Nicholas Wilde es un policía, no, no solo es un policía, sino que es el primer policía de su especie, su especie, ese es el problema.
Él ahora era un agente de la ley, alguien dedicado a proteger y servir, pero eso no lo exime del pasado, de su pasado. Si, tal vez fue por el estereotipo y prejuicios a los zorros lo que provoco que sus sueños, sus ilusiones se vieran truncados y no tuviera el camino fácil para seguirlos. Esa era siempre la respuesta que se daba, que era lo sociedad, que fueron ellos los que lo obligaron a ser aquello que siempre decían que era, aquel depredador tramposo y embustero, simplemente un "zorro". Pero no, cada una de esas palabras, cada una de esas frases, se las trago, pese a su orgullo se las trago, se las trago por ella…
Judy Hopps, esa valiente, perseverante y para él adorable coneja. Tuvo que lidiar con lo mismo que él. El prejuicio, aunque ella pese a todos ellos logro su meta, su sueño. No se rindió, nunca lo hizo, aun cuando el propio Nick le dijo en pocas palabras lo que le paso a él mismo. Ella nunca se detuvo, no fue cobarde, no se dejó lastimar, no hizo lo mismo que él.
Ella le hizo comprender que la única limitante en este mundo era uno mismo, si tú estás seguro que no lo lograras entonces es un hecho que fracasaras, pero si crees en ti mismo todo lo demás no importa, lograras tu objetivo.
Claro eso si eres un animal con luz propia, con grandes y fuertes convicciones. Un animal integro, seguro, con un firme propósito que no te hará flaquear ante nada, alguien como su querida zanahorias. Fue por Judy que se unió a la fuerza. ¿Por qué? Simple, quería seguir resguardándose bajo la luz de su querida amiga. Ella lograba sacar lo mejor de él. Con el simple hecho de estar seca de ella, él se convertía y se esforzaba en ser un animal mejor, ¿Qué provocaba esto? Muy sencillo. Por primera vez en mucho tiempo tenía un sueño. Lograr quitar esa imagen general de los zorros, si uno iba ser juzgado que lo sea por sus vicios y virtudes, no solo por su especie. Y ¿Por qué negarlo? Quería que Judy estuviera orgulloso de él. Quería ser alguien más digno de estar a su lado…
La enorme urbe que era zootopia siempre estaba en movimiento, nunca había descanso y como en toda gran ciudad el crimen estaba presente. Sin embargo la población mamífera podía estar tranquila ya que velando por su seguridad estaba el ZPD quienes trabajaban día y noche manteniendo el orden. Actividad que ahora se realizaba de manera más eficiente gracias a la pareja más complementada y valiosa, al igual que contratante, del departamento.
Una vez que el zorro se había graduado de la academia y se le había asignado a la coneja como compañero no tardaron en demostrar su valor y habilidades. Resolvían todos y cada uno de los casos que se les asignaban en tiempo record.
La astucia y conocimientos de Nick combinado con la perseverancia y el ingenio de Judy. Lograron crear una pareja que podía resolver hasta el más difícil de los casos.
Esa tarde en el cuartel…
—Estoy muerto—dijo el vulpino mientras se desplomaba en la silla de su cubículo—Este día fue demasiado largo ¿No lo crees orejas?—le comento a su compañera que se sentaba en su propia silla—.
— ¿Estas bromeando? Este día fue increíble—le decía emocionada provocando una mirada ceñuda de su mejor amigo depredador— ¿Qué?—pregunto de manera inocente-.
—Zanahorias—comenzó lentamente— ¿Qué tiene de increíble que un jabalí asaltante casi nos encajara los colmillos?—le pregunto lo más sereno que pudo pero igualmente un poco molesto con la ligereza con la que Judy tomaba las cosas-.
—Vamos no actúes así, no nos pasó nada y recuerda que con cada delincuente que atrapamos ayudamos a hacer un mundo mejor—le dijo sonriendo mientras comenzaba a llenar el respectivo reporte del asalto, pero por concentrarse en el papeleo nunca vio la mirada que el depredador le dirigió escasos cinco segundos y el suspiro silencioso que dio-.
—Tienes razón…—Nick cerro los ojos y recordó el momento en que el colmillo de aquel jabalí casi se enterraba en el cuerpo de su compañera, si él no hubiera actuado rápido y no hubiera tacleado al agresor ella pudo haber salido herida, ¿Qué acaso no se daba cuenta? Lo más probable es que no. Pero ahora ella estaba a salvo, era lo que importaba—Pero—llamo su atención, si le hacía pasar esos sustos se merecía molestarla un poco por lo menos, por el tono que uso la pequeña herbívora respingo en su asiento, cada vez que él zorro usaba ese tono no significaba algo bueno, no para su cordura—Me debes algo pelusa-.
— ¿Qué? ¿De qué hablas? Yo no te debo nada Nick—le contesto al zorro mientras lo veía, cosa que no debió hacer pues miro como formaba su majadera sonrisa-.
