciendo que todas miraran de vuelta el televisor.

Los chicos de Team 7! eran cuatro. Namikaze Uzumaki Naruto, guitarrista y vocalista principal. Rubio, ojos celestes, piel bronceada y con diecisiete años. Estaba vestido con una camiseta blanca lisa, encima de esta, una chamarra naranja, como la de los jugadores americanos, unos jeans ceñidos de color azul y unas Vans amarillas. Tenía un arito en la oreja izquierda y un collar azul en forma de diamante.

Uchiha Sasuke, bajista y corista. Cabello negro con reflejos azules, ojos negros, piel blanca, también diecisiete años. Traía puesto una camiseta azul oscura, sobre esta, una chamarra de mezclilla, un sombrero negro para hombres, jeans ajustados negros y unas Supra. Un tatuaje atrás de la curvatura de su cuello-hombro y un collar con un abanico blanco y rojo.

Sabaku No Gaara, baterista. Pelirrojo, piel blanca, ojos aguamarina, diecisiete años de edad. Vestía con una camisa leñador blanca y roja, jeans y converses rojas. Tenía una perforación en la oreja izquierda.

Niimura Sai, el teclado. Piel blanca, cabello negro, ojos negros, diecisiete años. Llevaba puesto unos pantalones ajustados blancos, un chaleco negro abrochado, una camisa manga corta blanca, y unas zapatillas DC negras.

¿Acaso podrían estar mejor vestidos? Ellos tenían lo mejor de lo mejor, su fama les otorgó mucho dinero y que muchas de las marcas reconocidas en ropa y zapatos les pidiera que usaran sus diseños. Pero, aunque no les gustara mucho, ellos armaban sus propios conjuntos para lucirse siempre.

-¡Hola, muchachos!- saludó Terumi Mei, la conductora, quien estaba sentada en el sofá individual, frente a los invitados. -¡Es un placer tenerlos aquí!

-No, Mei, el placer es nuestro- sonrió Gaara.

-Ay, pero que chico más educado- expresó. –Bueno, a ver, cuéntenme, ¿cómo fue que iniciaron con todo esto? ¿Cómo es que pensaron en la idea de una banda?- preguntó leyendo una de las preguntas que tenía en su planilla.

-Bueno- inició Naruto. –la idea de formar una banda fue algo rara- miró a sus compañeros con una sonrisa. –Hará unos dos años, más o menos; Sasuke y yo estábamos sentados en un banco de una plaza componiendo una canción junto con mi vieja guitarra. La tarde empezó a asomarse por lo que decidimos regresar. Íbamos caminando distraídos y chocamos con dos chicos, provocando que se cayera el cuaderno donde estaba la canción. Les pedimos disculpas y recogimos el cuaderno, y las hojas que se habían caído de este a las apuradas. Cuando llego a mi casa, me doy cuenta de que sí era el mismo cuaderno, pero… que no era mi desastrosa caligrafía, ni las mismas letras- rió mirando a Gaara y Sai. –Sigue tú, Sasuke, tu siempre cuentas esa parte- le cedió la palabra a su amigo.

-Bien- asintió. –Yo recién entraba a mi casa cuando el celular empezó a sonar, atendí al ver que era Naruto, se oía desesperado y hablaba sobre un cuaderno equivocado, y que su desastrosa letra se había convertido en una letra prolija, sin tachones o borrones. Yo, ya aturdido, le grité que se calmara, así después pude entender que el cuaderno no era de nosotros- rió al acordarse como su amigos hablaba a los gritos. –Lo primero que pensé fue "Oh, no, perdimos la canción". Eso fue lo primero que me vino a la cabeza, llevábamos ya dos semanas tratando de encontrar un buen estribillo. Entonces le dije a Naruto que volvamos al mismo sitio donde perdimos el cuaderno, para ver si lo perdimos por el camino, y por suerte…- miró a su amigo pelirrojo.

-Estábamos- dijo Gaara. –Sai y yo éramos esos dos chicos con los que habían chocado antes. Nosotros también nos desesperamos, pues esa canción también nos tomó tiempo escribirla. Nos dimos cuenta quince minutos después cuando quise revisar la letra por última vez, je, recuerdo que casi me vuelvo loco, por eso decidimos volver y esperar allí. Luego de unos cinco minutos, Naruto y Sasuke venían caminando y se aliviaron sus rostros al vernos con su cuaderno- se detuvo para mirar a Sai.

