Carretera nocturna.
Disclaimer; sin fines de lucro.
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Vio por el espejo retrovisor al trailer de dieciocho ruedas acercarse a toda velocidad, el cromo dentado del parachoques empapado en un liquido viscoso que teñía la luz de los faros de un potente carmesí, vio también el cruce angosto al que se acercaban y que llevaba a un despeñadero, compitiendo uno en contra del otro, su vieja y destartalada van contra un monstruo de peso pesado y su desequilibrado chófer. Greg supuso que el final estaba cerca, dentro de poco amanecería y una de las noches más largas de su vida llegaría a su fin, pisando el acelerador hizo un rápido cambio a la pista izquierda con el trailer devorando el asfalto quemado que dejaba a su paso, tenía una pequeña ventaja sobre ese demente, tan solo tendría que aprovecharla.
"Chicos, necesito que se mantengan en calma, ¿pueden hacer eso por mi?"
No tuvo mucho tiempo para esperar una respuesta, en el asiento de copiloto un tembloroso Crema Agria trataba torpemente de abrir un caja de municiones, Greg chasqueó los dedos y Bucky, que se encontraba atrás junto a Kiki y Jenny le alcanzó la escopeta recortada.
"Que alguien ayude a Crema a calmarse por favor", pidió con amabilidad, en un esfuerzo inhumano por no maltratar aún más los ya debilitados nervios de esos pobres chicos.
Bucky fue en su auxilio nuevamente, "Ya amigo, todo esta bien, todo saldrá bien", le dijo, dándole un firme apretón en el hombro.
Las manos de Crema dejaron de temblar, al fin logró abrir la caja metálica y mientras Greg luchaba porque el trailer no los sobrepasará Crema tomó la escopeta, la cargó y se la pasó de vuelta a Greg.
"Buen trabajo chicos, estoy orgulloso de ustedes"
Otro vistazo al espejo retrovisor le permitió ver las constreñidas sonrisas de la pandilla de jóvenes, Bucky se había quitado sus gafas de sol por primera vez desde que comenzó todo, su chaqueta yacía sobre Jenny que apenas podía abrir los ojos producto de los moretones, Kiki ayudaba a su hermana a descansar, recostándola sobre su regazo para aliviar aunque fuese un poco el duro viaje por la carretera.
Crema Agria luchaba por mantener los ojos abiertos, lo único que lo mantenía consciente era su resolución de salir con vida y volver a casa junto a su familia.
Greg colocó la escopeta sobre su regazo y sin pensarlo dos veces se estiró para revisar que el cinturón de seguridad del chico estuviese bien sujeto.
Esa misma noche Crema Agria lo había visto asesinar a tres personas, a diferencia del resto de la pandilla el hijo de Vidalia presenció todo, de principio a fin.
"Cuando todo esto termine, quiero que recuerden que hay mucho, mucho porque vivir, sé que será duro con todo lo que nos ha pasado, pero no deben rendirse"
"Ahora sé de donde saca Steven esa actitud", bromeó alguien atrás, una de las chicas, no sabía quien, no podía prestarles más atención.
Tenía dos tiros, podía volar el radiador o concentrarse en el parabrisas, reventar las llantas sería un desperdicio, de uno u otro modo lo mataría al igual que los otros.
"Sujetense y no se suelten, les prometo que dentro de poco estaremos en casa"
Pisó el pedal a fondo, la camioneta casi se levantó de la huella y prácticamente volaron por sobre las gradas de concreto puestas allí para despertar a los conductores, en un movimiento que luego vendría a recordar en cámara lenta a pesar de que en realidad, apenas fue un parpadeó, tomó la curva, raspó las defensas metálicas y sacó el arma por la ventana, apuntando directo al motor del camión.
Más temprano ese día.
