Nota de autor: buenas noches, esta historia llevaba un buen tiempo haciendola, la retome despues de muchos años, organizando nuevas cosas, aprovechando la emocion de escribir y disfrutar de la saga de Resident Evil. Todos los personajes conocidos son propiedad de Shinji Mikami y la empresa Capcom. espero ir puliendo nuevos detalles, ya que soy novato en esto de la escritura, gracias por su atencion
Prologo
Era un claro amanecer en la pequeña Raccoon City, una nueva metrópolis que emergia como ciudad inteligente, gracias de buena mano por la organización Umbrella, que había contribuido a su desarrollo para transformarse en una gran ciudad, los pobladores caminan apacibles disfrutando del vasto paisaje, en esto un joven atraviesa el parque a gran velocidad, portaba el uniforme de uno de los equipos representativos del básquet, Team Raccoon, por sus movimiento se notaba que iba llegando tarde a su destino, puesto que aceleraba su velocidad cada vez más, pasando entre varias rampas y escalinatas, las personas miraban abrumadas ese joven irrumpiendo en el parque, asi sigue el por unos minutos, cuando al fin divisa a la distancia su escuela, la Raccoon High School, sube por las escaleras que dan a la entrada principal, se detiene a tomar un respiro, pues esa maratónica llegada había agotado sus fuerzas, mientras repone su aire el chico de cabellos oscuros, siente una voz fuerte y autoritaria.
- ¡Brian Marini! Es la segunda vez en la semana que llegas tarde. Estas retrasando el entrenamiento.
- Disculpe Entrenador Bauher, tuve inconvenientes en el hogar, esto no se volverá a repetir.
- Ya me lo has dicho tantas veces. Eres incorregible, en fin, vete a la cancha en este instante- Ordena el entrenador.
- Sí señor. "Sabe que yo soy el jugador estrella, sin mí no pueden hacer nada"- Pensaba confiado el joven Marini.
El joven sigue al fornido hombre a través de los pasillos de la escuela, que eran bastante extensos, en el momento estaban con muy pocos jóvenes ya que era horario de clase, un perro de raza labrador lo saluda mediante un agradable ladrido, era la mascota del equipo Team Raccoon, adoptada hace menos de un año, cuando apenas era un tierno cachorro, ahora se mostraba vigoroso el canino, quien agitaba alegremente su cola, cuando Brian lo saludaba dando unas caricias fuertes por el lomo, el animal respondía efusivamente mientras sacaba su gran lengua y lamia la mano.
- Ahora no Tim- Reía ante la gran lamida en su brazo derecho, está impregnado de saliva, observa al entrenador que no dejaba de mirarlo con dureza, inmediatamente recapacito- Quédate quieto Tim, ahora le traigo galletas.
El canino ladra efusivamente, entendiendo esa grandiosa recompensa. Finalmente se devuelve a su puesto de vigilancia, mientras el joven prosigue su camino.
- Cuando será que recapacitas Marini, eres una persona talentosa, pero también eres muy presumido, confiando y eso es un problema grave.
- Tranquilo entrenador, eso no afectara de ninguna forma el juego- Responde despreocupado el chico, mientras pasa su cabeza a su corto cabello, que estaba fijado con cera. El entrenador elevo su voz.
- Tranquilo dices… Es en esta instancia donde uno vale, los jugadores más grandes del basquetball no son los más talentosos, sino los más persistentes y eso se logra con disciplina. Ojala fuera más como tu padre, el sí es una persona disciplinada.
- No hables de el- Se molesta Brian- No quiero pensar en él.
