Disclaimer: PowerPuff Girls no me pertenece. Sólo la idea de la historia es de mi pertenencia.
Lejanía (cercanía)
Blossom no era la típica chica inteligente e impopular.
O bueno, quizás lo era en lo último por sus tendencias a hablar de libros, matemáticas o cosas inentendibles para el resto de la raza humana, o, adolescente. En cuanto a belleza ella estaba más que bien. Atraía varias miradas diarias, pero claro está que las que atraía, luego se iban volando en cuanto se ponían valientes y por fin hablaban con ella.
Debo aclarar que todos se iba con caras de ¿qué demonios? y no volvían a acercarse a hablarle en un buen tiempo.
Ni que ella tuviera la culpa de que no entendieran su sobre inteligencia avanzada que con los años fue agrandando. Ella era, es, una superheroína, lo que también aumentaba un poco su índice de admiradores y seguidores.
Ella no era como su tierna y tímida hermana Bubbles, o como su deportista y —a veces— vulgar hermana Buttercup. No, Blossom era una chica recta, prolija y seguía las reglas como si fueran parte de su homeostasis. Quizás, se podría decir que ella era la típica superheroína que cumplía con todos los requisitos para serlo incluso sin sus superpoderes.
Pero no todo es como parece, incluso ella se podría llegar a desilusionar al ver cómo las personas se alejaban de su alrededor por no entender las cosas que llegaba a decir. Un poco sola. ¿Dónde estaban los amigos que, ella suponía, iba a hacer en la preparatoria? La preparatoria no era como la secundaria baja, allí eran todos unos mocosos todavía que seguían aprendiendo de la vida y que luchaban entre la niñez y la adultez como cualquier adolescente en sus inicios. No, la preparatoria era un hecho que estaba hecha para personas que ya habían superado en su mayoría esa etapa de confusiones. La preparatoria era la última etapa antes de llegar a la universidad y luego empezar sus vidas como ciudadanos completamente legales.
Por eso estaba un poco desilusionada que en esta última —o penúltima— etapa todos parecían no querer acercarse demasiado a alguien de su inteligencia.
Bueno, nadie a excepción de cierto chico pelirrojo cuyos días de hacer el mal parecían tan lejanos como el día en que se quitaría aquella gorra. Brick seguía siendo un delincuente, pero ya no tanto desde que decidieron que no era lo suficiente divertido hacer el mal y ser pateados todas aquellas veces por ellas.
Al principio, y cuando se dio cuenta de que estaban en la misma clase, incluso Blossom se sintió algo reacia a hacer contacto o incluso hablar con él, pero luego de experimentar la soledad y ver que los demás al igual que con ella —pero por distintas intenciones— se alejaban de él, de una manera u otra, Brick se terminó acercando a ella para burlarse de su reciente insociabilidad.
«Si Buttercup estuviera aquí y lo escuchara decir eso, seguramente le mandaría a volar lejos» había pensado ella en aquella ocasión. Se le había quedando mirando mal incluso cuando él ocupo el asiento a un lado de ella sin decir ninguna palabra más.
No habían hablado mucho —por no decir absolutamente nada— al principio. Incluso estuvieron por varios días en este estado: él iba y se sentaba a su lado luego de una burla, y ella lo miraba mal.
Sin embargo, llegó el día del trabajo en equipo. No la mal entiendan, ella no se podría quedar sola con su estatus en cuanto a inteligencia se refiera, pero fue la misma la que decidió darles una buena lección a sus compañeros por haber dejado de hablar con ella. O quizás, había decidido que Brick necesitaba mucho más ayuda que ellos.
Por eso fue con él.
Y cuando la vio ir, Brick había sonreído burlón.
—Pero miren nada más, incluso tú tienes un lado malo —le había murmurado por lo bajo a penas sentarse a su lado.
«No pudieron ser palabras más ciertas» había pensado en ese instante.
Fue el inicio de lo que se podría llamar: "el comienzo de cuando por fin comenzaron a hablar".
Poco a poco, luego de aquel trabajo de equipo que hicieron juntos —lo que quiere decir que en su mayoría fue hecho por la misma Blossom—, palabra por palabra fueron brotando de los labios de ambos. Conversaciones banales y sin sentido, a veces preguntas sobre si llegaría el tal y tal profesor, o qué tenían en la siguiente hora. Luego, sin ambos darse cuenta, la conversación se desviaba a sus vidas familiares.
No era mucho, pero Blossom ya sabía algo sobre la actual vida de uno de los anteriores criminales de Saltadilla: Ahora vivía con sus hermanos en un hotel que era financiado por el estado gracias al acuerdo de no volver al crimen que ellos habían hecho con el mismísimo alcalde —el cual que siguiera vivo a pesar de su vejez y todo lo que había pasado en su vida desde décadas atrás era más que sorprendente para Blossom—. También, a pedido de éste, tuvieron que ponerse a estudiar por dos años completos lo que en toda su vida no pudieron por no haber ido ni a la escuela primaria, ni los primeros tres años de escuela secundaria gracias a un tutor que los hizo avanzar, a regañadienta, al lado de los estudios —Blossom quiso lanzar una risita ante este hecho, pero se contuvo y lo único que libero fue una sutil sonrisa por unos segundos—, llegando a donde él estaba sentado ahora —el asiento del que al parecer se había apoderado al lado de ella.