"Claro claro, estaré en casa mañana"
"Te dije que no era un asesino en serie, e incluso si fuese uno de seguro podría con él, recuerda que antes de conocer a tu madre viaje por el país tocando, tengo experiencia enfrentando tipos rudos"
Greg Universe sonrió ante la preocupación de su hijo, era obvio que el pequeño jamas se acostumbraría a que su viejo tomase riesgos, del mismo modo en que él jamas se acostumbraría a que Steven se pusiese a si mismo en peligro.
"Oh bueno, te llamaré si necesito ayuda", concedió al fin, "Pero en serio, disfruta tu día, tu viejo esta perfectamente a salvo Steven"
Cortó la llamada y guardó su teléfono, ya comenzaba a anochecer y tendría que partir pronto para conseguir una habitación en un motel cercano, Greg acomodó el espejo retrovisor, revisó que su cinturón estuviese bien puesto y encendió su nave, la van rugió para alejarse del estacionamiento y partir de regreso a casa. Resultó que los chicos del foro donde compraban repuestos también tenían un foro para curiosidades y Greg tenía muchas, muchísimas de ellas, ¿quién diría que existía una mina de oro entre sus recuerdos?, desde ese elegante traje de poliester blanco de la era espacial hasta sus palos de golf, de los que por cierto, le costó mucho desprenderse, todo en su unidad de almacenamiento era un tesoro y viendo que muchas de esas cosas no tenían utilidad no dudo en vender algunas de ellas, al menos las que no eran mágicas.
Y así no terminaría como sus tíos, bien sabido era que existía un problema de acumulación en su familia, ¿y quién sabe?, quizás el vender algunas de sus cosas incluso era terapéutico.
"Una terapia en la que gano dinero en lugar de perderlo", celebró Greg, que a pesar de su estilo de vida despreocupado no podía negar que algo de efectivo extra no le vendría mal.
"En el peor de los casos servirá para pagar por todos los destrozos que provocamos", pensó.
Con el naranja del sol contra su parabrisas comenzó a idear en que más gastar el dinero, quizás le compraría un televisor nuevo a Steven, o una nueva consola o podría invertir en su educación, eso si es que algún día necesitaba tener una. Tendría que hablar con Perla al respecto o mejor, preguntarle a Garnet y pedirle a ella que hablara con Perla.
Pero ya se preocuparía de esas cosas, y con suerte, no volvería a derrocharlo todo en una noche, tan solo una parte, en el muelle donde las atracciones eran baratas y sus amigos le daban descuentos.
"Bien hecho Universe, estas triunfando en los negocios"
Un par de horas después, ya en total oscuridad aparcó cerca de un motel, pasaría allí la noche y regresaría al camino de nuevo en la mañana, en su trayecto a este no pudo evitar espiar a un extraño grupo de sujetos que charlaba en voz baja sobre un puerco, no supo por qué pero se le abrió el apetito, bien podría ir por unas chuletas antes de dormir.
El motel disponía de un bar y parrilla, Greg pidió una habitación, la última que quedaba disponible, ordenó una cena contundente, algo que castigaría sus arterias por semanas y de paso un par de cervezas, dado que la oportunidad de beber no se le daba tan a menudo como antes.
Al volver, apenas dio unos cuantos pasos, escuchó algo extraño en la habitación de al lado, una suerte de quejido profundo y prolongado que le heló la sangre, sin más, regresó a su cuarto, creyendo que lo mejor sería no involucrarse.
La conversación que tuvo por teléfono con Steven comenzó a perturbarlo, de seguro no se trataría de un asesino en serie, ¿verdad?, esas cosas solo sucedían en el cine.
Salto al escuchar que alguien tocaba su puerta, "¿Quién es?", preguntó con voz temblorosa.