Le incomodaba que lo compararan con su padre, un gran oficial de policía, vinculado a los S.T.A.R.S (Special Rescue And Tactics Service), Enrico Marini llevaba cerca de 20 años vinculado al R.P.D y por su experiencia, talento y compromiso fue llamado a dirigir al equipo Bravo. Era una persona bastante respetable en la comunidad, totalmente fiel a sus principios de brindar el mejor servicio a la comunidad, Brian quería a su padre, pero ya no soportaba esas comparaciones, no era su padre, además de que por el arduo trabajo Enrico se ausentaba en la mayor parte del tiempo, lo cual aún le molestaba al chico, no poder compartir con su padre, sino con la figura del veterano oficial que es admirado por los ciudadanos, Realmente ese tema lo puso bastante serio, se quedó en silencio en el resto de camino, cuando atravesaron la entrada de la cancha de entrenamiento, allí practicaba varios jóvenes cestas, uno de ellos se acerca a Marini.
- Entonces compañero- Le estrecha la mano, saludando con una palmada seguida de un puño cerrado entre los dos- Ya se te va volviendo costumbre llegar tarde, espero que hayas llegado bien para esta práctica, necesito a mi compañero para ejecutar la jugada BE- Sonríe el chico de cabello rojizo y de piel clara, aun mas blanca que la de su compañero que tenía un tono caucásico.
- Vamos a ganar este partido, Erick espero que tu estés concentrado, pues la BE no funcionara si alguno de los dos está fuera de forma- Dice confiado en sus habilidades.
- Ok equipo- los llama a todos, los jóvenes obedecen y se forma un circulo con el entrenador en el centro- Es tiempo de sacar lo mejor de ustedes, han sido un gran equipo, hemos sobrepasado las mayores dificultades y ahora es tiempo de demostrar nuestro espíritu, nuestro valor al ganar la final de esta noche- Recibe las voces de sus pupilos, de apoyo.
- Vamos equipo, vamos a ganar- Dice Brian.
- Por cierto Brian- Lo toma del hombro- Tú en esta práctica jugaras en el equipo suplente.
- ¡Que….como así entrenador!- queda estupefacto ante la noticia, le parecía una completa humillación jugar con los suplentes o perdedores como él les decía, varios compañeros se reían de él, estaban cansados de que Brian les restregara en la cara que ellos eran peores que él. – No puedes dejarme así, sabes que soy la figura de este equipo.
- Relájate, solo dije que ibas a jugar en el equipo de suplentes, que hay de malo en eso, igual si ganas puedes jugar el partido de la final. Tanto le va a costar compartir con tus compañeros.
Brian Miro a sus compañeros y les recrimino con su mirada, los suplentes murmuraban entre sí, eso lo odiaba. El partido comenzó, Brian cogió el balón y driblo por toda la cancha, sin pasársela a nadie, eso molesto a sus compañeros, que le recriminaron su acción cuando el perdió el balón ante el contrincante.
-Entonces niño especial, que vas a hacer, ignorarnos o deslumbrarnos con tus habilidades sobrenaturales- Le dirigía la palabra un joven de casi 2 metros, de ascendencia asiática, se dirigía de manera irónica.
- Cállate, esto apenas comienza-Responde a sus insultos.
Después arrancan el juego y pronto el equipo titular domina la acción, pasan los minutos y se ve a Brian más desconcentrado, Ya sus compañeros decidieron no dejarle ningún balón, el gritaba que está libre, pero ellos preferían perderla que pasársela al "niño estrella".
- Me las pagaran…ya verán…-En esto se anticipa a un jugador contrario y le quita el balón, inmediatamente comienza a driblar a una gran velocidad mientras dos contrarios iban obstaculizando su paso, aguardaba el gran momento, en una magistral jugada paso el balón encima de ellos, hacia arriba y con una sutileza los paso, agarrando el balón y lanzando el tiro hacia el campo contrario, primera cesta de los suplentes. Ellos miraban incrédulos, aunque odiaba a Brian, en el fondo admitía que era un excelente jugador.
Los siguientes minutos Brian Marini regreso al campo con una renovada fuerza, sobrepasaba a todo aquel que tratara de obstaculizar la victoria, Erick empieza a jugar con seriedad, aunque apoya a su amigo, le gusta rivalizar en el básquet, se pone delante de Marini y le roba el balón, dribla 20 pasos y se la pasa a un jugador que corría por la banda izquierda, este se acerca al centro y enchuta.