De una manera u otra forma, mientras los días pasaban y ellos convivían de forma más sana que antes —tenían un pasado de puñetazos de aquí para allá, y bromas demasiado molestas de los chicos para con ellas— las personas a su alrededor que los veían con curiosidad, —más a Brick por haber sido uno de los malos y de los cuales todos ellos se habían alejado— se habían empezado a intentar meterse en su circulo —o raya. Las chicas, más atentas al chico pelirrojo que antes, empezaban a murmurar entre ellas sobre lo repentinamente genial que se había vuelto el chico. Sin embargo, en cuanto a Blossom y su forma de ser cuando los chicos intentando ligar —aunque ella ni idea tenía de esto— se le acercaban, seguía siendo lo mismo, a penas empezaban a hablar con ella, se iban con la mismas preguntas en su cabeza. ¿De qué diablos está hablando esta chica? Es sorprendente que ese idiota le pueda soportar sus diálogos súper inteligentes.
De alguna manera, los chicos comenzaron a ver a Brick con más compasión que otra cosa luego de estos sucesos. Parecía que el chico se hacía más popular con las chicas y Blossom no podía evitar sentir un poco de alivio al ver que él se integraba mejor a la sociedad que antes. Aunque, a veces, sentía algo oprimir su pecho que le hacía poner en duda sus sentimientos sobre el caso. Pero negaba con su cabeza y despejaba sus pensamientos para felicitar internamente al chico, pues por muy idiota que fuera, integrarse al mundo del bien luego de haber vivido en el mundo del mal, ya decía mucho de él y sus hermanos. Pero más de él porque era al que más conocía entre los tres.
«Es mejor que él tenga mejor vida social que yo en la preparatoria» pensó un día al verlo «Creo que se la merece más que nadie, y que los demás cambien sus opiniones sobre él me hace pensar que mis compañeros son mejores chicos...» frunció el ceño «... a pesar de ser tan idiotas y no acercarse a mí luego de hablar conmigo».
Como si ella no se hubiera dado cuenta de su propia situación. Por algo era inteligente, pero a decir verdad, sinceramente se había dado cuenta de lo que pasaba con su vida social cuando recién se le empezaron a acercar los demás a hablarle luego de verla con Brick, y sin darse cuenta, ella había comenzado a hablar de un tema que los nervios le habían hecho liberar. Lo había visto en los ojos de los demás, la duda, el no entender de lo que ella hablaba. Por eso se alejaban, pero tampoco era que Blossom pudiera evitar este hecho: se ponía nerviosa y a lo único que recurría su mente en esos momentos era a aquellos temas de los que había leído tiempo atrás, y actualmente, en libros.
Por eso, le era de cierta forma extraño que no sintiera los nervios con el Brick y pudiera hablarle de cosas que nada tenían que ver con su inteligencia —al menos, no tanto. Quizá era porque habían empezado a hablar luego de ratos de silencio, de entender el ambiente de ambos, de conocerse —por muy extraño que sonase— internamente.
Si ella no podía obtener lo que buscaba, aquellos amigos que deseaba tener en preparatoria, entonces le iba a desear lo mejor al chico, a pesar de que él se pudiera distanciar por ello de ella y al mismo tiempo dejar de hablarle.
Sí, lo mejor era dejarlo ir por completo. Ella se las arreglaría sola y a su manera como siempre hizo cuando no estaba en compañía de sus queridas hermanas. Blossom no iba a depender de la persona que se le acercaba a hablar y le hacía compañía.
Ella no iba a depender más de Brick.
Poco a poco, con el paso del tiempo, fue ella la que se alejó. Sabía que estaba mal, que la lastima no era uno de los atributos de Brick para con ella. Que si él se le acercaba, lo hacía por que le daba la reverenda gana. No, ella no era idiota. Por eso puso la distancia, para dejar libre a Brick de acercarse a ella y centrarse más en los demás. Porque ella sabía, muy en su interior, que luego podría llegar a sentirse solitaria cuando de verdad necesitara de los ratos de Brick si se acostumbraba más a su presencia. Y Blossom lo que menos quería, era eso.
Acostumbrarse a él.
Y ella supuso, Brick ya había notado su intención, quizá por las miradas fruncidas y enfadadas —no estaba segura de esto último— que le mandaba en ciertas ocasiones y a las que ella hacia caso omiso.
Nada de acercarse, nada de depender de él.
«Ya eres grande Blossom.»
O eso se dijo varias veces en su mente.
Continuará.
Seh, debo ser algo así como masoquista para publicar algo de un género con el que me llevo de lo peor. Sin embargo, les puedo asegurar que lograré terminar con esto en menos de cinco caps.
Más allá de eso, ¡espero les haya gustado!
Es bueno volver de vez en cuando a uno de los fandoms que me vio nacer XD.