Del otro lado, una presencia femenina le respondió, "Señor Universe, su orden esta aquí"
Greg suspiró aliviado, solo se trataba de la comida, salió de su habitación para encontrarse con un mesón con ruedas, sobre el cual residía una orden de costillas de cerdo asadas con patatas fritas, salsa y pan de maíz, la especialidad de la casa, además de la comida, un par de cervezas ligeras acompañan la bandeja junto con un pequeño pitcher y algo de hielo. La cena en si le había costado lo que generalmente gastaría en un día, pero supuso que podía darse ese pequeño gusto, tomó de las azadas al mesón y lo hizo rodar hacia adentro, luego, lo dirigió hasta quedar frente al televisor, para comer mientras veía una película.
Sin que Greg lo supiese, ese mismo grupo había arrastrado a alguien al cuarto contiguo, dejando a esa persona atada en una bañera.
"Así que, ¿quién irá primero?", preguntó uno de ellos, un hombre bastante alto y fornido vistiendo camisa, corbata y pantalones de vestir, "No viaje hasta aquí por nada"
"Descuida", le contestó una mujer joven, de cabello corto, pelirroja, vistiendo jeans apretados y una remera corta, "Jimmy dice que esta feliz con mi hallazgo, son carne de primera", suspiró mientras se relamía los labios, "Ya lo verán"
"Eso espero Minerva, eso espero", amenazó el sujeto alto, "Y por cierto, ¿sigues trabajando con Ramón?"
"Aquí estoy Louis, seguimos juntos y enamorados como siempre", escupió el susodicho, un tipo bajo de mal aspecto, vistiendo overoles sobre una camisa que en algún punto fue blanca.
"Excelente, supongo entonces que vas a usar a una antes que el resto, ¿o me equivoco?"
Era común en ese grupo que las emboscadas fuesen planeadas por el dúo de Minverva y Ramón, mientras que Louis supervisaba que los productos siguiesen con vida hasta el final, sin embargo, otro era el líder, el jefe de toda la operación.
"Aquí viene", susurró Minerva al notar la nube de polvo que se levantaba en la lejanía para dar paso a un patrullero el cual, se detuvo a pocos pasos del grupo.
El hombre que descendió del vehículo fácilmente ensombrecía al resto, de casi dos metros y construido como un roble, Jimmy no era cualquier sujeto, una carrera corta en las fuerzas armadas le había brindado los conocimientos necesarios para desenvolverse con comodidad en el bajo mundo, eso, aunado a una serie de problemas mentales y una ausencia general de empatía lo convertían en un hombre en extremo peligroso, el cómo había conseguido un uniforme y placa seguía siendo un misterio que nadie, ni siquiera sus asociados se atrevían a investigar, tan solo les bastaba saber que Jimmy era eficiente a un grado obsesivo, y que su sadismo era legendario.
Los productos, muñecas, puerquitos o cualquier otro nombre que pudiese usar no eran otra cosa que intentos por despistar a las autoridades.
"Jimmy, veo que trajiste tu negro trasero hasta aquí", bromeó Ramón, "¿Acaso la sigues trayendo allí atrás?"
Jimmy rió y pateó la cajuela del auto, "Ramón, sigues siendo el mismo puerco de siempre, descuida, puedes usar a la otra, siempre y cuando no la mates aquí"
Siguieron discutiendo un buen rato hasta que Jimmy, Louis y Minerva se marcharon dejando a Ramón a solas con su aperitivo nocturno.
Ninguno de ellos vio al muchacho cojeando con rumbo al motel, ni se dieron cuenta de como trotó a duras penas hasta una camioneta decorada con el logo de una ex estrella de rock.
Para cuando Ramón terminó de "someter", a su víctima, Greg había acabado con sus costillas, no teniendo nada mejor que hacer decidió que ya era hora de dormir, así que fue por su pijama.
Y recordó que estaba en la camioneta.
Sacudiendo la cabeza, se puso de pie, se calzó sus sandalias y fue por esa prenda que raramente utilizaba. Salió de la habitación no sin antes coger la tarjeta que fungía como llave de acceso, una vez estuvo afuera, volvió a escuchar ese quejido, ahora más quieto que antes.