- Con que quieres probarme amigo- Sonreía, le gustaba que le impusieran retos.
- No puedo dejar que te lleves todos los créditos- Responde Erick.
Ambos comienzan una contienda en el campo, rápidamente Erick tomaba ventaja, ya que confiaba plenamente en su equipo, Brian caia en el error de jugar solitario, En esto decide pasársela a un defensa, pero este falla. El joven se molesta mucho y le recrimina su acción.
- Malo si no la paso y malo si la paso. Aprenda a agarrar bien el balón- Le grita al otro jugador.
- Cálmate Brian- Alza su voz el entrenador- Esto es un juego.
Reniega el joven, eso era perjudicial, pues se volvía a desconcentrar, así pasaron los minutos y Erick tomo total ventaja, dejando al equipo 82-48. Brian se retira molesto, cuando el entrenador lo llama.
- Brian, eres una persona obstinada, debes aprender a jugar en equipo. Sin embargo reconozco que eres un gran jugador y eres pieza fundamental en el equipo, por lo tanto jugaras. Pero como suplente.
- Está bien entrenador- Aceptaba la victoria agridulce, iba a jugar pero no sería titular se retira cabizbajo, Erick lo acompaña apoyando a su compañero.
- Debes aprender a confiar en los otros, eso fue lo que me permitió ganar. Pero bueno, vamos a jugar.
- Eso lo sé, quería ser titular, pero bueno- Pasa de largo el tema- Vamos a clases.
Se cambian e ingresan al salón. Se sientan al lado de una joven chica de cabellos rubios, ojos azules cristalinos y piel clara. Era muy hermosa la niña, Ella al notar a los chicos se sonroja y aparta sus puestos para sus compañeros.
- Como les fue en el entrenamiento- Los saluda con un beso en las mejillas- Apuesto que desplegaron la jugada EB- tratar de adivinar la chica.
- Nada Mitchell, Brian lo pusieron de suplente por llegar de nuevo tarde- Dice entre risas Erick.
- No fue así- Le hace una mirada inquisidora a su amigo- El entrenador no sé por qué me puso de suplente, sabiendo que soy la estrella.
- Jejeje, como así, jejejejeje…perdonen- Lloraba de la risa, le parecía muy inusual y gracioso, deseaba haber presenciado eso- No decías Brian que eras la estrella.
- Tú también Mitchell- Se queja- No más faltaba eso, bueno ríanse, pero el que rie de ultimo ríe mejor- Sentencia irritado el chico.
- Lo siento querido- Pasa su mano sobre sus mechones claros posados en su frente- Eso te pasa por ser tan presumido, sea más humilde. Lo digo como amiga. Por cierto me debes una cita, estoy esperando ese delicioso pastel de chocolate que me prometiste.
- Aun con eso, si eres obstinada- Le alborota uno de los mechones a la chica.
- Ayyy, eres malo Brian- Se organiza su cabello liso- En todo caso jugaras.
- Si, como suplente, pero bueno, jugare y veras la gran jugada magistral de Brian Marini.
- Y yo que- Recrimina Erick- Esa jugada también es de Autoría de Erick Grandel.
- Sí, pero yo soy la estrella- Dice con malicia.
- Jejeje, me van a matar de risa chicos- reía eufóricamente la chica.
El resto de la jornada los jóvenes enfrentaron un duro quiz de física, salieron bien librados porque Mitchell les pasó las respuestas, aunque Brian recibió una gran reprimida de su profesor. Que lo miraba obstigante, le toco quedarse una hora más, ayudando a calificar notar. Al fin cuando salieron de la escuela, dirigiéndose hacia el parque central.
- Que hermosa tarde- Sentencia la chica- Cuando me invitaras a un picnic- Le pregunta a Brian con una mirada tierna.
- Tranquila, mi economía no esta tan firme para eso- Disimulaba, pero le encantaba esa tierna mirada de su amiga, esos ojos azules claritos y cristalinos eran demasiado para resistirse- Pronto te invitare a un helado.
