N/A: Sé que hay más que suficientes fics Jelsa para todos, pero me llegó esta idea el otro día y decidí darle una oportunidad. Espero que esto sea algo que a nadie más se le haya ocurrido hasta ahora.
Les advierto: Esto no va a ser un fic Jelsa cotidiano. Habrá romance, y habrá drama, pero el final podría resultar ser una cosa algo shakespeariana. Solo para que lo sepan.
Disclaimer: No soy dueño de Frozen ni de El Origen de los Guardianes... por desgracia.
¿Mi lugar favorito? Hmm, eso es una pregunta difícil…
Sólo bromeo. En realidad es algo obvio.
He estado por todo el mundo, he visitado muchos lugares maravillosos, y he visto los paisajes más sorprendentes. A algunos de ellos les vendría bien un poco de blanco de vez en cuando, pero mis poderes tienen sus límites. Después de todo, si intentara llevar un clima nevado a lugares como el Sahara o el Amazonas, probablemente causaría un desastre irreversible en una escala global. O no. Preferiría no descubrirlo pronto. No me pregunten cómo, pero solo sé que no debo jugar con el equilibrio natural del mundo, o las consecuencias serían bastante desagradables.
¡Hey, les dije que no me preguntaran cómo!
Pero como sea, me estoy desviando un poco del tema. Mi lugar favorito, sin duda alguna, es Burgess, un pequeño pueblo de Pennsylvania, . ¿Por qué? Bueno, hay muchas razones. Yo nací y crecí allí antes de convertirme en un espíritu. Allí es donde volví a nacer. Me convertí en un Guardián en ese lugar. Y, por supuesto, mi mejor amigo y primer creyente vive allí. Su nombre es Jamie, y él es un chico excepcional.
Mi nombre es Jack Frost, Espíritu del Invierno y Guardián de la Diversión. Y hoy es el primer día de invierno.
Ahora, la ciencia detrás de esto es muy aburrida, pero si quieren saberlo, el invierno comienza oficialmente en el hemisferio norte durante el solsticio de invierno, sin contar las regiones más allá del Círculo Polar Ártico donde ya introduje el invierno hace un mes, el cual se produce en un tiempo específico más que en un solo día. Esto significa que con el fin de introducir el invierno, tengo que volar alrededor de la Tierra a una velocidad de alrededor de… hombre, no lo sé. ¿Muy rápido, creo? Es algo más o menos como lo que hizo Superman en esa película de los 70s, excepto que yo no viajo en el tiempo.
Por lo menos tengo la ventaja de ser un espíritu. Hace las cosas mucho más fáciles, ya que un ser humano normal no podría sobrevivir viajando a tal velocidad. Por suerte, solo tengo que hacerlo de vez en cuando durante los próximos tres meses. Eso me deja suficiente tiempo libre para llevar diversión, y tener algo de diversión, en ciertos lugares donde y cuando es necesario… y a veces donde y cuando no lo es.
¿Qué puedo decir? Soy un bromista de corazón.
En fin, mañana voy a visitar a Jamie. Al chico probablemente le vendría bien una buena pelea de bolas de nieve.
Llego a Burgess a mediodía y encuentro a Jamie sentado en el pórtico de su casa, con la cabeza apoyada en las manos y la mirada algo suave perdida en el espacio. Me siento tentado a arrojarle una bola de nieve, pero luego pienso en otra cosa para hacerle saber que estoy aquí. Aterrizo lo más cuidadosa y silenciosamente posible detrás de él.
—Alguien se ve muy soñador —le digo, haciéndole saltar.
—¡Jack! —dice él, volviéndose para darme un fuerte abrazo.
—Hola, muchacho —le contesto, devolviendo el abrazo—. ¿Cómo te va?
—Muy bien. ¿Qué hay de ti?
—Oh, ya sabes —le digo, soltándolo y sosteniendo mi cayado detrás de mi cuello con las dos manos—. Divirtiéndome a lo grande aquí y allá. Ahora, ¿quieres decirme por qué hoy estás actuando como un zombi feliz?
