Antes de empezar tengo un par de advertencias que dar:

1. Este fanfic participa en la misión de 100 años: ¡Cien formas de decir te amo! del foro: Cannon Island.

2. No se me da bien escribir drabbles, se me hacen muy cortos xD.

Disclaimer: Ni Fairy Tail ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Hiro Mashima.

Sin más, os dejo con la lectura.


De tsunderes y aeropuertos.

El politono de un teléfono móvil se hizo eco en aquel apartamento rompiendo el silencio que había, sonó un par de veces antes de que un muchacho pelinegro lo tomara y leyera el nombre de la persona que intentaba contactar con él para después responder a la llamada.

—¿Rogue-kun? —fue lo primero que escuchó al colocarse el aparato sobre su oreja. Todavía le resultaba extraño aquel "kun" detrás de su nombre cuando era pronunciado por ella, acostumbrado desde que eran tan solos unos niños a su habitual "Rogue-sama". Bueno, era algo obvio que después de estar saliendo Yukino dejaría de dirigirse a él de aquella forma.

—Si, ¿que sucede Yuki? —preguntó con un tono serio de voz, como acostumbraba ser, serio, calmado, incluso los que no lo conocieran podrían decir frío y distante pero nada más lejos de la realidad.

—El vuelo se retrasó un par de horas, parece ser que hace mal tiempo y por motivos de seguridad prefieren aplazarlo —Explicó la muchacha peliblanca sentada en uno de los bancos del aeropuerto donde se encontraba. Había ido a visitar a su hermana el fin de semana quién vivía en otro país y ahora esperaba el avión que la regresara a casa.

—Entiendo —Respondió escuetamente el Cheney ante la nueva información que le proporcionaba su novia. —De modo que cuando llegues aquí ya será de madrugada —Dijo el chico para si mismo pero también con la intención de que la Aguria lo escuchara.

—Así es —confirmó la chica. —No tienes porque preocuparte Rogue-kun, cuando llegue al aeropuerto tomaré un taxi para que me lleve a casa.

—Habíamos quedado en que yo iría a recogerte —Protestó. Aquella idea del taxi no le había gustado en absoluto, además que aunque solo hubiera sido un par de días la echaba de menos y tenía muchas ganas de volver a verla pronto, de ahí su interés en ir a recogerla, pero claro no iba a decirle nada de eso, él no era un cursi ni nada parecido.

—Pero será muy tarde y mañana tienes que madrugar.

—Esta bien, no es nada.

—No quiero ser una molestia...

—No lo eres nunca Yuki, lo hago porque quiero, créeme.

—Rogue-kun... —Al otro lado de la línea se escuchó como el chico suspiraba con pesadez.

—Te recogeré en el aeropuerto.

Intentó detenerlo pero era imposible, a ese muchacho no se le podía dar un 'no' por respuesta cuando estaba tan empeñado en hacer algo y eso Yukino lo sabía muy bien. La hizo callar de nuevo y escuchó un "Me da igual que no quieras, iré a por ti" conocía el significado que encerraban aquellas palabras de modo que sonrió con ternura, ese chico era de lo que no había.

—De acuerdo, Rogue-kun —Tuvo que ceder finalmente ante la tajante sentencia de su novio, no podía llevarle la contraria cuando se ponía así, de verdad que era un cabezón. La chica río por lo bajo cuando pensó aquello, después de todo era su cabezón.