- Que bien- Lo abraza efusivamente- Quiero un helado de chocolate.
- Controle esos impulsos, ya suficiente con tu chocomania- Se queja Brian.
- Que dices- Lo mira con seriedad, lo cual intimida al joven- No hables mal de mí chocolate.
- Erick, por cierto vas a acompañarme a mi casa, tengo ganas de jugar un torneo de Fifa 98 en el Playstation y la computadora es muy aburridora como rival.
- Está bien, pero sabes que yo voy a ganar esas partidas.
- Eso ya lo veremos, no me ganaras otra vez, que le quede claro- Responde afirmativamente.
Siguen caminando por todo el parque, el clima, la naturaleza los hacía sentir muy bien, Raccoon aunque era ya una urbe industrializada, aún conservaba mucha zona verde, que les daba un gran respiro ante la polución de la ciudad, se catalogaba de muy buen vivivero, era una tarde agradable, con unos vientos refrescantes, las fuentes desplegaba aguas claras y cristalinas, igual el lago adjunto al parque. Los niños jugaban, corrían alrededor del parque, los padres se recostaban en los árboles que servían de resguardo ante un radiante sol. Los chicos se posan ante la estatua de un hombre, alzando su brazo hacia arriba, mirando el porvenir, Brian Irons, Se leía la inscripción. Brian no le parecía tanta cosa.
- Se dice que el saco adelante la ciudad junto al Alcalde Warren y Umbrella. Que ha sido condecorado como el mejor policía de Estados Unidos- Decía Mitchell- De razón tu padre lo admira.
- Mitchell- La reprende- Por favor no hablemos de eso, además mirando a este otro señor, no es la gran cosa, odio que me hayan puesto Brian por ese gordo.
- Por favor más respeto para el jefe de la R.P.D- dice Erick sorprendido- Para muchos es una eminencia, incluso para tu padre.
- Por eso no me gusta, Enrico se la pasa hablando y hablando de él y el trabajo, ya se me la historia entera. Más bien me voy, no voy a amargarme por eso- Se retira.
- No era para tanto, cálmate Brian, - Dice Mitchell en un tono bajo, algo tierno- Además a mí me parece hermoso tu nombre- Le da un beso en la mejilla.
- Bueno gracias- Responde con cierta timidez, no esperaba esa agradable sorpresa, esas caricias de la chica las sentía en el alma- Mitchell, espero verte en mi juego.
- Claro que si, como voy a perdérmelo, debes ganar y por cierto dedícame una canasta a mí- Sentencia alegremente la chica, mirándolo fijamente con sus ojos azules.
- Si eres atrevida, jejeje, Eso te lo aseguro, ganare.
- Diablos- Mira su reloj- Se me ha hecho tarde, mi papa me va a regañar, se cuidan mis amores- Se despide primero de Erick, con un beso de la mejilla y se dirige a Brian- No olvides tu promesa, quiero verte animado querido- Le besa en la mejilla, este beso es más lento y suave al tacto, lo cual deja a Marini quieto como una estatua.
Su dulce esencia, su aroma, esos cabellos lisos, alineados, todo ese conjunto mantenía loco al joven caucásico, cada día vea más hermosa a Mitchell, su mente solo enfocaba sus pensamientos a cada acción de la chica, su forma de caminar, de expresarse con cariño y amor. En serio le gustaba la chica, la observaba mientras se alejaba lentamente, iba bastante hermosa, con un jean ajustado que resaltaba su figura, una blusa azul clara y unos tennis blancos Mitchell se voltea y lanza el ultimo años, extendiendo un tierno beso en el aire.
- Brian, despierta- Erick lo aterriza a la realidad- Sé que pierdes la cabeza cuando esta Mitchell, lo entiendo- Sonríe el pelirrojo, entendiendo la situación- Ella es muy hermosa, es solo cuestión de tiempo para…
- Hey, cállate- Lo interrumpe con muchos nervios- Ella es muy hermosa, pero no he dicho nada de que este enamorado y que vaya a ser mi novia. Es la amiga de nosotros, es la hermanita menor que hay que cuidar- Aparenta desinterés, aunque el corazón decía lo contrario.