Jamie no contesta. Él sólo suspira, sonriendo.
Creo que sé lo que está pasando aquí. Han pasado 4 años desde que me convertí en un Guardián, y Jamie ahora tiene 14. Eso significa pubertad, cambios hormonales y demás. Y…
—¿Cómo se llama? —pregunto con tono de broma, sonriendo.
—Karin —responde él sin dudarlo, suspirando de nuevo.
Rara vez veo que este tipo de cosas sucedan durante el invierno. Se supone que debe ocurrir con más frecuencia durante la primavera, aunque aún no entiendo cómo un solitario amargado como Conejo se las arregla para hacer eso cuando trae el verano junto con la Pascua, pero supongo que puede ocurrir en cualquier época del año. Apuesto a que él piensa que esta chica Karin es y será su único y verdadero amor. Cualquier chico que se ha enamorado a esa edad cree eso, o al menos los chicos con un corazón como el de Jamie. No me gustaría rompérselo diciéndole lo contrario, a pesar de que la mayoría de las veces es cierto.
Bueno, él fue el primero en creer en mí. Supongo que debo creer en él también y esperar lo mejor. ¿Quién sabe? Hay unos pocos matrimonios que comenzaron como novios a una edad muy temprana. Tal vez Jamie y su… amiga podrían estar entre esos pocos.
—¡Tienes que conocer a su hermana mayor! —Jamie exclama de repente, interrumpiendo el hilo de mis pensamientos—. Estoy seguro de que le gustarás, y ustedes dos harían una hermosa…
—Oye, espera un segundo. ¿Cuándo pasó el tema de Karin a la hermana de Karin?
—Justo ahora —responde de forma natural.
Me río de sus travesuras infantiles. Este chico podría llegar a viejo y nunca dejar de tener un corazón de niño. Dicen que los niños dejan de creer en nosotros los Guardianes a cierta edad, pero no creo que Jamie lo haga. De hecho, todos sus amigos ya han dejado de verme, mientras que él todavía lo hace. Debe haber algunas excepciones a esa regla.
—Agradezco tu esfuerzo por hacerme conocer a una chica, Jamie, pero ya sabes que los niños mayores y los adolescentes no pueden verme.
—Ella podría si me ayudas a convencerla. Podrías arrojarle una de tus bolas de nieve mágicas y…
—¿Convencerla? —digo entre risas—. ¿Qué, acaso soy Pitch Black? No puedo obligarla a creer. E incluso si creyera, no estoy realmente interesado en una relación de ese tipo. —Me temo que mi respuesta haya sido un poco terminante.
—¿Qué? ¿Me estás diciendo que nunca has estado enamorado?
—Nunca en mis 300 años como Espíritu del Invierno —le digo con orgullo.
Jamie parece sorprendido por mi respuesta, pero la razón es bastante simple. Pasé la mayor parte de esos 300 años preocupándome más de que me viera todo el mundo y no de que me viera una sola persona a la que yo habría sobrevivido de todos modos. Y ahora que soy un Guardián, sigo pensando de esa manera, aunque al menos la mayoría de los niños pueden verme ahora.
—Vamos, Jack. Al menos sígueme la corriente y ven conmigo hoy a casa de Karin para que puedas conocerlas a las dos.
Suspiro y levanto mis manos en señal de derrota. —Creo que puedo hacer eso. Pero sólo si tú y yo tenemos una muy buena pelea de bolas de nieve con ellas más adelante.
—Trato hecho.
Unas dos horas más tarde, Jamie y yo estamos de pie en el porche de Karin. La placa de identificación a un costado de la puerta dice "Los Vinters". Ése no es un apellido muy común en América. Miro a Jamie y levanto una ceja.
—Su familia acaba de mudarse de Europa —se encoge de hombros.