-Luego de devolvernos nuestros respectivos cuadernos, Gaara les había preguntado si componían, a lo que dijeron que sí. Después de esa cómica confusión acordamos vernos en el parque al día siguiente. Empezamos a componer los cuatro junto con la guitarra o el teclado y así surgió la idea de la banda- finalizó con una sonrisa.

-¡Wow, que forma de iniciar una banda!- sonrió Mei.

El programa duró unos treinta minutos más donde se les hizo varias preguntas.

-Bueno, me temo que ya debemos irnos, pero antes, lo que todos han estado esperando- dijo la conductora. –Los muchachos han estado trabajando en un proyecto el cual los tiene embarcados seis meses, así que, por favor, Team 7!, cuéntenos sobre este gran proyecto.

-Bueno, cuéntales tú, Sasuke- dijo Naruto.

-Okay- se acomodó en el sofá y aclaró su voz. –Como muchos sabrán, dentro de un mes estaremos en una gira mundial por distintas ciudades de todos los continentes, por esa razón iniciamos un proyecto llamado: Banda de apertura- explicó.

-¿Banda de apertura?- susurró Sakura haciéndose una idea en la cabeza.

-Hará ya un mes, comprobamos que la mayoría de nuestras fans sitúan en la cuidad de Konoha, así que allí estaremos la semana próxima donde daremos inicio a esto- hizo una pausa. –El propósito para hacerlo, es que buscamos una banda o solista que abra nuestros conciertos en la gira, ese sería el premio, además de ocho mil dólares en efectivo y la grabación de su propio disco.

-Wow, eso es increíble. Y, ¿Cómo tienen que hacer las bandas para ganar el premio?- preguntó la conductora Mei.

-Es muy fácil- respondió Gaara. –La semana que viene estaremos en el teatro de Konoha: Torre Hokage, donde serán las audiciones, las cuales consisten en presentar dos canciones, las que quieran., y si a nosotros y a la disquera les gusta, serán los que abran nuestro concierto por todo el mundo- explicó.

-Así que ya saben, la semana que viene ellos estarán en el teatro Konoha; tan sólo deben presentarse y demostrar su talento. ¡Les deseo la mejor de las suertes!- dijo la conductora. –Esto es todo, ellos son Team 7! Y yo soy Terumi Mei, nos veremos la próxima semana con la cantante Samui. ¡Muy buenas noches!- y empezaron a correr los créditos.

Hinata apagó el televisor con total calma y su cabeza alejada allá por las nubes. Ninguna de las cuatro decía nada, estaban en completo silencio pensando en lo que acababan de ver y escuchar. ¿Acaso era una cruel broma que les jugaba el destino, o una oportunidad única, de esas que se te presentan sólo una vez en la vida? Tal vez sería algo malo, a su vez podría algo que les brindaría un gran beneficio. Pero allí ellas, cada una sumergida en sus pensamientos sin decir nada.

-Konoha- murmuró Ino rompiendo el silencio.

-¿Konoha?- preguntó Matsuri al escuchar a su amiga murmurar. -¿Qué tiene Konoha?- cuestionó.

-Konoha, Matsuri, nosotras vivimos en Konoha- respondió la rubia de manera obvia.

-¿Y qué tiene que vivamos en Konoha?- preguntó Sakura con cierto enfado al ver que no lograba comprender lo que su amiga decía.

-¡Uy, por el amor de Dios!- gritó Ino poniéndose de pie. – ¿Qué acaso no lo ven? ¿No ven la oportunidad que se nos presentó?- gritó alzando sus manos.

-¿Oportunidad de qué?- volvió a preguntar Sakura. Ella ya sabía a donde iba todo esto, lo único que quería era que la rubia lo diga para estar segura.

-Y yo creí que eras la inteligente- soltó sarcástica. -¡La oportunidad de brillar!- gritó eufórica, haciendo saltar a sus amigas. – ¡Piénsenlo, tenemos la banda, tenemos los requisitos necesarios: jóvenes, con talento y no nos faltan los instrumentos! ¡Con nuestras habilidades para tocar y con la voz única de Hinata, nada podría hacernos perder!- extendió sus labios hasta lograr una sonrisa de oreja a oreja.