Supo que no debía espiar, lo que sucediese al lado no era problema suyo, pero… ¡rayos!, los Universe eran aventureros natos, al menos así le gustaba creer siendo que era el primero de los suyos y que Steven, en efecto, vivía aventuras a diario, además, razonó, no había nada de malo con ejercer algo de curiosidad y de seguro no encontraría nada. Se acercó a la puerta contigua y espió por una fisura, dándose cuenta, demasiado tarde, de que estaba entreabierta.
Un largo rastro de agua iba desde el cuarto de baño hasta la cama, en la cual, atada y amordazaba se encontraba la hija de Kofi.
No, no era solo el hecho de que estuviese atada lo que sorprendió a Greg, además estaba casi desnuda u completamente empapada
"¿Jenny?", la llamó en un hilo de voz, sin creer que lo estaba viendo fuese posible y mucho menos cierto.
"Ayúdeme..."
No estaba seguro del haberla oído bien, pero le bastó el ver como se movían sus labios para darse cuenta de que tenía que hacer algo. Entro en la habitación procurando hacer el menor ruido posible, pero esto de nada le sirvió.
El secuestrador estaba allí, recién saliendo del baño, con una toalla atada a la cintura.
Greg no supo qué estaba haciendo hasta que su puño derecho conectó con la mandíbula del sujeto con la suficiente fuerza como para levantarlo del suelo, quizás un testamento al trabajo físico que significaba manejar el auto lavado, tal vez, un golpe de suerte y adrenalina, mas, nada de eso importaba, porque lo que de verdad importaba era sacar a esa chica de allí y conseguir ayuda.
"Gordo estúpido", escupió Ramón mientras escupía un par de dientes, "Mis amigos vendrán a buscarte, te mataran a ti y a la puta negra asqueroso obeso de mierda"
Greg resopló enojado, lo de obeso de mierda podía dejarlo pasar, pero lo otro… lo otro era imperdonable.
Levantó el televisor y lo arrojó sobre ese tipo, con la esperanza de dejarlo fuera de combate. Para su fortuna, su puntería probó ser cierta y le dio a Ramón justo en medio de las piernas.
Siendo que era un equipo viejo, supuso que con eso bastaría para callarlo.
"Lo siento, ¿puedes ponerte de pie por ti misma?", le preguntó a Jenny mientras la desataba y le ayudaba a quitarse la mordaza, "¿Recuerdas cómo llegaste aquí?"
"Kiki, tengo que encontrarla…", dijo Jenny ignorando la pregunta de Greg.
"Señor Universe"
Volteándose a la puerta, Greg vio aparecer a un joven al que conocía bien, aunque en su actual estado no parecía ser él mismo.
"Crema, ¿qué sucede?, ¿qué pasó contigo?"
"Nos secuestraron", respondió Crema en tono lugubre, "A mi y al resto de la pandilla"
"Ok, cálmense", les pidió Greg, "Llamaremos a la policía y todo se solucionará"
"Ese es de la policía", escupió Jenny, "Tenía un uniforme cuando nos atrapó, así que dudo que otro policía vaya a ayudarnos"
Greg hizo memoria de aquel extraño grupo, de seguro recordaba a un patrullero, aunque ese tipo y el imbécil que tenían allí definitivamente no eran la misma persona.
¿Podría ser que ambos estuviesen fingiendo?