Toca la puerta de manera algo tímida. Mientras esperamos, le doy un suave empujón en el hombro.
—Hey, relájate —le digo, tratando de calmarlo—. Solo van a patinar al lago. No es como si se fueran a casar hoy o algo por el estilo.
—¡¿Casarnos?! —grita él.
Ups. No es exactamente el efecto deseado.
—Tú me entiendes —le digo con un guiño.
La puerta se abre y una chica linda de cabello castaño con ojos color avellana y una sonrisa que a Hada le encantaría ver de cerca saluda a Jamie con un beso en la mejilla. Él se sonroja un poco. Entonces ella me mira, y se queda boquiabierta.
—¿Jack Frost?
Mi ceño se frunce. Esto no sucede muy a menudo, a pesar de que los niños han estado viéndome con mayor facilidad desde que soy un Guardián, y aun así, tienen que ver mi trabajo en primer lugar, como un buen día nevado o bolas de nieve que aparecen de la nada. Además, ella ya debe estar en el límite de edad en que los niños normales todavía pueden vernos.
—¡Eres Jack Frost! —exclama la chica—. ¡Jamie me ha hablado mucho de ti!
Me dirijo a Jamie con ojos ligeramente entrecerrados.
—Yo… puede que le haya contado acerca de mi aventura contigo y con los Guardianes —dice él.
—Por supuesto que sí —le contesto en broma.
—¡Oh, mi hermana querrá conocerte! —dice la chica—. Le dejaré una nota para que nos alcance en el lago cuando regrese.
Y antes de que yo pueda reaccionar a lo que acaba de decir, ella corre de vuelta al interior de la casa. Jamie y yo nos miramos el uno al otro, desconcertados.
¿Qué acaba de pasar? ¿Primero Jamie, y ahora su amiga? ¿Qué podría hacerles creer que una adolescente podría verme?
Karin regresa en menos de un minuto y literalmente arrastra a Jamie lejos de la casa y hacia el camino que lleva al lago. Los sigo de cerca y veo cómo empiezan a hablar y reír. Una vez que llegamos, se toman su tiempo para ponerse sus patines. No puedo evitar una sonrisa mientras los oigo conversar. Por lo que he estado escuchando hasta ahora, Karin suena como alguien que tiene el corazón de un verdadero creyente, al igual que Jamie. Podrían ser el uno para el otro, después de todo.
—Se ven tan lindos juntos —dice una voz femenina detrás de mí—. Aunque pensándolo bien, ¿qué pareja de chicos no se ve linda a esa edad?
Me doy la vuelta, un poco sorprendido, y me encuentro mirando a un par de ojos azul claro que pertenecen a una joven de piel pálida y largo cabello rubio platinado atado en una cola de caballo detrás de su espalda. Y se ve impresionantemente hermosa…
Espera. ¿De dónde salió eso último?
Rápidamente hago a un lado ese pensamiento. No tiene sentido tratar de iniciar una conversación con una chica preciosa que no puede…
—¿Qué? ¿Hay un bicho en mi cara o algo así?
Siento que mi corazón deja de latir. No hay nadie más a nuestro alrededor, y ella habló directamente hacia mí. De hecho, no parece estar mirando a través de mí en absoluto.
—Tú… ¿tú puedes verme? —pregunto con incredulidad.
—Por supuesto que puedo. ¿Por qué no habría de hacerlo? —la chica responde con una sonrisa.
¡Esta chica puede verme! Pero, ¿cómo? Aparte de Jamie, ninguna persona mayor de doce o trece años me ha visto jamás. ¿Qué es lo que hace a esta chica tan especial… tan diferente?
—¿Quién eres tú? —me pregunto en voz alta.
—Oh, lo siento. Soy Lizette. Encantada de conocerte, Jack —responde ella, extendiéndome su mano.
Mi desconcierto sólo crece. —¿Cómo… —sabes mi nombre? Tengo la intención de preguntar eso, pero luego recuerdo que Karin dejó una nota para su hermana en la que, probablemente, también escribió mi nombre, así que supongo que esta chica debe ser la hermana de Karin.