Las tres chicas quedaron calladas ante la idea de su amiga. ¿Ellas, en un concurso donde el premio era ir a una gira mundial? ¿¡Qué rayos!? ¡Esa era una loca idea! ¡Jamás llegarían tan lejos, gastarían su tiempo en algo a lo que probablemente no las beneficiaría, y además llevaba mucho tiempo de preparación! ¡No así de la nada te llegan las oportunidades! ¡Preferirían repetir de año que hacer algún papelón frente sus ídolos de la música!

Sakura procedió a analizarlo, después de todo, si era la más inteligente dentro de las cuatro. Posó un dedo en su mentón, frunciendo el ceño y sus labios. ¿Oportunidad única, eh? No era mala idea intentarlo, pero sería mucho trabajo en tan poco tiempo, es decir, tenían una semana para prepararse y todo lo demás. A su vez, la gira era en cinco meses, ellas en dos iniciaban las clases. Pero, posar su razonamiento en el premio, le hacia desear más todavía concursar. No siempre te ganas ocho mil dólares, conocer distintas partes del mundo y la grabación de tu propio disco. No todos los días…

-No lo sé- habló Hinata jugando con sus dedos. –Dentro de dos meses iniciamos las clases, y es nuestro último años, además de que esto no nos dará la entrada a una buena universidad y…

-¿Y qué? ¿Tú piensas que cuando no seamos famosas ninguna universidad va a abrirte la puertas, Hinata? ¡Por favor, matarían por tener a una famosa cantante en el campus!- vociferó Ino zamarreándola por los brazos.

-S-si, pe-pero no lo sé, mi madre me apoyaría, pero mi padre no lo sé, por más que estén divorciados aún él toma parte de mis decisiones, por eso…- y otra vez fue interrumpida.

-¡Tú misma lo dijiste, son tus decisiones, tu padre no puede tomarlas por ti!- gritó acusándole con su dedo. –Por favor, Hinata, siempre has querido cantar frente a millones de personas, ahora tienes la oportunidad de hacerlo- unir sus manos en forma de súplica. –Por fis- oh, diablos, la cara del cachorro.

-¡Ay, por Dios! Está bien- cedió la Hyuuga, provocando una sonrisa en la cara de su amiga. –Pero solamente si ellas también están en esto- apuntó a Sakura y Matsuri, las cuales estaban fuera de la conversación.

Ino dirigió una mirada a las señaladas, sabía que Matsuri era fácil de convencer, teóricamente eran casi iguales, casi porque Ino era mucho más efusiva que la castaña. Pero el problema radiaba en Sakura, uh, si que la frente de marquesina le complicaría esto, aunque le costara horrores, e incluso mover montañas y crear nuevos océanos, lo lograría.

-Matsuri- musitó Ino con su cara de perrito mojado. –Por favor- pidió.

-Ino, no creo que sea buena idea- dijo la castaña un tanto dubitativa ante la respuesta que daría.

-¿Por qué no? Tú misma comenzaste con la idea de la banda- reprochó molesta colocando uno de sus brazos en la cadera.

-Si, así es, yo lo dije, pero como un pasatiempo- respondió imitando el gesto de ella.

-¿Y ahora que podemos ampliar nuestras oportunidades, te niegas?- preguntó la rubia usando cierta ironía en sus palabras.

-No me niego- respondió un tanto molesta. –Digo que será difícil y además de que casi imposible lograr esto, Ino, sinceramente, de mejor amiga a mejor amiga, es un capricho- objetó un tanto molesta, pero con sinceridad en su tono.

-¿Capricho?- susurró mirando a su amiga. – ¿Crees que esto es un capricho?- volvió a preguntar frunciendo el entrecejo. –Claro, porque yo si quiero demostrar mis habilidades tocando la batería frente Sabaku No Gaara, el cual es tu ídolo, claro, esto es todo un capricho- en el blanco. Pensó la rubia. Esta no le podía fallar, ella recordaba perfectamente aquella tarde cuando la castaña le había mencionado su sueño de conocer a Sabaku No Gaara y demostrarle cuan buena podía ser con la batería, incluso aspiraba a ser mejor que él, y eso que el pelirrojo tenía un talento nato.

-Eh… Yo… N-No sé…- dudaba, eso le gustaba a Ino. –Al diablo, ya estoy metida en esto. Que va, me uno, no quiero pasar todo lo que queda de mis vacaciones escuchando como mi madre y padre se andan gritando- masculló con molestia ante los recuerdos que lograron penetrar su mente.