—Te recuerdo que cuando viste a ese delincuente estábamos comiendo y tú—la señalo acusadoramente con un dedo—Interrumpiste tan preciado momento para iniciar su persecución.
—Nick era nuestro deber sea la hora de la comida o no estábamos en servicio…
—Si—la interrumpió dramático—pero no tenías que ser tan brusca, en tu ataque de sentido del deber tiraste mi batido.
— ¿Qué? Todo esto por un batido—le dijo incrédula ¿Tanto drama por un batido?-.
—No era solo un batido, era un batido especial de mora. Y eso que no te reclamo de mi postre, ese panque tenía una cita con mi estómago.
—Nick no seas payaso, solo era un poco de comida…—más fue interrumpida nuevamente por su colmilludo compañero-.
—Precisamente zanahorias, la comida es sagrada ¿Qué llegaras a hacer si este encantador zorro muere de hambre? ¿Qué sería de ti?—le dijo mientras hacía gestos teatrales-.
Judy simplemente lo miro unos segundos antes de soltar una pequeña risa y sonreírle a su amigo—Creo que mi vida sería muy aburrida torpe zorro. Está bien ¿Qué te parece si saliendo reponemos esa comida?
—Si tú insistes, claro tesoro—le contesto de inmediato, más su respuesta causo otra reacción de la coneja-.
—Pero… pero si tú eres el que estaba exigiendo—le apunto exasperada-.
—Te estaba exigiendo una disculpa linda, yo nunca dije nada de una salida después de nuestro turno, esa fuiste tú—le dijo sonriendo con burla-.
Estaba a punto de reclamarle cuando se dio cuenta de que tenía razón—"Zorro astuto"
—Torpe coneja—le dijo como si pudiera leer su mente-.
Una vez que terminaron el reporte correspondiente y marcaran su salida, el dúo se encamino a las puertas de la comisaria, no sin antes despedirse de su querido amigo recepcionista.
—Adiós Ben—se despidió Judy mientras agitaba su pata-.
—Nos vemos grandote—secundo el vulpino relajado con las patas dentro de las bolsas del pantalón-.
—Adiós chicos—les despidió entusiasta—Nos veremos el lunes-.
—Claro, pero ahora la dama tiene una deuda que pagar—insinuó mientras abrazaba a la coneja por los hombros-.
—Oh cállate—le dijo mientras le daba un codazo—Nos veremos luego Ben, ahora camina zorro—le ordeno con molestia y diversión mientras caminaba-.
—Ok tu eres la jefa—le contesto antes de seguirla dedicándole un último gesto de despedida a su colega-.
Una vez que Benjamín los vio salir por las puertas giratorias, simplemente apoyo su cabeza en su garra mientras suspiraba—Hay se ven tan lindo juntos, ojala se den cuenta pronto-.
Nick y Judy decidieron caminar hasta un pequeño restaurante que estaba a una cuadra de la estación. El camino transcurrió de manera amena entre las bromas del zorro y las risas de la coneja. Mejores amigos era la palabra que describía su vínculo, se mensajeaban, se complementaban y se preocupaban el uno por el otro. Una vez frente al establecimiento.
—Bien zanahorias, ¿la comida aquí o para llevar?—le pregunto a su menuda amiga, quien pareció meditar la respuesta unos segundos-.
—Para llevar, me gustaría comer con un poco más de paz y tranquilidad—Le contesto finalmente-.
Entraron al establecimiento y ordenaron una generosa ensalada, Nick no era muy fan de las verduras o las comidas vegetarianas pero siempre hacia la excepción cuando comería junto a Judy, o sea que ya se estaba acostumbrando a comerlas más seguido. Su compañera se excusó un momento para ir al baño, en lo que se ausento sus órdenes estuvieron listas, el vulpino las tomo y pago por ambas, Judy le intentaría pagar por ello, siempre lo hacía y él le regresara el dinero sin que ella lo note, jamás había pensado en poner dinero en los bolsillos en lugar de sacarlo, esa coneja sí que lo había cambiado y por eso lo hacía, esas pequeñas acciones eran la forma de intentar pagarle a la pequeña mamífero todo lo que había hecho por él, por salvarlo de esa vida corrupta que tenía. Vio a su compañera salir del sanitario, con un gesto mudo le dijo que era hora de irse y ambos salieron del establecimiento.
— ¿A dónde Nick? Tu departamento o el mío—le dio a escoger con una sonrisa-.
—Vamos al tuyo pelusa, quiero ver si te adaptaste a tu nuevo hábitat—le dijo con burla-.
—Muy gracioso—le dijo sarcástica mientras iniciaban su camino—Pero de nuevo debo agradecerte ese apartamento está mucho mejor es un poco más grande y…
—No tienes vecinos tan ruidosos, créeme que aquella primera y única vez que los escuche fue suficiente para mí, no entiendo como no te volvías loca—le dijo con toda sinceridad mientras recordaba aquella primera vez que decidió ir al antiguo apartamento de su amiga-.
—Creo que simplemente me acostumbre—le dijo mientras se encogía de hombros—Pero igual agradezco que me ayudaras a conseguir este-.