"Rindete sucia negra", escupió el supuesto policía desde el suelo, cubriendo sus partes nobles mientras se alejaba del charco de vomito que había dejado en el suelo al recibir ese golpe, "Jimmy y los chicos van a cortar a esa otra puta, pero si me liberas y cambias de lugar con ella tal vez la dejemos vivir"
Greg había tenido suficiente, "Vayan a mi camioneta y quédense allí", le ordenó a los chicos, "Yo me encargo de esto"
"Pero… ¿qué pasará con los chicos?", preguntó Crema Agria, ayudando a Jenny a ponerse de pie, "No podemos simplemente irnos y dejarlos a su suerte, tenemos que hacer algo"
"Pierden valioso tiempo", se burló Ramón, "En cuanto noten mi ausencia mis amigos vendrán a buscarme y los haremos pagar, incluyéndote a ti, cerdo"
Greg sacudió la cabeza y le imploró a Jenny y a Crema que se marcharan, luego, arrastró a Ramón al baño y lo arrojó a la tina rebalsada de agua, no sin antes atarlo. Le costó un montón el hace esto último, pero era algo necesario, era obvio que el tipo era un demente y que si lo dejaba a su suerte buscaría lastimar a los muchachos.
Una vez hubo terminado, cargó el televisor hasta el baño y lo dejó apoyado sobre una endeble banca.
"¿Adonde se dirigen?", preguntó serio, enchufando el aparato el cual comenzó a trasmitir el noticiero de la noche.
"No hablarás en serio viejo", rió Ramón, "Vamos, dejame ir"
"Ibas a violarla, créeme, hablo muy en serio", lo amenazó Greg pateando la tina.
Greg en realidad no tenía intensión de asesinar a nadie, solo estaba blufeando, aunque si en realidad habían lastimado a los otros dos entonces… entonces no tenía idea de qué haría, pero no sería lindo.
Crema reapareció con un pequeño aparato negro en las manos, "Encontré su itinerario en su teléfono móvil, Kiki y Bucky están en un camión rumbo a Ciudad Océano, dicen que se detendrán más tarde para..."
"Tenemos que irnos", lo cortó Greg antes de que pudiese hacer más preguntas.
"¿Pero qué haremos con él?", inquirió Crema, "Digo, es peligroso, ¿qué haremos si se libera y nos sigue?"
"Lo dejaremos aquí, y no hay más discusión", sentenció Greg.
Jenny había seguido a Crema, y al escuchar esto se sintió escandalizada, "¿Habla en serio?, ¡iba a violarme!, y mi hermana… Oh dios, Kiki es demasiado buena para que le ocurra esto"
Crema rodeó los hombros de Jenny con sus brazos, lo mataba el verla tan vulnerable, en especial al saber lo que esos enfermos hacían con sus víctimas, si tan solo el señor Universe entendiese eso, estaba seguro de que no lo dejaría salir de allí sin vida.
Crema no tenía ni la menor idea de lo cierto que resultaría esto último.
"¿Viste al resto?, hey chico, apuesto a que tu los viste, apuesto a que viste a nuestras marionetas", escupió Ramón, "Tenemos algunas como tú, o al menos lo que queda de chicos bobos como ustedes"
Por la expresión de horror en el rostro del pobre chico Greg supo que lo que había visto no era algo de lo que pudiese recuperarse. Crema era… un muchacho especial, siempre lo había sido y Greg se sentía especialmente responsable de su bienestar.
"Crema… toma a Jenny y llevala a la camioneta, yo me encargaré de esto", le ordenó a ambos, sin dejar espacio a la discusión, una vez los vio partir, cerró la puerta por dentro y agarró a Ramón del cabello.
"¿Cuántos?", siseó furiosos, "¿A cuántos más como ellos has lastimado?"
"¿La verdad?, no lo recuerdo, es difícil mantener la cuenta"
La facilidad con la que admitía esos monstruosos actos que Greg tan solo podía imaginar lo dejó pasmado, ¿con qué clase de monstruo se habían topado esos chicos?
"Es apenas una joven", murmuró aterrado, "¿Qué acaso no sientes nada?, ¿te parece divertido?"
"Dime que no lo has pensado", lo tanteó esa bestia con piel humana, "Dime que nunca has fantaseado con arrancarle la ropa a esa negrita y hacerla gritar de emoción"
"Estas enfermo", escupió Greg apartándose de la bañera, "Completamente enfermo..."
