TA-DAA, MI NUEVA HISTORIA. CON RESPECTO A MY NEW LITTLE PONIES, CONOCÍ EL BLOQUEO DE ESCRITOR, Y TENÍA GANS DE HACER UNA HISTORIA COMO ESTA. DISFRUTEN.
HISTORIAS DE EQUESTRIA
Desde siempre han existido los dragones, al igual que los grifos, mantícoras y demás criaturas mitológicas. Y eso incluye a Pegaso y Unicornio, si estos equinos existieron, por lógica debería de existir también Alicornio. Pero, ¿Cómo llegaron éstos equinos a formar Equestria? Y como eran similares a cualquier caballo, ¿Cómo llegaron a ser una raza tan variopinta? Todo comenzó con una comunidad de Alicornios que, como cualquier animal, sobrevivían y evitaban ser comidos, y eran liderados por una Alicornio buena y justa con su pueblo, pero feroz y agresiva con quienes los amenazaran. La Alicornio líder, de nombre Faust, tenía una hija curiosa que siempre se metía en problemas, hasta ese día.
Como cualquier día, esa calurosa tarde en el bosque era un buen día para pasear, el sol estaba por ocultarse tras las montañas, y un grupo de alicornios volaba bajo hasta las faldas de una montaña, al mismo tiempo que un grupo de caballos, de pegasos y uno de unicornios se dirigían al mismo lugar, provenientes de otras direcciones.
-¡Vamos, Shine! Hay Asamblea y no me la quiero perder –La pequeña alicornio blanca corría por delante de un alicornio claro que jadeaba por la carrera.
-Lauren, ¿Por qué no volamos? Este bosque no es muy tupido –El joven estaba abriendo las alas cuando Lauren se paró en seco.
-Ya conoces las reglas, Shine. Si volamos de día, seremos localizados por las mantícoras, hay que tener cuidado. Los adultos podrán defenderse de las criaturas del bosque, pero nosotros no, así que aprieta el paso, Shine. Los vamos a perder –Dicho eso, la joven volvió a correr hacia la montaña. Shine se quitó unos mechones negros del rostro, rodó los ojos y siguió de cerca a su amiga.
Cuando la luna llena estaba llegando a su punto más alto, los dos adolescentes llegaron a un pequeño valle, en el centro se alzaban cuatro robles enormes, entre los cuales había un claro cubierto con hierba amarillenta. Shine llegó al borde del claro, oculto entre las sombras para descansar, desde ahí podía ver y oír perfectamente lo que dijeran sin ser descubierto, Lauren estaba agachada a su lado.
La muchacha veía hacia la Gran Roca, en la que estaba un caballo palomino, un pegaso negro, un unicornio blanco y su líder, la alicornio blanca.
-Equinos de todos los clanes, el Clan del Alicornio tiene algo que decir- Se hizo oír un Pegaso por encima de las voces de los demás. El pegaso retrocedió, dándole la palabra a la alicornio, que era de la misma altura del caballo, el pegaso y el unicornio.
-El Clan del Alicornio está sufriendo por las mantícoras, sus ataques a nuestro clan han empeorado conforme se acerca la estación de la caída de la hoja –Lauren asintió, ella y su amigo habían tenido suerte, con todas las veces que salían del campamento para explorar –Por otra parte, han nacido muchos alicornios desde la última Asamblea.
Dio un paso atrás, dejando que pasara el caballo, que dio las noticias y novedades de su clan, seguido del pegaso, luego del unicornio. Al finalizar, los líderes bajaron de la Gran Roca, en dirección a sus propios territorios, entonces Lauren y Shine se incorporaron y siguieron en silencio y a cierta distancia a su grupo.
Al llegar al campamento, los alicornios se dispersaron, y Faust se fue hacia su lecho de musgo, se acomodó y alzó las orejas, para pensar. Los dos jóvenes entraron con cuidado al campamento cubierto por las sombras de los árboles, pero al llegar cerca del centro, la líder abrió los ojos, sorprendiendo a los alicornios, frunció el ceño.
