¿Cómo llegue hasta aquí?

¿Cómo pude hacerles creer a mi familia que estoy muerto solo por culpa de mi codicia?

Esta es mi historia… ¡aviso! No es una historia nada feliz (o al menos para mí)…

Si lo fuera, empezaría un lindo día de verano, en donde solía ser mi hogar, es decir, La Madriguera.

Pero como no lo es, comenzare donde fue…. En el entierro de mi hermano Fred…


Habían pasado tres días desde la muerte de Voldemort… si, ya no me da miedo ese nombre, he aprendido mucho en poco tiempo. Pero lo que más me hacía feliz en esos momentos, era que por fin, después de 7 años, pude decirle mis sentimientos a Hermione.

-Ron te estás poniendo la túnica al revés-Me dijo Harry en la mañana del entierro, estábamos en mi habitación de la madriguera.

-Oh es cierto…

-Déjame ayudarte-después de acomodar mi ropa dijo- y... Como vas con Hermione?- preguntó mientras se sentaba en mi cama.

-A decir verdad pensé que sería diferente, no lo sé, siento que es algo raro, no lo sé, pienso que estábamos mejor como amigos.

-No digas eso, tienen muy poco tiempo como novios… ¡Comienza a hablar cuando lleven un año o más!

-¿Crees que duraremos tanto?

-¡Por supuesto!

Cuando bajamos al comedor, el semblante de todos era muy deprimente, especialmente de mis padres y de George. Ojos hinchados, caras tristes, ropa negra, lo normal en un funeral.

Poco después nos desaparecimos (¡por fin pude hacerlo solo!), llegamos a las afueras de Hogwarts, ahí era donde los caídos en batalla serían sepultados.

-Hace unos días, perdimos, padres, hermanos, hijos y amigos… pero recuerden... sólo nos olvidarán si nosotros los olvidamos…

-¿Me acompañaras a buscar a mis padres?- me preguntó Hermione, estábamos sentados en la tercera fila, con las manos entrelazadas.

-Si me lo pides, claro que voy…

-Cuando Fred murió, se llevó una parte de mi, y no hablo de mi oreja - George estaba al frente, en el estrado, era su turno de hablar- se que debo ser fuerte, y afrontar que ya no está físicamente...

Pero sé que siempre estará con nosotros.

-¿Crees que la depresión de George durará mucho?- Le pregunté a Hermione.

-Espero que no… aunque será muy difícil para él sobrellevarlo.

-Sí, para él y para mis padres… ¡hey! ¿Qué hacen los Malfoy aquí?

Era cierto, Draco, Narcissa y Lucius Malfoy venían caminando, ya nada despampanantes como antes, ahora que la mayoría del mundo mágico los detestaba.

De inmediato Hermione se puso tensa… ¿Qué le ocurría?

-Am... No lo sé... Supongo… vienen al funeral… Harry los perdonó ¿no es así?

- Pues si... ¡pero no creí que pensaran siquiera un venir!

Después de la llegada de los Malfoy, el funeral fue muy aburrido, muchas palabras que casi no entendí... al final me fui con Hermione.

-¿Quieres regresar a Hogwarts?- me preguntó.

-No lo sé, quiero cursar los EXTASIS pero no sé… Es mucho estrés

-Para ti todo es estrés

-No, no todo- Y la besé - Te amo

-Am... Debo irme, te veo mañana, adiós - y desapareció


El sábado de la siguiente semana, tenía una cita con Herms a las 8 en un pequeño restaurante de Londres muggle.

-Son las 7; 30... Llegaré tarde, ¡en días como estos envidio esos feletonos celufares de los muggles!

-Queras decir teléfonos celulares - dijo Harry intentando calmarme.

Salíamos del ministerio de magia, después de arreglar unos asuntos, mis padres, Ginny y Hermione nos habían convencido de volver a Hogwarts, que se reabriría el 1 de septiembre.

-No te preocupes, llegarás a tiempo.

-Eso espero…

Todo en mi vida iba bien, tenía una familia genial, grandes amigos y una novia que me amaba, o eso pensaba…

Cuando llegué al restaurante, vi algo que jamás olvidaré….

-Disculpe son Ron Weasley, tenía una reservación a las 8- me dirigía al encargado del restaurant

-¡Ah! Señor Weasley... Claro, pase por aquí por favor, llego antes de lo planeado… sus acompañantes lo esperan...

-¿Acompañantes?

Cuando llegue a la mesa que me indicaron la vi….

Estaba sentada en una mesa sentada, besándose con un rubio de ojos grises; Draco Malfoy…

-¡¿Hermione?! - grité, se separaron al instante.

-¿Ron? ¡Ron! ¡No es lo que piensas!

-¿No? Entonces ¿qué es? ¡¿Un viejo saludo?!

- ¡No! ¡Por favor déjame explicarlo!

-No hay nada que explicar, todo me ha quedado muy claro…

Después, con todos los clientes observándome, me fui del lugar, no podía quedarme más ahí. Pero ella me seguía.

-¡Ron espera! ¡Me arrepiento!

-No, el arrepentido soy yo, por haber creído en ti…

Y me fui, pensé que me seguiría pero no fue así, llegue a un punto donde era muy solitario, debí haberme desaparecido, pero quería caminar… pensar… no hay segundo en mi nueva vida que no me arrepienta de no haberme desaparecido, todo sería muy diferente….

Decidí cambiar mi rumbo, divisé un parque cerca de ahí, supuse que habría muggles ahí, pero de todos modos saque mi varita.

En el parque había luz, pero no la suficiente como para ver mi camino.-Lumus -dije

No sabía qué hacer, si regresaba a la madriguera, ella estaría ahí y lo menos que quería era verla, ¿Y si ahí también estaba Malfoy? ¿Desde cuándo me engañaba? ¿Cómo fui tan tonto?

¡Crack!

Algo me sacó de mis pensamientos, escuché un ruido, debe haber sido un animal, se escuchó lejos así que no me preocupe… seguí mi camino.

Ya a mitad del parque, volví a escuchar ese ruido, ahora más fuerte, más cerca.

¿Quién está ahí? - dije asustado, el ruido se acercaba, no era de un animal. Estaba seguro

-¡Muéstrese! -escuché como algo caída de un árbol cercano.

-Ronald Weasley, es un placer conocerlo en persona - di media vuelta, era un hombre, le calculé poco más de 30 años, era alto, castaño y ojos azules, no como los míos, los de él eran un azul eléctrico - es un honor, mi nombre es Al…

-¡Expelliarmus!- le lancé un hechizo, pero logró esquivarlo, ¿cómo se movió tan rápido?, de pronto apareció detrás de mí.

- No hay necesidad de violencia…

-Si se niega, si la hay, tenemos órdenes por si no lo recuerdas, Von - ¡¿Otro?! Este era como de unos veinticinco, cabello rubio y ojos verdes - Tú decides niño, será por las buenas o por las malas…

- ¿Niño? ¡Tengo 18! - Dije apuntándole con mi varita

-¿Apenas 18? Yo tengo 100 años - Dijo el rubio.

-Está bien Scor, déjalo en paz - Volteo hacia mi - Ronald, mi nombre es Alexander, te hemos vigilado y tenemos una propuesta para ti…

-Ajá si claro, ¡Déjenme en paz! - y corrí lo más rápido que pude, no sé por qué no me desaparecí ¡soy un mago!

-De acuerdo será por las malas…- dijo al que había llamado Scor.

Eso fue lo último que escuché, pues luego sentí un golpe muy duro en mi nuca…