"Jimmy y los otros ya saben quienes son, todos ustedes están muertos, los degollaremos como cerdos..."
Greg se alejó del baño sintiendo como su pulso se aceleraba, le costaba pensar, le costaba razonar, todos sus instintos le indicaban que debía volver a esa habitación y acabar con ese bastardo pero cada vez que trataba de moverse, terminaba congelado, completamente atrapado en el mismo lugar.
"Oink! Oink! Oink! Oink!"
Crema había regresado al pasar del tiempo, tocó la puerta y encontró a Greg, apenas sosteniéndose en pie.
"Vi al menos a cinco personas, las mantiene congeladas en la parte de atrás", le informó, "Dijo que ya se había aburrido de esos y que quería nuevos juguetes"
"Vuelve a la camioneta hijo", imploró Universe, "Por favor, no quiero que veas esto"
"Vi ropa tirada en el suelo, ropa de niños...", siseó el adolescente, odiando el modo en que esas palabras llenaban sus ojos de lagrimas, "Niños señor Universe, esos tipos… ellos..."
"Crema, te lo ruego, no quiero que me veas hacer esto"
Crema negó con la cabeza, "Vi lo que querían hacer, no me iré así nada más"
El viejo músico le dio una firme palmada en el hombro para brindarle algo de apoyo, no sabía que más hacer, salvo escucharlo y estar a su lado.
"Que enternecedor, ¿acaso es tu amante?, he gordo, dime que lo es"
Greg no lo soportó más, saco a Crema de allí y lo llevó de vuelta a la camioneta solo para pedirle a Jenny que no lo perdiese de vista, pues él volvería en un instante, luego, regresó donde Ramón, cuyo nombre averiguó al buscar entre sus cosas.
"¿Adonde vas?, ¿vas a dejarme aquí solo?, ¿o acaso cambiaste de opinión y quieres probar ese bonbon negro?, si eres bueno y me dejas ir la compartiré contigo, apuesto a que la zorra ha chupado cientos y cientos de..."
"Llevas salpicando fuera de la tina desde que te atamos, deberías de ser más cuidadoso", le advirtió Greg, señalando al charco que se había formado sobre las baldosas.
"Ese televisó esta averiado", prosiguió, "El cable es demasiado corto como para arrojarlo directo a la tina, si te las arreglas para permanecer quieto puede que tengas una oportunidad"
Con eso, pateó el banquillo dejando al televisor equilibrándose apenas de una esquina, bastando el mínimo esfuerzo para que fuese a dar contra el piso.
"Hey, ¡Hey!, no me dejes, ¡regresa!, ¡REGRESA!"
Ramón no podía creerlo, un simplón cualquiera lo había atrapado volando bajo y le había vencido. Por fortuna, el gordo era demasiado cobarde como para terminar el trabajo, cosa de la que se arrepentiría después.
"Gordo bastardo", vociferó desde la tina, luchando con las amarras mientras trataba de ponerse de pie, "Cuando Jimmy y los otro se enteren de lo que me hicieron los haremos pagar, voy a cortarle la lengua a esa puta y follarmela mientras los chicos se divierten con esos dos"
Logró deslizarse hasta afuera, apenas logrando el mantener el equilibrio sobre la punta de sus pies,
"Ahí tienes, imbécil"; celebró Ramón, "Ya iré por ti, ¿me escuchas?, ¡ya iré por ti hijo de perra!"
Dio un paso tentativo y perdió el equilibrio, golpeándose de lleno contra la porcelana. Ramón logró girar de costado, solo para ver que en su caída, había pasado a llevar el banquillo.
"No...", alcanzó a decir, antes de que el viejo televisor fuese a dar al piso, y el charco de agua en el que se hallaba se convirtiese en su tumba.
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Siempre he querido escribir algo así, siempre.
(Avanzando de a poco con todo para no quedarme atrás, como el vil esclavo que soy)
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