Había tenido otras relaciones, si, y quizá la que más le había marcado fue aquella que dejó huella en su cuerpo. Tenía un piercing en su oreja, y no había reparado en ello desde hacía bastante tiempo, hasta que Futaba le preguntó.
Y habló despreocupadamente, como contándole una historia sin importancia a la chica que tanto quería, sin embargo aquella tarde de vuelta en casa le fue imposible no recordar el motivo de aquel símbolo que había estado trayendo ya desde hace un tiempo.
"Porque pareces aburrido"
Y al final todo se reducía a un mero juego de apariencias, y tenía miedo del daño que aquello pudiese traerle incluso cuando creía tener bajo control su relación con Futaba. Touma tenía profundo e inmenso miedo. Miedo de Kou, de su personalidad despreocupada e indiferente, y de la que sabía ocultaba también un lado profundamente humano y noble, miedo de no tener aquello que el otro demandaba, miedo de no ser lo suficiente para Yoshioka.
Porque quizá esta vez no sería un piercing, ni un tatuaje lo que quedaría grabado en memoria de, ahora no cabían más oportunidades para dejar de ser y aparentar ser.
Por eso cuando ya ni puede pegar el ojo, ni siquiera pestañear por tanta confusión al llegar la noche, sonríe nuevamente, como lo hace cada día al despertar.
"No quiero parecerte aburrido, Yoshioka… pero es esto lo que soy, sólo, decide tú"
