Saginomiya
Hayate: Pensamiento
Prólogo:
Hayate se encontraba sentado viendo su reflejo en la gran fuente del patio del complejo Saginomiya, observando con ojos vacios como el agua en esta se movía lentamente a causa del viento, no pudiendo sacarse de su mente lo que había ocurrido hace pocas horas.
Flash Back:
El joven de cabello celeste se encontraba tratando de sacarle del ojo de la joven Saginomiya la pequeña basurilla que se encontraba molestándola, volteándose lentamente al escuchar como unos pasos se aproximaban para ver los ojos abiertos de sorpresa de su querida Ojou-sama.
-¿Ojou-sama?- viendo confundido como esta cambiaba su mirada por una de completa rabia - ¿Qué suced……..
-¡Hayate! ¡Cómo pudiste!
-¿Eh? – buscando alguna respuesta en las personas que acompañaban a su ama, pero no recibiendo respuesta alguna por ellos.
-¡Si tanto quieres estar con Izumi-chan, entonces te vendo a ella en ciento cincuenta millones! – no conteniendo las pequeñas lagrimas que salían por sus ojos.
-Por ciento cincuenta millones – atrayendo la atención de todos los presentes inmediatamente –entonces acepto.
Por su parte Hayate no podía creer lo que acababa de suceder, su Ojou-sama acababa de hacer lo mismo que sus padres habían ello, venderlo – Ojou-sama……….. – cerrando sus ojos al no poder ver a la persona que consideró diferente a las demás.
-Fin del Flash Back:
El joven guardaespaldas dio un gran suspiro al borrar de su mente lo sucedido, después de todo le causaba un gran dolor solo hacerlo.
-Hayate-kun-
Hayate no necesitaba voltearse para saber de quién se trataba – sucede algo Reiko-san-
-Hayate-kun, Izumi-sama está a punto de ir al complejo Sanzenin para ver a Negi-sama y me gustaría que la acompañaras – viendo como el joven se levantaba lentamente y daba una leve asentida para dirigirse al edificio principal del complejo, suspirando levemente al verlo irse.
Algunos minutos más tarde Hayate no podía quitarse de su cabeza que este pequeño viaje significaría ver a Ojou-sama – no, ha Negi-san – corrigiéndose mentalmente mientras esperaba pacientemente delante del cuarto de su nueva dueña – nunca debí pensar que las persona millonarias tendrían consideración por gente como yo – recostándose sobre la suave pared resignándose a que muy pronto se encontraría de nuevo con Negi.
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