Eso no cambia el hecho de que este adolescente puede verme. ¿Cómo es posible que pueda verme?
—Guau. Jack Frost se quedó sin habla. Eso tiene que ser nuevo.
¡¿Qué?!
—No te preocupes —dice ella, bajando la mano. No parece ofendida por mi grosería de no aceptar el saludo—. Vas a estar hablando con fluidez de nuevo en poco tiempo, una vez que las cosas sean lo suficientemente claras para ti.
Me guiña el ojo y sale corriendo hacia el lago, y me dejó completamente aturdido. ¿Qué. Acaba. De. Pasar?
—¡Hey! —Lizette me llama—. ¿Qué no eres el Guardián de la Diversión? Porque pareces bastante aburrido en este momento.
Me recupero de mi pasmo para verla patinar con gracia junto con los chicos. ¿Cuándo se puso los patines? Supongo que incluso he perdido la noción del tiempo y que he estado parado como un tonto por un tiempo. Ella me acaba de prometer que las cosas se aclararán para mí muy pronto. ¿Tal vez debería confiar en ella? Pero en todo caso, ella acaba de retarme, y eso es algo que no puedo dejar pasar, no importa cuán confundido pueda estar en estos momentos. Mi lado divertido se apodera de mí, y despego del piso, volando sobre el lago.
Hago caer un poco de nieve para añadir algo de encanto invernal a este momento. Entonces miro hacia abajo… y veo con horror como Lizette de repente tropieza y se cae, haciendo que el hielo se quiebre. Jamie y Karin se quedan tiesos en su lugar, e incluso desde esta altura puedo ver la expresión de terror en sus rostros.
Vuelo hacia abajo tan rápido como puedo. Ya salvé a mi hermana de ahogarse una vez, y ni siquiera tenía el poder que tengo ahora. Tengo que salvar a estos chicos.
Freno mi caída a unos tres metros del suelo y me pongo en posición vertical con el fin de aterrizar suavemente de pie y rellenar las grietas con hielo para hacer que la superficie del lago quede sólida otra vez…
…Pero antes de que los dedos de mis pies puedan siquiera tocar el hielo quebradizo, las grietas desaparecen.
—Vaya, eso estuvo cerca. ¡Gracias, Jack! —dice Jamie mientras su expresión de terror desaparece casi al instante.
Asiento con la cabeza, aunque sé que no puedo tomar el crédito por esto. Miro a Lizette que todavía está en el suelo y le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse… y no dejo de notar que sus dedos están tocando el hielo en una… manera algo peculiar. Ella toma mi mano…
Y entonces lo sé.
Puedo sentirlo.
Ella tiene poderes de hielo como yo.
Mis ojos se abren como platos, mientras ella me da una suave sonrisa y un encogimiento de hombros.
¿Quién es ella, en verdad?
N/A: Es un capítulo más bien corto, lo sé, pero esto es sólo el prólogo. Y en caso de que se esté preguntando, no, eso es sin duda no es Elsa.
Si se sienten tan confundidos como lo estaba Jack, no se preocupen. Las cosas se volverán claras para todos ustedes también en el Capítulo 2. Ahora, no se asusten si me lleva alrededor de un mes para subirlo. Estoy un poco enfocado en mi otro crossover de Frozen en este momento, pero voy a estar actualizando esta historia de vez en cuando hasta que termine ese otro fic, y luego voy a empezar a actualizar ésta con más regularidad.
Antes de irme, me gustaría sugerirles un fic de una amiga mía. El otro día estábamos platicando, y mientras le contaba un poco de esta historia, sin querer le di la idea para otro fic Jelsa. Pueden encontrarlo entre mis favoritos o buscarlo bajo el nombre de "Balance universal", de Ghostpen94. Altamente recomendado.
¡No olviden dejar sus comentarios!