-Lauren, Shine, ¿Dónde estaban? –Alzó la cabeza –Huelen a bosque. ¿Nos siguieron, Lauren? Sabes que los menores de edad no pueden ir a la Asamblea, es muy peligroso que salgan, y más por las mantícoras.
Lauren bajó la cabeza, apenada. En ese momento algo brilló en el cielo, llamando la atención de todos los equinos del bosque, era parecido a una estrella fugaz que cruzaba el cielo, hasta chocar contra una cueva en las montañas, Lauren quedó boquiabierta, el lugar donde el cometa había aterrizado. De algún modo, se sentía atraída por el extraño fenómeno.
-No iremos a las montañas, hija. Podría ser peligroso, además, nunca vamos a las montañas, allí hay basiliscos –La joven alicornio se estremeció, el único animal inmune a la mirada de un basilisco es otro basilisco, y con sus colmillos envenenados… la joven asintió y se despidió de su amigo para echarse en su lecho, al lado de su madre, Shine se despidió con una inclinación de cabeza y fue hacia su lecho. Antes de cerrar los ojos, él y Lauren intercambiaron un guiño.
Cuando todos estaban dormidos, los dos alicornios se levantaron y salieron del campamento, con cuidado de evitar al centinela, y alzaron el vuelo para llegar a las montañas. Aterrizaron en un saliente rocoso cercano al lugar donde el cometa cayó, avanzaron en silencio hasta llegar a la cueva, que por lógica estaría deshabitada.
-¿Estás segura de esto, Lauren? Podría ser peligroso.
-Peligro es mi segundo nombre, ahora ven, necesito que… Wow.
-¿Qué sucede? ¿Qué te…? Wow –Ambos alicornios estaba contemplando un gran cráter negro, en el centró había una piedra esférica de color blanco que irradiaba su propia luz, la alicornio se acercó poco a poco hasta llegar frente al objeto, con Shine detrás de ella.
-Lauren, creo que ya debemos ir… ¡Ahhhh! -Su amiga no le hizo caso y tocó la esfera con su cuerno. Al instante la piedra dejó de brillar y su iluminó en un aura dorada el cuerno de Lauren, el brillo se extendió por su cuerpo hasta cubrirla por completo, sus ojos brillaron y su pelo blanco empezó a ondear y cambiar de color.
Luego, se detuvo y Lauren cayó al suelo, ahora con la crin rojiza. Abrió lentamente los ojos y miró a Shine, cuya cara estaba inexpresiva, mientras observaba a Lauren de arriba abajo. Se incorporó con cuidado, y oyó gritar a su amigo.
-Lauren… eres… más alta, y delgada. Y tu melena… ¿Qué te pasó? –La aludida tocó su cabeza con un casco, intentando calmar el dolor, al mirarse el casco, no pudo reprimir el impulso de gritar. Su casco de queratina, como el de cualquier caballo, había desaparecido y ahora lo reemplazaba un casco peludo, lo puso en el suelo y resonó como un casco normal.
-Lauren, ahora, cálmate, hay que volver… -Fue interrumpido por un siseo en la entrada, ambos alicornios quedaron petrificados al reconocer el sonido del basilisco, que se arrastraba hacia donde estaban. Presa del miedo, Lauren sintió una fuerza extraña que la recorría hasta su cuerno, pensó en atacar al reptil y ahuyentarlo. Al instante, un rayo de luz iluminó la cueva, seguido de una explosión y el olor a quemado.
-Lauren… has acabado con ese basilisco… lo mataste –Ambos chicos se miraron a los ojos y se arriesgaron a ver al animal; de su cuerpo salía humo y sus ojos estaban cerrados, antes de que alguno pudiera decir algo más, la piedra blanca del cráter volvió a brillar.
Lauren se acercó un poco, temerosa de que sufriera otro cambio, pero la piedra sólo se abrió a la mitad, revelando una semilla plateada, luego la piedra volvió a apagarse. Esta vez fue Shine quien se acercó para olfatear la semilla, y miró interrogativo a su amiga.