- Como sea. Entonces la partida esta firme.
- Claro, por nada del mundo perderé, vamos- Dice Brian.
Ambos se dirigen hasta un barrio distinguido en la parte occidente de la ciudad, con unas casas grandes, extensas, con sus jardines incorporados, bien organizado y seguro ante la acción de los vigilantes, que iban turnándose ante cualquier eventualidad, uno de ellos saluda de lejos a Brian.
- Buenas tardes Marini- Indica el vigilante de ascendencia latina, que mostraba una sonrisa radiante, estaba pasando un agradable día en su turno.
- Buenas Alberto. Dime mi familia se encuentra en mi casa.
- Sí, vi a madre en el jardín, organizando las orquídeas, a mi esposa le agradan bastante.
- Jejeje, le diré a ella que si le puede dar una orquídea de regalo, entiendo que ya tu esposa cumple años.
- Gracias señor- Hace una pequeña muestra de agradecimiento, reverenciando y estrechando con un firme apretón de manos- No sabes cómo eso hará de feliz a mi esposa, si necesitas algo, puedes consultarme.
Se separan de Alberto que sigue su ronda mientras taradeaba una canción de salsa. Los jóvenes caminan hacia delante y se desvía hacia su izquierda, ya llegan al hogar de los Marini, una casa bastante agradable como las otras, con un decorado clásico, de tres pisos, más una terraza, entran y perciben enseguida un delicioso olor a carne y legumbres.
- Mi mama ya está haciendo el almuerzo, espero que haya traído ese delicioso bistec argentino.
- Maldita sea, ustedes siempre comen muy buena comida- Decía con un tono de ligera molestia.
- Relájese, tú también te la pasas muy seguido- Sentencia Brian.
Dejan sus mochilas por el comedor y caminan hacia la cocina, allí la señora Marini calentaba un delicioso estofado, agregando unos condimentos naturales para potenciar su sabor, le agregaba unas hojas para adornar y complementar con importantes nutrientes. Seguía la línea de alimentación sana y eso se notaba pues se veía muy hermosa para estar cerca de los 40 años, esbelta, de cabellos castaño claros, los mismos ojos azules oscuros que de su hijo, que reflejan su esencia, su alma, una piel trigueña, andaba con un vestido verde oliva y el delantal de cocina. La mujer percibe enseguida a su hijo, voltea y se dirige abrazarlo fuerte.
- Mi hijo hermoso- Le da un cálido abrazo, seguido de un beso en la frente- Que alegría que llegaste.
- No es para tanto Ma- Se aparta un poco, ella está acostumbrada a sus reacciones de independencia, típico de un adolescente que recién había cumplido los 17 años- Por cierto rico estofado, con que me sorprenderás Ma.
- Jejeje, Tiene carne procedente de Holanda, con unas hierbas encontradas en Sudamérica, entre esas la Quinua, que es importante como alimento.
- Con tal de que quede delicioso puedo pasar los asquerosos vegetales- Dice Brian, solo aceptaba los vegetales por su madre, ya que los lograba disimular su sabor.
- Erick como te ha ido- Le recibe con un abrazo- Espero que hayan llegado con hambre, me dolería que andarán llenos y dejaran todos estos deliciosos platos.
- Estamos con espacio, su comida es muy deliciosa, no has pensado en un restaurante señora Marini.
- Por favor, cuantas veces te he dicho que me puedes llamar Ángela, ese nombre de señora me hace sentir muy vieja- Sonríe Ángela- La verdad me encanta cocinar, pero solo para mi familia y amigos, tal vez más adelante me anime, en todo caso gracias por la sugerencia.
Ángela regresa a la cocina a terminar de cocinar, en instantes va sirviendo en el comedor la cena, en esto se abre la puerta principal e ingresa un hombre fornido, de alrededor de 40 años, con un espeso bigote, un porte bastante imponente. Ángela lo recibe con un beso.