Matsuri vivió una infancia feliz, no le faltaba nada y siempre recibió amor de sus padres, bueno, padres adoptivos, ya que cuando tenía quince empezó a dudar de sus progenitores, así que cuando sus padres salieron del trabajo, ella buscó entre los papeles que sus padres guardaban en el mueble. Sintió como toda su vida se derrumbaba al ver aquel trozo de papel con el sello un orfanato situado fuera de la cuidad. No dijo nada a las personas que la habían adoptado, guardó sus dudas, sus ataques de cólera y sus lagrimas. Ellos jamás dejaron de quererla, incluso ahora, que se la pasaban peleando por todo, y, por más que ya no los pudiera ver con los mismo ojos, les seguía queriendo porque ellos le dieron cariño y amor de padres… Aunque ahora las cosas se complicaban cada vez más, seguían estando con ella… Aún así, escondía un secreto el cual ocultaba con brazaletes, cintas de colores y muñequeras.

-¡Si!- voceó la rubia arrojándose a los brazos de su mejor amiga. -¡Gracias, gracias!- frotaba su mejilla contra la de ella. Pero ahora venía el problema mayor: la frente de marquesina.

-Antes de que digas algo, te digo que no- respondió la pelirrosa con un semblante serio.

-Ay, por favor, todas estamos de acuerdo, sabes que no podemos hacer esto sin bajista- hizo un leve intento de convencer a su amiga.

-He dicho que no, no quiero ser parte de eso- negó rotundamente. –Yo tengo mis planes para el futuro, y estos no incluyen ser parte de una banda, tengo por seguro que voy a ser doctora, así que ahórrense el intento de convencerme- sentenció, firme y de brazos cruzados.

¡Uy, si que es terca! Pensó Ino. Pero ella ya sabía como bajarle el orgullo, esta no fallaría, al menos hoy no.

-Que lástima, frente- canturreó en un intento de danza clásica, solo para darle más dramatismo. –Me impresiona que digas que no quieres participar, pero bueno, yo tocaré a Uchiha Sasuke por ti- ¡Oh, si, en el blanco! Vio como el rostro serio de Sakura cambiaba a asombro y luego a enfado.

-Lo llegas a tocar antes que yo y te corto los dedos- bramó llena de ira.

-¡Aguarda!- gritó Ino antes de que la pelirrosa iniciara una riña de aquellos tiempos. – ¡¿Vendrás?!- preguntó con la esperanza de que su amiga le diera respuesta positiva.

-¿Eh?- con un desbarajuste ocasionado ante la repentina pregunta de la rubia.

-Dijiste: Lo llegas a tocar antes que yo y te corto los dedos- trató de imitar la voz de la Haruno. –Eso que dijiste, el "antes que yo", significa que vendrás- sonó más risueña de lo que esperaba.

-No dije que iba a ir- respondió, luego sonrió. –Pero, como a ti se te ocurrirá alguna locura, será mejor que lo haga- Hinata y Matsuri sonrieron, pero Ino miró con confusión. -¡Ahs, cerda, me refiero que si iré porque no quiero que hagas el ridículo y avergüences a Hinata y Matsuri!- miró a las aludidas con compasión. Siempre ellas terminaban sacando a Ino de algún aprieto, como aquella vez que se jaló de los pelos con otra chica por una blusa… llegó la policía y la ambulancia para atender a la otra muchacha que había terminado casi pelada.

-¿Vendrás?- asintió la pelirrosa. -¡Ay, que bien! ¡Ahora que estamos todas, nada ni nadie nos detendrá- gritó efusiva la rubia abrazando a sus amigas.

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Continuará.

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Holawis!
Bueno, sé que está algo aburrido pero si les gusta la música, el romance, el drama y todo eso, pues síganme junto a la historia.

Espero que les haya gustado, me costó un poco de trabajo, pero este fic se basa en mi meta en el mundo musical.

En fin, con mis otras dos historias en proceso: "Contigo hasta el final" y "Comenzar de cero", las dejaré por un tiempo, aprovecharé a escribir uno o más capítulos de esas historias y los publicaré de a semanas, así no estaré tan pendiente de publicar y volverme loca sacando ideas.

Déjenme un review, ¿por fis? Si no dejas un review un bebé dinosaurio muere, y no queremos eso, ¿verdad?

Ya me dejo de boberías, me despido.

Byee!