-Creo que deberíamos llevárnosla –Para sorpresa de ambos, el cuerno de Lauren volvió a encenderse, la semilla se rodeó de la misma aura dorada y se acercó a Lauren, que observó detenidamente a su amigo.
-Si alguien pregunta, me encontré con un dragón moribundo y me quedé con una de sus escamas –Shine asintió y la siguió fuera de la cueva.
Estaban a medio camino del campamento cuando Lauren olfateó algo.
-Shine, sígueme –El alicornio estaba nervioso porque los descubrieran, pero siguió hacia el bosque.
-Lauren Faust, más te vale decirme qué planeas, ya deberíamos de estar en casa, el sol ya casi salió –Lauren estaba observando unas plumas escarlata en el suelo, Shine se acercó un poco y de pronto comprendió qué hacía Lauren; plumas de fénix, servían para escribir, si sabías cómo usarlas, pero era un proceso largo y difícil –Olvídalo, Lauren, no nos alcanzarían ni mil años para usarlas.
Pero se quedó callado cuando su amiga usó su cuerno otra vez, esta vez para envolver las plumas en una luz blanca muy brillante. Cuando la luz cesó, las plumas lucían igual, con diferencia de que ahora podían ser usadas para escribir. La alicornio las probó sobre una piedra. Funcionaban.
-Shine, ¿Te das cuenta de lo que esto significaba? –La cara de la joven estaba iluminada por la curiosidad y la alegría.
-¿Qué ahora eres un fenómeno con pelo rojo? –La mirada de la muchacha le dijo que esto iba en serio –Bueno, creo que significa que tienes poderes sobrenaturales y ahora tienes magia.
-Exacto, ahora sí, volvamos a casa. Y llevemos las plumas junto con la semilla.
-Bien –Su madre caminaba de arriba abajo por el campamento –Entonces ahora tu eres la equina más poderosa del bosque, y tienes una semilla y plumas de fénix como prueba –Lauren asintió.
-Al menos deberías peinarte, ¿No crees? –Le preguntó Shine a Lauren cuando su madre se alejó, la chica frunció el ceño y se acomodó la melena con el raro casco –Y, ¿Ahora qué?
-A practicar.
Unos meses después, Lauren era incluso mejor que los unicornios en magia aunque, siendo honestos, tenían un pobre conocimiento. En las próximas Asambleas, Lauren asistió, a petición de su madre, junto con Shine.
Ambos se hicieron amigos de otros equinos, como Valery, la yegua cuarto de milla blanca y castaña, Dusk, una unicornio gris ratón con calcetas blancas, y Thunder, un pegaso palomino. En todas las reuniones se reunían para conversar y hablar de sus clanes.
Todos se mostraban realmente interesados en los astros que se movían sobre ellos.
-Entonces… viste aquel meteorito caer en la montañas, todos lo vimos. Lo tocaste con tu cuerno y ahora tienes súper poderes –Exclamó impresionado Thunder, lo cual hizo sonrojarse a Lauren.
-Yo no lo llamaría así, sólo he practicado, podría enseñarles a hacerlo.
-Sólo que hay un problema, Lauren –Intervino Valery –Nosotros no tenemos cuerno, cólo tú, Shine, y Dusk –Val los fue señalando uno por uno con su casco, al verlo, Lauren recordó lo que era antes y bajó la cabeza.
-¿Sucede algo, Lauren? –Preguntó con delicadeza Dusk.
-No es nada –Pero supo que no podía mentirles a sus amigos –Es sólo que… todavía no me acostumbro a éstos cascos, el pelo me cambió, antes brillaba como nieve recién caída, ahora hasta mi cuerno ha empezado a alargarse ligeramente.
-¿Cómo te das cuenta de eso si quedar fuera de tu campo de visión? –Preguntó Dusk, con lo que Lauren bajó las orejas.
-A eso iba. Hasta mi cara está cambiando, siento como si tuviera el hocico diminuto, empiezo a tener una mejor visión periférica, hasta siento que estoy adelgazando. ¿Y si pierdo la figura de caballo? –La alicornio empezó a hiperventilar, entonces Shine usó la recién aprendida telekinesis para golpearla en un costado con una piedra –Auch, ¿Por qué hiciste eso, Shine? Estoy entrando en pánico, no muriéndome.