Nunca paraba de agradecerle aquel gesto, si bien ella se sorprendo mucho la primera vez que fue al hogar del zorro ya que el apartamento de este era completo, contaba con dos recamaras una pequeña sala, cocina, la primera vez ella le cuestionó el como él cómo consiguió un lugar así a lo que le respondió con total calma que tiene un "amigo" en el ramo de la administración de propiedades y que solo basto con llamarlo. Y una vez que había visto la experiencia que Judy debía pasar del diario con sus vecinos no dudo en llamarlo de nuevo y pedirle que le consiguiera algo de acuerdo a sus necesidades. Cosa que logro hace un par de semanas, era un apartamento a escala de "muñecos" o así le decía Nick, tenía una recamara espaciosa, un baño y una sala con un sofá y una mesa suficiente para dos o tres ocupantes—.
—Hogar dulce hogar—Exclamo mientras entraba—Ponte cómodo mientras regreso, no tardo—le pidió mientras entraba a su habitación y cerraba la puerta.
El zorro simplemente se sentó en la pequeña mesa y saco la comida no era muy difícil saber cuál era de quien, su porción siempre era la más grande y se dedicó a esperar. Unos momentos más tarde la coneja salió, vestía un leguin color rosa y una blusa sin mangas color negra, ambas prendas ajustadas, que se adherían muy bien a la perfecta anatomía de la hembra.
—Muy bien ahora vamos a asegurarnos que este pobre zorro no muera de hambre—comento con un tono de broma mientras se sentaba frente a su compañero-.
—Vamos zanahorias sabes que estarías perdida sin mí—le dijo antes de comenzar a comer-.
Ella únicamente suelta una pequeña risita como respuesta, continuaron con sus alimentos en silencio por breves momentos hasta que una animada charla comenzó, entre anécdotas y frases sarcásticas el zorro saco el tema de su fin de semana libre, queriendo hacer una broma…
—Y dime zanahorias, ¿tienes algún plan? Una salida, reunión, una cita—comenzó a enlistar, más la respuesta de su amiga lo petrifico unos pocos segundos-.
—De hecho si Nick—le dijo con total naturalidad y alegría que su expresión por poco cambia a una adolorida, pero logro disimularlo de forma inmediata-.
—Genial Hopps ¿Quiénes es el afortunado?—le dijo con tono insinuante aunque por dentro se sentía fatal-.
— ¿Qué? ¡No!—Exclamo en un principio confundida para luego pasar a una un poco nerviosa—Tengo una reunión, más bien una visita, una de mis hermanas mayores vendrá a verme en lugar de mis padres ya que ellos tienen que organizar la comida para una pequeña celebración de uno de mis primos—le explico completamente suprimiendo un "Yo no quiero salir con nadie que no sea…", pero se lo reservo por razones muy privadas-.
—Oh así que habrá reunión de orejas largas y rabos de algodón ¿He?—Soltó para disimular el profundo alivio que sintió al ver que su peor pesadilla no llegaba. "Aun" le recordó su mente—Espero que te diviertas-.
—Gracias y tu… ¿Tienes planes?—pregunto para seguir con la conversación y distraer su mente-.
—Esta mañana te hubiera dicho que no, pero entre el medio día me llego un mensaje de Finnick, estará libre y nos veremos para pasar un rato recordando los viejos tiempos—le dijo sonriendo, además el también anhelaba molestar al pequeño zorro y hacerlo rabiar como en antaño—En fin zanahorias todo lo bueno llega a su fin y este apuesto zorro debe retirarse, así que me despido—le comento de manera teatral con todo y reverencia mientras se levantaba-.
—Está bien Nick nos veremos después y de nuevo discúlpame por lo de tu comida de antes—le dijo mientras lo encaminaba a la puerta-.
—No te preocupes, tu deuda conmigo ya fue saldada "No como la mía" Adiós Zanahorias nos vemos luego—como todos los días Judy le dio un abrazo a su compañero, siempre lo hacía, lo hacía cuando se veían por primera vez en el día y al momento de despedirse. Nick con gusto lo acepto-.
—Hasta pronto—se despidió antes de salir-.
Judy lo vio marcharse de nuevo con esa extraña sensación en el pecho, no, no era extraña más bien no muy conocida dada su experiencia con los años, aquella que no la dejaba tranquila por un buen rato, pero en cuanto recordó al abrazo que le dio al vulpino esta se mitigo pasando a ser algo más placentero. Pero igualmente algo triste.
Nick únicamente caminaba sin prestar mucha atención a donde ir. Los abrazos que le daba Judy desde hace un buen tiempo tenían un efecto diferente en él. ¡Qué diablos! El efecto es el mismo solo que ahora lo siente cada vez más, cada día que pasa aumentaba cada vez más. Lo sabía, sabía que era, pero, no podía… con ese último pensamiento apretó el paso. Por lo menos mañana podría hablar con alguien que no le removiera tantas emociones… Sin embargo no evito que esa noche soñara de nuevo… con ella…