- Enrico, que alegría que hayas venido, tuve el presentimiento de que llegaras. Mi radar está funcionando.
- Gracias Cariño, tenía que aprovechar el tiempo muerto de la oficina y pasar con mi familia- Dice alegre Enrico.
- Debes estar muy cansado, no sé cómo aguantas esos turnos tan largos. Nos tiene olvidados.
- Discúlpame cariño, ha habido una dificultad en estos últimos días- Su expresión se torna seria- Hay unos homicidios recurrentes por las montañas Arklam, aparecen personas destrozadas por los alrededores. Me ha tocado liderar esas investigaciones, pues sabes bien que a nuestro grupo le ha tocado una carga mayor diferente al grupo de Barry.
- Tranquilo, él también tiene mucho trabajo. No sientas celos por lo que haga el- Dice Ángela consolando a su marido.
- Está bien, aunque sé que tengo mayores capacidades para responder a esta carga tan dura- Sentencia Enrico, Mira al fondo a su hijo- Brian.
- Enrico- Dice con cierta indiferencia el joven.
- Señor como has estado- Erick saluda a Enrico, este responde afirmativamente.
- Veo que están listos para esta noche, ese juego de básquet es muy importante, el campeonato intercolegiado. Recuerdo cuando tenía sus mismas edades, jugaba como centro y tenía que bloquear a los rivales, la verdad en eso era más ímpetu que talento, algo que ustedes tienen, sobre todo hijo mío.
- Y sé que no vas a ir esta noche, ¿o me equivoco?- Lo mira Brian con cierto recelo.
- Me gustaría acompañarlos, pero este caso ha sido muy duro, me necesitan allá, pero prometo volver aquí y pasaremos unas buenas vacaciones.
- No gracias, yo paso- Se aleja dándole la espalda a su padre, era otra de sus tantas promesas, que al final quedaban vacías, pues siempre había otra situación que lo hacía volver a la oficina.
- Brian….amor que pasa- Dice preocupada su madre.
- No nada, porque me pasaría algo- Dice disgustado- Más bien Ma comeré en mi pieza- Se lleva su plato y se va.
- Brian…Por qué te comportas así con tu padre, él nos está brindando por nuestra vida-Empieza a quebrársele la voz a Ángela, le dolía que su hijo peleara con su padre, en el fondo entendía, pero no podía aceptar que el acumulara rencores ante su progenitor.
- Entiendo hijo, es mi culpa, pero no puedo hacer nada, tengo las manos atadas- Dice Enrico.
- ¿Tienes las manos atadas a quién?...A los ciudadanos, a la policía, a ese gordo e inepto de su director.
- No permitiré que hables así de el- Grita Enrico, ese comentario ya era demasiado, Entendía a su hijo, pero no podía permitir esa falta de respeto.
Brian deja su plato en el stand y se dirige molesto a su padre, le parecía increíble que defendiera más a un señor, que a su propio hijo, se sentía humillado.
- Sí, ese es un gordo corrupto, que solo presume maravillas que no son obra del, de los ciudadanos que ni le agradecen tu gestión y te impone trabajos y de toda la policía que te manda a trabajar como esclavo, si dirigidos por ese gordo mantecón.
- ¡Ya basta!- Le manda una cachetada a su hijo, exploto, gritándole a su hijo, imponiendo su autoridad- No voy a tolerar más groserías, te vas a tu cuarto, yo soy la autoridad, ¡Respete a tu familia!
- Ahora si piensas en tu familia, sabes que todos estos años estuve esperándote, pero preferiste tu trabajo a tu familia, Ya me canse, te odio- Grita y sale furioso de la casa.
- Hijo…..aaagggg- Ángela llora desconsoladamente, era demasiado horrible ver eso, Enrico se sentía muy mal, Esa última palabra de su hijo le afecto bastante, así pensaba Brian decía, Soy lo peor, se doblega ante la culpa y comienza a llorar.
