Nada de esto es mío. Todo va para el tío Rick. u son of a bitch.
Este fic participa del desafío de Septiembre de "Captura la bandera" del foro El Monte Olimpo.
Recordaba esa venta de garage que los hijos de Hermes habían hecho la primavera pasada como si hubiera sido ayer.
Lee traía una sonrisa grandísima estampada en el rostro, mientras las zapatillas mágicas revoloteaban a su alrededor como si fueran globos de helio.
Ahora esas zapatillas estaban abandonadas en algún rincón de la cabaña de Apolo, mientras su dueño ardía con un sudario dorado a su alrededor. Ardiendo con el resto de los héroes de la guerra, con su familia.
Corrió hacia la cabaña 6 mientras sus ojos se humedecían, y al llegar, rebuscó rápidamente entre los cajones de Lee Fletcher. Sacó las zapatillas viejas que en su día habían sido de un blanco brillante y se las puso, sin importar que no combinaran para nada con su vestido.
Se talló las mejillas rápidamente y regresó a las pilas funerarias, junto a sus hermanos.
Miró hacia arriba unos momentos y se talló la cara una vez más. No quería que la vieran llorar simple y sencillamente porque nadie sabía que Lee era la persona favorita de Lacy en todo el mundo, o que Lee le había robado su primer beso apenas el verano pasado. Tampoco sabía nadie que pasaba horas y horas pensando en la piel de Lee, porque parecía brillar con luz propia cuando el chico sonreía.
Quería ir con Silena y decirle que el chico que le gustaba mucho, mucho más que su bolso de piel color salmón, había muerto ese verano; que tenía la sonrisa más cálida y las pestañas más largas del mundo. Que cantaba las mejores canciones y contaba los chistes más divertidos. Que golpeteaba su ventana a medianoche en la cabaña 10, mientras flotaba en el aire con poco equilibrio gracias a unas viejas zapatillas mágicas. Quería ir con su hermana y contarle que un estúpido gigante había aplastado la cabeza del chico más fantástico que había conocido en su vida, pero su hermana también se había ido.
A su lado estaba Mitchell, el único hijo de Afrodita que siempre parecía estar de mal humor a pesar de ser el mejor amigo de los Stoll, con una mueca amarga en el rostro.
Tenía el ceño fruncido y la mirada baja, pero después de unos momentos se dio cuenta de que estaba llorando, porque sus hombros temblaban ligeramente. Deslizó su mano en la mano de Mitchell, y su hermano esbozó una pequeñísima sonrisa en su dirección. No pudo suprimir más las lágrimas, porque todos ellos se habían roto por dentro. Porque Lee era la persona más maravillosa del mundo entero. Porque tenía los ojos cafés del color más bonito que había visto en su vida. Porque esos tenis eran ridículamente cómodos.
Porque todos habían perdido tanto.
Tanto, tanto, tanto.
Ejem, buenas(?)
Después de fallar y no entregar los fics de como 3 retos diferentes, vengo a dejar mi aporte pequeñísimo que casi casi borda en las 500 palabras para el desafío de Captura la bandera. Mi equipo es el equipo rojo así que mis variables son "Lee Fletcher, zapatillas mágicas, primavera". Leí por ahí en el topic que no importaba si era una simple mención así que nombré a la primavera de pura pasada. Espero que les guste y que no lo encuentren tan dramático como a mí me pareció, porque adoro a los Stoll, a Lacy, Mitchell y todos los hijos de Afrodita tanto que no pude evitar mencionarlos por aquí. Díganme que les parece, pero por lo menos tengan piedad porque estoy enferma xD ¡Incluso falté a la escuela! No es que me esté quejando, claro.