-Oigan, ya tenemos que irnos –Advirtió Thunder al ver que los líderes bajaban de la Gran Roca. Los jóvenes equinos se pararon y siguieron a sus líderes. Thunder, Valery y Dusk tuvieron mucho en qué pensar acerca de su amiga.
Era cierto que su figura se afinaba, pero no dejaba de parecer un caballo por eso, más bien la hacía ver mejor, el pelo rojizo recto, el cuerno largo, su hocico pequeño, sus grandes ojos y sus cascos. Aun así, parecía que le faltaba algo, aunque nadie podía decir qué.
Conforme pasaba el tiempo, Lauren Faust cambiaba gradualmente hasta que el caballo promedio le llegaba al pecho, entonces ya no había quien la consolara con respecto a su extraña complexión.
-Vamos, Lauren, no es para tanto, eres la mejor haciendo magia que haya visto –Shine le puso un casco en el hombro, pero la alicornio se apartó.
-Shine, ¿Qué voy a hacer? Jamás debí de haber tocado esa piedra, ni encontrar esa semilla. ¿La semilla sigue donde la ocultamos? Quiero verla.
El día siguiente al descubrimiento del cometa, ambos amigos habían enterrado la semilla en una cueva cercana, cubierta de tierra y musgo. Los dos habían dado por hecho que la semilla no estaba viva, al haber estado dentro de la piedra blanca, por lo que ambos quedaron asombrados al ver un pequeño brote plateado y rígido que brillaba débilmente.
-¿Eso es la semilla? Creía que estaba muerta –Exclamó Shine.
-Yo también –Lauren se acercó a olfatear el pequeño brote- Huele a… no sé describirlo, algún tipo de olor que me hace pensar en… en… el olor me hace pensar en la amistad, no puedo describirlo de otra forma, huele así –Shine olfateó la plantita y asintió, dándole la razón a su amiga.
-¿Qué vamos a hacer ahora? –Ambos amigos intercambiaron miradas, sin saber qué hacer.
-No lo sé, tal vez… -Oyeron un gruñido detrás de ellos, al voltear, se encontraron con un lobo que les gruñía con fiereza.
-Lauren, atrás, quieta… -Lauren no le hizo caso a su amigo y se adelantó hasta quedar frente a frente con el lobo, que vaciló al ver frente a sí una yegua tan alta y extraña. Entonces Lauren cargó su cuerno con energía dispuesta a disparar contra el canino, pero el lobo dejó de lado su miedo, lanzándose sobre ella, que en un acceso de pánico, imaginó que tendría que protegerse del animal. El lobo chocó entonces contra una parede dorada semitransparente, en realidad, era una burbuja que rodeaba totalmente a la alicornio.
Por eso, el lobo fijó su atención en Shine, el alicornio apenas pudo concentrarse, y las piedras que sostenía con su magia cayeron al suelo con un repiqueteo, Lauren desapareció la burbuja y golpeó con sus patas delanteras al lobo en las costillas, dejándolo inconsciente.
-¿Estás bien, Shine? –El alicornio estaba muy conmocionado para contestar, sólo se paró y siguió a su amiga a la salida –Estoy segura de que ese brote se convertirá en un gran árbol.
Alzaron el vuelo en dirección al campamento, al llegar, fueron directamente a sus lechos para dormir todo un día, en especial Lauren.
Soñó que caminaba por una ciudad llena de equinos, todos tenían colores que ningún equino tenía; amarillos, morado, azul, hasta uno verde, había unicornios, pegasos y caballos, ni un solo alicornio, lo que más la desconcertaba era el hecho de que todos medían lo mismo que una de sus patas, no eran caballos, eran ponies. Y todos tenían la misma cara que ella, de hocico pequeño y ojos grandes.