- Lo siento…no quería hacerlo…no quería hacerlo.
- Por qué le pegaste…Brian, mi amor…aagggggg- Encara a su esposo entre lágrimas- El niño tiene razón, lo dejaste solo, yo puedo soportarlo, pero el no, está dolido y por tu culpa.
Le da unos manotazos, que con el pasar de los segundos se suavizan en un abrazo, los dos quedan recostados, Enrico odiaba ser el verdugo, el trabajo talvez era demasiado, le estaba afectando la cabeza.
- Por favor, no dejes que Brian te odie, no soportaría eso amor- Dice Ángela.
- En serio quiero salir de todo esto, retirarme, prometo disculparme con el cuándo llegue, cuando vuelva pediré mi retiro y compartiré con ustedes.
Era la primera vez que Enrico hablaba de retiro, no tenía en sus planes un retiro, le gustaba su trabajo, a tal punto de que se volvió su prioridad. Pero ya no más, le dolía en el alma esos resentimientos de Brian, su hijo era un gran chico, sano, no como los otros jóvenes que ha arrestado por droga o robo. Brian era sano y buena persona, no soportaba que el hecho de que sintiera ese odio lo transformara. Estaba dispuesto a anteponer a su familia sobre su pasión, su vida. Por lo que quería retirarse dignamente, dirigiendo una última operación
Pasan los minutos y se van calmando, Erick queda sin saber qué hacer, no esperaba esa pelea familiar, se disponía a irse donde su mejor amigo, pero Enrico le dice.
- Déjelo solo, sabes que el para calmarse se va a otro lado.
- Siento por la situación de ahora- Baja la mirada avergonzado el pelirrojo.
- Antes yo soy el que lo siente, hice un gran bochorno. Por favor quédate y acompáñanos en la cena.
Ya con la escena no tenían ánimos para comer, finalmente Ángela recogió los platos y los guardo en el refrigerador, voltea ante su esposo y con una mirada de súplica dice.
- Enrico, por favor quédate, no te vayas- La señora Marini sentía un vacío en su corazón, como presintiendo algo malo- Quédate un poco más.
- Voy a salir y alistarme, Entiendo que cause problemas con mi presencia, voy a dirigir la última misión y volveré pronto con ustedes.
Se va a su cuarto y va recolectando varias herramientas en su mochila negra, en eso equipa un revolver magnum, con 5 cajas de cartuchos, alista su traje de S.T.A.R.S y vuelve al comedor ante su esposa.
- Me voy amor, prometo llamarte muy pronto- Le da un cálido beso, ella acepta resignada el destino, pero por un sentimiento, algo que hacía sentirla angustiada le da un abrazo fervoroso y un beso apasionado, por unos cuantos minutos.
- No te vayas- Llora Ángela, sentía su corazón que esta partida iba a ser total- Por favor quédate.
- Te cuidas mucho cariño, volveré- Se despide de Erick y se aleja lentamente, mirando con desconcierto a su esposa- Erick por favor no dejes solo a mi hijo, el necesita tu apoyo.
- De acuerdo señor- Sentencia Erick, mientras Ángela se posaba sobre él, con el rostro bañado en lágrimas, suplicando en voz baja quédate.
Enrico sale de su hogar, va acercándose a su vehículo, una Ford de color oscuro, antes de subirse en el mira por última vez su hogar, a su esposa, sus miradas se conectan, entiende ese vacío, esa desolación, no podía explicarse ese sentimiento, solo importaba seguir la misión y terminar con todo esto.
Entra a su vehículo y revisa una carta, proveniente de la oficina. R.P.D, era de su superior, Albert Wesker que solicitaba una reunión urgente de los equipos, hoy 23 de junio de 1998 sería el comienzo de la acción de S.T.A.R.S a infiltrarse en los espesos bosques Arklam para determinar esos monstruos que han acabado con los transeúntes. Guarda la carta y arranca su vehículo, para irse hacia el horizonte de la ciudad, que empezaba a caer la noche, sin saber que sería su última noche.