En la montaña había un castillo, movida por la curiosidad, alzó el vuelo hasta llegar ahí, llegó a un balcón del castillo y entró para explorarlo, se quedó de piedra al ver pasar a una alicornio como ella, con diferencia de que ésta usaba maquillaje y su melena ondulaba, eso asustó a Lauren, la melena de la alicornio era rosa, azul y verde. Era seguida de cerca por una alicornio azul oscuro de menor tamaño, con la ondulante melena azul oscuro con brillos que simulaban estrellas al atardecer.
Lo que más la sorprendió fue una tercera alicornio lavanda, el dragón bebé morado y el draconequus que caminaban detrás de las primeras dos alicornios. A pesar de eso, Lauren los siguió en silencio –aunque era un sueño-, hasta que pudo ver mejor a las tres alicornios, la más pequeña, la lavanda, tenía una estrella rosa con destellos blancos en los dos flancos, la azul oscuro tenía una mancha negra con una luna en cuarto creciente, mientras que la mayor tenía un sol dorado. ¿Qué significarían aquellas marcas en sus flancos?
-Así que… ¿Qué vamos a hacer? Podría aparecer más alicornios para que las pequeñas princesas no se sientan solas–Preguntó el draconequus cruzando los brazos sobre el pecho. ¿Princesas? No había mas que líderes de clan y criaturas que intentaban cazarlos. Ya de por sí era ilógico que el dragón bebé estuviera junto a las alicornios.
-Discord, deja de lado el sarcasmo. Esto es serio, hay que ir al bosque Everfree a comprobar que el Árbol de la Armonía esté seguro. Llegaron al jardín, que rebosaba de vegetación y todo era verde, allí, la alicornio lavanda hizo brillar su cuerno, en un aura morada, y todos se tele transportaron a una cueva como la que Lauren y Shine habían visitado hace rato. En el centro brillaba un árbol plateado que irradiaba su propia luz, tenía cinco ramas, con una piedra de color cada una, en el centro había una piedra rosa con forma de estrella.
-Bien, el árbol está bien, yo estoy bien, Tia está bien, Lulú está bien, Twily está bien, el dragoncito está bien, todos están bien –Dijo Discord, viendo a cada alicornio mientras hablaba –Y hablando del tema, los Elementos de la Armonía están dentro del árbol, si los sacan el árbol podría morir, lo que significa que…
-Sí, ya nos habías contado eso, Discord, déjate de bromas –El sol empezaba a descender afuera, Lauren se dio cuenta de que mientras el sol bajaba, la alicornio blanca tenía su cuerno iluminado en un aura dorada como la suya, mientras bajaba la cabeza, al tiempo que la alicornio azul marino tenía su cuerno iluminado en un aura cobalto, subía la cabeza al mismo tiempo que la luna, Lauren entrecerró los ojos, sospechando que ambas alicornios movían los astros, pero era imposible; el sol y la luna se movían solos desde siempre.
El sueño empezó a desvanecerse como niebla, cuando Lauren volvió a abrir los ojos, estaba recostada sobre su musgo de lecho, en el bosque, era el alba y el sol empezaba a asomar por el horizonte. Si esas alicornios habían movido los astros, Lauren también podría, para probar su teoría, se alejó del campamento, subió a un árbol desde donde podía observar el amanecer, y encendió su cuerno con energía dorada, se imaginó al sol moviéndose más rápidamente, la recorrió una gran cantidad de magia, empezó a sudar, la magia en su cuerno creció aún más, sentía el poder del sol y… Nada, el sol no se movió gran cosa, en vez de eso, la energía desapareció como si Lauren nunca la hubiera usado. Confundida, bajó del árbol para ir al campamento.
-¡Lauren! Estás aquí, no vas a creer lo que pasó durante la noche –La sorprendió su madre cuando volvió al campamento –Sé que fue real, los otros líderes estaban ahí, estábamos totalmente conscientes de lo que sucedía. Incluso ahora, puedo oírlos en el horizonte; las tribus de ponies del norte van a venir a invadirnos buscando nuevas tierras.
JAJAJA, ¿CREYERON QUE LAUREN IBA A MOVER EL SOL Y LA LUNA? PUES NO, ESE ES TRABAJO DE LAS PRINCESAS DE VERDADA.
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